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General: Fidel: su legado
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Respuesta  Mensaje 1 de 26 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 26/11/2016 21:36
(Comparto una primera reflexión, en caliente, sobre la muerte del Comandante. Me enteré a noche, al cierre de la TV cubana y ví el discurso de Raúl. No pegué un ojo en toda la noche y salí corriendo al aeropuerto a cancelar mi retorno, programado para hoy Sábado al mediodía. Me quedo en Cuba hasta el Miércoles, y el Martes estaré en la gran despedida que se le hará a Fidel en la Plaza de la Revolución. Van unas pocas ideas, deshilvanadas, salidas más del corazón que de mi cerebro. Pero siento que no puedo guardarlas para mi fuero íntimo. ¡Hasta la victoria, siempre!)


(Por Atilio A. Boron) La desaparición física de Fidel hace que el corazón y el cerebro pugnen por controlar el caos de sensaciones y de ideas que desata su tránsito hacia la inmortalidad. Recuerdos que se arremolinan y se superponen, entremezclando imágenes, palabras, gestos (¡qué gestualidad la de Fidel, por favor!), entonaciones, ironías, pero sobre todo ideas, muchas ideas. Fue un martiano a carta cabal. Creía firmemente aquello que decía el Apóstol: trincheras de ideas valen más que trincheras de piedras. Sin duda que Fidel era un gran estratega militar, comprobado no sólo en la Sierra Maestra sino en su cuidadosa planificación de la gran batalla de Cuito Cuanevale, librada en Angola entre diciembre de1987 y marzo de 1988, y que precipitó el derrumbe del régimen racista sudafricano y la frustración de los planes de Estados Unidos en África meridional.
Pero además era un consumado político, un hombre con una fenomenal capacidad para leer la coyuntura, tanto interna como internacional, cosa que le permitió convertir a su querida Cuba -a nuestra Cuba en realidad- en una protagonista de primer orden en algunos de los grandes conflictos internacionales que agitaron la segunda mitad del siglo veinte. Ningún otro país de la región logró algo siquiera parecido a lo que consiguiera Fidel. Cuba brindó un apoyo decisivo para la consolidación de la revolución en Argelia, derrotando al colonialismo francés en su último bastión; Cuba estuvo junto a Vietnam desde el primer momento, y su cooperación resultó de ser de enorme valor para ese pueblo sometido al genocidio norteamericano; Cuba estuvo siempre junto a los palestinos y jamás dudó acerca de cuál era el lado correcto en el conflicto árabe-israelí; Cuba fue decisiva, según Nelson Mandela, para redefinir el mapa sociopolítico del sur del continente africano y acabar con el apartheid. Países como Brasil, México, Argentina, con economías, territorios y poblaciones más grandes, jamás lograron ejercer tal gravitación en los asuntos mundiales. Pero Cuba tenía a Fidel …
Martiano y también bolivariano: para Fidel la unidad de América Latina y, más aún, la de los pueblos y naciones del por entonces llamado Tercer Mundo, era esencial. Por eso crea la Tricontinental en Enero de 1966, para apoyar y coordinar las luchas de liberación nacional en África, Asia y América Latina y el Caribe. Sabía, como pocos, que la unidad era imprescindible para contener y derrotar al imperialismo norteamericano. Que en su dispersión nuestros pueblos eran víctimas indefensas del despotismo de Estados Unidos, y que era urgente e imprescindible retomar los iniciativas propuestas por Simón Bolívar en el Congreso Anfictiónico de 1826, ya anticipadas en su célebre Carta de Jamaica de 1815. En línea con esas ideas Fidel fue el gran estratega del proceso de creciente integración supranacional que comienza a germinar en Nuestra América desde finales del siglo pasado, cuando encontró en la figura de Hugo Chávez Frías el mariscal de campo que necesitaba para materializar sus ideas. La colaboración entre estos dos gigantes de Nuestra América abrió las puertas a un inédito proceso de cambios y transformaciones que dio por tierra con el más importante proyecto económico y geopolítico que el imperio había elaborado para el hemisferio: el ALCA.
Estratega militar, político pero también intelectual. Raro caso de un jefe de estado siempre dispuesto a escuchar y a debatir, y que jamás incurrió en la soberbia que tan a menudo obnubila el entendimiento de los líderes. Tuve la inmensa fortuna de asistir a un intenso pero respetuoso intercambio de ideas entre Fidel y Noam Chomsky acerca de la crisis de los misiles de Octubre de 1962 o de la Operación Mangosta, y en ningún momento el anfitrión prestó oídos sordos a lo que decía el visitante norteamericano. Una imagen imborrable es la de Fidel participando en numerosos eventos escenificados en Cuba –sean los encuentros sobre la Globalización organizados por la ANEC; los de la Oficina de Estudios Martianos o la Asamblea de CLACSO en Octubre del 2003- y sentado en la primera fila de la platea, munido de un cuadernito y su lapicera, escuchando durante horas a los conferencistas y tomando cuidadosa nota de sus intervenciones. A veces pedía la palabra y asombraba al auditorio con una síntesis magistral de lo dicho en las cuatro horas previas, o sacando conclusiones sorprendentes que nadie había imaginado. Por eso le decía a su pueblo “no crean, lean”, fiel reflejo del respeto que sentía por la labor intelectual.
Al igual que Chávez, Fidel un hombre cultísimo y un lector insaciable. Su pasión por la información exacta y minuciosa era inagotable. Recuerdo que en una de las reuniones preparatorias de la Asamblea de Clacso del 2003 nos dijo: “recuerden que Dios no existe, pero está en los detalles” y nada, por insignificante que pareciera, debía ser librado al azar. En la Cumbre de la Tierra de Río (1992) advirtió ante el escepticismo o la sonrisa socarrona de sus mediocres colegas (Menem, Fujimori, Bush padre, Felipe González, etcétera) que la humanidad era “una especie en peligro” y que lo que hoy llamamos cambio climático constituía una amenaza mortal. Como un águila que vuela alto y ve lejos advirtió veinte años antes que los demás la gravedad de un problema que hoy está en la boca de cualquiera. 

Fidel ha muerto, pero su legado –como el del Che y el de Chávez- vivirá para siempre. Su exhortación a la unidad, a la solidaridad, al internacionalismo antiimperialista; su reivindicación del socialismo, de Martí, su creativa apropiación del marxismo y de la tradición leninista; su advertencia de que la osadía de los pueblos que quieren crear un mundo nuevo inevitablemente será castigada por la derecha con un atroz escarmiento y que para evitar tan fatídico desenlace es imprescindible concretar sin demora las tareas fundamentales de la revolución, todo esto, en suma, constituye un acervo esencial para el futuro de las luchas emancipatorias de nuestros pueblos.


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Respuesta  Mensaje 12 de 26 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 26/11/2017 08:22

Copa y raíz

Ayer hizo un año de la ¿muerte? de Fidel y no vimos la avalancha de titulares que el otro noviembre sacudió literalmente un planeta obligado, de izquierda a derecha, a reconocer la partida de uno de esos seres que, cual ciertos astros, se observan solo muy de vez en cuando en grandes períodos históricos

 

 

Autor:

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Enrique Milanés León
 

El gladiador de los pueblos sigue transformando el mundo. Frente al Coliseo Romano, centro mismo de un viejo imperio, varios italianos enarbolaron este sábado una banderola con la frase «Hasta siempre, Comandante» y el rostro del más formidable vencedor de imperios que haya pisado la tierra.

Ayer hizo un año de la ¿muerte? de Fidel y no vimos la avalancha de titulares que el otro noviembre sacudió literalmente un planeta obligado, de izquierda a derecha, a reconocer la partida de uno de esos seres que, cual ciertos astros, se observan solo muy de vez en cuando en grandes períodos históricos. 

Pasada la noticia, ahora sentimos la crónica. Este aniversario fue más íntimo, más de dolor reposado, más de qué vamos a hacer ahora que el padre ha marchado, más asunto de la familia cubana y de esos amigos cercanos que Fidel y nosotros cultivamos por el mundo.

Esa intimidad en la pena y en el amor explica cada línea de la carta de Maduro a Raúl, en la cual el presidente venezolano reconoce al «Comandante maestro y guía» y le ve presente no solo en la determinación de los cubanos, sino en detalles como la mirada curiosa, escrutadora y dulce, la estampa quijotesca, el inacabado e inacabable abrazo con su amigo Hugo…

Leyendo tal retrato de nuestro guía, uno considera perfectamente lógico que este mismo sábado, en Caracas, un enorme cuadro de Fidel apareciera, sin sacudirse el polvo… de la Sierra, donde está la estatua de Bolívar. Martí, el viajero de eterna Edad de Oro, anduvo con ambos.  

Evo Morales fue más escueto, pero igual de profundo: «nos enseñó que la dignidad es el arma más poderosa para liberar a los pueblos», escribió sobre nuestro líder en su cuenta de Twitter con la autoridad y el agradecimiento de quien usa tal arma para erguir a Bolivia. Es cierto lo que dicen quienes no le querían: Fidel armó a medio mundo… solo que con balas de ese digno calibre.

A un año de su caída en combate —porque al bajar de las lomas aprendió y enseñó otras maneras de pelear, hasta el fin— el jefe del Granma fue recordado aquí y allá: en la plaza que en Moscú se honra con su nombre, en un monumento en Sudáfrica y un parque en Turquía, hasta en los transeúntes que a diario desandan la calle de Namibia llamada como él. Del laurel de sus hombros siguen brotando Fideles.

Nuestras sedes diplomáticas, nuestros colaboradores y muchos de los cubanos que pasaron bajo otros cielos el primer aniversario de su partida hallaron su propio modo de decir que cayó la copa del árbol para nutrir la raíz.

Aquí adentro, cantatas, matutinos, conversatorios… revelaron mil maneras de no dejarlo morir. Elián, el joven cuya infancia fue salvada —de zozobrar en el mal— por Fidel, pronunció una frase iluminada: el Comandante tenía un momento para cada cubano. Por los momentos que afianzan la eternidad de su Isla, ayer unos cuantos compatriotas decidieron sembrar más caguairanes.

 

 

 El Comandante en Jefe junto a El Libertador, en Caracas. Foto: Twitter

 

La idea de un gladiador de pueblos en el Coliseo Romano. Foto: Tomada de Cubadebate


Respuesta  Mensaje 13 de 26 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 26/11/2017 08:27

Universo en la piedra

Por ahí anda Fidel. Lo vi hace apenas un ratico, en el cargo más arduo, el de héroe, que le impide el lujo de faltarnos. No hay manera posible de extrañarlo porque nunca ha partido

 
 

Autor:

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Enrique Milanés León
 

«¿Dónde está Fidel…?», preguntaba un amigo en nuestra Plaza en aquellas jornadas de sonoros silencios y todos nos decíamos: ¿es que queda algún sitio sin su estampa? No cesan las zancadas del rebelde infinito, convirtiéndose en el golfo de los yates, dejando que las lomas se suban a su altura, reuniendo almas para guiar otro asalto por nosotros, alumbrando en lo alto el difícil camino de la Evolución Cubana. Fidel es pleno gerundio político porque es acción continua. 

Doce meses han mostrado que no descansa ni procura la paz: «hay mucho por hacer», susurra en pícaro mandato a quienes van a su tumba con la idea de darle homenaje y terminan recibiendo tareas.

Allá, en la Santa Ifigenia que Santiago venera por todos los cubanos, Fidel resolvió con su propia ceniza el dilema de las dos trincheras que el Maestro nos puso en una frase. No, no hay trinchera más fuerte que la forjada con semejante polvo.

El vencedor no tenía por qué cambiar ahora que cumple un año de táctica y estrategia con Martí, de serena tertulia con Mariana y de ajedrez por la Patria con el cespedino Padre que todos compartimos. Lo hace sin detener la charla con usted y con aquel, con ella y conmigo, tan solo interrumpida el pasado 25 de noviembre.

Por ahí anda Fidel. Lo vi hace apenas un ratico, en el cargo más arduo, el de héroe, que le impide el lujo de faltarnos. No hay manera posible de extrañarlo porque nunca ha partido; que le extrañen aquellos que jamás le quisieron.

