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Ecologia: TRANSGÉNESIS - II
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De: Marti2 (Mensaje original) |
Enviado: 24/11/2009 22:52 |
TRANSGÉNESIS - II: O la Bolsa o la Vida
por David Suzuki y Holly Dressell
Por cualquier inquietud sobre piratería de semillas, simplemente llamar el 1-800-ROUNDUP
Scott Baucum, Gerente Protección de la Propiedad Intelectual Monsanto
Para entender la naturaleza de la iniciativa biotecnológica, es algo instructivo analizar el comportamiento de cualquiera de sus empresas representativas. ¿Porqué no la multinacional Monsanto? Quizá sea de hecho un ejemplo exhaustivo, pero seguramente se trata de un ejemplo inmenso. Al final del siglo que acaba de transcurrir, la Monsanto, industria biotecnológica norteamericana con sede en St. Louis, ya era una de las más grandes empresas agroquímicas y comerciales del mundo, con innegable simpatía hacia prácticas transgenéticas. Su increíble trayectoria puede ilustrarse con un poco de historia y un poco de estadística. Durante la época dorada de la Revolución Verde, cuando pesticida significaba moda agrícola, la Monsanto ya era una eficiente productora de DDT, Agente Naranja, y de todos los policlorinatos bifeniles del mundo, productos que comercializaba agresivamente como ``inofensivos''. Pero las verdaderas utilidades llegaron sólo en la década de los años 90. Las armas transgénicas se demostraron mucho más rentables que las armas químicas. En 1996, la Monsanto dió un vuelco a su división de agroquímicos, y empezó a gastar en compras de compañías semilleras por un monto de aproximadamente 10 billones de dólares. La Monsanto posee ahora acciones de la Calgene (que produjo el tomate transgénico ``Flavr-Savr''®); en 1996 compró los activos biotecnológicos de Agracetus, subsidiaria de W.R.Grace, por 150 millones de dólares; en 1997 adquirió Asgrow de la Seminis por 267 millones de dólares; Holden Seeds, que planta el 30% del maíz norteamericano, fue comprada en 1997 por un valor 30 veces superior al valor del mercado; en Mayo de 1998 anunció la absorción de la Dekalb, segundo productor de maíz de los Estados Unidos, por 2.3 billones de dólares - esta operación garantizó a la Monsanto el dominio del mercado del maíz; en Julio de 1998 adquirió las acciones de la compañía Unilever relacionadas con el trigo europeo por 525 millones de dólares, como parte de un plan de monopolio de la producción y venta del trigo transgénico; por 24 veces el valor del mercado, se recortaron importantes acciones de la MAHYCO, la más grande compañía semillera de India, para poder ``penetrar el sector agrícola de India en gran estilo''; las acciones semilleras en América Latina, Europa, Asia y en África de la Cargill, la más grande corporación agroquímica del mundo, que a su vez ya había adquirido la segunda más grande, la Continental, han sido compradas por la Monsanto por 1.4 billones de dólares; el algodón también provocaba gula, y la Delta & Pine Land fue adquirida por 1.8 billones de dólares, permitiendo así a la Monsanto el control del 85% del mercado algodonero de Estados Unidos. Una empresa exitosa, nada que decir. Pero si se quisiera analizar el fenómeno Monsanto desde un punto de vista algo científico, está claro que una empresa así no puede darse. Es anti-entrópica. Es altamente improbable. Pero es una realidad. Y lo es porque es global en un régimen económico globalizado. Un monstruo como la Monsanto puede existir sólo en la medida en que puede devorarse enormes mercados planetarios, faceta vistosa de ese proceso conocido actualmente como globalización, que no representa para nada un proceso espontáneo, al menos en un sentido espontáneamente popular - como lo demuestran las percepciones públicas y los lastimosos hechos de Seattle en el 1999 y de Genova en el 2001, así como hechos posteriores. En efecto, para poder existir, la Monsanto requiere de una casi total abdicación reglamentaria global. El establecimiento de la World Trade Organization (WTO) y sobre todo la finalización del Uruguay Round del General Agreement on Tariffs and Trade en 1994 amparan dicha abdicación reglamentaria. Vandana Shiva dice que la WTO ha ``institucionalizado y legalizado la expansión corporativa basada sobre el saqueo de las cosechas de la naturaleza y de los pueblos.'' El Trade Related Intellectual Property Rights Agreements [Acuerdo sobre los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio] de la WTO ``criminaliza el almacenamiento y el libre intercambio de semillas,'' prácticas seguidas por los agricultores de todo el mundo durante milenios. En este sentido, los agricultores ``son convertidos en criminales y las comunidades rurales se están convirtiendo en estados policiales corporativos,'' afirma Hope Shand de RAFI, ``y a esto le llamamos bio-servidumbre.'' Vandana Shiva insiste que el ``Agreement on Agriculture [Acuerdo sobre la Agricultura] legaliza la introducción de alimentos genéticamente adulterados en todos los países y criminaliza a las acciones protectoras de la diversidad biológica y cultural sobre las cuales se basan los sistemas alimenticios.'' Si el WTO y todo el aparato legal consecuente debiera garantizar el buen funcionamiento de corporaciones agro-químicas-transgénicas como la Monsanto, se podría fácilmente demostrar que no es ese el caso. A pesar de producir y comercializar maravillas transgénicas como el Bovine Growth Hormone®, algodón Bollgard®, maíz YieldGard®, papas NewLeaf®, la tristemente notoria soya Roundup Ready®, y la tecnología Terminator (que provoca la muerte de las semillas luego de una estación, eliminando así y en una línea de principios la necesidad de patrullar a cultivos y países ajenos), la Monsanto tiene problemas con todo y con todos. Con las abejas y demás insectos, porque ``roban el polen.'' Con la maleza, ``porque roba la luz del sol.'' Con los agricultores, porque, quieran o no quieran, roban semillas patentadas. Con los pueblos indígenas, porque son depositarios de conocimientos agrícolas ancestrales. Con los consumidores, porque quieren defender un derecho fundamental como el de escoger qué introducir en el propio cuerpo. Con las patentes, porque de hecho la industria biotecnológica no es una industria creadora, más bien se trata de una industria extractora - ¿acaso hay patentes sobre el oxígeno, o sobre el carbón? Son estos los temas inauditos que David Suzuki y Holly Dressel investigan hondamente. La discusión es vasta y detallada, y no puede terminar aquí en este breve espacio. Pero si tuviésemos que resumir en pocas líneas de qué se trata cuando se aborda la de biotecnología diríamos, con la omnipresente Vandana Shiva, ``La ingeniería genética ha sido vendida como tecnología verde que protegerá la naturaleza y su biodiversidad. De todos modos, los instrumentos de la ingeniería genética son diseñados para saquear las cosechas de la naturaleza destruyendo la biodiversidad, aumentando el uso de herbicidas y pesticidas, y difundiendo el riesgo de irreversible polución genética.'' - PC
DAVID SUZUKI es Profesor de Genética de la Universidad de British Columbia, Ganador del Premio Kalinga para la Ciencia de la UNESCO, y Officer of the Order of Canada. Es autor de más de cien artículos científicos y libros de texto, y ha escrito veinticinco libros divulgativos, entre ellos Metamorphosis (1987), Inventing the Future (1989), Genethics (con Peter Knudtson, 1989), It's a Matter of Survival (con Anita Gordon, 1992), Wisdom of the Elders (con Peter Knudtson, 1992), The Secret of Life (con Joseph Levine, 1993), Time to Change (1993), el maravilloso The Sacred Balance (1997), Earth Time (1998), The Japan We Never Knew (con Keibo Oiwa). Es internacionalmente conocido por sus extraordinarias series radio-televisivas Suzuki on Science, It's a Matter of Survival, The Nature of Things, y The Secret of Life. Fundador y Director de la The David Suzuki Foundation, una organización dedicada a identificar las causas profundas de los problemas ecológicos y a encontrar soluciones, vive en Vancouver, British Columbia, Canadá.
HOLLY DRESSELL ha sido escritora/investigadora para la televisión, radio y cine durante veinte años. Ha trabajado para la serie de la CBC The Nature of Things y otros documentales televisivos como The Cola Wars y Memoirs of Pierre Elliott Trudeau. Sus logros de escritora incluyen The Wind That Keeps on Blowing y Trouble in the Forest, y ha sido investigadora en la célebre serie de cine de Gwynne Dyers War.
