LA PARÁBOLA DE LOS TALENTOS
Tomado de mi libro El Discurso Profético de Jesús en el Monte de los Olivos:
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Vamos a estudiar atentamente esta parábola de Jesús, que dice los siguiente:
77 Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.
78 A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos.
79 Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos
80 Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos.
81 Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.
82 Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos.
83 Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos.
84 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
85 Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos.
86 Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
87 Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste;
88 por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo.
89 Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí.
90 Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses.
91 Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos.
92 Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
93 Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.
Como podemos ver, Jesús comparó el reino de los cielos a un hombre que se marchó lejos, llamó a sus siervos, y les entregó sus bienes. Ese hombre representa al Señor Jesús, el cual se marchó lejos, al cielo, y llamó a sus siervos. Cristo nos ha llamado para seguirle y para trabajar en su viña.
¿Qué quiso decir Jesús cuando dijo que entregó sus bienes o dinero a sus siervos?, ¿cuales son esas posesiones de Cristo?, pues la Biblia lo dice bien claro, son SUS DONES, los llamados "dones espirituales", vamos a leerlo:
Efe 4:7 Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.
Efe 4:8 Por lo cual dice:
Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad,
Y dio dones a los hombres.
Cristo dio ciertos dones espirituales a sus discípulos, y que son los siguientes:
Rom 12:6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;
Rom 12:7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza;
Rom 12:8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.
Jesús comparó esos dones espirituales con talentos, lo cual era un peso monetario griego que equivalía a 60 minas; o lo que es lo mismo, 34,20 kilos.
Jesús ha entregado sus dones o talentos según la capacidad de cada siervo suyo, esto es muy interesante, porque significa que los dones espirituales dependen de la CAPACIDAD de cada siervo de Dios, es decir, depende de la FACULTAD INTELECTUAL de cada siervo de Dios, o dicho en otras palabras, los siervos de Dios más inteligentes tienen más dones espirituales que los menos inteligentes, porque Jesús dijo bien claro que esos dones o talentos dependen de la capacidad de cada uno.
Jesús se fue lejos, al cielo, y ha dejado que sus discípulos administren esos dones o talentos dentro del reino de Dios.
El siervo de la parábola que recibió más dones o talentos negoció con ellos y ganó el doble, esto significa que ese siervo utilizó esos dones o talentos que su señor le dio para hacer crecer el reino de Dios, haciendo que otras muchas personas entren en dicho reino.
El otro siervo que recibió dos talentos también ganó el doble.
Sin embargo, el siervo que recibió un solo talento cavó en tierra y escondió el dinero o talento que le dio su señor.
Hay siervos de Cristo que han recibido un don o talento especial, pero no lo utilizan para el reino de Dios, sino que lo ocultan y no lo desarrollan para la edificación en la fe de otros hermanos.
Después de mucho tiempo regresó el señor de la parábola para arreglar cuentas con sus siervos.
Jesús es el Señor de la parábola. Hace casi 2.000 años que él se fue al cielo, ha pasado mucho tiempo desde que se fue, pero sin duda regresará, y entonces pagará a cada uno según sus obras. A sus siervos fieles los va a recompensar conforme a lo que ellos hicieron con esos talentos o dones que Cristo les dio.
Los dos siervos de la parábola que recibieron cinco y dos talentos o dones los pusieron en práctica y dieron fruto, y entonces Jesús, el Señor, los recompensará otorgándoles un gran poder y autoridad, y además tendrán un gran gozo, y esto se cumplirá cuando los verdaderos siervos de Cristo, los vencedores, reciban autoridad sobre las naciones cuando Cristo venga en gloria, y las gobernarán con vara de hierro (Ap.2:27-28), entonces estos siervos inteligentes y sabios gobernarán con Cristo durante el Milenio (Ap.20:46), y gozarán para siempre de las maravillas del reino de Dios en la tierra.
Sin embargo, el siervo inútil de la parábola que recibió un talento no lo ejercitó, sino que lo ocultó bajo tierra y no lo utilizó para edificar a otros. Observe lo que dijo ese siervo, él decía que el señor era un señor duro, severo, ese siervo inútil creía que no hacia falta desarrollar o ejercitar ese don o talento que el señor le otorgó, pues creía que el señor lo haría todo, sin que él hiciera nada, y entonces tuvo miedo del señor, y escondió ese talento que el señor le dio, pero cuando regresó el señor y le pidió cuentas, él le llamó malo y negligente, y le dijo que ese dinero debía haberlo dado a los banqueros, para que al regresar el señor él hubiera recibido ese dinero suyo con intereses. Ese siervo que recibió un talento, pero lo ocultó, hizo muy mal y demostró una infidelidad total a lo que el Señor le dio de pura gracia. El problema con este siervo inútil estaba dentro de su corazón, en realidad él no amaba a su señor, sino que solo le tenía miedo, y fue completamente negligente con el talento que el señor le dio para ejercerlo. Los otros dos siervos tenían una buena relación con su señor y le amaban, y los dones o talentos que tenían los utilizaron para su señor, sin embargo, el tercero no amaba realmente a su señor, descuidó y ocultó totalmente el don o talento que el señor le dio, y por tanto, ese talento le fue quitado, pues lo que no se utiliza se pierde, y dicho talento le fue quitado y dado al siervo fiel que tenía diez talentos.
Muchos en el sistema iglesiero apostata, el SIA, solamente tienen miedo del Señor, no tienen un amor verdadero por el Señor, sino que son negligentes con los dones o talentos que él les dio. El apóstol Pablo dijo lo siguiente a Timoteo:
1Ti 4:14 No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio.
Y el apóstol Pedro dijo lo siguiente:
1Pe 4:10 Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.
1Pe 4:11 Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
Ahí lo tiene, si usted es un verdadero siervo de Dios, entonces Jesús le habrá dado uno o varios dones o talentos, y no ha de descuidar u ocultar ese don o talento que el Señor le dio, tal como sucedió con el siervo negligente de la parábola. Usted, según el don o talento que recibió, ha de ministrarlo a otros, como un buen administrador de la multiforme gracia de Dios.
Si usted ha sido dotado por Cristo con alguno de esos dones o talentos, como por el ejemplo el de profecía, el de servicio, el de enseñanza, el de exhortar, etc., ¡póngalo en práctica!, no lo entierre u oculte, sino queejérzalo para la edificación de otros cristianos, y cuando Cristo venga en gloria a reinar, entonces recibirá la gran recompensa, ya que si no ejerce ese don que él le dio, entonces le será quitado, y cuando el Señor venga en gloria a reinar será echado a las tinieblas de afuera, donde habrá lloro y crujir de dientes, tal como sucedió con el siervo inútil de la parábola.
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Por Tito Martínez
28 de noviembre de 2014
Ampliado el 10 de diciembre de 2014
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Gracia y paz