Fidel se renueva, se resiste, se revira. No hay cubano más jíbaro, ni noble. No es posible ganarle —¡si lo sabrán los que hoy no oyen y jamás aprendieron a verlo mientras él iba medio siglo delante!—, así que vencer el tiempo es para él solo cosa de tiempo.

Sus hijos de todas las edades hemos atentado mucho más que 638 veces contra esa muerte ignorada, para «vivirlo» tantas veces como la vileza quiso matarlo, pero acaso un día de estos nos pronuncie un discurso sobre nuevas maneras de hacer Revolución.

Su arsenal está claro: venció siempre porque siempre convenció. Ya en el otro noviembre nos hizo ver que, en efecto, podía persuadir hasta las piedras: le enseñó las raíces del amor a una roca pesada que desde hace un año explica al mundo un universo llamado… Fidel. 


Respuesta  Mensaje 14 de 26 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 26/11/2017 08:43

Sin «poses de mármol»

Es indispensable mantener a los héroes en la libertad del viento y en el frescor de las hojas. Fidel no tenía tiempo libre, no como nosotros lo entendemos, pero sí como lo entienden aquellos venerables que asumen los dolores de los pueblos como cicatrices en sus entrañas

 

Autor:

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Raúl Escalona Abella
 

¿Cómo estrechar las manos de un hombre que a todos nos deja pequeños? ¿Cómo acercarnos a descubrir los ratos libres de un caminante de la utopía, que anduvo sin cansarse durante toda su vida? No sabía cómo, aunque sí que era necesario hacerlo, porque es indispensable mantener a los héroes en la libertad del viento y en el frescor de las hojas y apartarlos de lo que Roque Dalton llamaba «monstruoso mármol».

Así, cargado de futuras luces, entré a la búsqueda; pero todo pareció irse abajo cuando Katiuska Blanco, quien pasó mucho tiempo junto a él y devino una de sus biógrafas, me expresara con una calurosa y condescendiente sonrisa: «¡Ay, muchacho!, si Fidel no tenía tiempo libre». Y fue cierto, no lo tenía; no como nosotros lo entendemos, pero sí como lo entienden aquellos venerables que asumen los dolores del pueblo como cicatrices en sus entrañas.

***

El tiempo es un gran patriarca sentado en la puerta de la existencia; un inmenso soldado color de otoño que ofrece a los hombres que asisten ante su presencia una cuota de vida. Al atravesar los portones, cada cual emplea lo recibido en lo que la luz interna los guía a hacer.

Hay hombres que son todo claridad, soles de la vida de los pueblos, y nunca descansan. En ellos vive el espíritu de salvación y se alza la semilla redentora que impulsa a quienes los rodean, y hacen fundar y crecer a las naciones. Fidel fue uno de esos; llevaba en sí la llama intensa que con paso incendiario colma la tierra y abraza los corazones.

Chaplin y Cantinflas

En la infancia se trazan caminos, experiencias que no nos abandonan nunca más, que van construyéndonos la realidad y en momentos regresan como una tormenta de hojas para señalarnos la vía correcta.

Como todo niño de la época, cuando descubre el cine se apasiona por las películas de vaqueros y las de precaria ciencia ficción, pero las que lo marcaron para toda la vida fueron las de Charles Chaplin y Cantinflas, por quienes sintió especial predilección desde que tuvo la oportunidad de verlos por vez primera.

«Las películas del Oeste me gustaron siempre, con diferencia que de niño las tomaba en serio, pero de joven, sobre todo de adulto, las veo como películas humorísticas, me río mucho viendo aquellas barbaridades, y las cosas que de muchacho consideraba serias», dice en Guerrillero del tiempo.

Juventud, deporte y pasión

Los deportes fueron savia motora de una juventud activa, llena de adrenalina, en los que empleó mucho de su tiempo libre, sobre todo en los colegios, primero en Dolores y luego, y más, en Belén.

Llama muchísimo la atención la anécdota del boxeador imbatible. Le relata a Katiuska en el libro de marras que en unas vacaciones de verano compraron Ramón y él unos guantes de boxeo con no se sabe qué ignoto dinero, y levantaron un rústico coliseo.

No tenía ni idea del boxeo, pero aun así estuvo mañanas enteras peleando con todo tipo de contrincantes: grandes, chiquitos, flacos, gordos, y claro, sin protectores. Ramón era el mánager, y él, «boxeador profesional», sin ganar un centavo, solo golpes y diversión. Únicamente una vez estuvo a punto de ser noqueado, pero no cayó. Como púgil también fue invicto.

En las vacaciones que conceden los jesuitas del Colegio de Belén lleva a Birán los deportes. Cuando estaba en boga el fútbol, llevó una pelota y allá hacían la portería. Cuenta a Katiuska que hasta en el corredor de la casa se emplazó una vez la canasta de baloncesto, ¡tanta era la pasión!

Ante el candil: Las letras

Me habla el Doctor en Ciencias Históricas Rolando Rodríguez García, quien fuera su amigo personal, de un Fidel lector incansable, voraz e incuestionablemente acucioso. Me recalca el también Premio Nacional de Historia que cuando ejerció como presidente del Instituto Cubano del Libro, cada publicación tenía que tener un ejemplar reservado para Fidel, quien leía con rapidez inaudita, tanto una novela histórica como un libro de técnicas agrícolas.

Leer se volvió no ya un pasatiempo, sino una inspiración, un liberar la mente de las tensiones que imponían sus cargos dentro del Estado.

Viaja en el imaginario popular el mito de un Fidel que, cursando el bachillerato, aprendía de memoria las páginas de los libros de leerlas una sola vez y, automáticamente, las arrancaba. Lo sucedido, más allá de la leyenda construida por nuestro pueblo, el Comandante lo explica en las conversaciones con Katiuska Blanco.

Todo sucede luego de que tuviera una calificación mínima en una prueba de la asignatura llamada Cívica, examen que él consideraba más o menos bueno. Entonces, para la comprobación final decidió aprenderse el libro del profesor, texto de unas 300 páginas, de memoria. Tras leerlo cerca de cinco veces y ya un poco molesto con la materia, decidió arrancarle cada hoja al cuaderno como si estuviera protagonizando un ritual de dignidad frente a la tan aborrecida disciplina y los métodos dogmáticos empleados en su enseñanza. Quizá alguien lo vio en medio de la faena y corrió la voz que llegó a nuestros días con matiz de leyenda.

Al llegar el examen, las respuestas fueron literales del libro, no existía margen de error, no había manera de malas interpretaciones; era la respuesta y el combate al dogmatismo, pero la nota no varió: ¡otra vez 60 puntos! Parece que aquel profesor no leía las pruebas.

Fue su pasión por la lectura la que guio al genio en ciernes a través de los textos martianos, a las crónicas de las guerras independentistas y al conocimiento más extraordinario de nuestra historia, base de toda su ideología en ciernes.

La palabra hablada: Eterna compañera

Para Fidel, la oralidad no constituyó solo vehículo de expresión de ideas; esta fue por sí sola creadora de vínculos y ardores cercanos al alma. Me cuenta Katiuska Blanco que tenía en alta estima el diálogo directo, conocer hasta los detalles que aparentemente pudieran parecer insignificantes para el resto, aunque para él tenían una gran importancia. Conversar con todos, tomar sus opiniones y consideraciones, significaba la piedra angular de la formación de su criterio.

En el documental Comandante, de Oliver Stone, declara su afición por dedicar «el máximo tiempo a conversar con los compañeros, a comentar sobre distintos temas. Sobre problemas, porque hay que buscarles soluciones».

Y cómo no ver que conversar era una de las grandes pasiones que tenía, si sus memorias radican en extensos y profundos diálogos con el periodista Ignacio Ramonet y con la ya citada Katiuska Blanco.

Regreso a la naturaleza

El paso de los años ha dejado su huella en el cuerpo robusto, alto y esbelto de antaño. Ya la espalda ha ido cediendo..., pero la mente mantiene la lucidez de los primeros años, solo que ahora la memoria posee grandes cantidades de información y experiencia.

El tiempo es distribuido metódicamente, muchas horas a la lectura, otras tantas a la reflexión, escribe frecuentemente y siempre visita las plantaciones cercanas.

Acercarnos a los gigantes puede causar miedo, pavor quizá, pero si queremos entender los latidos de nuestros días resulta indispensable sumirnos en la sombra de los grandes cubanos que habitan el bosque de la Patria.

Mientras más nos acerquemos a los protagonistas de nuestra historia, seremos capaces, en mayor medida, de entender su heroicidad. Solo encarnando sus circunstancias y su vida, conoceremos el porqué de las acciones que emprendieron. Nunca debe hablarse del martirologio sin antes decirse con propiedad las causas que lo impulsaron. Así se aprende con fruición y hasta con deleite la historia: sintiendo el calor de quien la construye y rozando las balas de aquellos a quienes les dieron muerte.

«Los que no creen en la inmortalidad creen en la historia», dijo una vez nuestro Apóstol José Martí. Yo no creo en la inmortalidad de los hombres; confío en el engrandecimiento de la historia, contada, no como la oda de un Aquiles o un Áyax, sino como la voluntad consagrada de un pueblo que, guiado por algunos de sus más singulares miembros, ha decidido construir la utopía del nuevo mundo, del diferente, aquel que sería solo nuestro.

Ahora sostengo las manos del héroe benevolente, del hombre consagrado a su Patria, cargado de virtudes, aunque no exento de defectos. Y me mira a los ojos, siento en las profundidades de su mirada un llamado a seguir, a continuar construyendo, a ser como él, pero en mis propias circunstancias. Dignidad, pura dignidad constituyeron aquellos tiempos en que tuvo que levantarse a la libertad. Sacrificio y entrega fueron las horas cargadas de luz. Fue un hombre unido al destino de su pueblo. Su voz atronadora y sus ideas sin fin apenas comienzan a expandirse por el mundo.

Bobó a la cubana

 Decía el pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín que la fuerza expresiva de Fidel estaba en sus manos, la proyección de sus discursos se hallaba allí, entre las falanges, pero aquellas manos no solo eran dedicadas al señalamiento y a la expresión oral, sino que eran también hacedoras de múltiples delicias culinarias. Porque el Comandante era un chef excepcional, un amante de los buenos sabores, un conocedor de los misterios de la cocina.

En el libro Fidel y la religión, del intelectual brasileño Frei Betto, el autor relata cómo le mostró a Fidel una receta de bobó de camarones, y el Comandante, a falta de un ingrediente esencial innovó el plato «a la cubana». Tampoco el mundo de las especias y los sabrosos olores pudo escapar de su alma de hidalgo creador.


Respuesta  Mensaje 15 de 26 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 26/11/2017 08:48

¿Quién es Fidel?

La única manera de mantener a Fidel y sus principios vivos en la Cuba que vendrá es entenderlo a plenitud y seguir su ejemplo. El riesgo más grande es, en definitiva, colocarlo en un pedestal

 

Autor:

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Ania Terrero
 

La pregunta ha estado latente desde el principio y en todo el camino hasta aquí: desde que empezó este suplemento y en cada una de sus páginas, desde que la muchacha de la portada se sentó frente a la computadora, desde que nueve estudiantes de Periodismo se reunieron en un aula de la Facultad de Comunicación para llenar la pizarra de ideas dispersas mientras se cuestionaban, una y otra vez, qué historias contar.

Porque en realidad la muchacha no existe. O existe de muchos modos. Ella es la suma de todos nosotros, los estudiantes de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana y del Instituto Superior de Diseño que pensamos, diseñamos y redactamos este suplemento especial de principio a fin. Ella es también el símbolo de una generación.

Nuestra generación no conoció a Fidel de cerca. Lo vimos en algunos de sus últimos actos públicos y aprendimos quién era leyendo, escuchando, en la escuela, por nuestros padres. Fidel se nos volvió, sobre todo, un mito: un héroe de discursos sublimes, hazañas inmensas y logros irrepetibles.