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Hombre con un solo ojo, uno de los "hombres-maravillosos," que se suponía vivía en Asia; de una edición impresa de los ``Travels'' de John de Mandeville. |
Los genes son el oro verde del siglo veintiuno, cada pedacito tan importante para el poder [económico y político] durante la era que viene como el petróleo y los metales raros y los minerales lo fueron para la Revolución Industrial. - JEREMY RIFKIN, DIRECTOR DE LA FOUNDATION ON ECONOMIC TRENDS
Cuando una compañía biotecnológica pública o privada aisla un gene y luego lo inserta en otro organismo puede entonces reclamar derechos de propiedad del ``nuevo'' gene resultante y comenzar a ganar dinero. Esto implica que todas las formas de vida - cada perro, abeja o ave, cada pedacito de tejido al interior de nuestros cuerpos - puede ser comercializado. Bacterias, plantas, insectos, peces, ovejas y ratones genéticamente modificados han sido ya patentados, y las compañías están reclamando sus regalías no apenas se los utiliza. Incluso las personas son blancos legítimos - el gobierno de Islandia recientemente vendió las secuencia de ADN de todos los 70,000 islandeses a una compañía privada. Jeremy Rifkin, director de la Foundation on Economic Trends en Washington, D.C., y autor de catorce libros que analizan el impacto de la ciencia y de la tecnología sobre nuestra cultura, afirma, ``En todas partes del mundo, compañías planetarias están explorando en búsqueda de genes raros en microorganismos, plantas, animales y poblaciones humanas que puedan representar alguna utilidad comercial para la agricultura, la energía, la bio-rehabilitación, el desarrollo de materiales, la química farmacéutica y la medicina. Hay una gran lucha en todo el mundo sobre quiénes controlarán estos recursos genéticos, estos ricos reservorios de información genética que necesitaron millones de años para desarrollarse.'' La búsqueda de fuentes del ADN no termina con las plantas o demás animales. Ahora estamos buscando oro dentro de nosotros mismos. El Human Genome Project [Proyecto del Genoma Humano] ha sido definido como el Santo Grial de la biología molecular. Científicos de diferentes países se han embarcado en un enorme empresa: trazar el mapa de todos los tres billones de letras contenidas en los 100.000 genes que constituyen el plano de nuestra especie. Esto es más que un gran avance científico propiamente dicho, es al mismo tiempo un gran avance comercial, dado que se ha decretado que tales descubrimientos pueden constituir propiedad privada. En su último libro, The Biotechnology Century [El Siglo de la Biotecnología], Rifkin escribe: ``Las corporaciones ya están buscando patentes sobre cada uno de estos genes humanos, no apenas son aislados. En pocos años, un puñado de compañías controlarán literalmente el plano genético de nuestra especie. Habrán reivindicado todos los cien mil genes como propiedad privada en el ámbito comercial, y ésto quiere decir que cualquier ser humano que necesite acceder a esos genes por razones médicas, de prevención, o terapéuticas, tendrá que pagar por ese derecho. Los genes de la especie humana serán controlados al igual que la propiedad intelectual, como patentes, por parte de una pocas compañías globales.'' Las compañías empresariales ahora pueden controlar estos genes a través de patentes. Pero, ¿cuando y cómo fue permitido patentar la vida? Se lo debe casi por completo a una decisión judicial tomada en los Estados Unidos hace casi una veintena de años. Rifkin se encontraba en la sala del tribunal y describe el evento: ``En 1980 la Corte Suprema de los Estados Unidos, por una resolución de 5 a 4, decidió que la General Electric podía reivindicar un microorganismo que había sido creado en el laboratorio como una invención patentada. Esto creó un precedente para que las compañías en todas las partes del mundo empezaran a controlar en el siglo veintiuno el entero patrimonio genético común. Solamente siete años después, en 1987, el U.S. Patent & Trademark Office emitió un escalofriante documento normativo en la cual se afirmaba: `Cualquier organismo de este planeta, cualquier gene, cualquier célula, cualquier órgano, cualquier tejido es potencialmente patentable como invención humana.' Aquí, con un solo golpe regulador, el U.S. Patent Office redujo el entero reino viviente, el patrimonio genético común, a la posibilidad de [ser] propiedad privada poseída y controlada por un puñado de corporaciones multinacionales.'' Rifkin y su organización apelaron contra esta decisión ganada estrechamente. Él nos cuenta, ``Curiosamente, el tribunal de apelación dijo que este microorganismo se parecía más a un producto químico que a una abeja o una planta o una flor. En otras palabras, echaron una mirada a la nueva manufactura, y no se parecía a un organismo. Si la General Electric hubiese traído un chimpancé, un pájaro, [o] un cerdo, nunca hubiera podido patentarlo. Esto te demuestra la naturaleza antropocéntrica de esta decisión. Lo que estoy diciendo es que todo esto es un junco muy sutil sobre el cual fundamentar el cercamiento de los patrimonios genéticos comunes de este planeta.'' Rifkin intenta poner esta práctica de patentar en un contexto: ``Es comparable a decir, durante el último siglo, que si descubrieras un elemento en la tabla periódica, sería invención tuya. Obviamente, lo encontraríamos bastante divertido si alguien dijera, `Bueno, he descubierto el aluminio o el oxigeno o el helio. Lo aislé, tengo que utilizar mi ingenio para encontrar un proceso para describirlo, por lo tanto debería poder reclamarlo como invención durante veinte años.' Les diríamos a los químicos, `Eso es absurdo.' Sin embargo, la analogía es exacta.'' La idea de las patentes fue concebida por primera vez por Thomas Jefferson. El objetivo era estimular la innovación premiando a los inventores con derechos exclusivos sobre sus creaciones durante un tiempo limitado. Cuando ese periodo terminara, la invención volvería a ser de dominio publico, lo que continuaría beneficiando a la sociedad. En estos días, además, hay fuertes razones comerciales para que una compañía utilice las patentes - recuperar sus inversiones en la investigación, obtener utilidades y, obviamente, asegurarse el nuevo mercado.
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De: Marti2 |
Enviado: 24/11/2009 22:52 |
La ingeniería genética implica una manipulación del ADN en un organismo natural, y esa modificación significa que algo nuevo ha sido creado. Ésta es la manera en la cual criaturas vivas son racionalizadas como invenciones. El control que las patentes conceden a sus poseedores es la propiedad legal y exclusiva sobre lo que ellos puedan conocer, descubrir, o inventar. Este concepto de ser dueños de ideas, así como de cosas, es llamado también ``propiedad intelectual.'' Dick Goddown, quien fue vice-presidente de la Biotechnology Industry Organization (BIO), que representa a más de 700 compañías de todas las partes del mundo, es un partidario de las patentes mencionadas. Él dice, ``Las patentes constituyen la sangre vital de la biotecnología. ¿Por qué? Porque son, en un sentido muy real, propiedad privada. Demuestran lo que es tuyo y de nadie más. Y por lo tanto te permiten atraer el capital de riesgo, y atraer los accionistas, de forma que tengas inversión, puedas completar el trabajo y puedas conseguir un producto [médico] para los pacientes [por ejemplo]. Desde el laboratorio hasta la cama del enfermo, el tiempo promedio es de siete años, y el costo de 500 millones de dólares.... Una patente, me atrevo a decir, es uno de los mejores acuerdos sociales que alguna vez hayamos alcanzado. En cambio del derecho de exclusividad de usar y producir tu invención por un periodo de años - y ha sido de diecisiete en los Estados Unidos y ahora ha cambiado a veinte - en cambio de ese derecho exclusivo, el inventor tiene que difundir su invención en el registro oficial para que todos los demás que tienen interés sean capaces de compartir su perspicacia intelectual, su avance, su chispa, esa magia que ha traído a la luz. Y ha sido un acuerdo que ha beneficiado a la humanidad más que cualquier cosa que me venga a la mente.'' En términos de resultado científico puro, Craig Venter puede ser considerado uno de los más productivos biotecnólogos del mundo. Él ha desarrollado nuevas tecnologías que han acelerado la velocidad de la decodificación de los genes para el Human Genome Project. Ahora dirige su propia compañía de genética, el Institute for Genomic Research, en Maryland. Su nombre apareció en la primera solicitud para patentar el ADN humano. Venter nos cuenta, ``Las patentes son muy importantes en cuanto se refiere al desarrollo de nuevos fármacos. Los genes para la insulina fueron patentados por Genentech y Eli Lilly, y esa es la razón por la que la insulina humana ahora está disponible alrededor del mundo como fármaco para el tratamiento de los diabéticos. Así millones de personas tienen a disposición la insulina.... La única razón por la que está comercialmente disponible... es que una compañía farmacéutica obtuvo una patente sobre el proceso de sintetizarla y producirla. Si no fuera por la protección de la propiedad intelectual, no existiría ninguna insulina humana disponible ahora como fármaco. Quiero decir, es así de sencillo. Si a la gente no le gusta las patentes sobre los genes, puede devolver los fármacos a las farmacias.'' En el mundo desarrollado, la mayoría de las personas puede permitirse pagar fármacos costosos como la insulina. La diabetes que aparece en la edad adulta, que está ligada a la obesidad, a la falta de ejercicio y a dietas ricas en azucares, es una enfermedad común en el mundo industrializado. La biotecnología está también involucrada en alto grado en el desarrollo in vitro de la fertilización y demás medios para que los y las estériles puedan tener hijos. La esterilidad, también, tiende a ser un problema que solamente las personas más ricas en el mundo pueden pagar para solucionarlo. Pero las enfermedades que destruyen jóvenes vidas a millones, como la esquistosomiasis, la malaria o la disentería, son ampliamente ignoradas por parte de la ciencia. Sus víctimas son los pobres, así que no hay muchas utilidades al encontrar una cura. Phil Bereano enseña ingeniería en la University of Washington y colaboró en la fundación del Council for Responsible Genetics [Consejo para una Genética Responsable]. En el curso de los últimos quince años, se ha convertido en un experto en las actividades de esta nueva industria. Le pregunté por qué las compañías biotecnológicas se enfocan en problemas del Primer Mundo como la diabetes y la esterilidad. Bereano afirma que la respuesta es obvia cuando se considera cómo operan estas compañías. ``¿Quién determina, en las corporaciones, los criterios de la planificación para el tipo de ingeniería genética que van