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General: REFUTACIÓN DE LA TEOLOGÍA PRO-HOMOSEXUAL O GAY
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De: HERALDODECRISTO  (Mensaje original) Enviado: 12/10/2012 23:08

REFUTACIÓN DE LA TEOLOGÍA 

PRO-HOMOSEXUAL O GAY DE DANIEL HELMINIAK

Por Mario Cely Q. (Th. M.)

Ministerio cristiano “Nueva Colombia”.

PASAJES BÍBLICOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO QUE TRATAN CON LA HOMOSEXUALIDAD

 

Introducción

Todas estas secciones que siguen son una refutación a la obra de Daniel Helminiak1 cuyo libro en inglés, What the Bible Really Says About Homosexuality (Lo que la Biblia dice realmente sobre la homosexualidad) se convierte en nuestro principal campo de batalla. Lamentablemente el libro en mención no está en español. Desde luego hay otros libros que el autor ha consultado. Pero, será el de Helminiak nuestra base primordial de refutación y apología. Me parece suficiente apoyarnos en esta obra para hacer ver al lector estudioso de la Biblia el grave peligro de la Teología Gay. En el fondo, casi todos los teólogos y algunos filósofos que defienden la homosexualidad buscan apoyo en la Biblia para sustentar sus interpretaciones, las cuales más o menos siguen el mismo corte de ideas.2 

     Lo que sigue es un examen exegético de los textos bíblicos que tratan sobre el pecado de la homosexualidad en diferentes contextos. Analizaremos la forma como la denominada Teología Gay los ha reinterpretado para justificar el comportamiento homosexual en el mundo. El amable lector debe estar atento a dicha falsa hermenéutica puesto que ya existen organizaciones eclesiásticas pro-homosexual de corte liberal tanto en el lado católico como en el protestante, y están haciendo teología con gran insistencia. Y el mundo del judaísmo actual tampoco se libra, pues son varias las sinagogas judías que también reclaman sus derechos a ser gay y al mismo tiempo querer la bendición de Dios.3En Europa y en los Estados Unidos esto es algo corriente.4 En América Latina dicha manifestación apóstata y blasfema también comenzó a levantar su cabeza con inusitada fuerza. En mí país, Colombia, de proseguir las actuales legislaciones impulsadas por humanistas de claro signo ateísta y materialista, no tardará en ponerse a tono con lo que ocurre en aquellos otros países.

I. Genesis 19: la historia de Sodoma y Gomorra 

A. Hermenéutica teológica pro-homosexual

¿En qué consistió el pecado de los sodomitas narrado en esta parte del Génesis? En defensa de una teología gay Daniel Helminiak señala que en este pasaje lo que se resalta es la violación de la “ley de la hospitalidad” de parte de Lot. En países desérticos como lo eran Sodoma y Gomorra, era imperdonable que alguien –especialmente un extranjero como Lot– impidiera el ejercicio de la “sagrada ley de la hospitalidad”. Como sabemos, se trata de una costumbre de cortesía oriental para con los viajeros durante la noche. Tal costumbre es todavía una regla tradicional tanto en culturas semíticas como árabes.5

     Sin embargo, hay un hecho ante el cual el mencionado autor no dice nada y deliberadamente pasa por alto en este pasaje narrativo: el gran temor de Lot. “Y dijo: Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad” (Gén. 19:7). ¿A qué se refería Lot con esta maldad, al punto que prefirió entregar sus hijas al abuso sexual de aquella gente perversa? “He aquí ahora yo tengo dos hijas que no han conocido varón; os las sacaré fuera, y haced de ellas como bien os pareciere; solamente que a estos varones no hagáis nada, pues vinieron a la sombra de mi tejado” (v. 8). Argumentar que aquí se trata de un caso de la violación de la ley de la hospitalidad oriental, la cual requería no olvidar nunca dar la bienvenida a los huéspedes extranjeros no nos dice nada que preste apoyo a la posición pro-homosexual.

