Vayamos en busca del individuo, no de sus circunstancias. Lo que importa es el valor humano, en sus infinitas proyecciones.
La condición social no siempre señala la verdadera naturaleza del hombre; rico o pobre; interesa de él su conducta frente a la vida.
Ella descubre la “trastienda del ser” . Es decir lo que pertenece a la esencia legítima de su personalidad puesta en función de ideas y sentimientos.
(extraído del diario Clarin, BsAs)