a desarrollar? Son los muchachos-dinero.... Son los chicos que manejan lo esencial. Los proyectos que con más probabilidad les garantizan más dinero son los proyectos que se van a desarrollar, y no los proyectos que corresponden a alguna auténtica respuesta a las necesidades humanas.'' No sólo las compañía privadas deciden cuál de las áreas será la más lucrativa, también se aprovechan de todo el trabajo desempeñado con fondos públicos en universidades y agencias gubernamentales. Con la llegada de las patentes, las compañías pueden reivindicar las utilidades sin invertir en la investigación globalmente. Bereano dice, ``Esta tecnología de la ingeniería genética moderna fue creada ampliamente con fondos públicos, con los fondos de los contribuyentes...Y yo creo que dado que los supuestos beneficios son para la gente, y obviamente los riesgos van a ser soportados por la gente, la gente debería estar mucho más involucrada en la toma de estas decisiones. ¿Por qué dejamos estos tipos de decisiones en manos de entidades privadas? ¿Por qué afirmamos que ellos deberían poder hacer todo lo que quieren hacer? Tenemos que recordarnos que muchos logros biomédicos importantes no fueron patentados, como la vacuna Salk. Jonas Salk y March of Dimes ambos se oponían a la patente. Sentían que era totalmente inapropiado para algo que había sido desarrollado con fondos públicos y que se encontraba en gran demanda pública.'' Eli Lilly y Genentech no hicieron todo, ni siquiera la mayoría, del trabajo que condujo al desarrollo de la insulina humana genéticamente manipulada. Muchos años de estudios financiados por el gobierno, universidades y otras instituciones públicas construyeron concienzudamente el conocimiento base que al final posibilitó la manipulación genética. Aún, las compañías privadas reivindican todas las utilidades. Ahora que en el Reino Unido se han suscitado preocupaciones sobre los efectos negativos sufridos por miles de diabéticos que utilizan insulina transgénica, las compañías deberían estar dispuestas a investigar los efectos colaterales reportados y aceptar la responsabilidad de cualquier daño que podría estar relacionado con sus productos. Pero esa, como veremos, es otra historia. Patentar el Aire
Durante la colonización, nos dijeron que nuestro conocimiento indígena era supersticioso y nada científico. Ahora las mismas potencias occidentales que rechazaron nuestros sistemas están patentando y privatizando nuestro conocimiento. El conocimiento indígena relacionado con el uso del neem, basmati, karela, bringal, mostaza, amla, jad amla, y muchos otros, ha sido patentado. Esta biopiratería es un robo de nuestro conocimiento, de nuestra biodiversidad y de nuestra misma supervivencia. - COMUNICADO DE PRENSA DE LA RESEARCH FOUNDATION FOR SCIENCE, TECHNOLOGY AND ECOLOGY, NEW DELHI
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De: Marti2 |
Enviado: 24/11/2009 22:53 |
Durante miles de años, la gente de India veneró a un maravilloso árbol siempre verde, el neem. Del árbol obtenían extractos que se utilizaban como repelentes de insectos, aislaban aceites para jabones y cremas para la piel, cocinaban las hojas para hacer medicamentos. Incluso utilizaban sus ramitas como cepillos dentales. El árbol pertenecía a todos, y era parte de su cultura. Ahora ya no. Las compañías biotecnológicas han modificado tecnológicamente el neem y los componentes extraídos de él. Lo que un tiempo era libre y disponible para todos se ha convertido en propiedad privada que hay que pagar para utilizarla. Ahora hay patentes pendientes sobre casi todo lo que se pueda imaginar, incluso un alimento básico en America del Sur, la quinoa, un cereal ancestral; el garbanzo desarrollado por campesinos de India; y la kava, una planta sagrada para los Maori de Nueva Zelanda y muy utilizada por ellos. Solicitudes de patentes han sido presentadas también para varias recetas hindúes, como la pakora, popular bola de masa que se come frita en sopas o guisos. Y, naturalmente, una patente está pendiente para otorgar a los ``inventores'' de Dolly derechos de clonación sobre todos los mamíferos, entre ellos nosotros mismos. También se han realizado intentos, por parte del gobierno y de compañías privadas de los Estados Unidos, para patentar secuencias celulares de poblaciones indígenas. Andy Krimbell, un abogado que dirige el International Center for Technology Assessment en Washington, D.C., intenta forzar a los organismos reguladores estadounidenses a enfrentar las implicaciones de las nuevas tecnologías y a reglamentar concomitantemente. Kimbrell está demandando a la Environmental Protection Agency por asuntos biotecnológicos. Él dice, ``Es una circunstancia bastante extraordinaria, y realmente estamos hablando de una caída libre ética y legal, porque justo ahora no hay comprensión de lo que es patentable y de lo que no es patentable. Parece que estamos presenciando el cercamiento corporativo del entero reino viviente, literalmente, incluso el entero reino animal, sin reales limitaciones, en este punto.'' Las cosas que han sido compartidas a nivel comunitario durante muchas generaciones son llamadas [en inglés] ``commons'' - un ejemplo son las tierras comunales. En el siglo dieciocho, el gobierno inglés causó enormes sufrimientos cuando confiscó tierras que habían sido utilizadas en manera comunal por parte de los aldeanos durante por lo menos mil años y las redistribuyó entre los aristócratas para que pudieran desarrollar su propia ganadería ovina a escala industrial. Esto fue llamado el cercamiento de los commons. Ahora estamos presenciando el cercamiento de la mismísima materia vital - el cercamiento de los commons genéticos por parte de las multinacionales. Todo lo que las corporaciones tienen que hacer es alterar un único gene en un organismo viviente; pueden por lo tanto afirmar que se trata de un nuevo organismo, patentarlo y reivindicarlo como propio. Jeremy Rifkin señala una de las ironías del régimen de las patentes. ``Ninguna de estas corporaciones jamás [ha] inventado un gene de novo. Todo lo que están haciendo es manipular y modificar genes que ya existen. Ninguna de estas corporaciones nunca [ha] creado un nuevo organismo, sea un organismo sencillo o un organismo multicelular. Simplemente están alterando organismos existentes que han sido el producto de millones de años de evolución. Yo pienso que necesitamos comprender que éstos representan descubrimientos de la naturaleza. No deberían constituir invenciones privadas. Debemos mantener estos commons genéticos a disposición de las generaciones futuras.''
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Gente de África Negra; Giovanni Botteo, ``Le Relazioni Universali'', Venecia 1602. |
Un ejemplo clave de cómo el cercamiento de los commons genéticos amenaza al intercambio de la información científica fue relatado por el Los Angeles Times, al comienzo de 1999. Existe ahora una cepa de Staphylococcus, el agente infeccioso más común en los hospitales, que es resistente a todos los antibióticos. A pesar del peligro que esta cepa plantea a la salud pública, los científicos académicos y gubernamentales no han sido capaces de sonsacarle información acerca de la bacteria a las compañías privadas que están intentando descifrar su genoma. Las compañías afirman que han gastado millones [de dólares], y con un producto patentable en el horizonte no están intencionadas a renunciar a tal información a nombre de necesidades públicas. La demora en hacer públicos estos datos ``ha retrasado la investigación en cuatro o cinco años,'' opina el Dr. Olaf Schneewind, un prominente especialista de Staphylococcus de la UCLA [Universidad de California en Los Angeles]. Él declara que comprende la posición de la industria, pero que no demuestra para ella ninguna simpatía. Los genes resistentes [a los antibióticos] de esta bacteria poseen la capacidad de difundirse rápidamente, y la enfermedad ya mató a una persona en New York. Científicos de la academia y del gobierno sostienen de manera muy convincente que informaciones genéticas fundamentales deberían ser disponibles al público. Francis Collins, director del Human Genome Project, que es financiado con fondos gubernamentales, afirma: ``Creo que la ciencia avanza en forma impredecible, y con algo tan fundamental como el libro de instrucciones de los organismos, más gente tiene la oportunidad de darle una mirada, más es probable que ocurra un descubrimiento clave. La pregunta que tendríamos que plantearnos es `¿Qué es bueno para la gente?' No estoy seguro de que, a largo plazo, toda esta fiebre del oro vaya a responder muy bien a las necesidades de las personas.'' En vista de la crisis ligada al Staphylococcus y de la industria que se rehusó a colaborar, el gobierno de los Estados Unidos tuvo que presupuestar más dinero para repetir lo que ya había sido hecho, y descifrar el ADN de la bacteria. Nadie hubiera esperado que si se hubiese manifestado un asunto de crisis a nivel de salud pública, la industria se habría rehusado a colaborar. Dado que la información estaba disponible al sector privado, las agencias gubernamentales simplemente supusieron que podían acceder a ella si realmente necesitaban hacerlo. Se equivocaban. Presiones Globales
Grupo de Campesinos Irrumpe en las Oficinas de Mahyco en Hyderabad Activistas afiliados al Andra Pradesh Ryto Sangham irrumpieron a montones en las oficinas regionales de la Mahyco Company el lunes para protestar en contra de los intentos de introducción de semillas genéticamente modificadas. Mahyco es la empresa de riesgo compartido de la Monsanto. - INDIAN EXPRESS, EDICIÓN DE BANGALORE, 2 DE DICIEMBRE DE 1998