     Necesitamos entender que en la Biblia Dios nunca juzga a los individuos con base en los códigos de su propia ética cultural. Sólo la ley moral de Dios es la norma más alta por medio de la cual los hombres seremos juzgados (Romanos 1: 12-16). Con esto en mente, nos damos cuenta que en la ley de Moisés la homosexualidad es considerada una “abominación” que se castigaba con la pena de muerte (ver Levítico 20:13).

Ahora bien, sabemos que en los días de Lot los Diez Mandamientos (Éxodo 20; Deut. 5) no estaban redactados en forma “escrita” en dos tablas de piedra. Sin embargo, Lot –y cualquier otro ser humano de aquellos tiempos— como un hijo del pacto, sabía en su corazón que el comportamiento homosexual no era aceptable, y por ende, también debió ser una práctica aborrecible y atormentadora para el sobrino de Abraham (2ª Pedro 2:7,8). Si la cultura de Sodoma y Gomorra practicaba este comportamiento sexual antinatural, se debió a que la cultura toda se había pervertido. Y esto es lo que hoy también está sucediendo en nuestros países herederos de la cultura cristiana occidental los cuales cayeron en apostasía

     Siguiendo la lectura de su libro, uno puede notar el esfuerzo exegético que hace D. Helminiak para favorecer el argumento de que Dios no castigó a Sodoma y Gomorra por su práctica homosexual cotidiana. En su intento probatorio cita Ezequiel 16:48,49:

Vivo yo, dice Jehová el Señor, que Sodoma tu hermana y sus hijas no han hecho como hiciste tú y tus hijas. He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso.

Este texto tampoco apoya su tesis de que el pecado de los sodomitas fue de naturaleza cultural al no atender la necesidad de los viajeros que llegaron a la casa de Lot.6 Pero lo que el texto de Ezequiel realmente enseña es sobre la queja de Dios contra el infiel pueblo de Israel. El pueblo de Dios estaba actuando en contra de la voluntad de Dios. Semejante a los habitantes de Sodoma, cuyo pecado no fue solo la homosexualidad, también fueron indolentes con los pobres y necesitados a pesar de tener grandes riquezas. Por este último pecado Israel recibe la queja de parte del Señor.

     Israel había recibido de parte de Dios instrucciones concretas para evitar la pobreza, instrucciones que no pusieron en práctica (véase Éxodo 22:25,27; Levítico 19:9,10; 25:35,37; Deut. 14:28,29; 15:7-11; 23:24,25; 24:19,22; 23:19,20;  24:6,10-13;). Fallar en dar al pobre no es lo mismo que pasar por alto la “ley de la hospitalidad”. Asimismo, Daniel Helminiak tampoco menciona el importante pasaje paralelo de Ezequiel 16:50 en el cual Dios dice por medio de este importante profeta: “Y se llenaron de soberbia, (Sodoma y Gomorra) e hicieron abominación delante de mí, y cuando lo vi las quité”. Debemos recordar que los actos homosexuales son “abominación” para Dios (Levítico 18:22; 20:13). Ahora bien, si la ley de Dios es moralmente inmutable, entonces sigue siendo verdad para hoy que el comportamiento homosexual tanto de hombres como de mujeres son actos que Dios aborrece.

B. Derrik Sherwin Bayley (1910-1984)

Fue un teólogo cristiano de la iglesia anglicana de Inglaterra. Su obra en gran parte hace uso de la exégesis bíblica y teológica para favorecer la teología gay o pro-homosexual. Un ligero análisis de su pensamiento, —uno de los pioneros en este campo— lo conduce a rechazar de plano la interpretación cristiana clásica de que el pecado de los sodomitas consistió en las prácticas homosexuales. Su tesis es que no hay razón para interpretar que el término hebreo yadha’ que aparece en Gén. 19:5 significaintercambio homosexual7. En idéntico sentido, él sostiene que la expresión “conozcamos” más bien debe ser interpretada “sácalos fuera para que nos familiaricemos con ellos”. Sin embargo, tal como Greg Bahnsen hace ver, el término hebreo yahada’ no significa “cortesía” sino “coito”.8 Y así hay muchos otros que con sus defectuosas interpretaciones bíblicas sobre el tema de la homosexualidad han hecho, y continúan haciendo “un gran servicio” al reconocimiento homosexual eclesiástico que hoy se observa en muchas partes del mundo. Pero lo único que han hecho es atraer el juicio de Dios tal como aconteció en el pasado.

