La nueva moneda del FMI, el diablo según los conspiracionistas
Juan Carlos Rodríguez | 1/03/2010 - 16:56
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La propuesta del director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, de una "moneda propia" que suplante un día al dólar como divisa de reserva en todo el mundo ha sido acogido por los conspiracionistas con un grito de alarma: ¡que viene el Nuevo Orden Mundial!
La teoría de la Conspiración acerca de la imposición de un Nuevo Orden Mundial -un clásico en permanente reelaboración- sin embargo, siempre ha mantenido que la imposición de un gobierno mundial impulsado por la élite económica (Fondo Monetario Internacional y Reserva Federal, Club Bildelberg o los Illuminati, entre otros, siempre con Georges Soros y Henry Kissinger como ideólogos) llegaría después de un colapso económico producido por la imposición de una moneda única mundial y la depreciación previa, por ejemplo, del propio dólar y el resto de monedas.
No es exactamente lo que el viernes propuso Strauss-Khan, pero, según los conspiranoicos, va en ese camino, llegándose a hablar, en los habituales, por ejemplo, con el calificativo de "la moneda satánica del Satánico Orden Mundial".
El director gerente del FMI argumentó la futura "moneda propia" como una forma de "reforzar el papel del Fondo como guardián de la estabilidad del sistema", lo que requiere "una clarificación y actualización de nuestra misión", según dijo. Frase que, en algunos foros y webs conspiranoicos, se ha destacado como la confesión de lo que está por llegar.
Lejos de la realildad
En este sentido, Strauss-Kahn explicó que el nacimiento de una divisa internacional no está cerca de convertirse en realidad, pero dejó muy claro que tener una alternativa al dólar "limitaría la dependencia del sistema monetario internacional de las decisiones de un sólo banco central".
Cierto que hay unanimidad en que la nueva moneda internacional no debe estar asociada a ningún país y debe ser completamente independiente. El problema es cómo hacer el tránsito hacia la nueva divisa sin provocar un colapso.
En varias páginas se cita una entrevista a Damon Vickers, uno de los principales portavoces de las teorías de la conspiración, en el canal estadounidense CNBC "Si la crisis monetaria mundial se desarrolla, entonces, inevitablemente, se irá a un gobierno mundial global. De una moneda mundial nueva se puede avanzar hacia un nuevo orden mundial".
Y, para los conspiraciones, evidentemente el control de esa moneda: ¿El FMI? ¿Banco Mundial? ¿El Club Bildelberg? En todo caso, se sugiere, organismos cuyos representantes forman parte de la élite económica mundial:
"Ahora, exactamente como fue predicho, todo el mundo desde Kissinger a Soros están utilizando la crisis económica para pedir un nuevo orden financiero internacional de mayor control de los mercados financieros mundiales (léase: no electo, irresponsable y no democrático)", se puede leer en una de estas webs.
DEG, la "moneda propia"
En principio, esta "moneda propia" del FMI serían los DEG (Derechos Especiales de Giro), la moneda artificial ya puesta en marcha, aunque no se trata más de una hipótesis. El anuncio de Strauss-Kahn, en cualquier caso, coincide con el ya hecho con la petición de la ONU hace un año y con los deseos de China o Rusia.
La ONU afirmó que el papel del dólar como moneda de reserva mundial debe ser reconsiderado, tal y como venían exigiendo Rusia, China y las principales economías emergentes del planeta. De este modo, la institución aboga por la creación de un nuevo Bretton Woods, que deberá ser negociado entre los principales gobiernos, para establecer un nuevo sistema monetario y de cambio que sustituya al actual.
Sin embargo, hay una justificación para la aparición de este tipo de teorías conspirativas: dentro de los círculos financieros internacionales ya se lleva años hablando de la desaparición del dólar como la divisa dominante en el sistema financiero internacional, incluso se especulaba con la aparición inminente de una moneda, el Amero, que lo sustituirá no sólo en Estados Unidos, sino que sería impuesta como la moneda única de Norteamérica, es decir, además de México y Canadá.
Básicamente, el amero era presentado como una moneda común proyectada para unir el mercado financiero de México, Estados Unidos y Canadá. Y con proyección de futuro, a muy largo plazo, en toda América. Una hipotética propuesta para una unión monetaria, refrendado por ASPAN (la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte).
"Versiones oficiales"
En la red cohabitan quienes auguran su implantación y viabilidad inmediata; quienes anuncian su llegada como un cataclismo, y quienes, simplemente, no creen que esto del amero sea cierto porque no hay versiones oficiales. La cuestión es que al Amero norteamericano, parece haberle tomado el relevo, con toda su carga conspiranoia, otro amero universal. La diferencia es que aquí, innominado o aún balbuciente, sí comienzan a haber "versiones oficiales".
En particular, las principales economías emergentes agrupadas en el BRIC (Brasil, Rusia, India, China) ya propusieron en la Cumbre del G-8 en L?Aquila, Italia, buscar una nueva moneda de reserva global, distinta al dólar. Como uno de los principales candidatos a sustituirlo se postuló también al DEG o SDR en sus siglas en inglés, que Dmitry Mevdeved, presidente de Rusia, llegó incluso a mostrar físicamente -"pueden verla y tocarla", dijo- como una "moneda unida mundial futura", que podrían usar también los ciudadanos. Algo que, en todo caso, está por ver.
¿Ha llegado el momento?
Mevdeved usó ciertamente una moneda, en oro, un diseño sobre el que no hay ninguna oficialidad. Y que en Internet se difunde -imposible saber si es la misma que exhibió apenas un segundo el presidente ruso- destacando que esconde en su figura central el perfil de un Baphomet, supuesto ídolo masónico y satánico. Montaje o no, simboliza la reticencias de los paranoicos a una nueva moneda mundial.
La pregunta es: ¿ha llegado el momento de hablar de estas cosas ya definitivamente en serio y sin conspiranoias de fondo? Parece que sí, como lo demuestra, según Ramón Tamames, "la circunstancia de que una serie de proyectos sobre la creación de nuevas monedas comunes, de carácter más o más regional, han ido siendo abandonadas en los últimos años", como el sucre de la Alianza Bolivariana de las Américas (Alba).
Aunque el sucre es otra cuestión: "Es un paso a nuestra soberanía monetaria para liberarnos de la dictadura del dólar, que el imperio yanqui le impuso al mundo", según el presidente venezolano Hugo Chávez, quien en noviembre de 2008, en pleno apogeo de la crisis económica mundial, fue el impulsor de esta iniciativa.
"Sustituir el dólar por una moneda artificial podría resolver algunos de los problemas relacionados con los grandes déficit por cuenta corriente [esto es, falta de ahorro] que presentan algunos países y ayudaría a la estabilidad", según señala Detlef Kotte, uno de los autores del informe presentado hace dos años por la ONU en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). Sin embargo, "también se precisa un nuevo sistema de tipo de cambios. Los países deben mantener unos tipos de cambio [monetario] reales [ajustados a la inflación] estables".
Llega la hora de la verdad.
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En mi opinión, eso sigue una cortina de humo y esperaremos cual es la verdadera imagen de la bestia del mar y también de la tierra.