sin escucharte diciendo que me amas,
sin pedir que lo repitas una vez más,
sin decírtelo yo… Despacio… En tu oído.
Imagíname solitario,
preso de la rutina, de un horario,
tachando cada día del calendario
los días en que no soy feliz.
Imagina a mis ojos,
vestidos de tristeza, llorosos,
cómplices de la nostalgia y la melancolía,
anhelando en tu mirada encontrar una salida.
Imagíname sin ti…