El 25 de noviembre de 2016, cerca de las 11 de la noche, Fidel Castro, el hombre, murió. Y corrimos el riesgo de quedarnos solo con el héroe. Porque al niño enamorado de la naturaleza, al joven deportista, al estudiante universitario,  al hombre pícaro con respuestas sutiles, al barbudo soñador, al buen lector, al que creía en la justicia social como punto de partida de cualquier proyecto, no lo conocíamos con profundidad.

Muchos repetimos convencidos la consigna que salió de entre la gente: Yo soy Fidel.  En medio de aquel silencio raro en el que se sumió la Isla confirmamos que, a pesar de no haberlo conocido bien, Fidel había dejado marcas en nosotros. Probablemente no fuimos hasta aquellos días conscientes de cuánto lo habíamos aprehendido. Y en aquel momento fue suficiente.

Un año después no basta con repetir la frase. Entender todo lo que implica identificarse con Fidel y decirse igual a él es un paso decisivo en la construcción de los roles de esta generación. Hay que seguir viviendo, sí, pero sobre todo hay que aprender a seguir viviendo.

Cuba está ahora ante su mayor desafío. La actualización de nuestro modelo económico y social junto con el paulatino proceso de cambios nos ponen una vez más frente al reto de transformar muchas cosas para que la esencia siga siendo la misma. Nosotros, los jóvenes, siempre seremos protagonistas.

La única manera de mantener a Fidel y sus principios vivos en la Cuba que vendrá es entenderlo a plenitud y seguir su ejemplo. El riesgo más grande es, en definitiva, colocarlo en un pedestal.

Con esa idea como punto de partida empezó este suplemento. Intentamos todo el tiempo, en cada trabajo, con cada perspectiva, poner el mito a contraluz, contar las historias del hombre, entender realmente quién era.

En algún momento comprendimos que 12 páginas no serían suficientes para mostrar tantas facetas, tantas historias, tantos rasgos. Hace falta mucho más espacio y tiempo para contarlo, pero fue un buen comienzo.

Nuestra Isla tiene muchas cosas por construir, pero habrá una certeza implícita en cada noviembre: Fidel definió la historia de Cuba. De cada joven que lo conozca, lo entienda y lo haga suyo, depende que sea parte del presente y del futuro.


Respuesta  Mensaje 16 de 26 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 26/11/2017 08:53

Democracia con aliento cubano

Jóvenes profesores de Derecho miran al sistema electoral del país. Los guían luces y criterios encaminados por la pasión y el conocimiento. Como alumbra también la vocación fidelista que ideó la institucionalidad de la Revolución

 

Autor:

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Juventud Rebelde
 

Si de democracia (o de cualquier asunto) hablamos, mucho se le intenta señalar a Cuba desde la voz de quienes tratan de silenciar cualquier triunfo y gritar el mínimo desliz. Pero en estos días de elecciones vale resaltar que, por su esencia, pocos sistemas electorales son tan democráticos como el de este archipiélago auténtico.

Tal autenticidad fue destacada por el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz: «(…) desde que hicimos la primera Constitución, nosotros no copiamos, sino que elaboramos ideas sobre cómo debían ser las elecciones en nuestro país (…)», expresó en 1993, durante una reunión con los candidatos a diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular y delegados a la Asamblea Provincial en la capital.

No solo por la mentada transparencia, no únicamente por la tranquilidad y participación que suscita este momento de todos, no exclusivamente porque guían los méritos y el compromiso con la gente. Todas estas verdades son cardinales. Pero define sobre todo el carácter popular innegable de unos representantes en el poder que salen del barrio y por este son nominados, controlados y hasta revocados si no cumplen el mandato que el pueblo asigna.

Esas son verdades innegables. Y se deben al diseño genial que naciera en 1974 con el mismo Poder Popular, y la guía central del Comandante en Jefe, Fidel Castro, quien pensó, ayudó a construir y avaló el sistema electoral cubano de un modo en el que nadie lo había respaldado aún en su modelo de gobierno para un país del mundo moderno.

De muchas corrientes tiene el sistema electoral cubano, que defiende instituciones de democracia directa que propician el control del poder desde la base de la ciudadanía. Pero posee, sobre todo, el aliento nuestro. «(…) teníamos que crear algo nuevo, algo más justo, algo más equitativo, algo más democrático, algo más puro, porque la preocupación fundamental era preservar la pureza de nuestro proceso electoral(…)», señaló Fidel ese mismo día.

Mas, porque hoy ande el país camino a sus urnas, porque continúan las elecciones luego a su segunda etapa, porque se inician las conformaciones de los órganos de poder en los municipios para luego llegar a las provincias y al país, y también porque son estos nuevos tiempos en los que ningún pensamiento joven y comprometido está de más si de repensar nuestras legislaciones se trata —sobre todo luego de que el General de Ejército Raúl Castro, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros validara la necesidad de actualizar la Constitución de la República— es que cinco profesores universitarios de la Facultad de Derecho miran de cerca el sistema electoral cubano.

¿Por qué es el adecuado o no para el país de hoy? ¿Qué debe actualizarse y cuáles esencias son fortalezas que lo distinguen y jamás podrían modificarse? Todas estas valoraciones llegan a Juventud Rebelde del criterio de muchachas y muchachos que empeñan su día a día desde la academia y la formación de otros y, a su vez, se desempeñan como supervisores de las elecciones que ahora vive Cuba.

 Esencias

«Los procesos electorales son expresión de las condiciones económicas, políticas y sociales de la sociedad y el Estado. No son siempre las mismas elecciones de un período a otro. No podemos pensar que el proceso electoral que vivimos hoy es el mismo del de hace cinco años atrás.

«Cada uno es resultado del trabajo de los órganos de representación popular de una sociedad e inicia la constitución de los órganos de poder del Estado. Estos procesos son un termómetro para medir las condiciones de una sociedad: sus niveles de participación están vinculados a la gestión de la representación», comparte Orisell Richards Martínez, profesora de Derecho Administrativo y quien ha sido supervisora por varios períodos electorales.

«El sistema electoral cubano se define como democrático participativo porque no solo da la posibilidad de elegir a nuestros representantes, sino que está concebido y estructurado para que los electos por el pueblo rindan cuentas a este de su gestión, pues en ellos se delega poder y capacidad de acción», define Amanda Laura Prieto Valdés, profesora de Derecho Constitucional.

«Con la reforma de la Constitución de 1976, efectuada en 1992, se logró evidenciar un progreso en la estructuración del sistema electoral, porque inicialmente la base solo elegía a escala municipal y era el municipio quien seleccionaba a sus representantes a nivel provincial y nacional. Después del 92 el pueblo nomina y elige a sus representantes municipales, provinciales y nacionales», destaca quien se estrena como supervisora este año.

Mientras, Orisell resalta que el hecho de que en el proceso electoral municipal se pueda apreciar presencia directa de los ciudadanos en la propuesta, nominación y elección, es un ejemplo reconocido por quienes estudian el sistema electoral como consagración plena del ejercicio del poder de la voluntad ciudadana. «A nivel provincial y nacional, las propuestas las realizan las Comisiones de Candidatura. Luego la nominación corresponde a las asambleas municipales y la elección es de los ciudadanos. Pero de la elección municipal depende la estructura», dice.

Para Richards Martínez, una fortaleza que ayuda al conocimiento es que participan muchos ciudadanos en el proceso, no solo para ejercer sus derechos, sino como autoridades electorales.

Ese razonamiento recuerda también la guía fidelista de que «(…) Hay que hacer que el máximo de ciudadanos participe en las elecciones que, como ustedes saben, es un acto absolutamente voluntario, nadie está obligado (…)», expresó en 1997 durante una reunión provincial de cuadros y dirigentes de la capital.

«La transparencia pública durante el conteo de los votos es esencial, al igual que la presencia de las nuevas generaciones en las urnas. De esto se ha hablado mucho, pero es que no se encuentra en otros procesos electorales, y va asociado a la tranquilidad de los ciudadanos», dice la joven profesora.

Lisandra Esquivel Cabezas realiza su tesis de Maestría sobre los órganos electorales, una entidad que considera perfectible desde el aumento de la capacitación, porque la mejoría de cada estructura es la garantía de un proceso exitoso. Esta profesora del Departamento de Jurídicos Básicos se estrena como supervisora en estas elecciones.

«El sistema político cubano, al estar configurado desde el hecho de que la participación del pueblo tiene que ser constante y no simplemente en las elecciones, tiene esa visión integral del contacto entre elector y electo. Eso lo nutre mucho, al menos en principio y en su concepción desde la Constitución, que establece mecanismos de participación popular como la fórmula eleccionaria, la rendición de cuentas del representante, y la revocación del pueblo.

«Ese diseño es genial y muy democrático. Hay quien se cuestiona nuestra democracia, pero en su concepción, este diseño aboga porque el pueblo pueda estar constantemente en contacto con las decisiones políticas que se toman en el país», dice.

Sustenta el vicedecano Yuri Pérez Martínez que hay algo que no debe perderse de ninguna manera: la dinámica electoral de la municipalidad cubana, porque es una cuestión que singulariza a nuestro sistema electoral.

Dentro de los estudios de su maestría, Lisandra destaca que una de las cuestiones favorables de los órganos electorales ha sido la incorporación de los colaboradores, porque vincula a esa juventud que hay que motivar.

«Cumple doble función: apoya la responsabilidad de la Comisión Electoral y educa cívicamente a ese estudiante universitario, compelido a mirar el proceso por dentro para ver qué está bien y qué podría perfeccionar», analiza.

Amanda Laura comparte que su responsabilidad como joven profesora le hace conocer las interrogantes de los muchachos, y por eso puede responderlas. Una de las más frecuentes, dice, es sobre el mecanismo para la elección del Jefe de Estado y de Gobierno. Debemos explicar que no está concebido que aparezca en la boleta y el ciudadano vote por él, sino que el sistema electoral cubano es para ir eligiendo, en cada nivel, a los representantes, y después se conforma la estructura de poder, refleja Amanda.

A Orisell le preocupa mucho que las personas conozcan bien el funcionamiento del sistema porque de ello depende la participación ciudadana. «Debemos vincular más a los jóvenes, que sean más visibles y entiendan. Quisiera que muchos más fueran autoridades electorales, pero tenemos que motivarlos para que participen. Los colaboradores son una experiencia muy valiosa como parte del compromiso social que forma la universidad. Que estén los jóvenes es la garantía de los procesos de futuro», evalúa.

«La legalidad y la participación son garantías de la transparencia y la seguridad jurídica, de credibilidad en nuestro sistema político. La participación ciudadana no depende solo del sistema, sino de formar al joven en su educación cívica y de que se sienta parte», resume.

El poder permanente 

Harold Bertot Triana es profesor de la Facultad de Derecho y ya defendió su maestría sobre las Comisiones de Candidaturas, uno de los entes que más interés suscita entre quienes piensan al sistema electoral cubano. Su trabajo propone un enfoque más democrático de estas.

«Existen personas que consideran que  se puede prescindir de las Comisiones de Candidaturas en el sistema electoral y en el modelo político nuestro, pero opino que este ente cumple un rol importante donde hay un solo partido que, por ley, no participa en las elecciones.

El rol de estas Comisiones es la selección de la gente más capaz y de mayor integración revolucionaria para proponerlos como precandidatos ante las asambleas municipales e integrar las provinciales y la nacional, además del presidente y vicepresidente en estas instancias, y el Consejo de Estado.

«El 50 por ciento de los que integran la Asamblea Nacional es electo en la base. Por eso podemos decir que este es un sistema de los más democráticos del mundo: porque quien te representa en el máximo órgano de poder del municipio es propuesto y elegido por la gente del barrio», apoya este autor de varios textos jurídicos e históricos.

Bertot Triana no está de acuerdo con que se haya sacado al Partido de estas Comisiones en la reforma de 1992. «La Constitución establece que el Partido es la vanguardia del pueblo organizada. Entonces ¿por qué no participa en las elecciones? Se debe regular su participación en la constitución y funcionamiento de esas candidaturas; debe llevar sus propuestas y que sean debatidas también en las organizaciones», defiende, y señala el carácter designativo por ley de dichas comisiones.

