VERDADES DEL AMOR
Descubrí que…
No hay acción más valiente que la de amar, no hay mayor muestra de amor que el perdón, no hay riesgo más grande que entregarlo todo por amor, no hay mayor error que negarse a él.
No hay derrota que puedas disfrutar mas que la de rendirte en brazos del amor y dejarte invadir, no hay mayor victoria que aprender a amar bien, no hay trago más amargo que sacrificarse por amor.
No hay huella más notoria que la de una herida de amor, no hay satisfacción más grande que sobrevivir a esa herida. No hay mayor gloria que conquistar un corazón, no hay oficio mejor recompensado que saberlo cuidar.
No hay voz más lastimera que la de un alma adolorida, no hay alma que no pueda currar el calor y la ternura de un amor. No hay tristezamás grande que desprenderte de quien amas, no hay felicidad más intensa que saber que no te olvida.
No hay recreo más hermoso que ocupar el tiempo pensando en quien amas, no hay mayor inspiración que en el centro de tu ser. No hay lugar más bello para habitar que en un pecho abierto a ti, no hay emoción más constante que escucharlo latir por ti.
No hay palabras dichas o escritas capaces de describir esa emoción, pero no hay mayor regocijo que pasar horas intentándolo.
Así es el amor…
No hay suspiros que puedan contenerlo más de un par de segundos, no hay lágrimas que aclaren tanto los ojos como para poder verlo, no hay boca que a fuerza de besos pueda arrancarlo, no hay caricias, aún por ser las más tiernas que puedan retenerlo… no para siempre.
No hay pies que no se lastimen al tratar de alcanzarlo, no hay manos que no ardan evitando que huya cuando quiere. No hay mayor temor que cuando lo sientes tuyo… pues sabes que al perderlo, ¡lo pierdes todo!
Aunque…
entre las ruinas y el desorden, las meditaciones y el llanto, entre las bóvedas blanqueadas de un pasado enterrado y la espera de un futuro que no se sabe si el porvenir ha de parir.
Aún con la terrible vocación de mártir y el deseo de ser sacrificado, con la cabeza entre las rodillas y el corazón debajo de los pies, en la mayor desesperación y desasosiego, en la quietud del cuerpo y la lucha encarnizada y violenta del alma, aún cuando todo acaba…
sientes la mano tibia en el hombro, y al oído la voz que apacigua hasta la tempestad más desaforada, ahí está él, siempre lo ha estado, aunque tú no lo hayas buscado, diciendo: todo está bien, confía en mí, sólo pronuncia con fe: Así es.
Y entonces…
Cuando todo has vivido y el amor regresa a tu lado, no hay mayor seguridad que caminar tomados de la mano, pero no de las de ambos, sino de aquella de quien es mayor que tu, el que para amar te ha creado.
AUTOR:ANGELICA GALVAN
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