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Salud: HACIA UN NUEVO ARTE DE CURAR
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De: Marti2 (Mensaje original) |
Enviado: 28/07/2009 15:38 |
HACIA UN NUEVO ARTE DE CURAR Por la época de la revolución francesa Galvani descubría en la vida l a corriente directa. Debieron transcurrir dos siglos para que comprendiéramos la importancia de la corriente directa a través del perineuro en los procesos de regeneración ósea, que han originado nuevas tecnologías para mejorar la calidad de los procesos de consolidación de fracturas. Erasístrato de la Escuela de Alejandría describió quince siglos antes de nosotros la anatomía del sistema circulatorio, hechos negados por la autoridad de Galeano, razón por la cual tuvimos que vivir condenados a la ignorancia con sus funestas consecuencias. Como una sombra , los dogmas, el principio de autoridad, los monopolios de todo tipo hacen que en medicina haya unas pocas voces autorizadas y las de sus discípulos. Todo ello nos plantea una gran contradicción. Solo los grandes laboratorios los que hoy deciden quién , donde, cuándo y cómo se hace la investigación. Todo está viciado desde su misma partida; el que pone la plata pone los temas, los médicos, las condiciones. Y porqué no pensar que de forma indirecta también las conclusiones se producen hoy al servicio de las multinacionales. A pesar de todas las propagandas, las nuevas técnicas, los avances en biología molecular, y en la capacidad logística para luchar contra muchas enfermedades no hemos en serio ganado casi ninguna guerra. La de las antiguas venéreas sigue como una preocupación de salud pública. La de la tuberculosis está ahora más cruda que nunca. La de la violencia es una epidemia. Otras enfermedades van surgiendo y otras contaminaciones. La polución de la petro-química, la contaminación electromagnética. ¿Estamos mejor hay porque tenemos más cantidad, de vida, más electricidad y tecnología, más carros y programas de televisión?. No se trata de regresar ala edad media. Pero en la vida cotidiana mucha gente está deprimida porque los campos electromagnéticos pueden bajar los niveles de serotonina y dopamina. Muchos asegurados en todas partes tienen todo menos seguridad. Cada vez más precoces las enfermedades degenerativas. Cada vez más cáncer. Pero ¿dónde estamos, por Dios, los médicos todos, los de todas las escuelas. Dónde está nuestra medicina? Anclados al paradigma molecular, ¿qué hacemos hay con el campo, con la energía, con la información, con la consciencia misma?, ¿Dónde está nuestra noción de vida?. ¿En qué se ha convertido nuestra medicina?. Aunque me duela decirlo pienso que está grave la medicina. Su enfermedad es miopía pues ha perdido el horizonte de la vida que decía cuidar. Los sistemas de salud son sistemas de enfermedad. Los sistemas de atención no pueden prestar atención. Cuidar el cuerpo, si, pero ¿es la vida el cuerpo? ¡aún creemos que ser humano es una emergencia del mundo molecular!. ¡Que la vida es algo así como una memoria pasada, cuidadosamente resguardada del cambio!. Con una medicina fosilizada, aunque cada vez accedamos más al mundo infinitesimal, nada podría cambias. Hoy mismo no sabemos cómo actúa la homeopatía, aunque funciona. Cuando miramos las estadísticas norteamericanas nos encontramos que el segundo sistemas médico es el de la quiropraxis, y que los americanos se gastan alrededor de treinta mil millones de dólares en prácticas médicas alternativas. Si miramos que el mundo de hoy casi un cincuenta por ciento de la población consulta practicantes alternativos, ¿será correcto hoy hablar de alternativas? Hoy mismo las mismas escuela médicas tienen criterios científicos y protocolos totalmente diferentes respecto al mismo tipo de enfermedades. El porcentaje de cesáreas e intervenciones coronarias en diferentes países occidentales es tan diferente que no sólo son criterios científicos sino códigos de lectura e intereses diferentes, los que hace que frente a la misma situación, y desde la misma ciencia, se propongan soluciones radicalmente diferentes y con frecuencia contradictorias. La que llamamos ciencia médica, es realizada por hombres para seres humanos. El modelo científico de la vida es hijo de nuestra visión del mundo. Y esta es la de un mundo que se contempla bajo el lente de la objetividad. Esta es la única vigente autoridad, pero está matizada por muchos bemoles. Para que un hecho sea científico debe obedecer a ciertos criterios que lo ubiquen dentro de un cierto uso de razón que es la lógica. Si se sale de la lógica, no es científico. Pero, ante todo, seguirá siendo un hecho. El que alguien levite no obedece a ninguna explicación que la ciencia actual pueda ofrecer y aunque no sea científico no va contra la naturaleza. Los milagros no van contra la naturaleza, no contradicen la naturaleza sino nuestro conocimiento de ella. La ciencia de hoy es una verdad parcial sobre la que, en muchos temas, estamos totalmente alejados de la unanimidad. Un hecho no tiene que ser científico para serlo, no es la ciencia la que puede decir qué es real y qué no lo es, pues la realidad como tal trasciende el marco de la ciencia. El mundo de lo virtual, el de lo simbólico, el mundo de lo humano, el de la cultura, está lejos de ser definitivo en términos científicos. Y sin embargo es nuestro mundo. Tantas variables están incluidas en un pequeño capítulo de la medicina, que el más grande especialista del mundo apenas si logrará conocer una minúscula porción de su especialidad. ¿Sería entonces necesario regresar a los atlantes y los incas, o regresar a la edad de los demonios y los exorcismos? De ninguna manera. La ciencia ocupa un lugar en el concierto de las cosas, siempre y cuando no la convirtamos en un nuevo dogma, o en un código de lectura excluyente, que haga de ella una nueva religión. Para la medicina oficial, hasta hace poco no existía más mecanismo de transmisión de información que la conducción iónica. Más allá de la química todo era negado como una especie de metafísica vitalista, y el santuario mecanicista fue la única visión de la vida posible en nuestra medicina. Todos los estímulos eléctricos o magnéticos fueron perseguidos por no obedecer a las normas de la santa ciencia, y el método científico se consagro a imponer con exclusividad el paradigma químico. Mientras la física avanzó a la concepción del campo, la medicina se quedó estancada en un visión molecular, que ahora se afirma en la ilusión de pretender que el conocimiento del genoma será la solución a nuestros problemas de salud. Pero así como los físicos abandonaron pr5onto el estudio exclusivo de las partículas y vislumbraron en ellas complejos patrones de relaciones, así la misma ciencia moderna empieza a reconocer el de la salud como un campo de relaciones, y el de la medicina como el estudio de patrones relacionales complejos de orden molecular y electromagnéticos, pero también emocional y mental. Para la nueva medicina, el campo de energía e información será tan importante como el de la materia. Ambos serán variedades de un campo unificado de consciencia, y éste será el campo relacional establecido entre alma y la personalidad. El estudio del carácter y los motivos, la ciencia del servicio, la alineación a través de la coherencia, la transparencia y la honestidad, la ciencia de la respiración como la del ritmo, La atención, la concentración, la meditación serán capítulos de una nueva ciencia médica con consciencia. Será una medicina con alma para una nueva humanidad, donde el compartir y la hermandad serán más relevantes que la rivalidad y la competencia. Autor: Dr. Jorge Carvajal Posada Derechos reservados: VIAVIDA, S.A. |
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