«La propuesta de mi tesis de Maestría es que ese espíritu democrático se lleve también a la integración de las Comisiones de Candidaturas por su importante rol. Debe haber un proceso eleccionario en las mismas estructuras organizativas de cada sitio, en el que esa persona que se eligió y los representará, vaya mandatada con una propuesta de quién considera que debe integrar la Asamblea Nacional y constituir presidencia y vicepresidencia», considera, y agrega que esa podría ser una manera superior de canalizar los anhelos y propuestas del pueblo que integra esas organizaciones.

A su tesis se une Lisandra Esquivel para llamar la atención sobre la pertinencia de que las organizaciones conciban en su reglamento cómo desarrollar dicho proceso. «Debería haber una línea común en la forma de hacerlo, cumpliendo con los principios de la democracia. El proceso debería someterse a votación para acordar cómo desarrollarlo», argumenta.

Otro asunto sobre el que llaman la atención es la necesidad de que los delegados municipales del Poder Popular ejerzan su poder para solventar los problemas.

«Pareciera que el propósito de delegados y diputados es explicar la política del Estado, pero son ellos quienes deben construir las acciones y ser canalizadores de los anhelos de la gente. Eso requiere cambios estructurales importantes, y regulación normativa, para controlar cómo usarán ese poder», razona Harold.

«Esa es la base de la democracia representativa: que no sea solo elegir, sino que esa persona rinda cuentas y cumpla con el mandato. Este modelo está pensado para que la elección no sea la única forma de participación del sistema político y la sociedad. Si esta persona no logra cumplir con todos esos momentos de participación, el pueblo no se toma en cuenta ninguno», advierte Lisandra.

Harold Bertot razona entonces que no puede ocurrir que alguien integre el máximo órgano de poder de un municipio y no tenga capacidad de resolver las dificultades.

«Todas estas son instituciones de democracia directa que no existen en otros modelos. En el sistema parlamentario, por ejemplo, una vez que se elige al representante, él se irresponsabiliza de su elector y sigue la disciplina del Partido. Los autores que defienden ese modelo dicen que la rendición de cuenta y todos estos procesos son reliquias históricas. Pero ¿qué es la democracia si no buscar la mayor participación política?», valora el profesor.

«Un criterio sostenido es que hay que examinar las instituciones reconocidas hoy dentro del nuevo constitucionalismo latinoamericano, porque deberíamos adoptar algunas, además de fortalecer las que tenemos. Venezuela, Bolivia y Ecuador tienen tres constituciones paradigmas de esto porque son brillantes», resalta.

Valora también que en el mundo están ausentes los modos de controlar el poder, cuando esas son las formas más genuinas de que la gente participe en la política. «Debe ser el pueblo soberano, y contar con los mecanismos y herramientas, no solo para elegir, controlar y decidir, sino para participar políticamente siempre, porque la política no se acaba en las elecciones», comparte.

Un sistema electoral del XXI

Cuando se habla de cuánto pudiera actualizarse el sistema electoral que posee Cuba hoy, estos profesores dejan muy claras varias esencias que son irrenunciables. Pero se aventuran también, con toda la responsabilidad social y teórica que ello implica, a señalar algunos caminos que pudieran emprenderse para atemperar aún más las verdades que hoy guían las elecciones en Cuba. Ese es su modo de responder al compromiso inviolable con la Revolución y Fidel como su faro eterno.

«Las cubanas y cubanos del siglo XXI debemos tener claridad de cuáles son los elementos que se deben modificar en torno al sistema electoral para lograr mayor democracia. Las reformas deben transitar por el papel que asignemos a los órganos representativos del poder popular dentro del sistema político cubano. La importancia de los órganos electivos pauta las modificaciones», valora Yuri Pérez.

Entre los asuntos que se deben repensar, el Vicedecano señala la necesidad de ampliar el tiempo del mandato popular, porque cuando el delegado comienza a conocer su demarcación, debe someterse a otro proceso electoral.

«Desde el punto de vista de la estructura institucional, es oportuno contar con organismos permanentes que rectoren la actividad electoral. Por la importancia de las dinámicas electorales, deben permanecer la Comisión Electoral Nacional y los demás organismos electorales; así como contar con estabilidad en las autoridades electorales.

«Sería provechoso reestructurar el mapa electoral de Cuba, siempre cuidando que no se afecte la representación política y que permita facilitar la comunicación elector-elegido», comparte e incluye también entre las modificaciones que defiende la creación de una jurisdicción especial para temas electorales, que permita el acceso a un tercero imparcial por si se vulnera algún derecho en este orden y exista una decisión de los organismos electorales que no satisfaga a los ciudadanos. «Por supuesto que sería respetando el entramado estatal cubano y los principios de organización y funcionamiento que lo rigen», apunta.

«Algo que se debe valorar, a partir de la vigencia de determinadas disposiciones jurídicas migratorias, es un fenómeno que el sistema actual provoca: el abstencionismo técnico o estructural. Los cubanos que salen del país —dentro del término de 24 meses que la norma establece— no pierden su condición de elector y deben estar en el registro electoral. Al no existir la institución del voto en el extranjero, no votan por imposibilidad estructural. Es importante que esto se aclare, pues puede condicionar las cifras de participación del proceso», alerta.

«En cuanto a los candidatos, sin el ánimo de hablar de campañas electorales tradicionales, ajenas a nuestro sistema, estimo que se debe perfeccionar la manera en que se presentan y el contenido de las biografías. En muchas ocasiones los méritos no están expresados, pues se concentran más en una enumeración de los centros en los que estudió y laboró, que en sus cualidades», dice.

Orisel Hernández se suma a las sugerencias añadiendo la importancia de dar a conocer más cómo funciona ese proceso, con una presencia más activa de las Comisiones de Candidaturas en el cómo realizan todo, para que las personas sientan que han sido parte de las propuestas.

«Todo esto podría ser objeto de valoración dentro de los cambios al sistema electoral. Esa es una decisión que debería llevarse a debate y debemos participar todos porque cada quien tiene sus opiniones. Hay que crear espacios para esos diálogos porque los ciudadanos son los principales destinatarios de la gestión de esos órganos de representación del poder popular en el país.

«En la medida en que ellos se sientan más parte de ese proceso, será mejor, aunque no dependerá solo de la participación, sino de la eficacia y eficiencia de la gestión de esos órganos y de la credibilidad y confianza en el diseño de este sistema, que considero muy válido y tiene méritos desde su constitución, pero podría ajustarse a los grandes retos de Cuba en el futuro e insertada en un mundo con las características de hoy», recapitula.

«¿Cuáles son los momentos cruciales en los que debo participar para sentirme parte de la sociedad? Esa es una pregunta que todos debemos tener clara, porque luego nos cuestionamos algunos conceptos y no hemos sido capaces de participar en esos procesos y hacer conciencia ciudadana, con esa educación cívica proactiva de que un joven tenga que vincularse a esos momentos que deciden la vida política de un país», comparte Lisandra Esquivel.

«A lo mejor es una relación de causa y efecto: no participan lo suficiente porque hay que modificar alguna estrctura. Pero otra parte tiene que ver con comprometerse y estar en los momentos de decidir. Si la mayoría de los jóvenes se dieran cuenta de esto, tal vez hubiese más muchachos propuestos en las asambleas de nominación. Necesitamos un cambio hacia más proactividad en la juventud», es su llamado.

Junto a sus criterios va también la idea fidelista de aquel mismo 1997,  siempre llena de fuerza histórica «(…) es necesario que estas elecciones sean superiores a cualquier otra; es necesario que estas elecciones demuestren lo que es la Revolución y la fuerza de la Revolución (…)».

 

 

 La participación activa de los jóvenes dota al proceso electoral de mayor dinamismo. Foto: Roberto Morejón


Respuesta  Mensaje 17 de 26 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 26/11/2017 08:58

Dos hermanos que hicieron, hacen y harán historia

La relación de amor, respeto y admiración que unió a Fidel y Raúl transformó para siempre el destino de un país. ¿Qué hizo que estos dos revolucionarios decidieran andar de la mano por la vida?

 

Autor:

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Susana Gómes Bugallo
 

No hay amor más enorme y trascendente que el que nace de la admiración de las enterezas del otro. Cuando dos personas se conocen con exactitud y devoción, se siguen, se apoyan y son capaces de poner sus virtudes personales al servicio de los ideales comunes —sin importar en qué es mejor uno o qué potencialidades tiene el otro—, se crea una combustión especial digna de encender cualquier utopía. Ese fue el destino de los hermanos Fidel y Raúl Castro Ruz, dos hombres que han liderado un pueblo con el empeño singular que cada uno ha puesto a la lucha.

Para algunos momentos, prevaleció el rol de Fidel como hermano mayor; en otros, la audacia de Raúl constituyó un motivo de liderazgo en la relación. Aunque la historia y la incuestionable vocación y aptitud de paladín de Fidel lo llevó a convertirse en símbolo de un país, la prueba inconfundible de las aptitudes de Raúl es la que lo señaló como el legítimo heredero del mandato de una nación que sabe reconocer cuando tiene delante a un hombre de bien. Su presencia imprescindible en la liberación de este país confirma que nadie lo merecía tanto como él, que siempre ha estado cerca del líder, como ese colega preciso con el que se requiere emprenderlo todo. Así lo ha confirmado el pueblo y los compañeros de lucha guerrillera y partidista.

Como buenos hermanos que saben quererse, no desperdiciaron públicas muestras de cariño en hacer valer el amor que se prodigaban. Sin embargo, esos lazos invisibles que crean las causas comunes hicieron de esta combinación de caracteres una alianza especial para rescatar del vacío a los más olvidados. Los hechos están al alcance de la memoria. Los testimonios no mienten, como tampoco falla la coherencia de lo que trasciende al tiempo.

«Es para mí un privilegio que, además de un extraordinario cuadro revolucionario, sea un hermano», dijo quien por décadas condujera sabiamente las riendas de Cuba. «Fidel es Fidel, todos lo sabemos bien. Fidel es insustituible y el pueblo continuará su obra cuando ya no esté físicamente», afirmó Raúl cuando en el 2008 asumió la responsabilidad de mandatario. «El Comandante en Jefe de la Revolución Cubana es uno solo», ratificó.

Amor con amor se paga

Pero toda la historia que se ha vivido tiene su inicio. Y siempre en los primeros capítulos  están las más importantes razones del libro. Raúl fue el cuarto hijo de la familia, después de Ángela, Ramón y Fidel. Luego vinieron Juana, Enma y Agustina. De entre los otros seis hermanos, el que siguió a Fidel en la lucha revolucionaria fue él. Y eso tiene su peso en la admiración que le profesó, en el cariño y los lazos de complicidad que los unieron. ¿Cómo no estar juntos si ambos corazones latían al mismo ritmo, cada cual con su intensidad?

Ya desde sus primeros años, Raúl dio muestras inconfundibles de apego a sus hermanos cuando los visitó en el colegio católico de los Hermanos de La Salle e insistió en quedarse aunque todavía no tenía edad escolar. Allí se fue «contagiando un poco» del carácter de Fidel o de las consecuencias de estar próximo a él, pues la dirección del centro le dijo a Lina y a Ángel que sus hijos eran «los tres bandidos más grandes que habían pasado por la escuela». Fidel sonreiría al recordar aquello.

Según el juicio de quienes conocieron al más chiquito de los varones, mientras se formaban en el colegio de Dolores de Santiago de Cuba, este sobresalía por su carácter vivo y travieso, le gustaban las burlas, y gastarle bromas al serio Fidel, quien le dio algún cocotazo, antes de que Ramón interviniera y restableciera el orden. «Raúl era entonces un poco malcriado, a veces yo tenía que regañarlo, pero Ramón era su defensor», contó el Comandante en Jefe en la famosa entrevista que concediera a Ignacio Ramonet.

Dicen también los vecinos de su natal Birán que Fidel heredó los rasgos del modo de ser de Don Ángel, en tanto Raúl se parecía más a Lina. Tal vez por eso la relación se complementaba muy similar a la de sus padres. La manera de ser del progenitor influyó en la manera de entenderse de sus hijos, pues este nunca interfería en sus hechos ni pensamientos. Lina corrió con la mayor parte de la educación de los muchachos, en la que incluyó enseñanzas de la ética de las Sagradas Escrituras.