C. Refutación de la interpretación pro-homosexual sobre este pasaje

Las tesis de D. Helminiak y Sherwin Bayley y otros no son correctas por las siguientes razones:

     (1) El castigo divino de Sodoma y Gomorra fue por su práctica de la homosexualidad. La narrativa del Génesis deja en claro que, “Más los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera” (Génesis 13:13). Y en otro lugar, el Señor dice: “Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo, descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo sabré” (Gén. 18:20,21). Más adelante en el capítulo 19:24,25 se nos dice:

Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde lo cielos; y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra.

Nadie duda que esta historia bíblica sea verdadera. Como cristianos conservadores creemos que se trata de una realidad que aconteció en un pasado histórico. La gran pregunta que debemos hacernos es: ¿cuál fue el pecado de la gente de Sodoma y Gomorra por el cual merecieron tan terrible castigo?

     La respuesta cristiana tradicional es que los sodomitas eran homosexuales en extremo. La interpretación clásica ha sido que cuando los ángeles llegaron a hospedarse en la casa de Lot los habitantes de Sodoma quisieron tener relaciones homosexuales con ellos. Esta interpretación se basa en exclusiva en el contenido del versículo de Génesis 19:5: “Y llamaron a Lot y le dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos”. Este último término que he puesto en bastardilla en hebreo es ‘yadha’. La frase que contiene la expresión “conozcamos”, la Nueva Versión Internacional (versión inglesa) la traduce: “Sácalos fuera para que podamos tener sexo con ellos”. La versión en español declara: “¡Échalos fuera! ¡Queremos acostarnos con ellos!”. Reina-Valera (1960) traduce: “¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos”. Tocante a lo anterior, Recurrimos a Greg Bahnsen quien comenta:

Aunque una generalizada maldad caracterizó a Sodoma (Génesis 18:20), no puede suprimirse el hecho de que los sodomitas quisieron “conocer” (tener sexo con ellos) a los huéspedes de Lot, un terrible pecado descrito en Génesis 19 como una específica confirmación de que la ciudad fue digna de la devastación (Gén. 19:13; cf. 18:21). Esta fue la marca de la extrema degradación y rebelión en contra de Dios. 9

La historia alterna de Jueces 19:16-30. Se trata de una historia similar a la de Génesis 19.Curiosamente, muchos que quieren defender la homosexualidad en la Biblia, recurren a este pasaje para hacer ver que los habitantes de Sodoma fueron castigados por ser asesinos, más no por su homosexualidad.

Un resumen de la historia es como sigue: Un levita que iba de viaje con su concubina es invitado por un hombre viejo, forastero, en Gabaa de Benjamín a que pasara la noche en su casa a fin de que no se quedara en la plaza o quizá parque principal de la ciudad (Jueces 19:16-21). 

“Pero cuando estaban gozosos, he aquí que los hombres de aquella ciudad, hombres perversos, rodearon la casa, golpeando a la puerta; y hablaron al anciano dueño de la casa, diciendo: Saca al hombre que ha entrado a tu casa, para que lo conozcamos” (v. 20).