La noción de que se puede patentar la vida ya se ha vuelto global. En 1995, la World Trade Organization (WTO) aprobó nuevas medidas radicales en el ámbito del General Agreement on Tariffs and Trade (GATT) que han cambiado la vida alrededor del mundo. Según estas medidas, los países no pueden invocar leyes nacionales para evitar que cualquiera patente organismos vivos que sus territorios albergan. Chee Yok Ling, un abogado y activista que opera desde Malasia, dice, ``Toda la pelea durante los años ochenta y comienzos de los noventa bajo el régimen comercial del GATT fue la de alcanzar un acuerdo internacional sobre los derechos de propiedad intelectual. Hasta entonces, los países tenían, en cuanto naciones, una opción si querían ratificar un acuerdo internacional o no. El que una patente o una nueva invención fuera protegida en mí país dependería del equilibrio entre política nacional, intereses públicos e intereses corporativos, con leyes nacionales aprobadas consecuentemente. Por ejemplo, en muchos países, como la India, los productos farmacéuticos eran exentos de patentes protectoras porque [la gente allá] sentía [que] para el propio interés nacional de la salud pública, los fármacos debían estar disponibles a precios baratos. Los alimentos [podían ser también exonerados]. Dada la seguridad en la comida, no quisiéramos tener leyes para las patentes que protegieran las semillas de una compañía y perjudiciales, por así decirlo, para las variedades desarrolladas a nivel local. Pero ahora, todo ha cambiado. Bajo el acuerdo internacional de la World Trade Organization sobre los derechos intelectuales, y que todos los países han ratificado,... estamos ahora obligados a modificar nuestras leyes nacionales y respetar todas estas patentes.'' Curiosamente, la mayor parte de la biodiversidad del mundo - es decir, el material natural propio de los recursos genéticos y que la biotecnología requiere - se encuentra en el hemisferio sureño. Pero la mayoría de las compañías biotecnológicas se encuentran en las naciones industrializadas del norte. Es esta la razón por la que muchos en el Tercer Mundo definen a las patentes sobre la materia vital como ``biopiratería.'' Vandana Shiva, físico y experta en asuntos alimenticios en el Tercer Mundo, opina que la biopiratería no es nada más que una versión moderna de los viejos regímenes coloniales. ``Las patentes representan un mecanismo maravilloso para recolectar utilidades más rentables provenientes de cosas que la naturaleza produce libremente, o que la gente produce libremente. [Fuerzan] a las personas a pagar por lo que ha sido propio, y de su propio derecho: los commons públicos. En los años veinte, los británicos pusieron una tasa sobre la sal, la producción de sal, para poder financiar sus ejércitos. Y Gandhi salío y dijo, `No, esto nos ha sido dado libremente por la naturaleza. Lo producimos empleando nuestra inteligencia; lo necesitamos para nuestra supervivencia. No vamos a pagar las tasas que quieren, porque no han creado la sal y la necesitamos para vivir.' En cierta forma, las patentes sobre los seres vivos son cinco mil veces peores que las tasas sobre la sal del régimen británico de aquellos días. ¡Es como patentar el aire! Porque, después de todo, es la biodiversidad de los seres vivos que hace posible la vida en todas sus formas. Es tan vital para la vida como el mismo aire. Es una condición de nuestro proceso vital. Y cuando nuestro proceso vital y los elementos de nuestro proceso vital comienzan a ser patentados, y alguien puede hacer dinero cada vez que intentamos usarlos, verdaderamente es el último estadio de la codicia organizada. [No solamente] esto ha generado...una crisis ética, también está realmente amenazando con generar una crisis a nivel de supervivencia.'' Puede ser que en India la gente es más consciente de esto que en cualquier otro lugar del mundo. Los hindúes han organizado inmensas demostraciones, incendiado huertas experimentales de cultivos genéticamente alterados y destruido oficinas y depósitos de las mayores corporaciones involucradas, principalmente de la Monsanto. Y en la abierta campiña, los campesinos de India se están defendiendo de una manera única y preventiva. Vandana Shiva dirige una organización llamada el National Program for Conservation of Native Seed Varieties [Programa Nacional para la Conservación de las Variedades de Semillas Nativas], que se opone a las patentes genéticas. Ella nos cuenta, ``En cada pueblo en donde trabajamos, cada campesino con quien trabajamos hace un juramento: `Este es un legado que he recibido de mis antepasados, y me comprometo a transmitir este legado a las generaciones futuras. Lo cuidaré; lo defenderé; y no permitiré que sea privatizado.' A través de ésto, estamos organizando estas regiones, que denominamos zonas libres de patentes, en donde básicamente la gente reconoce que estas son leyes tan inmorales y tan injustas que no hay que respetarlas.'' No es que éste sea un problema exclusivamente del Tercer Mundo. Nos involucra a todos. E induce a problemas éticos, económicos y de seguridad. Debido a la biotecnología, tenemos que plantearnos preguntas que nunca antes hemos tenido que enfrentar. ¿Quién posee los árboles o las semillas o los perros o las secreciones de tu páncreas? Ferdinando Magallanes y Cristóbal Colón reivindicaron la propiedad del Nuevo Mundo simplemente en base al hecho que habían izado velas hacia él. ¿Encontrar una planta medicinal en un país del Tercer Mundo y reivindicar su propiedad para poder cobrar las regalías representa algo diferente? Eso es lo que hacen las compañías biotecnológicas. En el régimen de las patentes existe una alarmante falta de claridad; como afirma el abogado y activista Andy Kimbrell, ``Han patentado ovejas y peces que han sido genéticamente alterados, [pero] han patentado también un numero de animales que no han sido genéticamente alterados. Conejos que han sido empleados en experimentos sobre el HIV, nemátodos y varios insectos tomados de varias partes del mundo y transportados a los Estados Unidos, todos han sido patentados. Las únicas intervenciones han consistido en que fueron llevados de un país, en donde son autóctonos, a otro país, en donde no los son. Eso constituye supuestamente el paso creativo. Así que aquí hay lo que me gusta llamar biocolonización; el acto de transportar es ahora la única intervención que se necesita para las patentes genéticas.'' Un resultado es que, el gobierno de los Estados Unidos y un gran numero de compañías biotecnológicas privadas se ven envueltas en disputas internacionales. India, Ecuador, y Tailandia están todos luchando para sus derechos de conservar sus especies de plantas y animales autóctonos. Derechos y Responsabilidades
Datos provenientes del Departamento de Entomología de la Iowa State University muestran una relación entre la mortalidad de las larvas de la mariposa monarca y las condiciones de los maizales sembrados con maíz Bt. - JOHN OBRYCKI, PROFESOR DE ENTOMOLOGÍA, Y LAURA HANSEN, ASISTENTE DE INVESTIGACIÓN
Compañías Suministradoras de Agua Piden una Moratoria sobre los Sembríos Comerciales de Cultivos Genéticamente Modificados en Medio de Temores de Que los Químicos Utilizados Puedan Contaminar Ríos, Lagos y Reservorios. - THE LONDON TIMES, TITULAR, 5 DE MARZO DE 1999
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De: Marti2 |
Enviado: 24/11/2009 22:55 |
Está claro que la posesión de patentes ofrece beneficios sustanciales a las corporaciones: utilidades enormes y una reserva material casi ilimitada a partir de la cual se crean productos. Entonces, ¿cuáles son sus responsabilidades? Después de todo, animales y cultivos genéticamente alterados pueden originar efectos negativos, sea sobre las personas que los consumen, o sobre el ambiente en general. En el artículo anterior [Transgénesis I] , hemos analizado algunos de los riesgos potenciales, como aquellos causados por la bacteria transgénica Klebsiella planticula. Ya existen indicaciones de algunos efectos negativos, debidos a fármacos y alimentos genéticamente modificados, en la salud humana. Por ejemplo, cuando un científico británico, Arpad Pusztai, alimentó a ratones con papas transgénicas, detectó graves efectos negativos como reducción del tamaño del cerebro y daños al sistema inmunológico. Una investigación recientemente desarrollada en Suecia relaciona la exposición al glifosato, que se vende como herbicida para fumigar cultivos transgénicos, con el aumento de la incidencia del linfoma de no-Hodgkin, un cáncer grave que afecta a los jóvenes. Y no hemos mencionado aún las guerras biológicas. Mientras los laboratorios biotecnológicos sigan sin controles y sin cuerpos de vigilancia, no hay nada que evite que algunos de ellos experimenten ebola o anthrax y todas las demás potenciales armas biológicas que deberían ser controladas muy severamente. Si se difundiera cualquiera de estas aterradoras posibilidades - y algunas ya son una realidad - ¿quiénes son los responsables de los daños causados por estos nuevos productos? Todos asumen que los que los inventaron, aquellas compañías que poseen las patentes y están pidiendo todas las recompensas de sus investigaciones, serán considerados los responsables. En cambio, según las leyes sobre las patentes, no son responsables en absoluto. Vandana Shiva ha analizado la situación. ``La ley de patentes es una forma muy interesante de propiedad,'' afirma. ``Con todas las demás formas de posesión, tienes derechos de propiedad; pero al mismo tiempo, hay responsabilidades.'' Si construyes un edificio que luego colapsa o un motor de auto que luego estalla, puedes ser demandado por los compradores o las agencias gubernamentales. No es así en el caso de propietarios de patentes. ``La ley sobre las patentes es un tipo de ley sobre la propiedad que no prevee responsabilidades,'' declara Shiva. ``No existe responsabilidad. Existen solo derechos de excluir a los demás de utilizar lo que sea de tu patente.'' Así como están las cosas, la responsabilidad de cualquier daño que los productos biológicamente alterados puedan causar cae encima de las víctimas humanas o sus gobiernos. La verdad es que la actual formulación del Protocolo Internacional de Bioseguridad, aún por completarse, está por negociarse bajo los auspicios de la Biodiversity Convention de las Naciones Unidas; especifica que es el país importador, no el propietario de la patente o inclusive el exportador, el responsable de cualquier problema que pueda originarse. Y si aquellos problemas afectan a la naturaleza o a las criaturas silvestres - bueno, nadie es responsable en absoluto.
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Gente de África Negra; Giovanni Botteo, ``Le Relazioni Universali'', Venecia 1602. |
