UNA GRAN MENTIRA DE LOS JUDAIZANTES SABATARIOS
Por Tito Martínez
Los judaizantes sabatarios enseñan que solo los salvos guardan el sábado, es decir, lo que ellos enseñan es que para ser salvos hay que guardar el sábado, y si no guardas el sábado, entonces -según ellos- uno no podrá salvarse. ¿Y donde dice la Biblia que nosotros ya somos salvos?, que me den los pasajes. La salvación es algo que los santos recibirán solo en el futuro, cuando Cristo venga en gloria (Heb.9:28). Los santos de la Iglesia guardamos los mandamientos de Dios, y cumplimos la ley cuando amamos al prójimo (Ro.13:9-11), ¡pero no guardamos el sábado!, por la sencilla razón de que los primeros cristianos jamás lo guardaron, ya que el sábado es la señal de un pacto perpetuo entre Dios y la nación de Israel (Ex.31:15-17), NO ENTRE CRISTO Y SU IGLESIA.
Estos modernos judaizantes enseñan que la Iglesia de Cristo guardará el sábado durante el Milenio, ahora bien, ¿donde dice la Biblia que durante el Milenio LA IGLESIA DE CRISTO guardará el sábado?, ¡en ninguna parte!, eso es una pura invención y una fábula mentirosa.
El sábado fue un pacto entre Dios y la NACION DE ISRAEL, no entre Cristo y su Iglesia.
Estos modernos judaizantes que han falsificado el verdadero Evangelio siempre citan Isaias 66 para enseñar que la Iglesia de Cristo guardará el sábado durante el Milenio, sin embargo, esa profecía no dice por ninguna parte que la Iglesia de Cristo guardará el sábado durante el Mileno, el texto está hablando solamente de la nación de Israel, cuando sean restaurados en su tierra prometida, leámoslo:
Isa 66:20 Y traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, por ofrenda a IEVE, en caballos, en carros, en literas, en mulos y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén, dice IEVE, al modo que los hijos de Israel traen la ofrenda en utensilios limpios a la casa de IEVE.
Isa 66:21 Y tomaré también de ellos para sacerdotes y levitas, dice IEVE.
Isa 66:22 Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de mí, dice IEVE, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre.
Isa 66:23 Y de mes en mes, y de día de reposo en día de reposo, vendrán todos a adorar delante de mí, dijo IEVE.
Como podemos ver, el pasaje está hablando bien clarito de los hijos de Israel, ¡no de la Iglesia de Cristo!, y cuando ellos sean restaurados en su tierra prometida entonces TODOS ELLOS vendrán a adorar de sábado en sábado al Señor. El pasaje no habla por ninguna parte de la Iglesia de Cristo, sino solo de la nación de Israel.
Muchos enseñan que cuando ese pasaje dice "todos" se refiere a todos los seres humanos del mundo, y por tanto, según ellos, todos lo seres humanos del planeta guardarán el sábado, pero esa interpretación es muy falsa, porque el "todos" solamente se refiere a los hijos de Israel. Observe como el verso 20 está hablando de TODOS los hijos de Israel que están esparcidos por todas las naciones de la tierra, y el verso 23 dice que esos mismos TODOS, es decir, los hijos de Israel, irán de sábado en sábado a adorar delante del Señor. Por lo tanto, esa profecía de ninguna manera se refiere a todos los seres humanos, sino solamente a los hijos de Israel, ¡son ellos los que guardarán el sábado, pues el sábado fue dado por pacto perpetuo solamente a la nación de Israel, jamás a todas las naciones de la tierra!.
Estos modernos judaizantes siempre citan Santiago 2:14, 1:22-25, para decir que la Iglesia de Cristo ha de guardar el sábado, ¿y donde se dice en esos pasajes que hemos de guardar el sábado los cristianos?, ¡en ninguna parte!, lo que dice es que hemos de hacer buenas obras y observar la perfecta ley de la libertad, pero esa ley de la libertad es LA LEY DE CRISTO, la del amor a los hermanos (1Co.9:21, Gal.6:2) . ¡El pasaje no habla de la ley de Moisés por ninguna parte!. Santiago la llamó "la ley de la LIBERTAD", porque es Cristo y su ley de amor quien nos liberta del pecado (Jn.8:34-36), por medio de su sacrificio, pero decir que ese pasaje de Santiago se refiere a la ley de Moisés (la toráh) es una aberración y una falsificación de la Palabra de Dios. Estos judaizantes no tienen ni remota idea de lo que es el verdadero Evangelio, sino que lo han pervertido, estando por tanto bajo el anatema o maldición de Dios (Gal.1:6-9).
(El tormento de los malditos judaizantes y demás apóstatas de la fe)