La historia posee visos muy parecidos a la de Sodoma. Lo cierto es que allí igualmente, el dueño de la casa ruega a aquellos hombres de ese modo: “No, hermanos míos, os ruego que no hagáis este mal…” (v. 23). De igual modo, el hombre les hace una contrapropuesta: les ofrece a su “hija virgen” y a su propia concubina, para que las humillaran como a ellos les pareciera (v. 24). Exactamente como en el caso de Lot en la historia de Sodoma, el dueño de casa les dice: “no hagáis a este hombre cosa tan infame” (VRV, 1960). ¿Cuál era esta cosa tan infame? En ambas historias es claro, que los habitantes estaban interesados en relaciones homosexuales. No en familiaridad, convencionalismos sociales o culturales. De ningún modo. Esta es otra historia que demuestra que la humanidad por épocas se corrompe y degrada. Siendo el máximo común múltiplo la homosexualidad. Esto es así debido al hecho de que la historia en el libro de Jueces tiene como propósito hacer ver al lector lo que ocurre cuando una sociedad abandona a Dios: surge el caos, la corrupción y la anarquía. Así vivía el pueblo de Israel en aquellos tiempos. De ahí la frase solemne y repetitiva: “cada uno hacía lo que bien le parecía” (Jueces 21:25). Por el motivo de la homosexualidad y junto a otros crímenes y maldades contra Dios, sobrevino un juicio o castigo divino, una cruel guerra (ver Jueces 20:35) que trajo dolor y gran sufrimiento (véase todo el capítulo 20 de Jueces).

(2) La carta de Judas (v. 7) sostiene: “como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquellos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestos como ejemplo, sufriendo el castigo del juicio eterno”. Los críticos liberales y hoy la teología gay, han despachado gran parte de la carta de Judas como “poco fiable”, y en relación con este versículo han dicho que se trata de un “error de copia” o de una interpolación en el texto sagrado hecho por algún copista judío tratando de imitar al apóstol Pedro. Sin embargo se ha demostrado que nada de esto es cierto. Además, en consonancia con Santiago, Jesucristo también se refirió varias veces al castigo experimentado por Sodoma y Gomorra (ver Mt. 10:15; 11:24; Lc. 10:12) a consecuencia de este feo pecado.

     (3) Josefo de Jerusalén. Contemporáneo de nuestro Señor Jesucristo deja ver en sus libros su desagrado por las prácticas homosexuales de la sociedad grecorromana de sus días. Al mismo tiempo, dicho autor, en su obra Antigüedades de los Judíos sobre la historia de Sodoma afirma:

Los sodomitas al ver a los adolescentes de extraordinaria belleza que se habían alojado en la casa de Lot, decidieron gozar de ellos por la fuerza; Lot los exhortó a contenerse y a no ofrecer un espectáculo inconveniente a los extranjeros, que eran sus huéspedes; y que si no podían dominarse, les daría a su hija para satisfacer su lujuria. Pero no cedieron. Dios iracundo por su audacia y su impudicia, quitó la vista a esos hombres para que no pudieran hallar la entrada de la casa de Lot, y condenó a Sodoma a la destrucción total.10

     (4) Las tablillas de Palestina conocidas como Escritos Pseudoepigráficos. Estos son varios documentos descubiertos por algunos arqueólogos. El documento conocido como el Testamento de los doce Patriarcas data del segundo siglo después de Cristo, menciona que el pecado de Sodoma consistió en el comportamiento sexual antinatural. Uno de sus textos dice:

Sin embargo, esto no debe ser así mis hijos, pues reconociendo en el firmamento, en la tierra y en el mar que todas las cosas existen por el poder de Dios; pero no como Sodoma, que cambió el orden de lo natural (taxis physis), razón por la cual el Señor también maldijo a los del diluvio, por cuya causa desoló la tierra, es decir llegó a estar inhabitada y sin fruto. Estas cosas, digo yo, mis hijos, las cuales he leído en el santo libro de Enoc, y ustedes mismos se apartarán del Señor, andando conforme a la malignidad de los gentiles y harán conforme a las iniquidades de Sodoma11 (T. Naph. 3:4 - 4:1).

     (5) Los adjetivos “maldad”, “malos”, “vileza” (Gén. 19:7; cf. Jueces 19:23) son expresiones por medio de las cuales la Biblia deja ver la gran perversión de aquellas antiguas culturas. No puede haber duda que este es el correcto significado por cuanto Lot prefiere a cambio que los sodomitas tengan relaciones sexuales con sus dos hijas pero no con los ángeles que Dios había enviado (ver Gén. 19:8).