Justo cuando Fidel se graduó con buenas calificaciones del Colegio de Belén en 1945, Raúl ingresó a esa institución. Pero solo permanecería allí hasta el siguiente año, por una queja que el director del Colegio enviara a su padre, quien lo sacó y lo puso a trabajar en el campo, donde ocupó diferentes obligaciones hasta que lo llevó a la oficina de la finca. Desde allí, supo que Raúl se preocupaba demasiado por la situación social de su entorno y pensó que lo mejor sería enviarlo a La Habana para que Fidel se encargara de él, le pidió «hacer de Raúl un hombre». Fidel asintió gustoso y se comprometió a encargarse personalmente de su educación.

«Cuando iba de vacaciones, escuchaba solo críticas de nuestros padres, les digo: "Denme la responsabilidad, yo me ocupo de él", y entonces empecé. Él estaba por la libre allí. Más tarde, le di a leer algunos libros, le interesaron, le desperté el interés por el estudio y entonces concebí la idea de que él había perdido equis tiempo, que pudiera hacer estudios universitarios y había una vía, que era a través de la llamada carrera administrativa. No era muy difícil; si usted estudiaba esa carrera podía ingresar después a estudiar una carrera de letras, derecho diplomático y hasta abogado, algunas carreras. A mí se me ocurrió esa idea, convenzo a mis padres y él viene para La Habana. Pero ya yo, en esa época, me dedicaba a adoctrinar a todo el mundo», comentó Fidel.

El primer libro que Fidel le dio a leer fue El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, de Federico Engels. En ese entonces ya ejercía como abogado mientras Raúl estudiaba Administración y ya se había convertido en activista del movimiento estudiantil. Luego ingresó por su cuenta a las filas comunistas porque, como destacó su hermano, él «siempre tuvo criterios muy propios». «Raúl ya era bien de izquierda y, realmente, quien lo introdujo en las ideas marxistas-leninistas fui yo», arguyó.

En medio de las protestas por el golpe de Estado de Batista, ambos coincidieron en que la lucha armada era la única salida a la situación que se había creado.

Ideas compartidas

Aunque Fidel fue el organizador de la acción del Cuartel Moncada, la actuación de Raúl fue destacada por su hermano. Recién reclutado le fue asignada la toma del Palacio de Justicia. Y, aun cuando era un combatiente de fila, supo preservar la vida de sus compañeros.

«Raúl salva a esta gente y se salva él. Actuó rápido, con mucha velocidad: ve que el sargento aquel anda con una pistola, temblando, entonces le arranca la pistola y hace prisioneros a los que los tenían prisioneros a ellos; y después se retiran», narró Fidel reconociendo que nada de esto estaba previsto en el plan.

Es el primer moncadista en partir a México pues ya lo acusaban de poner bombas. Allí establece el contacto con la famosa María Antonia González, quien cedió su casa a los luchadores. Conoce también al Che.

Luego de la travesía del yate Granma, el espíritu de Raúl volvió a reanimar los planes de Fidel. Él conservó dos armas después del revés de Alegría de Pío, y el primero se apareció con cinco. De ahí la frase de que ese era arsenal suficiente para triunfar. Raúl reconoció bromeando después que en ese momento pensó que Fidel se había vuelto loco. Sin embargo, lo siguió.

Las virtudes de Raúl como soldado en esos momentos iniciales fueron resaltadas por Fidel, cuando el hoy General de Ejército atravesó la zona montañosa de la región oriental. «Con 50 hombres cruzó, fue el primer cruce del llano y lo hicieron perfecto, crearon el Segundo Frente Oriental, se desarrollaron y ya crearon columnas; Raúl tenía la facultad de nombrar comandantes», expresó.

No obstante, episodios como el ocurrido unos días después del desembarco, cuando se encaminaban a la Sierra Maestra, demuestran que Fidel nunca tuvo concesiones con él porque fuera su hermano. En aquel momento, al creer que este había violado su orden de silencio, dispuso que le entregara el mando del pelotón a Ramiro Valdés. Como el hecho tuvo lugar en el pelotón de Almeida, este valioso hombre aclaró lo sucedido y todo volvió a la normalidad.

Un dúo inseparable

Dentro del grupo estratégico de Fidel —lo que él llamó hombres muy seguros que llevaban la misma escuela adonde quiera que llegaban— señaló a Almeida, Raúl, al Che y a Camilo. «En cuanto se anunciaba algún peligro de invasión, Raúl para Oriente, Che para Pinar del Río, Almeida para el Centro y yo para La Habana, nos dividíamos los mandos», dijo. Fue a su hermano a quien dejó a cargo de todo Oriente mientras él se dirigía a La Habana en los primeros días de enero de 1959.

El 9 de febrero de ese año Fidel lo mandó a buscar y lo nombró segundo jefe militar del país. Antes, el 19 de enero, fue el responsable de ofrecer una conferencia de prensa en el Palacio Presidencial donde probó disímiles crímenes de la dictadura batistiana. Dos días después, con ovación frente al Palacio, el pueblo aprobó la propuesta de Fidel de que, de ser asesinado por el enemigo, Raúl fuese su sustituto en la dirección del Movimiento 26 de Julio. Sabía lo que hacía y él no fue hombre de andar confiando en cualquiera, menos para la conducción de su gran sueño.

Otros momentos de la historia los unieron en singular complicidad de estrategas. Ambos participaron en las conversaciones iniciales con los enviados soviéticos cuando la Crisis de los Misiles en 1962. Además, Raúl protagonizó buena parte de las relaciones entre Cuba y la antigua Unión Soviética. En ocasión de la zafra del 70, como en otras contiendas cañeras, las fuerzas militares encabezadas por Raúl apoyaron los proyectos que enarbolaba Fidel. Los planes de uno (muestra de disciplina y unión estratégica) eran siempre respaldados por toda la entrega del otro.

Así ha sido en otras cuestiones fundamentales para el país como la política migratoria, formulada fundamentalmente por Fidel pero implementada por Raúl. Igual ocurrió con el derrumbe del campo socialista, hecho que anticipó y se encargó de tomar medidas. Raúl, por su parte, se convirtió además en propulsor de la agricultura urbana y se hizo cargo de las conversaciones con los cuadros del país en los primeros años de la década de los 90, con el propósito de elevar la combatividad de los dirigentes del Partido y el Estado.

Nikolai S. Leonov, autor de Raúl Castro, un hombre en Revolución, y amigo personal del General de Ejército cubano, dice en su texto biográfico: «Si Fidel en todas las circunstancias ha sido el Comandante en Jefe, aquel (Raúl) se ha mantenido siempre como jefe de su Estado Mayor. El potencial de creación de Fidel es enorme, y la materialización de sus decisiones ha requerido no pocas tareas, en cuya puesta en práctica, desarrollo y control se ha destacado el talento de Raúl, su tenacidad, carácter ordenado y capacidad de trabajo».

Lo resume de otro modo: «Raúl Castro pertenece a la estirpe de estadistas que jamás ha aspirado a convertirse en primera figura del Estado o del Partido. Acogió el liderazgo de Fidel Castro con total naturalidad e infinita fe en él, y ha insistido siempre en destacar su excepcional papel en la Revolución Cubana. Juntos han formado una pareja inseparable, que multiplicó por diez las fuerzas de cada uno por separado. Algunos historiadores incluso los han comparado con Carlos Marx y Federico Engels».

Si a mí me pasa algo mañana, lo eligen a él

«Se sabe que en nuestro Partido y en nuestra Revolución no puede existir, ni existirá jamás, el familiarismo», expresó Fidel en el Informe Central al Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, en el que Raúl fue electo Segundo Secretario por los muchos y demostrados méritos que lo convertían en merecedor de tal elección.

Otras acciones han dicho mucho de quien es Raúl y cómo siente por su hermano. Al proclamar que no habría otro Comandante en Jefe que no fuese él y pedir permiso para consultarle cualquier decisión; al jurar que el pueblo cumpliría con el legado fidelista, como lo proclamara en la Asamblea Nacional del Poder Popular el 3 de agosto de 1994:

«Porque tenemos una Revolución victoriosa, un pueblo heroico y un Comandante en Jefe que ha dado sobradas pruebas ante la historia, de lo que es capaz por su patria y su pueblo. Nadie como el Che lo ha definido mejor, cuando expresó: "Y si nosotros estamos hoy aquí y la Revolución Cubana está aquí, es, sencillamente, porque Fidel entró primero en el Moncada; porque bajó primero del Granma; porque estuvo primero en la Sierra; porque fue a Playa Girón en un tanque; porque cuando había una inundación por allá y hubo hasta pelea porque no lo dejaban entrar. Por eso nuestro pueblo tiene esa confianza tan inmensa en su Comandante en Jefe, porque tiene, como nadie en Cuba, la cualidad de tener todas las autoridades morales posibles para pedir cualquier sacrificio en nombre de la Revolución". ¡Así pensaba el Che, así pienso yo también!».

Al ser interrogado sobre la sucesión del mandato en Cuba, Fidel respondió al periodista Ignacio Ramonet: «a mi juicio, y lo puedo reiterar, la persona que tenía más autoridad, más experiencia y más capacidad para ejercer el papel de sustituto era Raúl. Ya le conté cómo cayó prisionero en el Moncada y cómo invirtió la situación, cómo organizó la columna que se separó allá en el Segundo Frente, e hizo un trabajo excelente como organizador militar y político realmente. Después, su misión en las Fuerzas Armadas; ha sido un educador, un formador de hombres, y con mucha ecuanimidad y mucha seriedad. Es la persona que aún hoy tiene el máximo de autoridad, y la gente tiene una gran confianza en él».

Agregó además: «Si a mí me pasa algo mañana, con toda seguridad que se reúne la Asamblea Nacional y lo eligen a él, no le quepa la menor duda. Se reúne el Buró Político y lo eligen», ratificó el hermano mayor que un día acogió la guía y formación del menor.

Más allá de todo, sus pensamientos y acciones son el resultado de una frase pronunciada por Fidel pero que resume la ideología de una estirpe revolucionaria:

«La Revolución no se basa en ideas caudillistas, ni en culto a la personalidad. No se concibe en el socialismo un caudillo, no se concibe tampoco un caudillo en una sociedad moderna, donde la gente haga las cosas únicamente porque tiene confianza ciega en el jefe o porque el jefe se lo pide. La Revolución se basa en principios. Y las ideas que nosotros defendemos son, hace ya tiempo, las ideas de todo el pueblo».

 

Fidel y Raúl, inseparables hermanos de lucha. Foto: Andrew St. George

Bibliografía:

Cien horas con Fidel, Ignacio Ramonet, Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana, Cuba, 2006

Raúl Castro, un hombre en Revolución, Nikolai S. Leonov, Editorial Capitán San Luis, La Habana, Cuba, 2015


Respuesta  Mensaje 18 de 26 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 26/11/2017 12:33
La última cita de Fidel Castro
Imagen: AFP

Hace un año usted se nos iba. Los medios de todo el mundo dijeron, con ligeras variantes, algo así como “la muerte se llevó a Fidel”. Pero, con todo respeto, Comandante, usted sabe que no fue así porque usted eligió el día de su muerte. Perdone mi atrevimiento pero ella no vino a buscarlo; fue usted, Fidel, quien la citó para ese día, el 25 de noviembre, ni uno antes, ni uno después. Cuando cumplió 90 años, le dijo a Evo Morales y Nicolás Maduro que “hasta aquí llego, ahora les toca a ustedes seguir camino”. Pero usted también siguió su camino, aferrándose a la vida unos meses más hasta el momento preciso en que había citado a la muerte para que lo viniera a buscar. Ni un día antes, ni un día después.

