San Agustín, nació en el año 354, en Tagaste (hoy, Souk-Ahras, argelia). En su juventud llevó una vida turbulenta y desordenada. Cultivó los estudios clásicos; posteriormente se hizo maniqueo ( teoría que admite un principio supremo del bien y un principio supremo del mal); decepcionado cayó en el escepticismo, para luego profesar el platonismo. Por fin, gracias a la influencia de Santa Mónica, su madre, y de San Ambrosio se convirtió al Cristianismo en el año 387. Desde 395, fué Obispo de Hipona. Combatió el Maniqueísmo, el donatismo ( que pretendía una Iglesia Africana, independiente de Roma) y el peliagianismo ( que negaba o limitaba de la gracia), y murió en el año 430, cuando hacía tres meses que los vándalos sitiaban la ciudad de Hipona.
Sus principales obras son las siguientes:
**Contra los Académicos; contra el escepticismo-
**De Libero Arbitrio (sobre la libertad y el problema del mal)
** De Beata Vital. (acerca de la felicidad)
**Soliloquis, De Vera Religione de Trinitate, La Ciudad de Dios (primera obra de Filosofía y Teología de la Historia) y las **Confesiones donde relata ( hacia el año 400) su vida, con verdadero espíritu de unión con Dios.
El tema central de la Filosofía Agustiniana es el Alma y Dios. Conocer el propio interior, lo subjetivo, y, a partir de ahí, elevarse a Dios, es su programa filosófico.
"De lo exterior a lo interior, y de lo inferior a lo superior. "Dios es más íntimo a mí, que yo mismo".
La Filosofía de San Agustín es, entre las antiguas, la que mejor se acomoda al espíritu contemporáneo. Ni el existencialismo, ni el relativismo, ni las incursiones son extrañas a la vida y a la obra de este sabio platónico-cristiano. Rechaza el materialismo y el escepticismo y, una vez posesionado de la verdad de Dios y del cristianismo, lucha denodadamente contra las grandes herejías de su tiempo. Su actividad es gigantesca y apasionada. Él mismo expresó su infatigable lucha con su conocido lema: "Nos hiciste para ´Tí, e inquieto está nuestro corazón, hasta que descanse en Tí.
_La verdad y la Teoría de la Iluminación_
El tema de la Verdad es central en un autor; que como San Agustín, recorre diversas posturas filosóficas, conoce la amargura y el escepticismo, se acoge luego a la doctrina de Platón, y, por fin se instala en los ideales cristianos. Contra los escépticos de la Nueva Academia, sostiene varias tesis irrefutables, entre las cuales descuella la misma existencia, sostenida como algo indubitable, pues las mismas equivocaciones la corroboran: " Si falor, sum" ( si me equivoco , existo). Posteriormente Descartes ( Siglo XVII) rechazará el escepticismo con una tesis semejante: "Cogito Ergo Sum" ( pienso, luego existo)
La Verdad no debe buscarse en el exterior del hombre, sino en su mismo interior. No son los sentidos quienes la proporcionan, sino la actividad del espíritu racional.
La Verdad es eterna e inmutable, luego no proviene de las cosas que son mutables. La Verdad es el mismo Dios, y sus ideas son los modelos de estas cosas materiales e imperfectas.
Atentamente.
Cathalinna