Helga Zepp-LaRouche dará una conferencia internacional por Internet el sábado 22 de septiembre (a la 1:00 pm hora de Washington, DC, 7:00 pm hora de Madrid, España), sobre el tema de “Una alternativa a la hiperinflación y a la guerra mundial termonuclear”. Se difundirá por los portales www.larouchepac.com y www.espanol.larouchepac.com, con traducción simultánea al español, alemán, francés e italiano.
La sentencia del Tribunal Constitucional de Alemania del 12 de septiembre, es una verdadera catástrofe. En primer lugar, permitirá la entrada en vigor del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), aunque con algunas restricciones, y en segundo lugar, significa que la maniobra del Banco Central Europeo, sólo seis días antes de la decisión del Tribunal, de permitir la compra sin límites de bonos soberanos, ha sido exitosa. De ese modo, se inyectarán cantidades prácticamente ilimitadas de liquidez en el sistema, y se espera que en Estados Unidos, la Reserva Federal haga lo mismo, con la otra “flexibilización cuantitativa”, es decir, más rescates a la banca mediante la impresión de más dinero inorgánico. Como consecuencia, toda la comunidad Transatlántica está amenazada a corto plazo con una hiperinflación, como en Alemania en 1923. La única diferencia es que esta vez no ocurrirá en un sólo país, sino en todo la región Transatlántica.
La concepción del Mecanismo Europeo de Estabilidad es una monstruosidad, y sería el último paso en el establecimiento de una dictadura financiera. Una dictadura de los mercados a expensas del bienestar general, cuyas instituciones tendrían inmunidad legal de por vida. Esta dictadura ya está generando una destrucción increíble de la economía real en Grecia, en España —donde el desempleo juvenil llega hasta el 70% en Andalucía— en Italia y otros países; todos ellos enfrentan peligrosas explosiones sociales.
Debemos dejar atrás el miedo a abandonar la UE y la Unión Monetaria Europea. Debemos recuperar de nuevo la soberanía sobre la política monetaria y económica propia, e inmediatamente establecer un sistema bancario Glass Steagall de dos niveles, así como un Sistema de Crédito, para establecer un programa de reconstrucción de la economía real, tal y como lo hemos presentado hace unas semanas. Esa es la única salida.
Por supuesto, todos hemos visto en los medios de comunicación, a políticos afirmando que la retirada del euro y el retorno a las monedas nacionales sería un desastre total para el país que se atreva a hacerlo. Eso es una mentira. La verdad es que la hiperinflación, es decir, el resultado de la política de rescates multimillonarios que se aplican ahora, es la forma más brutal de la expropiación de la población en general. Es bien conocido como en 1923 en Alemania, el trabajo de toda una vida y todo lo había significado, se esfumó en poco tiempo, prácticamente en el aire, y después quedó sólo con un montón de dinero sin valor, con el que se empapelaban las paredes, porque era más barato que el papel tapiz.
Europa funcionó muy bien antes de Maastricht. Si ahora regresamos al fortalecimiento de la economía real, algo que sólo es posible fuera de la construcción de la UE, y si adoptamos conceptos ya probados, como lo hicimos en 1945 con programas de reconstrucción después de la guerra, basados en las políticas de Franklin Roosevelt, podremos, como entonces, superar la crisis en unos pocos años.
El otro aspecto de la crisis económica que hay que tener en cuenta es el peligro inminente de guerra. Por un lado tenemos a una parte de la élite angloamericana que ha llegado a la conclusión de que la única manera de salvar algo, por poco que sea, es reintroduciendo inmediatamente la norma Glass-Steagall en la tradición de Roosevelt, es decir, una separación de los bancos comerciales y bancos de inversión, para dejar de financiar las deudas de especuladores con dinero público. Pero otra parte de esa élite está recurriendo a sus métodos de probada eficacia en la política imperial, es decir, una distracción de la crisis mediante una guerra. Un ejemplo del peligro inmediato de guerra es la desestabilización de Siria, donde vemos a la doctrina Blair (de aquel Tony Blair que nos trajo la guerra de Irak, basada en mentiras, y que ahora promueve la política de la llamada “intervención humanitaria”) en total contraposición a la “doctrina Putin”, que defiende la Carta de la ONU y la absoluta inviolabilidad de la soberanía nacional.
Así pues, Siria, o un ataque militar contra Irán, son el detonante potencial de lo que todos los expertos saben sería una Tercera Guerra Mundial. Y esta vez sería una guerra termonuclear, que conllevaría como resultado la extinción de la especie humana.
Con esta situación estratégica en mente —la desintegración del sistema financiero y el peligro de una tercera guerra mundial— debemos entender que la humanidad está al borde del abismo. Y si no cambiamos inmediatamente todo el paradigma sobre el que se diseñó la política actual, llegaremos a este desastre. Por lo tanto, la retirada de la Unión Europea y de la Unión Monetaria Europea, es el primer paso absolutamente necesario para poner en marcha una perspectiva real de desarrollo, una perspectiva de reconstrucción para la economía real. Esta es la única alternativa que nos queda.