¿Qué me lleva a pensar así? El hecho de que en cada una de las cosas que hizo desde su juventud siempre transmitió un significado revolucionario. La simbología de la Revolución lo acompañó toda su vida. Usted fue un maestro consumado en el arte de aludir a la Revolución y su necesidad en cada momento de su vida, pronunciando vibrantes discursos, escribiendo miles de notas y artículos, o simplemente con sus gestos. Sobrevivió milagrosamente al asalto al Moncada y ahí, de “pura casualidad”, usted aparece ante sus jueces ¡justito debajo de un cuadro de Martí, el autor intelectual del Moncada! ¿Quién podría creer que eso fue un hecho casual? Es cierto: la muerte fue a buscarlo infinidad de veces, pero nunca lo encontró: burló a los esbirros de Batista que lo buscaban en México y sobrevivió a más de seiscientos atentados planeados por la CIA. Usted todavía no la había llamado y ella, respetuosa, esperó que usted lo hiciera.

Un hombre como usted, Comandante, que hacía de la precisión y la exactitud un culto no podía haber dejado librado al azar su paso a la inmortalidad. Revolucionario integral y enemigo jurado del culto a la personalidad (exigió que, a su muerte, no hubiese una sola plaza, calle, edificio público en Cuba que llevara su nombre) quería que la recordación de su muerte no fuese sólo un homenaje a su persona. Por eso le ordenó que lo viniera a buscar justo el mismo día en que, sesenta años antes, hacía deslizar río abajo -sin encender los motores- el Granma, para iniciar con su travesía la segunda y definitiva fase de su lucha contra la tiranía de Batista. Quería de esa manera que la fecha de su deceso se asociase a un hito inolvidable en la historia de la Revolución cubana. Que al recordarlo a usted las siguientes generaciones recordasen también que la razón de su vida fue hacer la Revolución, y que el Granma simboliza como pocos su legado revolucionario. 

Conociéndolo como lo conocí sé que usted, con su enorme sensibilidad histórica, jamás dejaría que un gesto como este -el recuerdo de la epopeya del Granma- quedase librado al azar. Porque usted nunca dejó nada librado al azar. Siempre planificó todo muy concienzudamente. Usted me dijo en más de una ocasión “Dios no existe, pero está en los detalles”. Y en línea con esta actitud el “detalle” de la coincidencia de su muerte con la partida del Granma no podía pasar inadvertido a una mente tan lúcida como la suya, a su mirada de águila que veía más lejos y más hondo. Además, su sentido del tiempo era afinadísimo y su pasión por la puntualidad extraordinaria. Usted actuó toda su vida con la meticulosidad de un relojero suizo. ¿Cómo iba a dejar que la fecha de su muerte ocurriese en cualquier día y sepultase en el olvido la partida del Granma y el inicio de la Revolución en Cuba? Usted quiso que cada año, al homenajear a su figura, se recordase también el heroico comienzo de la Revolución en aquel 25 de noviembre de 1956 junto a Raúl, el Che, Camilo, Ramiro, Almeida y tantos otros. Usted la citó y la muerte, que siempre respeta a los grandes de verdad, vino a recogerlo puntualmente. No se atrevió a desafiar su mandato. Y sus médicos tampoco, a los cuales estoy seguro les advirtió que ni se les ocurriera aplicarle medicina alguna que estropeara su plan, que su muerte ocurriera antes o después de lo que usted había dispuesto. Nadie debía interponerse a su voluntad de hacer de su propia muerte, como lo había hecho a lo largo de toda su vida, su último gran acto revolucionario. Usted lo planificó con la minuciosidad de siempre, con esa “pasión por los detalles” y la puntualidad con que hizo cada una de sus intervenciones revolucionarias. Por eso hoy, a un año de su partida, lo recordamos como ese Prometeo continental que aborda el Granma para arrebatarle la llama sagrada a los dioses del imperio que predicaban la pasividad y la sumisión para que, con ella, los pueblos de Nuestra América encendieran el fuego de la Revolución y abrieran una nueva etapa en la historia universal. ¡Hasta la victoria siempre, Comandante! 


Respuesta  Mensaje 19 de 26 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 29/11/2017 14:13

A UN AÑO DE SU DESPEDIDA

Fidel en sus compañeros de lucha

Su imagen vive en el pueblo que nunca le falló y supo encender desde el 25 de noviembre de 2016 la idea: Yo soy Fidel. Por eso “el pueblo cubano vencerá”, frase dicha por él en su última aparición pública se mantiene como una luz.

L

o que fue, es y será el líder histórico de la Revolución para Cuba y el mundo rebasa los límites del símbolo, el mito, la leyenda. Tan difícil es reseñar su dimensión humana, de revolucionario, de estadista, que nos queda atenernos a sus enseñanzas y a su legado para aprehenderlos. Su imagen vive en el pueblo que nunca le falló y supo encender desde el 25 de noviembre de 2016 la idea: Yo soy Fidel. Por eso “el pueblo cubano vencerá”, frase dicha por él en su última aparición pública se mantiene como una luz.

Así también lo que afirmó en una entrevista concedida a Ignacio Ramonet (Cien horas con Fidel), que sus seguidores más cercanos, los imprescindibles, nunca lo habían traicionado.

Así quiere recordarlo BOHEMIA, con testimonios de algunos de sus compañeros de lucha.

“La permanente enseñanza de Fidel es que sí se puede, que el hombre es capaz de sobreponerse a las más duras condiciones si no desfallece su voluntad de ven-cer, hace una evaluación correcta de cada situación y no renuncia a sus justos y nobles principios”. (Raúl Castro, Palabras en el acto por el aniversario 41 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Ma-nuel de Céspedes, 1994)

“La permanente enseñanza de Fidel es que sí se puede, que el hombre es capaz de sobreponerse a las más duras condiciones si no desfallece su voluntad de ven-cer, hace una evaluación correcta de cada situación y no renuncia a sus justos y nobles principios”. (Raúl Castro, Palabras en el acto por el aniversario 41 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, 1994)

“Esa fuerza telúrica llamada Fidel Castro Ruz, nombre que en pocos años ha alcanzado proyecciones históri-cas. El futuro colocará en su lugar exacto a nuestro Primer Ministro, pero a nosotros se nos antojan com-parables con los de las más altas figuras históricas de toda Latinoamérica”. (Che, tomado de revista Verde Olivo, 9 de abril de 1961).

“Esa fuerza telúrica llamada Fidel Castro Ruz, nombre que en pocos años ha alcanzado proyecciones históricas. El futuro colocará en su lugar exacto a nuestro Primer Ministro, pero a nosotros se nos antojan com-parables con los de las más altas figuras históricas de toda Latinoamérica”. (Che, tomado de revista Verde Olivo, 9 de abril de 1961).

"En mi poder el ascenso a Comandante del Ejército Re-volucionario 26 de Julio […] Gracias por darme la oportunidad de servir más a esta dignísima causa, por la cual siempre estaré dispuesto a dar la vida. Gracias por darme la oportunidad de ser más útil a nuestra sufrida Patria. Más fácil me será dejar de respirar que dejar de ser fiel a su confianza. Siempre fiel a sus ór-denes”, (Camilo Cienfuegos, carta a Fidel, 1957).

“En mi poder el ascenso a Comandante del Ejército Re-volucionario 26 de Julio […] Gracias por darme la oportunidad de servir más a esta dignísima causa, por la cual siempre estaré dispuesto a dar la vida. Gracias por darme la oportunidad de ser más útil a nuestra sufrida Patria. Más fácil me será dejar de respirar que dejar de ser fiel a su confianza. Siempre fiel a sus órdenes”, (Camilo Cienfuegos, carta a Fidel, 1957).

“Es pauta moral, arraigo a la historia, prolongación de los principios ancestrales de nuestra soberanía e inde-pendencia. Es previsión para salvaguardar el provenir de la Patria y deja una huella indeleble dentro de la Revolución Cubana y para el mundo. La grandeza de su obra le reserva su permanencia en la historia (Juan Almeida, tomado de Cubadebate)

“Es pauta moral, arraigo a la historia, prolongación de los principios ancestrales de nuestra soberanía e independencia. Es previsión para salvaguardar el provenir de la Patria y deja una huella indeleble dentro de la Revolución Cubana y para el mundo. La grandeza de su obra le reserva su permanencia en la historia (Juan Almeida, tomado de Cubadebate)

“Hoy Fidel se multiplica en Latinoamérica y el Caribe, en todos los pueblos explotados, en cualquier hombre o mujer de cualquier parte del mundo que tenga aspi-raciones de justicia para la humanidad. Fidel, en pocas palabras, es la verdad de nuestra época. Sin chovinis-mo, es el más grande estadista mundial del siglo pa-sado y de este; es el más extraordinario y universal de los patriotas cubanos de todos los tiempos”. (Ramiro Valdés. Entrevista con Luis Báez, 2006)

“Hoy Fidel se multiplica en Latinoamérica y el Caribe, en todos los pueblos explotados, en cualquier hombre o mujer de cualquier parte del mundo que tenga aspiraciones de justicia para la humanidad. Fidel, en pocas palabras, es la verdad de nuestra época. Sin chovinismo, es el más grande estadista mundial del siglo pasado y de este; es el más extraordinario y universal de los patriotas cubanos de todos los tiempos”. (Ramiro Valdés. Entrevista con Luis Báez, 2006)

“Nunca antes (de aquel primer contacto entre ambos en diciembre de 1956) había escuchado un pensa-miento político y militar tan claro. Fidel posee una pe-netrante sicología y un poder de convencimiento ex-traordinario. Por primera vez en mi vida había soste-nido una conversación tan profunda y esclarecedora sobre nuestra situación en el campo, y cuál sería el futuro del campesinado cubano”. (Guillermo García, tomado del diario Granma, 2014)

“Nunca antes (de aquel primer contacto entre ambos en diciembre de 1956) había escuchado un pensa-miento político y militar tan claro. Fidel posee una penetrante sicología y un poder de convencimiento extraordinario. Por primera vez en mi vida había sostenido una conversación tan profunda y esclarecedora sobre nuestra situación en el campo, y cuál sería el futuro del campesinado cubano”. (Guillermo García, tomado del diario Granma, 2014)

La gente que conocía a Fidel de antes, se da cuenta de verdad de lo que es Fidel. El que ve la Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos, las Milicias armadas, que Fidel ha-bló de ello a principios de la Sierra, cuando no se tenía ni qué comer... La educación al pueblo, prepararlo, porque aquí nosotros tendremos que seguir armándo-nos... Y yo pensaba: Armarnos, ¿para qué?, si una vez que ganemos no lo necesitaremos… Sí, ¡Fidel lo veía todo tan cerca! Todo lo veía”. (Celia Sánchez, toma-do del libro Los doce, 1967)

La gente que conocía a Fidel de antes, se da cuenta de verdad de lo que es Fidel. El que ve la Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos, las Milicias armadas, que Fidel habló de ello a principios de la Sierra, cuando no se tenía ni qué comer… La educación al pueblo, prepararlo, porque aquí nosotros tendremos que seguir armándonos… Y yo pensaba: Armarnos, ¿para qué?, si una vez que ganemos no lo necesitaremos… Sí, ¡Fidel lo veía todo tan cerca! Todo lo veía”. (Celia Sánchez, tomado del libro Los doce, 1967)

“Siempre he sentido lo que siente Fidel, esa confianza en la mujer, esa confianza en la tenacidad, un Fidel que ha sido siempre abanderado y admirador de la obra revolucionaria de la mujer. ¿Qué más podemos pedir?, pues trabajar duro para seguir adelante.” (Vil-ma Espín, testimonio recogido por el Memorial que lleva su nombre en Santiago de Cuba)

“Siempre he sentido lo que siente Fidel, esa confianza en la mujer, esa confianza en la tenacidad, un Fidel que ha sido siempre abanderado y admirador de la obra revolucionaria de la mujer. ¿Qué más podemos pedir?, pues trabajar duro para seguir adelante.” (Vilma Espín, testimonio recogido por el Memorial que lleva su nombre en Santiago de Cuba)