     (6) Si lo que intentaban hacer los habitantes de Sodoma con los ángeles que llegaron a la casa de Lot, no era algo malo, ¿por qué Dios destruyó con fuego y azufre a todos los que allí residían? Pensar que Dios aniquilaría a toda una ciudad por el hecho de que ellos no eran hospitalarios, es algo fuera de razón y sin buen sentido hermenéutico de las Escrituras. Además no ser hospitalarios en ninguna cultura era una ofensa que se castigaba con la muerte; tal interpretación es algo que va más allá de toda justicia interpretativa. Nos damos cuenta que es un argumento sin piso ni base. Los habitantes de Sodoma cometieron infinidad de pecados. La realidad bíblica nos muestra que quisieron “conocer” sexualmente a los ángeles de Dios del capítulo 19 de Génesis. Esta es una razón poderosa desde el punto de vista divino para la destrucción de la ciudad.

II. Levítico 18:22; 20:13           

18:22: “No te echarás con varón como con mujer; es abominación”.

20:13: “Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre”.

A. Interpretación de la teología homosexual o gay sobre la pena de muerte

Con claridad estos pasajes especifican que los actos homosexuales merecían la pena de muerte bajo la ley de Moisés. Retomando aquí nuestra refutación a la obra de Daniel Helminiak, él propone una doble conclusión en relación a este pasaje. En primer lugar, declara que un acto que merece la pena capital no es algo necesariamente serio o inmoral. Al intentar mitigar la seriedad de este pecado que en la ley mosaica se castigaba con la muerte, declara que “Levítico prescribe la misma pena para el acto de maldecir a los padres”.12 Y no hay duda que está leyendo correctamente la Biblia. En segundo lugar,añade que lo mismo ocurría con el adulterio, el incesto y el bestialismo. No obstante, la exégesis que lleva a cabo no es correcta debido a que su argumentación consiste en reducir al absurdo lo que es evidente en este pasaje. Su hábil retórica lo conduce a decir que en el día de hoy, la maldición a los padres es una ofensa sin importancia que no se podría castigar con la pena capital. “Si lo hacemos sería un acto barbárico” –añade—.13 En la misma línea de razonamiento declara que “la homosexualidad no debió ser una ofensa seria en la época de Moisés”.14

     Examinando un poco más la tesis de Helminiak, recurre a una estrategia para suavizar la pena capital que se aplicaba como castigo por actos homosexuales. Para este hecho pasa a explicar por qué el adulterio requería la pena capital. Su idea central es que “más que una ofensa personal, envolvía una pérdida económica”. En estas mismas páginas señala que el adulterio no es diferente del robo sino que se trata de un robo mayor porque atraía pérdida económica para la familia. Era sobretodo una ofensa solamente en contra del marido.15 Sin embargo, su planteamiento no tiene éxito debido a que falla en hacer ver lo que tan claramente enseña el Pentateuco: el adulterio merecía la muerte de los dos participantes (Lv. 20:10; Dt. 21:22-24), mientras que el robo requería la restauración de la propiedad (Éxodo 22:1-4; Lv. 6:1-5). En realidad no se trata de lo mismo, pues el robo no era castigado con la pena capital como tal. Una lectura serena del libro de Daniel Helminiak deja ver más bien su preocupación por suavizar a toda costa la pena capital como castigo supremo por la homosexualidad. Sus sentimientos reflejados en lo que escribe dejan ver una honda preocupación por los gays, preocupación que compartimos con el alma, pero no a costa de pasar por alto la clara revelación de Dios.

