Azotada por las ausencias más valiosas en la historia de 'su' Foro, Davos parece estar dispuesto a recuperar sus viejos días dorados de gloria cuando fungía como lugar ideal para la recuperación de acaudalados y prominentes enfermos de tuberculosis, luego de que en 1853 el médico alemán Alexander Spengler constatara esa condición 'mágica' sanadora del lugar gracias a su microclima.
Y de tratamientos para curar enfermedades como la tuberculosis y otras dolencias pulmonares, pasó a intentar curar la economía del mundo mediante la realización anual del Foro Económico Mundial, donde se discuten los mejores antídotos para las dolencias de los países y sus trabajadores. Todo hecho 'con altura': 1560 metros sobre el nivel del mar, allí donde el mundo se puede mirar desde 'arriba'.
Pero las ausencias de los jefes de Estado de las principales potencias mundiales, como EEUU, Rusia, China, Reino Unido, Francia, e incluso México, están llevando a Davos por el camino de la 'tuberculosis' de su propio Foro, una decadencia que se reflejaba hace casi cien años en la 'Montaña Mágica', y que ahora se actualiza.
El Foro Económico Mundial de Davos no deja de ser una especie de escaparate mundial en el que se escenificaba una comunicación entre los grandes poderes económicos, financieros y políticos del mundo, según el Dr. Armando Fernández Steinko, profesor de la Universidad Complutense de Madrid.
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Para el analista, es una instancia de una idea del mundo basado en criterios de multilateralidad, o al menos de pre multilateralidad en el que se intercambian ideas y argumentos que luego no tienen por qué dar pie a decisiones multilaterales, pero que al menos fundamentan una opinión pública mundial a alto nivel.
Para el experto, el hecho de que se hayan producido tantas ausencias este año no es una buena noticia "porque sintomatiza –por diferentes razones– un debilitamiento de la idea de multilateralismo en una coyuntura relacionada con las manifestaciones del presidente de EEUU, Donald Trump, –desde que asumió el poder– de poner fin a la idea multilateral del mundo para sustituirla por una unilateral en la que cada país ve a los demás como enemigos frente a los cuales intenta imponerse unilateralmente en función de su propio poder político, económico y militar".
Total, que el objetivo de las reuniones este año era el de buscar nuevos modelos para lograr la paz, la inclusión y la sostenibilidad que se adapten a un mundo en el que cada vez es más necesaria una mayor integración global y donde los actuales modelos de gobernanza intentan lograr una acción coordinada de todas las potencias mundiales.
En este sentido, el estudio estudio 'Success personified in the Fourth Industrial Revolution' realizado con más de dos mil altos cargos de empresas de 19 países y presentado en el Foro, concluye que ahora mismo los directivos son más conscientes que hace un año acerca del desajuste entre el talento actual y el requerido para la era de la Industria 4.0.
Según la encuesta realizada por Deloitte, menos del 50% de los directivos cree que "se está haciendo todo lo posible" para crear fuerza laboral acorde. Mientras, un 57% opina que el sistema educativo necesita ser rediseñado para preparar a las personas para la cuarta revolución industrial, y confían más en acceder al talento necesario a través de la formación de sus actuales plantillas [el 43%] que a través de nuevas contrataciones [25%].
Asimismo, estos directivos afirman que disponen de muchas opciones tecnológicas y, en algunos casos, no tienen una visión estratégica que les ayude a guiar sus esfuerzos. Muchos de ellos consideran que la presión por obtener resultados a corto plazo limita su capacidad para compartir conocimiento para implementar estrategias. Únicamente el 29% cree que sus empresas tienen claramente definidos los procesos de toma de decisiones.Te puede interesar: Cisnes negros: Trump podría provocar un desastre en la economía mundial
Pese al incuestionable potencial económico y social de la Industria 4.0, muchas organizaciones invierten en tecnología más para proteger su posicionamiento [23%] que para emprender un proyecto real de transformación y disrupción [67%]. Los directivos señalan que las principales barreras en este sentido, son el enfoque en los resultados a corto plazo y una falta de conocimiento sobre cómo implementar esta tecnología.
En este contexto, el miedo al trabajo escaso y sin derechos se hace carne en Davos. Un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo llama a mantener el trabajo sostenible y la protección de los trabajadores. El dossier examina cómo lograr un mejor futuro de trabajo para todos en un momento de cambios sin precedentes y disminución de derechos y garantías laborales.
Para Sharan Burrow, secretaria general de la Confederación Sindical Internacional, "este informe muestra lo que podrían ser las consecuencias, incluyendo el posible impacto de un mundo sin derechos. Mucha gente está viviendo así ahora mismo. Hablo de los refugiados, hablo de mucha más gente. Hicieron huelga 200 millones de personas en la India hace solo tres semanas. Se trata de gente que está tan furiosa como desesperada y que quieren un cambio".
Mientras, la secretaria general de la Federación Mundial Sindical, Christy Hoffman, opinaque la frustración acumulada con ocasionales vías de escape es consecuencia de las postergación de los trabajadores.
"Tenemos que poner a los trabajadores en el centro de todo esto, de lo contrario, la globalización simplemente no funcionará para los trabajadores. Mucha gente se queda atrás.Ahora tenemos sociedades que están extremadamente polarizadas. Los trabajadores sienten que la globalización es para las élites, que no va con ellos. Han visto la creciente desigualdad de ingresos y salarios y tenemos que cambiar todo eso".
En tanto, los dirigentes sindicales presentes en Davos advirtieron que el desfase de las leyes para proteger a los trabajadores y la merma de derechos pueden hacer descarrilar la globalización. Convinieron que el aumento de la desigualdad podrá generar violencia.
"Entender la globalización significa entender realidades financieras y productivas muy complejas. Y protestar contra ellas también requiere del conocimiento de esas realidades para diseñar alternativas. En el momento en que esa complejidad queda fuera, es muy difícil arracimar todos estos intereses para presentar una alternativa viable a la actual forma de globalización", sentencia el Dr. Armando Fernández Steinko.