“Mi vida está dividida en dos etapas fundamentales: antes y después de conocer a Fidel Castro. Esto ocu-rrió primero por referencias y más tarde personal-mente, acrecentándose en la medida en que yo podía constatar sus cualidades personales, extraordinaria inteligencia, firme voluntad para enfrentar con sabi-duría las situaciones más complejas, y la gran nobleza y solidaridad de Fidel con sus compañeros de luchas e ideales que no era más que otra forma de expresión de su infinito amor por la Patria”. (Armando Hart, Homenaje a Fidel en Cubadebate)

“Mi vida está dividida en dos etapas fundamentales: antes y después de conocer a Fidel Castro. Esto ocurrió primero por referencias y más tarde personalmente, acrecentándose en la medida en que yo podía constatar sus cualidades personales, extraordinaria inteligencia, firme voluntad para enfrentar con sabiduría las situaciones más complejas, y la gran nobleza y solidaridad de Fidel con sus compañeros de luchas e ideales que no era más que otra forma de expresión de su infinito amor por la Patria”. (Armando Hart, Homenaje a Fidel en Cubadebate)

“… cada vez que lo veo me emociono, tal como reac-cionamos ante aquella persona que vemos por primera vez. Y eso me ocurre siempre, aún después de tantos años y de que nunca he estado demasiado tiempo sin verlo… Bueno, es tan emocionante saber que lo tene-mos, y que es de nosotros.”. (Haydée Santamaría, tomado del libro Absuelto por la historia, de Luis Báez)

“… cada vez que lo veo me emociono, tal como reaccionamos ante aquella persona que vemos por primera vez. Y eso me ocurre siempre, aún después de tantos años y de que nunca he estado demasiado tiempo sin verlo… Bueno, es tan emocionante saber que lo tenemos, y que es de nosotros.”. (Haydée Santamaría, tomado del libro Absuelto por la historia, de Luis Báez)

“Rápido nos percatamos de que era el único que podía hacer una revolución verdadera en Cuba. Respetába-mos su acción, su voz y su palabra. Fidel no tenía que pedirnos disciplina, de él emanaba una fuerza interna que nos obligaba a ser disciplinado, receptivos, a cumplir con eficiencia cada misión”. (Melba Hernán-dez. Tomado del libro Mujer de todos los tiem-pos, de Margarita Ilisñastegui y Gladys Rosa Ál-varez)

“Rápido nos percatamos de que era el único que podía hacer una revolución verdadera en Cuba. Respetábamos su acción, su voz y su palabra. Fidel no tenía que pedirnos disciplina, de él emanaba una fuerza interna que nos obligaba a ser disciplinado, receptivos, a cumplir con eficiencia cada misión”. (Melba Hernández. Tomado del libro Mujer de todos los tiempos, de Margarita Ilisñastegui y Gladys Rosa Ál-varez)

“Esta (el asalto al Moncada) es una primera lucha y Fi-del continuará otras luchas. Y tú no te das cuenta que Fidel va a vivir, que Fidel sí no puede morir, que Fidel se bate en retirada en estos momentos para las lo-mas… El que tiene que vivir es Fidel”. (Abel Santama-ría, testimonio de su hermana Haydée recogido por la periodista Marta Rojas)

“Esta (el asalto al Moncada) es una primera lucha y Fidel continuará otras luchas. Y tú no te das cuenta que Fidel va a vivir, que Fidel sí no puede morir, que Fidel se bate en retirada en estos momentos para las lomas… El que tiene que vivir es Fidel”. (Abel Santamaría, testimonio de su hermana Haydée recogido por la periodista Marta Rojas)

Fidel Castro, símbolo altísimo de esta nueva jornada de redención patria (Juan Manuel Márquez, discur-so en Palm Garden, Nueva York, octubre de 1955)

Fidel Castro, símbolo altísimo de esta nueva jornada de redención patria (Juan Manuel Márquez, discurso en Palm Garden, Nueva York, octubre de 1955)

“He podido comprobar todo cuanto me habías dicho sobre las magníficas cualidades de organizador, el va-lor y la capacidad de F(idel). Nos hemos entendido muy bien… Mientras exista el grupo de Fidel (en la Sierra Maestra) habrá esperanzas de revolución, si ese grupo desaparece no sabemos cuándo la habrá”. (Frank País, testimonios de María Antonia Figue-roa y Julio Camacho Aguilera)

“He podido comprobar todo cuanto me habías dicho sobre las magníficas cualidades de organizador, el valor y la capacidad de F(idel). Nos hemos entendido muy bien… Mientras exista el grupo de Fidel (en la Sierra Maestra) habrá esperanzas de revolución, si ese grupo desaparece no sabemos cuándo la habrá”. (Frank País, testimonios de María Antonia Figueroa y Julio Camacho Aguilera)

“Invocando (la) hospitalidad (del) pueblo mexicano y en nombre (del) estudiantado cubano, solicito de usted no autorice (la) deportación (de) Fidel Castro, comba-tiente (de la) libertad patria”. (José Antonio Echeve-rría. Telegrama enviado al Presidente de México cuando la encarcelación de los futuros expedi-cionarios del Granma en junio de 1956)

“Invocando (la) hospitalidad (del) pueblo mexicano y en nombre (del) estudiantado cubano, solicito de usted no autorice (la) deportación (de) Fidel Castro, combatiente (de la) libertad patria”. (José Antonio Echeve-rría. Telegrama enviado al Presidente de México cuando la encarcelación de los futuros expedicionarios del Granma en junio de 1956)

Fidel sigue presente

Fidel sigue presente


Respuesta  Mensaje 20 de 26 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 02/12/2017 23:14

FAR, brazo de acero de la Revolución

Las misiones cumplidas con éxito en la Patria y fuera de las fronteras nacionales le han otorgado una válida gloria, gracias al valor y la hidalguía de sus veteranos y jóvenes combatientes, mezcla de energía, vitalidad y experiencia para seguir siendo ese escudo de la nación, realmente invencibles
Del desembarco del Granma, los duros combates en la Sierra, los frentes guerrilleros y la clandestinidad, nacieron nuestras gloriosas Fuerzas Armadas Revolucionarias, que hoy cumplen 61 años, sumadas al homenaje de todo el pueblo a su fundador, Fidel

Del desembarco del Granma, los duros combates en la Sierra, los frentes guerrilleros y la clandestinidad, nacieron nuestras gloriosas Fuerzas Armadas Revolucionarias, que hoy cumplen 61 años, sumadas al homenaje de todo el pueblo a su fundador, Fidel

Por Aida Quintero Dip

Muy amadas por el pueblo y temidas por el enemigo, las gloriosas Fuerzas Armadas Revolucionarias están hoy de cumpleaños y también los hombres y mujeres que las integran para constituir un brazo fuerte y de acero en defensa de la Patria.

Nacieron el dos de diciembre de 1961 como saludo al desembarco del yate Granma, ocurrido en 1956, cuando un grupo de valientes cubanos con Fidel al frente tuvo su bautismo de fuego en Alegría de Pío, en el oriente de la Isla, tras la llegada procedente de México para ser libres o mártires.

Crecieron con la savia de las tradiciones de lucha del pueblo y atesoran años de duras batallas, libradas con inteligencia y audacia por jefes, oficiales y soldados, a quienes se les rinde merecido homenaje en esta fecha y todos los días, con la certeza de que ese cuerpo armado cuida cada amanecer el sueño de la Patria.

Ante la proverbial capacidad de las FAR para salvaguardar las conquistas de la Revolución, logradas con la sangre de sus mejores hijos y el sudor del pueblo, se han estrellado las más inverosímiles maniobras del imperialismo yanqui, ancestral enemigo de Cuba.

Forjadas en tiempos de combate, están ahí invictas como la Revolución misma, tras una historia tejida en momentos de lucha crucial contra el imperio, que no admite la existencia de una nación soberana y un pueblo que se haya resistido a sus designios y no lo hayan puesto jamás de rodillas.

Decir Fuerzas Armadas Revolucionarias es decir pueblo, Revolución, soberanía, libertad; es también hablar de hombres y mujeres íntegros, capaces de los más altruistas gestos y hazañas a favor de una causa y de un ideal.

Las FAR gana cada día mayor autoridad y prestigio a los ojos de su pueblo, por el alto espíritu patriótico-moral y su audacia que le hacen merecer siempre el respeto más sentido, considera el Héroe del Trabajo de la República de Cuba, Rolando Beltrán Hurtado.

Para el joven Reinier Hernández este cuerpo armado se halla cada día mejor preparado moral y técnicamente para ser como una antorcha encendida, vislumbrar los claros caminos de la Revolución y continuar tras las huellas de su invicto jefe de siempre: Fidel.

Contra viento y marea marcha como hueso duro de roer por el enemigo, y para los cubanos es esa FAR que acude solícita a cada convocatoria del pueblo, por ejemplo, para protegerlo ante huracanes devastadores o en la recuperación de los daños, subraya William Segura, trabajador jubilado de las comunicaciones.

Las misiones cumplidas con éxito en la Patria y fuera de las fronteras nacionales le han otorgado una válida gloria, gracias al valor y la hidalguía de sus veteranos y jóvenes combatientes, mezcla de energía, vitalidad y experiencia para seguir siendo ese escudo de la nación, realmente invencibles. (ACN)


Respuesta  Mensaje 21 de 26 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 04/12/2017 21:48
¿Qué ocurría en el mundo durante los principales momentos de la vida de Fidel Castro?

¿Qué acontecimientos políticos, sociales, culturales y científicos marcaron el curso de la Historia Universal, mientras en la mayor isla del Caribe Fidel se convertía en el líder de la Revolución Cubana y en una de las personalidades políticas más influyentes de la segunda mitad del siglo XX?

 Hace 3 días

Respuesta  Mensaje 22 de 26 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 30/12/2017 15:45

Humanismo como Sol

Todavía a Fidel no lo hemos descubierto, nos falta aún ahondar en la fibra más íntima de sus sentimientos

 

Autores:

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Osviel Castro Medel
 
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Luis Raúl Vázquez Muñoz
 
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Yunet López Ricardo
 
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Dorelys Canivell Canal
 

Ahora que está al comenzar el segundo año en que no está físicamente, vale mirar nuevamente su vida. Fidel, como sencillamente lo llaman quienes lo quieren, dejó su honestidad inmensa, su respeto a la dignidad y sus tantos sacrificios por los que menos tienen, como huellas para el camino.

«Lo hemos leído y escuchado mucho, pero aún no lo conocemos bien; hay que estudiarlo más para hallarle todos los días un significado nuevo a la gran obra que fue su vida», dice la periodista y escritora Katiuska Blanco.

Todavía a Fidel no lo hemos descubierto, nos falta aún ahondar en la fibra más íntima de sus sentimientos; porque hoy, cuando el Jefe de todos los frentes guerrilleros se ha convertido en mito, en teoría revolucionaria, y Cuba busca sus luces para seguir, nos damos cuenta de cuánto necesita la juventud cubana ir todos los días a su pensamiento humanista.

A «eso» que tenía y le permitió ganar todas sus luchas, es a donde deben ir los pinos nuevos que buscan respuestas, los que crean, los que sueñan, los que han decidido permanecer, esos que sostienen lo que él empezó a formar desde aquellas montañas del Oriente.

Nunca dejó de ser el niño que regaló sus ropas a quien no las tenía, el joven de las rebeldías supremas, el primero en lo bueno, el hombre sensible capaz de mojar sus mejillas escuchando una canción de héroes «que no han muerto al final».


Respuesta  Mensaje 23 de 26 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 08/01/2018 22:37

FIDEL SOLDADO DE LAS IDEAS

“Creo que es este un momento decisivo de nuestra historia: la tiranía ha sido derrocada.  La alegría es inmensa. Y sin embargo, queda mucho por hacer todavía.  No nos engañamos creyendo que en lo adelante todo será fácil; quizás en lo adelante todo sea más difícil. Decir la verdad es el primer deber de todo revolucionario. ”
i Discurso a su llegada a La Habana, en Ciudad Libertad, 8 de enero de 1959

Respuesta  Mensaje 24 de 26 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 27/01/2018 19:40
 | 1

Sin duda, Fidel Castro ha sido el más aventajado discípulo de las ideas y la praxis revolucionaria de José Martí. No fue pura coincidencia histórica, sino que el líder de la Revolución Cubana asumió el ideario martiano de manera consciente y entregada. Así lo ratificó en 1985 en sus conversaciones con Frei Betto: “Yo, antes de ser comunista utópico o marxista, soy martiano; lo voy siendo desde el bachillerato: no debo olvidar la atracción enorme del pensamiento de Martí sobre todos nosotros, la admiración por Martí”.