Algunas de las causas de esta situación están constituidas por aquellas preocupaciones muy familiares: el libre comercio y la competitividad global. Los países firmantes del GATT y de la WTO son forzados a reducir las barreras comerciales y recibir los nuevos productos para poder participar en el comercio internacional. Un ejemplo de lo que puede ocurrir involucra a las hormonas utilizadas ampliamente en Canadá y Estados Unidos para que el ganado vacuno crezca más rápidamente. Una comisión europea que se ocupa de fármacos veterinarios señala que al menos una de estas hormonas es carcinógena. La Unión Europea quiere mantener las dietas de sus ciudadanos libres de las hormonas. El caso fue llevado frente a la WTO, que resolvió en contra de la Unión Europea. En Junio de 1999, la UE declaró que no aceptaría las hormonas, de forma que está sujeta a sanciones. La UE perderá alrededor de 128 millones de dólares en concesiones comerciales por cada año que las hormonas sean prohibidas. Si este costo se revelara demasiado alto, y la UE dejara circular los productos, y entonces descubriera que de hecho son dañinos después de todo, el productor no sería responsable. Las agencias reguladoras, que al comienzo intentaron prohibir los productos, serán consideradas responsables por haberlos dejados circular. Es extraño. La industria biotecnológica está completamente librada. Vandana Shiva señala otra razón de la esquizofrenia que rodea al asunto. ``Por cuestiones reglamentarias, los gobiernos están ayudando a las compañías a que se salgan con definiciones que tratan al cultivo transgénico al igual que el progenitor. Cuando llega el momento de obtener una patente, obviamente no vas a decir que un tipo de soya genéticamente modificado es igual a la soya convencional, pero cuando llega el momento de las normas de seguridad muy comúnmente se acepta que se trata de la misma cosa. Y en base a eso la Food and Drug Administration [Administración de Fármacos y Alimentos] de los Estados Unidos otorga sus certificados de seguridad. Una papa genéticamente modificada que contenga genes de gallina será aún tratada como si fuera una papa convencional, y por lo tanto nadie mirará a las implicaciones de los genes de gallina insertados. De hecho, nadie está autorizado a investigar.'' La historia de cómo las normas gubernamentales y los intereses industriales se enredaron es larga y delicada. Quizás sea suficiente sólo decir que, en los Estados Unidos, personas se han pasado de posiciones de nivel muy elevado al interior de agencias reguladoras gubernamentales, como la Food and Drug Administration, la Environmental Protection Agency y el Department of Agriculture, a gigantes biotec como Dupont y Monsanto. Los opositores de la tecnología a ésto le llaman la puerta giratoria; personas cuyas carreras fueron forjadas en el ámbito de agencias reguladoras gubernamentales son reclutadas por la Monsanto, y viceversa. Por ejemplo, Mickey Kantor, anteriormente secretario para el comercio del Presidente Clinton y representante comercial de los Estados Unidos, ahora es miembro del comité de directores de la Monsanto. Marcia Hale, anteriormente asistente para las relaciones intergubernamentales del Presidente Clinton, ahora ocupa la posición correspondiente en la Monsanto, de directora de asuntos gubernamentales internacionales. Linda Fisher, que tradicionalmente era administradora asistente del departamento de la Environmental Protection Agency encargado de las normas sobre pesticidas y sustancias tóxicas, es ahora vice-presidente de asuntos gubernamentales y públicos de la Monsanto. Tan ubicua es la influencia de la industria biotecnológica sobre el gobierno que se han dado controversias y al menos un escándalo en otros países también. En Canadá, un funcionario de Health Canada [Canadá Salud] declara que la Monsanto ofreció al departamento entre 1 y 2 millones de dólares con la condición de que la compañía recibiera la aprobación de comercializar su controvertida hormona de producción láctea, rBGH, y sin la obligación de ser sometida a ulteriores investigaciones. La CBC Radio [Canada Broadcasting Corporation Radio] recientemente informó que Agriculture Canada está permitiendo que la Monsanto conduzca sus propias investigaciones en los centros gubernamentales. Cuando el senador conservador Mira Spivak cuestionó para que explique la relación de su ministerio con una corporación que supuestamente debería reglamentar, y revele cuánto dinero el ministerio había aceptado de parte del gigante biotec, el ministro de agricultura se rehusó a divulgar la información - invocando como justificación el secreto comercial. La Monsanto aún insiste, con indignación, que todos sus productos son seguros, incluso luego de la prohibición de Canadá y las moratorias de Europa. Pero es instructivo recordar que la Monsanto Corporation estuvo involucrada en la producción y comercialización del DDT, del Agente Naranja y de los PCBs (bifenilos policlorinados), que también defendió vigorosamente antes de que fueran prohibidos. Antes en los años sesenta, la Monsanto también atacó a Rachel Carson y su libro primigenio Silent Spring, sacando anuncios de planas completas que denigraban y se burlaban de Carson. La compañía sigue produciendo muchas sustancias prohibidas en Norte América, como el Alachlor y el extremadamente peligroso Butachlor, para exportarlas hacia países cuyas leyes no son tan estrictas como las nuestras. Y la Monsanto es uno de los principales productores de dioxinas: la Environmental Protection Agency ha estimado que las dioxinas causan hasta el 3 por ciento de todos los cánceres. La Monsanto ha sido acusada de manipular datos en los estudios que financió durante los años 80, los mismos que exoneraban a las dioxinas de todo peligro. A pesar de unos precedentes que incluyen cuatros graves condenas por varias infracciones, como incumplimiento y diseminación generalizada de informaciones erróneas, e incluso una multa de 108 millones de dólares por responsabilidad en la muerte por leucemia de un empleado tejano - aunque sea clasificada según la EPA como uno de los más grandes productores corporativos de emisiones tóxicas en el medio ambiente de Estados Unidos - la Monsanto obviamente aún mantiene su influencia en las altas esferas. A medida que más y más productos de la Monsanto son introducidos en la cadena alimenticia sin un riguroso control gubernamental, será cada vez más difícil detectar las causas de los efectos dañinos. Vandana Shiva afirma que ``no solamente...estamos jugueteando con una tecnología ecológicamente muy muy riesgosa, estamos jugando con ella en un contexto donde [nos es imposible informarnos]... acerca de cuáles podrían ser los riesgos. Y nadie los conocerá ni siquiera en diez años, dado que los primeros anillos de la cadena informativa están por ser eliminados. Están por ser borrados.'' Esterilizar al Mundo
Agricultores que descubrieron que semillas genéticamente modificadas han penetrado por casualidad en sus tierras desde los cultivos de sus vecinos, podrían recibir enormes multas en el caso de que el gigante agroquímico Monsanto ganara un juicio en una corte canadiense. Percy Schmeiser, agricultor de Saskatchewan, está por ser perseguido por la Monsanto por daños y por las utilidades provenientes de sus cultivos, dado que la compañía declara que la patente sobre sus semillas genéticamente modificadas (GM) ha sido violada. - MARIE WOOLF, THE INDEPENDENT, 14 DE MARZO DE 1999
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A lo largo de toda la historia humana, los agricultores siempre seleccionaron y almacenaron sus semillas para la siguiente estación, y las compartían y comerciaban con otros. Hemos invocado a dioses, realizado ceremonias y desarrollado minuciosamente semillas y técnicas para poder aumentar la fertilidad de las formas de vida de las que dependemos para nuestra comida. Al final de Febrero de 1998, se halló un nuevo avance para la industria agrícola biotecnológica que hubiera tenido que hacer sonar las campanas de alarma en la mente de cada científico, ecologista y agricultor. Al Departamento de Agricultura de los Estados Unidos y a la compañía semillera Delta & Pine, una empresa afiliada a la Monsanto, se le concedió una patente sobre una técnica genética para esterilizar semillas permanentemente. Semillas estériles producen solamente una única generación de plantas. Las nuevas semillas son estériles porque los titulares de la patente deben estar seguros de que los agricultores paguen cada año si las quieren. Esta técnica parece que ha sido creada únicamente con el objetivo de proteger y aumentar las ganancias comerciales. Justo ahora, compañías como la Monsanto pagan un montón de dinero para que sus agentes patrullen los cultivos de los agricultores para asegurarse de que los agricultores no estén plantando semillas patentadas sin haber pagado las regalías. El gene Terminator, como se le conoce, hará que el patrullaje sea innecesario, y además aumentará las utilidades. Como siempre, los peligros potenciales representados por este gene no han sido discutidos profundamente o incluso analizados, aún no hay que ir demasiado lejos en las investigaciones para imaginar que estas plantas estériles pueden estar en condiciones de transferir sus características a las variedades no-estériles que crecen allí cerca. El concepto de Terminator puede aplicarse también a los animales, no sólo a las plantas. Un virus genéticamente alterado que se está estudiando en Australia podría esterilizar a todos los conejos infectados. Bob Phelps, un ecologista afiliado a un grupo australiano llamado Gene Ethics [Gen Ética], afirma que una de las organizaciones nacionales de investigación de Australia, la Canberra Scientific and Industrial Research Organization, CSIRO [Organización de Canberra para la Investigación Científica e Industrial], ``está intentando modificar genéticamente el virus de mixamatosis con el objetivo de transferir al virus la capa externa del espermatozoide o del óvulo de conejo. Y la idea es que el virus sea luego liberado en el ambiente, para infectar a los conejos. Éstos serían vacunados contra sus propios espermatozoos u óvulos, que no podrían ser fertilizados y por lo tanto reproducirse.'' Obviamente, los australianos están deseosos de eliminar a los conejos, que han sido tremendamente destructivos en términos ecológicos, pero, como señala Bob Phelps, ``Existen muchos inconvenientes con este tipo de estrategia. Primero, deberían estar muy seguros de que los virus que se están por utilizar no se transfieran a otras especies. Y segundo, si un virus vivo [dedicado] a la esterilización de los conejos, por ejemplo, fuera liberado en Australia, entonces es muy razonable esperarse que se vaya por todo el mundo, como han hecho otros virus propios de los conejos... ¿De veras queremos que estos animales desaparezcan de la faz de la Tierra porque los esterilizamos? No creo.'' Los conejos podrían representar la menor de nuestras preocupaciones. Phelps nos cuenta, ``Quizá el trabajo más peligroso es el que se hace en India. Investigadores australianos e hindúes están colaborando en técnicas similares para esterilizar a los seres humanos. No necesariamente están empleando virus vivos, sin embargo lo que hacen es utilizar a los virus como una manera de esterilizar sea temporal o permanentemente a las mujeres indianas. Y esto, naturalmente, plantea tremendas cuestiones éticas y sociales, así como científicas. En efecto, todo este uso de la tecnología genética para la llamada inmuno-esterilización, la esterilización automática del organismo, está cargado de algunos peligros y riesgos muy reales.'' Responsabilidad por Riesgos y Seguro
Los gobiernos europeos están preparando planes contingentes para una emergencia originada por organismos genéticamente modificados [OGMs] siguiendo un estilo apropiado para el caso de lluvias radioactivas. Los Cinco Puntos del Programa de Reacción en Caso de Emergencia han sido redactados por la Comisión Europea, y planeados para defenderse en el caso de que las plantas transgénicas provoquen enfermedades o muertes generalizadas entre las formas de vida salvaje y silvestre. El borrador de la directiva, preparado para ser adoptado por los ministros de toda Europa, incluye planes para ``descontaminar'' zonas afectadas y destruir plantas y animales expuestos a los OGMs. El plan está diseñado para prevenir un desastre a nivel de salud humana e impedir que plantas genéticamente modificadas se crucen desenfrenadamente con especies nativas. - MARIE WOOLF, THE INDEPENDENT, ABRIL 4, 1999
