“Las características diagnósticas de la ciencia que la distinguen de la pseudociencia son:
Repetibilidad: se busca de nuevo el mismo fenómeno, de preferencia mediante investigación independiente, y la interpretación que se le da se confirma o se descarta mediante nuevos análisis y experimentación.
Economía: los científicos intentan resumir la información en la forma que sea a la vez más sencilla y estéticamente más agradable (combinación que se llama elegancia), al tiempo que produce la mayor cantidad de información con la menor cantidad de esfuerzo.
Medición: si algo puede medirse adecuadamente, utilizando escalas aceptadas de manera universal, las generalizaciones sobre ello dejan de ser ambiguas.
Heurística: la mejor ciencia estimula otros descubrimientos, a menudo en direcciones nuevas e impredecibles; y el nuevo conocimiento proporciona una prueba adicional de los principios originales que llevaron a su descubrimiento.
Consiliencia: las explicaciones de fenómenos diferentes que es más probable que sobrevivan son las que pueden conectarse unas con otras y resultar mutuamente consistentes.
La astronomía, la biomedicina y la psicología fisiológica poseen todos estos criterios. La astrología, la ufología, la ciencia de la creación y la ciencia cristiana, lamentablemente, no poseen ninguna. Y no debe pasar desapercibido que las verdaderas ciencias naturales se traban entre sí en teoría y en indicios para formar la base técnica inerradicable de la civilización moderna. Las pseudociencias satisfacen necesidades psicológicas personales pero carecen de las ideas o de los medios para contribuir a dicha base técnica.”
Edward O. Wilson
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