Respuesta  Mensaje 25 de 26 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 14/08/2018 21:43
El Comandante nace el 13 de agosto de 1926, en Birán, Holguín. Foto: Sitio Fidel Soldado de las ideas

Fidel siempre vivirá en el corazón de todos los revolucionarios y humanistas del mundo. Este 13 de agosto fueron múltiples las muestras de agradecimiento al Comandante en Jefe, en el aniversario de su natalicio.

Ello se debe en gran medida a que la figura de Fidel Castro no solo ha sido un símbolo en Cuba, sino también en todo el planeta, gracias a sus acciones en defensa del bienestar y la soberanía de la humanidad. Por esta razón, los cubanos y los pueblos del mundo rememoran sus acciones y evocan su legado.

Líderes, gobiernos y partidos, pueblos de diversas geografías, se sumaron al recuerdo, la evocación y el infinito cariño que brindó el pueblo cubano a su eterno líder.

Uno de los grandes amigos de Cuba, el presidente de Venezuela Nicolás Maduro, junto al pueblo bolivariano, se hizo eco de los 92 años del natalicio del Comandante.

«La Patria Bolivariana conmemora los 92 años del nacimiento del comandante Fidel Castro. El gigante de la Revolución Cubana. Su vida entera la dedicó a la lucha contra el imperialismo norteamericano para liberar del yugo opresor a los pueblos del mundo ¡Fidel Vive, la Lucha Sigue!», escribió el mandatario en la plataforma digital Twitter.

Significó, además, que el líder cubano no solo hizo de su país un Estado socialista y soberano al situarlo a la cabeza en los rankings regionales de salud y educación, sino que también dedicó su vida a la unidad de los países subdesarrollados.

El Movimiento de Amistad y Solidaridad Mutua Venezuela-Cuba realizó en Caracas un Coloquio Internacional en recordación del pensamiento de Fidel y Chávez.

«Rendimos homenaje a uno de los más grandes revolucionarios de la historia, Fidel Castro, quien nació el 13 de agosto de 1926», escribió el presidente boliviano, Evo Morales a través de su cuenta en Twitter. De esta manera destacó valores como el coraje y la solidaridad del líder de la Revolución Cubana con sus vecinos del hemisferio y del resto del globo.

Añadió que Fidel, con su genio, capacidad y coraje, devolvió la dignidad al pueblo cubano, venció al imperialismo y mostró al mundo lo que es la solidaridad.

 FIDEL: CIUDADANO DEL MUNDO

Poesía, canciones y profundos discursos de recordación a su obra e ideario destacaron igualmente en Costa Rica a propósito de la fecha.

En la sede del Partido Vanguardia Popular (PVP), oradores de diversos partidos, movimientos, comités y agrupaciones sociales, así como a título personal, exaltaron la estatura política y moral de Fidel Castro, su capacidad de unir al pueblo cubano en torno a las ideas revolucionarias, su internacionalismo militante y su solidaridad con los más necesitados del mundo.

En nombre del Comité Costarricense de Solidaridad con Cuba, Jorge Gamboa calificó de imprescindible a Fidel Castro, protagonista excepcional y líder indiscutible de la gesta heroica que es la Revolución Cubana.

El presidente del PVP, Trino Barrantes, exaltó que celebrar el natalicio de Fidel Castro es saber que un 13 de agosto de 1926 llegó al mundo alguien que dejó una huella de revolucionario incorruptible.

Desde el otro lado del mundo también se homenajeo a Fidel. Así lo hicieron la comunidad cubana residente en China, el cuerpo diplomático acreditado en la capital de ese país y miembros de las brigadas de solidaridad en ese hermano pueblo.

Durante una ceremonia en el Jardín de la Paz de Beijing, se recordó el legado del eterno Comandante en Jefe, así como la vigencia de su pensamiento y accionar en el ideario del pueblo del gigante asiático.

La consejera Lisbet Quesada, Encargada de Negocios  de la misión diplomática cubana, comentó que el pueblo chino recuerda con cariño el impulso dado por Fidel a las relaciones bilaterales.

María Cheng, una de esas estudiantes chinas de hace más de 50 años, expresó su agradecimiento al pueblo y Gobierno cubanos por permitirle hacer sus estudios en el país caribeño.

«Fidel es un gran líder de la Revolución cubana, muy querido y muy respetado por el pueblo, también fue un gran amigo de China», enfatizó.

El presidente de la Fundación China para la Paz Mundial, Li Ruohong, manifestó su deseo de que la cooperación entre los dos países se siga fortaleciendo en este 2018, cuando se cumplen 58 años del establecimiento de los vínculos diplomáticos.

Cuando celebramos este cumpleaños de Fidel lo hacemos con esa fe en la Humanidad, en su humanismo y en su espiritualidad, exclamó la académica india Sonya Surabhi Gupta.

El Comité de Solidaridad con Cuba en la India celebró el aniversario del natalicio de Fidel, en acto que destacó el rol de su pensamiento para resistir la ofensiva de la derecha.

«En la India, hacia Cuba y hacia la figura de Fidel siempre ha habido un gran respeto. Fidel es una figura muy estimada para muchos indios y no solamente para los de la izquierda», apuntó.

«El legado de Fidel es haber podido ensanchar su base de apoyo y solamente él pudo hacerlo a través de su humanismo, única manera de contrarrestar ese discurso de odio de la derecha», insistió Gupta.

Los integrantes del movimiento de solidaridad con la Mayor de las Antillas en la ciudad de Vancouver (Columbia Británica) forman parte del amplio coro de personas que a nivel internacional celebran el onomástico del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana.

Incansable luchador por la justicia y actitud inquebrantable son cualidades de Fidel Castro que resaltan amigos de Cuba en Canadá.

Para Ali Yerevani, editor político del periódico Fire This Time, «la más grande contribución de Fidel ha sido su ejemplo de verdadero y honesto liderazgo».

«El legado de Fidel de duro trabajo, dedicación, dignidad y espíritu revolucionario internacionalista se quedará con nosotros para siempre, así como con el pueblo cubano y el mundo», indicó.

Con miradas desde el corazón de cada revolucionario cubano y del mundo, Fidel continúa vivo. Son 92 años de su ejemplo, de sonrisas, de solidaridad, humanismo, internacionalismo, cultura, patriotismo.

MENSAJES DESDE LAS REDES SOCIALES:


Respuesta  Mensaje 26 de 26 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 13/09/2018 11:15

Tras las huellas de Fidel (II): En Quang Tri, territorio libre en Viet Nam del Sur

Por: Magali García Moré
En este artículo: CubaFidel Castro RuzHistoriaPolíticaVietnam
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Fidel Castro saluda a los soldados de la liberación. Foto: VNA.

Tras el histórico viaje de Fidel a Vietnam en 1973, la periodista Magali García Moré, fue reconstruyendo el recorrido del Comandante en Jefe y publicó en el periódico Granma una serie de trabajos que, del 12 al 15 de septiembre, reproducimos en Cubadebate.  

Estamos en el paralelo 17. La pretendida línea con que el imperialismo yanqui ha querido crear dos Viet Nam para debilitar la acción de lucha de un solo pueblo. Atrás dejamos el distrito especial de Vinh Linh, y su capital Ho Xa, virtualmente arrasada, en cuyo planeamiento trabajarán arquitectos e ingenieros cubanos. El heroísmo sin igual que ha sido capaz de desarrollar este pueblo nos trae a la memoria las palabras del Comandante en Jefe Fidel Castro, en Dong Hoy, cuando afirmara que “para nosotros, poder cooperar con el pueblo de Viet Nam es un alto honor por el cual tenemos que darles las gracias”.

A lo largo de la carretera número 1, la actividad en las aldeas y caseríos hablan de trabajo creador. En algunos tramos la carretera hace las veces de secaderos de arroz, mientras en las parcelas, hombres, mujeres y muchachos cortan y entongan las espigas doradas del preciado grano. Se borran los daños de la destrucción llevada  cabo en el camino heroico que hoy nos conduce a Quang Tri, y por que un día no lejano podremos continuar hasta Saigón.

Al llegar al puesto de Hien Luong, en una sencilla construcción de madera acuñan nuestros pasaportes indicando la salida de la RDV. Antes de alcanzar el puente de pontones sobre el río Ben Hai pasamos bajo el arco construidos con los “containers” de los cohetes y sobre el cual se lee la frase de Presidente Ho Chi Minh,” Viet Nam es uno, la nación vietnamita es una”.

En la otra orilla del río ondea al viento de la tarde, sobre el altísimo mástil, la bandera roja y azul con la estrella amarilla que anuncia que estamos en la zona liberada de Viet Nam del Sur.

Los funcionarios de la Aduana que solicitan nuestros pasaportes hablan el mismo idioma y tienen igual fisonomía que los que permanecen en la otra ribera del río. Una misma historia de lucha los identifica como miembros de una sola nación. En las paredes de la sala de espera cuelgan tres fotos: la del querido tío Ho, la del Presidente del Consejo de Asesores del Gobierno Revolucionario Provisional, Nguyen Huu Tho, y la del presidente del GRP, Huyn Than Phat.

El territorio que a continuación recorremos constituye una de las zonas más ricas y fértiles de la provincia de Quang Tri, en la que vivía una población dedicada al cultivo del arroz y del té, fundamentalmente. En 1967, los campesinos de la región fueron llevados a los campos de concentración, creados por los norteamericanos y conocidos bajo el eufemístico nombre de “aldeas estratégicas”. Las áreas de cultivo fueron minadas y cercadas por alambradas desde el borde mismo de la carretera. Hoy, al costo de vidas humanas se recuperan grandes áreas donde sólo existía la manigua. Paulatinamente crecen los terrenos cultivados de arroz, donde antes solo se “sembraban”  y crecían la muerte y el terror.

El 85 por ciento del territorio de la provincia ha sido liberado. El 15 por ciento restante permanece en poder del ejército títere saigonés, que es casi su único poblador, toda vez que muchas familias pasaron a vivir a las regiones liberadas, y los que permanecen en terreno enemigo fueron conducidos a la antigua ciudad imperial de Hue, en la zona de Hai Lang.

La provincia tiene unos 300 mil habitantes, y por ella cruzan importantes carreteras, como la número 1 y la número 9, esta última con una extensión de 80 kilómetros, desde Dong Ha hasta la frontera con Laos, pasando por la base de Khe Sanh.

Fidel en Quang Tri. Foto: VNA.

Quang Tri ganó importancia enorme para los agresores yanquis por su cercanía con el norte. Hubo momentos en que se mantuvieron en ela provincia cuatro divisiones, sin contar las fuerzas títeres. Este fue el lugar escogido para construir las  “líneas defensivas” con las que pensaban eliminar toda posibilidad de acción de las masas en su lucha patriótica.

La primera línea es la archifamosa “barrera electrónica MacNamara”, que integraban las bases Doc Mieu, Con Thieu y la de Bai Son, y al este, la colina 31.

La segunda línea se extendió desde el puerto de Cua Viet, pasaba por la ciudad de Dong Ha, el distrito de Cam Lo y continuaba por las colinas 241 544, hasta la base de Khe Sanh.  El “estómago”  de esta línea—su base de suministro y apoyo—lo establecieron en la base de Ai Tu, luego de reconcentrar la población de cuatro aldeas y arrasar con sus casas. Enel páramo que aquí quedó instalaron su potente maquinaria de guerra, de donde, pocos años después salieron completamente derrotados.

Contra su potencia de armas y hombres, técnica destructiva y operaciones represivas de todo tipo se levantó el pueblo que desde 1954 hasta la liberación empleó todas las formas de lucha: política, de guerrillas, clandestina, alzamientos. Y ese camino está jalonado con la vida de tantos combatientes cuyo sacrificio no resultó en vano



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