¿Quién sería responsable si uno de estos métodos de esterilización se nos fuera de las manos y amenazara con exterminar especies enteras? ¿Podríamos controlarlo? Si uno de estos nuevos cultivos transgénicos manifestara efectos colaterales imprevistos, ¿seríamos capaces de detectar la fuente del problema? Hay dos cuestiones muy importantes en este asunto: primero, los derechos de las patentes no son acompañados por responsabilidades sociales; y segundo, la naturaleza misma del proceso de patentar involucra el secreto industrial. Como resultado, la obtención de informaciones detalladas sobre un producto y sus posibles peligros sería tan dificultosa como la identificación y el control de la fuente del problema. Ya hemos sufrido situaciones análogas, y no deberíamos olvidar lo que pasó. La fuga de químicos de la Union Carbide India Limited (UICL) en Bhopal, India, en 1984 fue justo uno de esos desastres. A diferencia de las compañías biotec, la UICL tenía un seguro, pero las víctimas nunca fueron adecuadamente indemnizadas. La misma India cargó con la mayoría de las consecuencias de este desastre, por la simple razón de que India era el sitio en donde ocurrió la fuga letal. La fábrica estaba produciendo un pesticida común, pero las personas que intentaban asistir a las víctimas no podían obtener una información completa acerca de los químicos involucrados porque el veneno constituía un secreto industrial patentado. Chee Yok Ling, un abogado que trabaja para la Third World Network, está muy acostumbrado con este tipo de historias. ``Sabemos desde toda una entera historia de los derechos del consumidor y de los derechos ambientales que si no se contempla la responsabilidad por los riesgos sobre la circulación de un producto, cuando las cosas andan mal, las compañías dicen, `Oh, lo sentimos. No sabíamos que hubiera pasado eso.' O se mantienen calladas. Pasan al siguiente producto; se mudan al siguiente país. ¿Quién arregla el desastre? Por lo general, les corresponde a los gobiernos nacionales.'' Los médicos que asistían a las víctimas durante el desastre de Bophal necesitaban toda la información que se podía obtener. Si la hubiesen obtenido prontamente, hubieran salvado más vidas y evitado que muchos se quedaran ciegos. Pero una corporación no está obligada a revelar información sobre patentes, ni siquiera a un gobierno nacional. Chee Yok Ling conoce las leyes que regulan las patentes y sostiene que, sin fuertes controles reguladores, las compañías, exentas de cualquier vigilancia externa, tendrán, en caso de emergencia genética, la misma reacción que la Union Carbide India Limited tuvo en Bhopal. ``Dirán, `Oh, es información comercial confidencial. Está protegida por patentes.' Información crucial que [es necesitada]...para poder diagnosticar si un producto es o no seguro no la vamos a encontrar allá; la mayoría de las veces, estará protegida por patentes.'' La industria biotecnológica hace parecer un histérico a cualquiera que plantee tales cuestiones. Estas cosas no han ocurrido aún, así que incluso el mencionarlas es considerado abiertamente pesimista ante el brillante futuro biotecnológico. Desafortunadamente, la historia nos enseña que todo tipo de cosas - petroquímicos, CFCs, derrames tóxicos y energía nuclear - que pensamos, incluso insistimos, eran benéficas, se revelaron extremadamente peligrosas. La historia nos informa que la prudencia es más que requerida cuando se trata de adoptar una nueva y poderosa tecnología. No debemos olvidar el por qué fue creada en primer instancia la regulación de tales materiales; no hay que esperar siempre que se desaten los sufrimientos para legislar. Yok Ling nos dice, ``Severas leyes sobre el consumo, en países como los Estados Unidos o Canadá ... fueron aprobadas luego de desastres.... Esta historia nos demuestra que la responsabilidad por los riesgos es absolutamente crucial para equilibrar los derechos de los diversos sectores de la sociedad. Severas leyes sobre la responsabilidad por los riesgos también constituyen incentivos muy [poderosos] para que las compañías adopten altos estándares de comportamiento, dado que en caso contrario tendrán que pagar el precio.'' ¿Cómo se protegen típicamente los intereses comerciales de los reclamos por responsabilidad por los riesgos? A través del seguro. En efecto, en nuestra sociedad, la prueba tornasol para la seguridad es el seguro. Puedes asegurarte contra casi todo si pagas la cuota suficiente, pero si la industria aseguradora no está dispuesta a apostar su dinero sobre la seguridad de un producto o de una tecnología, significa que los riesgos son simplemente demasiado grandes o demasiado inciertos para que ellos para puedan correrlos. ¿Qué implica ésto para la biotecnología? Pongamos que un virus genéticamente modificado escape hacia el ambiente y comience a replicarse. No sería lo mismo que otras formas de contaminación, dado que no sería igual a la limpieza de un derrame de petróleo. Tampoco se degradaría con el tiempo como los desechos nucleares. Y sus interacciones con los demás organismos en el ambiente serían totalmente impredecibles. Brian Goodwin es un biólogo teórico que trabaja en el Schumacher College en Devon, Inglaterra, y un científico independiente - es decir, no depende de la industria privada por subsidios o puesto de trabajo. Su independencia y su pericia en el campo biológico lo han convertido en una voz importante en el Reino Unido durante las discusiones sobre cómo reglamentar esta novedosa tecnología biológica. Señala el importante hecho de que ``las compañías aseguradoras no venderán seguros a las compañías biotec, porque saben que los resultados del uso de organismos genéticamente modificados no pueden ser predecidos. No existe un satisfactorio procedimiento de evaluación de los riesgos. Y el hecho de que las compañías de seguro no emprenderán en ésto demuestra que se trata de una tecnología muy, muy poco fidedigna.''
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Jeremy Rifkin concuerda. ``El hecho, y creo que la gente no lo conoce, es que no hay seguro contra pérdidas catastróficas causadas por la introducción de estos organismos en cualquier parte del mundo. La industria aseguradora ya se expresó acerca de ésto. No están dispuestos a destinar primas de seguro a las pérdidas potenciales causadas por la introducción de estos organismos. La razón es que no existe una ecología predictiva. No hay una ciencia de evaluación de riesgos según la cual se podría juzgar lo que podría ocurrir al liberar uno de estos organismos en el ambiente. Las empresas aseguradoras lo entienden, y es por esta razón que no están dispuestas a asegurar esta industria.'' Ya existen problemas con los organismos transgénicos en todo el mundo. Hay problemas de contaminación en cultivos orgánicos, por ejemplo. Dos agricultores de Saskatchewan [una región de Canadá, NdT] están por ser enjuiciados por la Monsanto por cultivar semillas genéticamente modificadas sin pagar las respectivas regalías. Pero un agricultor insiste que su cultivo fue contaminado a través del viento o de un derrame, y ahora está él, a su vez, contra-enjuiciando. El otro afirma que intercambió semillas con un vecino, como los agricultores hacían por miles de años, sin enterarse de lo que estaba recibiendo. Ni la Monsanto ni los agricultores pueden estar asegurados contra este tipo de problemas; pero la Monsanto, obviamente, puede permitirse tener más abogados. En Canadá, la National Farm Union (NFU) está pidiendo que Ottawa responsabilice a las empresas agro-biotec de los daños causados por la contaminación genética; caso contrario, los agricultores creen que deberán hacerse cargo de la responsabilidad por riesgos ellos mismos. El coordinador de la NFU para Saskatchewan, Stewart Wells, afirma que él y otros agricultores orgánicos podrían perder su certificación y sus medios de sustento a consecuencia de la contaminación debido al polen desperdiciado. Señala, ``El dinero de las tasas les sirve para sus investigaciones, pero las utilidades siempre son privatizadas.'' Ann Clark, un agrónomo de la Universidad de Guelph, afirma que Canadá es típico en que cada año 700 millones de dólares de tasas de los contribuyentes se van a más investigaciones biotec, mientras que casi nada está destinado a la evaluación de los riesgos. Jeremy Rifkin se siente tan seguro que escenarios horrorosos se están acercando que piensa que la ingeniería genética en la agricultura se verá obligada a abandonar el negocio debido a su extremo peligro. ``Sospecho que acabaremos rechazando la ingeniería genética en la agricultura,'' predice. ``Acabaremos rechazando la liberación de enormes cantidades de organismos en el medio ambiente, porque vamos a aprender dentro de unos pocos años que los riesgos ecológicos de extender la polución genética por todo el planeta exceden enormemente a cualquier beneficio a corto plazo que podríamos recibir por insertar en primer lugar cualquiera de estos organismos en el ambiente.'' Sólo podemos esperar que ninguna de estas lecciones sea tan devastadora como lo que podría haber ocurrido si la bacteria de Klebsiella planticula hubiese sido liberada - y que no veamos una plaga provocada por el hombre del mismo orden de otras plagas del pasado relacionadas con transferencias genéticas horizontales, del tipo de la pandemia de la gripe de 1918. ¿Qué hay por dentro?
Generalmente los canadienses se mantienen confiados de la seguridad de los OGMs, pero [Ray] Mowling [director de la Monsanto en Canadá] agregó que no se puede ignorar potenciales problemas, del tipo del aumento de pedidos para etiquetar los productos GM y no-GM. Señaló que mientras en Canadá hay una demora en la regulación de la clasificación de los productos que hayan sido alterados en composición o ingredientes con respecto a los productos tradicionales, existe una presión creciente para que se implemente dicha regulación. - INFORME BASADO EN UNA CHARLA DADA DURANTE LA 30A CONFERENCIA ANUAL DEL CANADA GRAINS COUNCIL EN WINNIPEG, 14 DE ABRIL DE 1999