     Una segunda e importante conclusión de este sacerdote defensor del homosexualismo lo conduce a decir cosas como esta:

La prohibición de los actos homosexuales en Levítico 18:22 y 20:13, tiene que ver con la promulgación de la ley de la pureza a fin de separar a Israel de sus vecinos, cuyos actos homosexuales estaban asociados con actividades paganas, con idolatría, con identidad gentílica. Por lo tanto, como no era una prohibición ética, hoy no tiene aplicación.16

Los pasajes que estamos considerando están encajados dentro del denominado “Código de Santidad”, una enseñanza dada a Israel a fin de que vivieran separados de las abominables prácticas de sus vecinos o pueblos paganos que les rodeaban. Sin embargo, para Daniel Helminiak, las leyes del mencionado Código, en cuanto a la homosexualidad solo son leyes que enfatizan pureza física, pero no pureza moral. Esta argumentación no tiene ningún respaldo bíblico y posee un defecto fatalmente destructivo para la fe y la moral cristiana, y por lo tanta deja sin esperanza al homosexual que debe ser rescatado. El hecho es que la Ley o Código de Santidad que comprende los capítulos 18 al 20 de Levítico no fue dado por Dios para separar cultural o físicamente a los Israelitas de los Cananeos. Por el contrario, hay algo más a fondo en esta divina intención. Dios había dicho a los Israelitas: “No haréis como hacen en la tierra de Egipto en la cual morasteis; ni haréis como hacen en la tierra de Canaán, a la cual yo os conduzco, ni andaréis en sus estatutos” (Levítico 18:3). Aquí lo que describe el Señor es su preocupación de que el pueblo recién redimido no fuera a imitar a aquellos paganos en su idolatría y costumbres perversas, entre las cuales sobresalían los actos homosexuales. Eran claramenteinmorales y pecaminosos, al grado que desafiaban la soberanía y la santidad de Dios. Asimismo, no puede haber duda que el Señor quería preservar a su pueblo de la destrucción física, moral y espiritual, consecuencias funestas y directas de la homosexualidad. Por estas razones es que Dios añadió las siguientes palabras:

En ninguna de estas cosas (incluye actos homosexuales) os amancillaréis; pues en todas estas cosas se han corrompido las naciones que yo echo de delante de vosotros, y la tierra fue contaminada; y yo visité su maldad sobre ella, y la tierra vomitó sus moradores... No pienses en tu corazón cuando Jehová tu Dios los haya echado de delante de ti, diciendo: Por mi justicia me ha traído Jehová a poseer esta tierra; pues por la impiedad de estas naciones Jehová las arroja de delante de ti (Levítico 18:24,25; Deuteronomio 9:4).

Por consiguiente, Dios nos dice en su Palabra que por los actos malsanos de los pobladores de Canaán, ellos fueron castigados sin piedad. El Señor dijo a los israelitas que evitaran dichas acciones no solamente porque los gentiles las hacían, sino para que ellos también evitaran su propio castigo. Habiendo hecho la correcta exégesis de estos pasajes, podemos darnos cuenta que la sugestión de Daniel Helminiak no solamente es falsa sino que va contra el correcto sentido del pasaje bíblico.

     Ahora bien, si observamos ampliamente el contexto de la sección de Levítico 18-20 aún mucho más nos damos cuenta del grave error de Helminiak de querer suavizar el desagrado divino en contra de todas estas prácticas destructivas de la vida. La descripción de Moisés es como sigue: incesto, adulterio, homosexualidad, bestialismo, idolatría, robo, detener la paga del jornal al obrero, la acepción de personas, odio al hermano, la venganza, prohibición de tatuarse la piel y la adivinación ocultista. Prácticas pecaminosas que Dios detesta, pero es sobre el homosexualidad que Dios dice que es “abominación”, y por la cual debe ser castigado con la muerte (20:13).