Nuestra salud y nuestro bienestar están directamente relacionados con la calidad de nuestras comidas. Después de todo, cuando introducimos alimentos al interior de nuestros cuerpos, los digerimos, en fin los incorporamos en nuestras células, la comida se convierte en nosotros. Algunos de los productos principales de la biotecnología constituyen lo que la industria llama nuevos alimentos. Genes provenientes de una vasta gama de fuentes - virus, bacterias, plantas, mamíferos, reptiles, peces - están por ser insertados en nuestros alimentos. Siempre hemos asumido que organismos reguladores como la Food & Drug Administration [FDA, Administración de Alimentos y Fármacos] en los Estados Unidos y la Food Inspection Agency [Agencia de Inspección de Alimentos] en Canadá existen para garantizar la seguridad de nuestros alimentos. Además, en cuanto ciudadanos de una sociedad democrática, asumimos que tenemos el derecho de decidir lo que introducimos en nuestros cuerpos. Pero, para poder hacerlo, debemos saber qué hay por dentro de las cosas que comemos. Eso implica que todas tienen que ser etiquetadas. Actualmente, los productos alimenticios genéticamente modificados no son etiquetados, ni en Estados Unidos ni en Canadá, aunque en toda Europa los están etiquetando cada vez más. Andy Kimbrell ha estado presionando para que la FDA de los Estados Unidos etiquete a los alimentos transgénicos. Se siente enfadado por cómo reaccionaron. ``La FDA, de hecho, en una de las más espectaculares capitulaciones frente a los intereses corporativos que yo haya presenciado durante los muchos años que he pasado aquí en Washington, D.C., decidió que los alimentos que han sido genéticamente adulterados no deberían ser etiquetados, que incluso no deberían ser sometidos a lo que generalmente se considera como certificación de seguridad, que es el requerimiento básico cuando se intenta introducir un elemento nuevo en la cadena alimenticia.'' Kimbrell opina que es muy importante, en términos de cuestiones de salud y de derechos democráticos ordinarios, que la gente sepa lo que hay por dentro de los alimentos que están comiendo. Y, como nos dice, ``Si la industria biotecnológica cree que sus alimentos son seguros o que sus alimentos pueden ser mejores de los que están afuera, bueno, [ella] seguramente [tiene] el dinero para la propaganda.'' Pero justo ahora, en el hemisferio occidental, el hecho es que hay docenas de nuevos alimentos transgénicos afuera - soya transgénica en nuestros cereales, canola transgénica en nuestra mayonesa, papas transgénicas en nuestros sartenes - que no son etiquetados. Andy Kimbrell cuenta una historia que sugiere que en Canadá y en los Estados Unidos no deberíamos asumir que nuestros intereses son protegidos. ``En uno de los ejemplos quizá más espeluznantes, recientemente hemos descubierto que el Department of Agriculture de los Estados Unidos, sin comunicarlo públicamente, ha estado permitiendo, en los mataderos y en la cadena alimenticia, animales que habían estado involucrados en experimentos que los modificaban genéticamente. Estos son animales que contienen genes ajenos en cada una de sus células, y que han sido empleados en experimentos ejecutados por las corporaciones y los investigadores más importantes.... Estos son animales con genes humanos; estos son animales que contienen una variedad de genes lisiados. Decidieron todo esto sin consultar al Congreso. Decidieron todo esto sin consultar a la gente. Estos animales se utilizan en la cadena alimenticia desde 1995. Y se trata realmente de un ejemplo espeluznante de cómo una agencia no está haciendo nada para velar el interés público, y absolutamente todo para proteger el interés privado.'' Nuestra flamante Canadian Food Inspection Agency se ha rehusado en etiquetar cualquier alimento transgénico que estemos consumiendo. Intereses públicos y grupos ambientalistas están presionando para que se etiqueten. La resistencia a las etiquetas viene de la industria biotecnológica. Ha convencido a los gobiernos que estos materiales son seguros, y ofrece una gran variedad de razones por las cuales las etiquetas realmente no son necesarias. Russ Schneider trabaja para la Monsanto en asuntos de reglamentos. Le pregunté por qué la industria no quiere las etiquetas en los alimentos si sus productos son tan buenos, pero me pareció que su respuesta fue evasiva y no analizaba debidamente el problema. Dijo, ``¿Estaríamos por proponer... las etiquetas de todos los productos biotec? No puedo decir que lo estamos haciendo. No sé nada de eso, y no pienso que lo haríamos. No creo que sea adecuado para todos los productos. Y por un número de razones, ya sea por segregación de todos los productos o el manejo de los productos.... Y, ¿a qué punto nos detenemos? Creo que esa es una de las verdaderas dificultades. Es bastante fácil etiquetar una papa. Es bastante difícil etiquetar la soya que tal vez puede estar en el tofu, o tal vez no. Y eso conduce a la posibilidad de que las etiquetas digan algo, que puedan o no puedan ser producidas. No sé tampoco cómo sería para el públic aceptar todo eso.'' Schneider defiende la declaración de la industria que es técnicamente imposible segregar variedades genéticas de las no-genéticas, por decir, de maíz o soya, porque son tan ubicuas en los alimentos preparados que eso sería una pesadilla burocrática. En América del Norte, típicamente las cosechas normales y las transgénicas se las mezclan entre sí. Al comienzo, la industria afirmó que los alimentos en los cuales se encontraban mezclados los cultivos genéticamente modificados no podían ser luego identificados, pero esto simplemente no corresponde a la verdad; si fuera imposible, la Monsanto no podría identificar quienes estarían cultivando sus plantas, y no estaría en condición de enjuiciar a las personas que cultiven semillas no autorizadas. Andy Kimbrell afirma, ``Las mismas compañías han puesto marcas en estos alimentos...así que pueden averiguar si ese alimento es consistente, si esa inserción genética está allí... Por lo tanto es identificable. No es como si ahora, que el genio se ha salido de la lámpara, no tenemos otro recurso que comer esos alimentos. No, podemos averiguar si esos alimentos son genéticamente adulterados o no.'' Aparentemente, liberar al genio de la lámpara fue lo que la industria estaba intentado hacer cuando introdujo esos alimentos por primera vez en Europa, hace más o menos unos tres años [en 1996, ndt]. Fueron simple y subrepticiamente agregados en la cadena alimenticia, sin ningún anuncio. En 1996, el 2 por ciento de los envíos de soya desde Estados Unidos hacia Europa eran transgénicos. La industria declaró que el alimento respetaba las normas gubernamentales, así que no había nada que declarar. Y como hasta el 70 por ciento de los alimentos empaquetados contiene soya, tenían una garantía bastante firme que pronto todos estarían comiéndola. Cuando los europeos se dieron cuenta de que había un nuevo componente dentro de su comida, hubo una masiva protesta y boicoteo. Arnaud Apoteker es un biólogo y encargado de los asuntos de la campaña de Greenpeace International en contra de los cultivos transgénicos. Cuando los navíos repletos de soya Roundup Ready llegaron desde Estados Unidos, los miembros de Greenpeace le pusieron botes inflables al frente impidiéndoles así atracar, o se encadenaron a las puertas de los molinos, para que la soya no sea procesada. Apoteker recuerda, ``Fue muy simbólico, porque obviamente no lo podemos hacer por años.... En Bélgica, la industria pidió que el juez nos multara, y las multas eran verdaderamente altas.... Algo como 15,000 dólares la hora. Así que en algunos casos tuvimos que suspender el boicoteo. En Portugal, cuando intentamos impedir que un barco descargara [su contendido], la policia disparó a los activistas. En España, la policia golpeó a nuestros activistas. Eso significa que tenía que existir una gran presión por parte de la industria para asegurarse de que no podíamos evitar descargar ese material. Y al frente de las oficinas centrales de ISA, Nestlé, Danon, Unilever, y a veces Monsanto, hemos bloqueado las entradas.... En Bélgica arrojamos cinco toneladas de semillas de soya justo delante de las puertas de la Monsanto para impedir la entrada o la salida a los empleados.'' Se trata de una protección ambiental despiadada, pero logró llamar la atención de la gente. Hoy, después de sólo dos años de que comenzara la campaña, Nestlé y Unilever, y virtualmente todos los más grandes supermercados en el Reino Unido y algunos más en Francia y España, han jurado en convertirse en ``libres-de-genes.'' Una moratoria total en cultivos genéticamente modificados está vigente en Gran Bretaña, y existe de facto una moratoria en el resto de la Unión Europea. Naturalmente, no es debido a las protestas; investigaciones recientes están confirmando muchas de las preocupaciones de los opositores a la ingeniería genética. Pero la campaña alertó a los europeos sobre el hecho de que desconocían qué cosa su comida contenía. Los europeos han pedido en masa que se etiqueten los alimentos genéticamente modificados, y finalmente lo están logrando. En otras palabras, la industria tiene que hacer lo que un tiempo declaraba como imposible - segregar los cultivos transgénicos - si es que quiere mantenerse en el mercado europeo. Esto significa que gigantes alimenticios como ADM y A.E. Staley se están rehusando a adquirir soya estadounidense a menos que no sea certificada como ``libre-de-genes.'' Significa además que un país como Brasil, que aún no alberga en forma generalizada cultivos de soya transgénica, está pidiendo procedimientos exhaustivos de evaluación ambiental antes de emprender en una agricultura transgénica, para poder, de esta forma, continuar aprovisionando a Europa. Pero también significa que la industria está duplicando sus esfuerzos para abolir las leyes nacionales que obstaculizan el comercio, y que desafiará a estas leyes cada vez más a nivel de la WTO. Tenemos que recordar que no siempre tuvimos leyes sobre alimentos etiquetados. Sólo hace unos cien años, los fabricantes aún introducían plomo en las golosinas de los niños para colorarlas, lombrices solitarias en cápsulas como pastillas dietéticas, y morfina y láudano en las tinturas medicinales sin ninguna indicación. Cada generación debe asegurarse de que las cosas no vuelvan a como eran en los malos días pasados.
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De: Marti2 |
Enviado: 24/11/2009 23:07 |
Brian Goodwin, el biólogo involucrado en la controversia sobre ingeniería genética en Gran Bretaña, dice, ``Nunca deberías permitir la producción de un nuevo fármaco sin una clara etiqueta, sin saber cuál compañía lo produjo, sin saber exactamente en dónde fue fabricado e incluso bajo qué condiciones, desde qué lote proviene, etcétera. Los alimentos transgénicos deberían estar en la misma categoría de los fármacos, dada su potencial peligrosidad. En efecto son aún más peligrosos que los fármacos, porque, después de todo, durante nuestra vida ingerimos muchos más alimentos que fármacos. Aunque existan pequeños efectos, pueden acumularse con los años. Y por lo tanto la gente tendría el derecho de decir `No quiero comer alimentos transgénicos porque no confío que sean saludables durante toda mi vida.' Ahora, me parece que esto representa una especie de línea de fondo, para los consumidores.''