B. La palabra “abominación” en Levítico 18:22 y 20:13

La trama del argumento de Helminiak consiste en decir que la palabra hebrea toebah (traducida “abominación” en la mayoría de versiones bíblicas en español) significa “sucio” o “impuro”. Su posición es la siguiente:

“Abominación” es la traducción de la palabra toebah. Pero este término puede ser traducido como ‘suciedad’ o ‘impureza’. Pero también ‘tabú’ lo que cultural o ritualmente está prohibido podría ser otra exacta traducción. El significado de la palabra toebah se hace claro cuando comprendemos otro término hebreo, zimah. Esta palabra significa no lo que es objetable en materia de religión o cultura, sino lo que es injusto en sí mismo. Significa una injusticia, un pecado. Claramente entonces, Levítico no dice que si un hombre se acuesta con otro sea algo malo o injusto. Lo que Levítico declara es que se trata de una violación ritual, es una impureza, algo sucio.17

Lo que Helminiak dice tajantemente es que los términos hebreos toebah y zimah no tienen connotación ética ni moral. Pero esto es totalmente falso, porque al realizar un sencillo examen de estas palabras en una concordancia bastará para demostrar en qué casos o aspectos se aplican estos términos. Visto de otro modo, significan lo que es inmoral y detestable a los ojos de Dios.

En la Biblia esta palabra se usa para referirse a la adoración pagana de ídolos (Dt. 7:25,26; Jer. 16:18); sacrificios humanos de hijos (Dt. 12:31; 20:18; 2 Rey. 16:3,4); hechicería y adivinación (Dt. 18:9-12); pesas falsas (Deut. 25:16; Proverbios 11:1; 20:10), labios mentirosos (Prov. 12:22), el camino de los malos (Prov. 15:9), el orgullo en el corazón (Prov. 16:5). Esta lista no habla de que estos pecados sean un “tabú” sino cosas intrínsicamente malas y perversas. El amable lector puede consultar 2° de Reyes 21:1-12 como otro ejemplo donde aparece el término toebah como sinónimo de pecados groseros que Dios condena moral, ética y espiritualmente. Toebah tiene el claro sentido de “maldad” o “perversidad”, y por estos pecados viene el juicio de Dios (véase Proverbios 6:16-19). La estructura poética de estos versos en Proverbios es clara al decirnos lo que Dios odia y abomina: Mentir, asesinar, sembrar discordia entre hermanos, maquinar el mal, no son tabúes culturales.

Walter C. Kaiser, erudito en estudios del Antiguo Testamento y en consonancia con lo anotado hasta ahora, también dice que “la homosexualidad posee una fuerte desaprobación en la Escritura. Esdescrita como ‘una abominación’ cinco veces en este capítulo (vv. 22, 26, 27, 29, 30) y en Levítico 20:13. El significado básico de abominación es ‘detestar’, ‘odiar’, ‘aborrecer’. Es decir, es lo que es odiado y detestado por Dios, y es por lo tanto, degradante y ofensivo al sentido moral”.18

A renglón seguido, hacemos notar ahora el erróneo sentido que Helminiak da al otro término hebreozimah. Es interesante ver que este término aparece cuatro veces en Levítico capítulos 18-20. Es aplicado al incesto en 18:17, prostitución en 19:29; en el caso cuando alguien tomara mujer y a la madre de ella al mismo tiempo, ocurre en 20:14. Helminiak aduce que estos pasajes no se refieren a actos intrínsicamente morales, sino que Dios impartió estas instrucciones para separar culturalmente a Israel de sus vecinos.

C. Palabras correspondientes en el Nuevo Testamento

En la última parte de su argumento, y relativo a estos textos del Levítico, Helminiak tampoco efectúa una correcta exégesis cuando se refiere a  la Septuaginta o versión de los Setenta. Esta versión bíblica se conoce por la abreviatura LXX en número romano. Como sabemos, se trata de la traducción del AT hebreo al griego; empezó a ser traducida en el año 280 a. C. Tocante a esto dice Helminiak:

En la Septuaginta, la palabra hebrea toebah de Levítico 18:22 es traducida al griego como bdelygma. Un término plenamente consistente con el hebreo. La palabra griega bdelygma significa impureza ritual, suciedad. Tenemos otra palabra griega disponible como anomia, que significa sin ley, injusticia o pecado.19

Continua aqui: http://www.recursosteologicos.org/Documents/Refutacion_teologia_gay.htm



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