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Mocha marginal, Provincia de Tungurahua, Ecuador. Foto Paolo Catelan © 2002 PanNatura - Fundación Sangay |
Bioarmas
En la actualidad hemos alcanzado un punto en donde hay una obvia necesidad de una convención internacional para controlar las armas biológicas. - PORTAVOZ DE PORTON DOWN, ESTABLECIMIENTO DE DEFENSA BIOLÓGICA DE GRAN BRETAÑA, CITADO EN THE TIMES (LONDRES), NOVIEMBRE 1998
Hasta el momento, hemos estado discutiendo sobre el impredecible comportamiento de organismos concebidos para ser benignos. ¿Y qué pasa con la otra cara de la medalla - organismos deliberadamente concebidos para ser dañinos? Si importantes plantas cultivadas son esterilizadas para garantizar sus altos precios, no podrían también ser esterilizadas para matar de hambre a enemigos políticos o étnicos? En 1967, un virus propio de los monos se escapó de una fábrica de Marburgo, en Alemania Oriental, y mató a un gran número de obreros. El virus, que estaba relacionado con el ebola, causó una horrible enfermedad, con las víctimas ahogándose en su propia sangre. Algunos años después, en un centro de investigación soviético, una muerte posterior demostró que los soviéticos habían considerado el potencial del empleo del virus de Marburgo como arma biológica, o bioarma. La intención era producirlo en polvo para poder cargarlo en misiles con destino los Estados Unidos. Sin duda, los soviéticos no eran los únicos con ideas de este tipo. Construir armas biológicas para una vasta gama de clientes es muy lucrativo. A diferencia de la tecnología nuclear, las armas biológicas son relativamente sencillas, baratas y extraordinariamente fáciles de utilizar y transportar. Es una combinación que podría demostrarse irresistible para terroristas y países renegados. Bob Phelps de la Gene Ethics Network dice, ``Hay piratas informáticos. ¿Por qué no piratas genéticos? Sólo haría falta, por ejemplo, alguien que manipulara genéticamente un organismo patógeno existente y luego lo liberara para tener una cepa de alguna enfermedad quizá no tratable.'' El entero espectro del uso de bioarmas es tan horrible que la mayoría de nosotros no quiere ni siquiera pensar en eso. Pero fue un importante impulso y una fuente de financiamiento para la biotecnología durante sus primeros tiempos. La guerra biológica fue desacreditada en los años 70, y la mayoría de los países del mundo firmaron una convención que la prohibe como armamento inútil: sea lo que sea lo que utilizaste para infectar el enemigo, puede infectarte a ti mismo. Pero Andy Kimbrell afirma, ``Con la llegada de la biotecnología durante la administración de Reagan,...hubo un entero renacimiento del interés en las armas biológicas. Se dieron cuenta que con la ingeniería genética podían crear armas de diseño exclusivo dirigidas muy específicamente a ciertas plantas, animales o grupos étnicos, a través de una mayor comprensión de la estructura genética de aquellos particulares organismos. Y emprendieron un programa multi-billonario con más de 120 laboratorios universitarios del país, un programa que era bastante secreto, para diseñar y producir los más peligrosos patógenos conocidos por el hombre. Estamos hablando de anthrax, botulismo y veneno. Cada virus, bacteria y toxina que puedes imaginarte y que sea rápida y letal, era objeto de investigación....Esta manera de hacer biotecnología ha sido bastante olvidada.'' Un escándalo reciente en Israel reveló que los israelitas estaban por desarrollar una arma biológica que afectaría exclusivamente a los árabes étnicos. La mayoría de los israelitas se sintieron horrorizados y pidieron una investigación. Pero hay evidencia de que muchos países están por considerar armas similares. Y obviamente, como cualquier otra cosa en biotecnología, las cosas pueden acabar en la forma en que sus creadores no se esperaban. Canadá mantiene un laboratorio de bioarmas en Suffield, justo en las afueras de Calgary, Alberta. Al igual que a los estadounidenses, nos dicen que el laboratorio se ocupa solamente de defensa contra armas potenciales que podrían acabar en manos de nuestros enemigos. De todas formas, para experimentar antídotos y demás defensas, primeramente necesitan las armas ofensivas. Así que la distinción entre ofensivo y defensivo me parece bastante ilusoria. Qué hacer
Nosotros, los científicos que suscribimos, apelamos a nuestros Gobiernos para: Imponer una moratoria inmediata sobre ulteriores liberaciones en el medio ambiente de cultivos, productos alimenticios para animales y [en general] alimentos transgénicos durante al menos cinco años; Prohibir las patentes sobre organismos vivos, líneas celulares y genes; Apoyar una indagación pública, independiente y exhaustiva, sobre el futuro de la agricultura y de la seguridad alimenticia para todos, tomando en cuenta el entero espectro de avances científicos, así como las implicaciones éticas y socioeconómicas. - DECLARACIÓN DE LOS CIENTÍFICOS DEL MUNDO INVOCANDO UNA MORATORIA SOBRE LOS CULTIVOS TRANSGÉNICOS Y LA PROHIBICIÓN DE LAS PATENTES, ABRIL 1999
La revolución emprendida por la ingeniería genética se ha desarrollado muy rápidamente, pero el rechazo por parte de Europa de esta tecnología demuestra que aún puede ser controlada - si reaccionamos ahora. Vandana Shiva predice, ``Va a darse una contienda entre poder coactivo, la manipulación de los sistemas gubernamentales, y la conciencia pública y el consentimiento público a todo esto. Los consumidores y los ciudadanos del mundo no son bobos. La gente del Tercer Mundo no son unos imbéciles. Nuestra voces también tienen que ser oídas.'' Actualmente, por la naturaleza no comprobada y sin regulación de estos nuevos productos, podemos afirmar sin error que solamente un grupo se beneficiará de su comercialización: las compañías que los han producido. Estos productos han sido introducidos al mercado sin etiquetas y sin el consentimiento del público. ¿Qué recurso le queda a un individuo que no quiere ingerir nuevos organismos genéticamente adulterados, nuevos virus y bacterias, o nuevos vegetales que contienen genes de sapos y ranas? Christine von Weizsaecker dice, ``Si la gente quiere escoger, ahora tiene que organizarse. Tiene que ... defender un derecho que siempre ha tenido, es decir el de comer alimentos libres-de-genes-tec.... Las etiquetas son cruciales. Pero las patentes también son cruciales. Porque si no hay patentes, el incentivo para atascar el mercado con miles y miles de estos tipos de productos desaparecería.'' Cometimos un error inmenso cuando todo este patentar de la vida pasó sin desafío alguno. Pero aún no es demasiado tarde para corregirlo. ``No fuimos a ningún referéndum sobre la posibilidad de extraer genes humanos para insertarlos en animales, que es lo que están haciendo a través de la ingeniería genética,'' afirma Andy Kimbrell. ``Me parece que no podemos definirnos una democracia hasta que no hayamos instituido medios que nos permitan votar sobre las tecnologías que se introducen en nuestra sociedad. ¿De veras queremos una ilimitada ingeniería genética aplicada a humanos, animales, plantas, y clonaciones y patentes de las formas de vida? ¿De veras queremos que nuestra generación y las generaciones futuras consideren el entero reino animal al igual que un conjunto de máquinas que hay que reprogramar, clonar y patentar? ¿Es aquella la imagen de los animales que reservamos para las futuras generaciones?... Creo [que] si la respuesta a esta preguntas es no, debemos tener el coraje de decir no a estas tecnologías genéticas, en la misma forma en que hemos dicho no a la proliferación de armas nucleares.'' Jeremy Rifkin está haciendo su parte para oponerse a estas nuevas tecnologías. Fundó la Pure Food Campaign [Campaña para los Alimentos Puros], que trabaja con otras organizaciones no-gubernamentales de todas partes del mundo que se oponen a una biotecnología sin reglas. Nos cuenta, ``Este es el primer movimiento global de la historia moderna en el cual las organizaciones no-gubernamentales, superando las fronteras nacionales, se están uniendo para...decir no a los alimentos transgénicos para el siglo veintiuno. Grupos de salud, organizaciones ambientalistas, organizaciones de derechos de los animales, agricultores orgánicos y sostenibles, consumidores, aquellos involucrados en asuntos de justicia social están [todos] uniéndose en una nueva red global de resistencia a la introducción de alimentos genéticamente adulterados en el mercado mundial. Pienso que ésta va a ser una de las grandes batallas culturales y sociales de la próxima década.'' En todas partes del mundo, grupos de base, académicos, de derechos humanos están trabajando sobre este asunto. Canadá alberga a un gran número de tales organizaciones, y algunas de ellas están en la lista al final de este [artículo]. Una de las estrategias más eficaces se dió en Gran Bretaña. Dado que el gobierno y la industria no estaban escuchando, los ciudadanos presionaron a los puntos de ventas de los alimentos y al final lograron que todas las cadenas importantes de supermercados eliminaran los productos transgénicos. La falta de un mercado obligó a los cultivadores y al gobierno a prestar atención. Rifkin agrega, ``Estamos pidiendo a cada consumidor de este planeta que se vaya a la tienda de provisiones, al supermercado, y pida que el gerente declare por escrito que no existen alimentos transgénicos en su almacén y, si ya hay esos alimentos, que sean claramente etiquetados. Si ese gerente no puede garantizar que se venden [exclusivamente] alimentos etiquetados o que no hay alimentos transgénicos, entonces hay que irse a otro lugar. Pienso que la presión hay que ejercerla desde el consumidor y desde el agricultor. Si un número suficiente de personas lo hacen en cada país, este boicoteo global triunfará.''
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De: Marti2 |
Enviado: 24/11/2009 23:07 |
Una vez que se aumente la conciencia de la gente sobre los alimentos, deberíamos estar en condiciones de entender por qué estamos buscando oro en nuestras mascotas y nuestras plantas ornamentales y nuestros propios corazones y tejidos. Deberíamos estar en condiciones de ejercer algún tipo de control sobre el tipo de mundo en el cual queremos vivir, y si el mercadeo de la vida debería ser parte de él. Pero tenemos que entender que nuestros sistemas económicos, comerciales, y de propiedad constituyen una parte fundamental de este asunto. Vandana Shiva cree que estamos comercializando nuestras propias células porque hay una grave crisis de capital. Estamos, efectivamente, acabando con la riqueza real del planeta. Es esa una de las razones por la que estamos lucrando con cualquier cosa que se nos pase por la cabeza. Las patentes nos permiten tasar bienes anteriormente libres. Y, como asevera Shiva, el actual sistema económico, que fomenta las patentes sobre los seres vivos, nunca reconoce el concepto de poseer lo suficiente. ``El capital,'' ella afirma, ``al igual que un cáncer celular, necesita crecer siempre. Si no creciera, debería morir. La necesidad de seguir creciendo está forzando al capital a conseguir nuevas formas de acumulación [de riquezas]....Y puede detenerse solamente cuando esta desesperación se autodestruya. Mi esperanza es que se destruirá antes de destruir al mundo.''
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Sciapod, uno de los ``hombres-maravillosos,'' de una edición impresa de los ``Travels'' de John de Mandeville. | |
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De: Marti2 |
Enviado: 24/11/2009 23:08 |
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS Los trabajos de Vandana Shiva publicados son aún más exhaustivos en el área de la biopiratería y de los derechos de los agricultores que en el área de la biotecnología y de los sistemas alimenticios. Recomendamos especialmente Biopiracy: The Plunder of Nature and Knowledge (Boston: South End Press, 1997) y Staying Alive: Women, Ecology and Development (London: Zed Books, 1998). Una perspectiva general muy útil es la de Ruth Hubbard y Elijah Wald, Exploding the Gene Myth: How Genetic Information is Produced and Manipulated by Scientists, Physicians, Employers, Insurance Companies, Educators and Law Enforcers (Boston: Beacon Press, 1993). Véase también Andy Kimbrell, The Human Body Shop: The Engineering and Marketing of Life (San Francisco: Harper Collins, 1993). Referencias específicas utilizadas incluyen artículos de una sección especial en el The Boston Sunday Globe, 5 de Abril de 1998, ``Cashing In at Public Expense,'' que informa, ``Contribuyentes subsidian a una industria rebosante de ganancias, luego pagan precios onerosos para fármacos que sus tributos ayudaron a crear'' (véase p. 6). La controversia sobre Staphylococcus (p. 8) fue relatada por Marlene Cimons y Paul Jacobs en ``Biotech Battlefield: Profits vs. Public'', L.A. Times, 21 de Febrero de 1999. Para detalles sobre la resistencia rural organizada en India contra los cultivos GM (p. 8), conocida en el circulo periodístico como el movimiento ``Cremate Monsanto,'' véase ``Farmers Group Storms Mahyco Office in Hyderabad,'' The Indian Express, Edición de Bangalore, 2 de Diciembre de 1998, o ``KKRS `Cremates' Cotton in Bellary,'' The Times of India, 4 de Diciembre de 1998. Acerca del barullo debido a las patentes para neem, mostaza, ginger, castor, basmati y más, véase especialmente ``Biopiracy: The Need to Change Western IPR Systems'' de Vandana Shiva en The Hindu, 28 de Julio de 1999. Este artículo explica también el notable hecho de que el transporte de un ser vivo de un país a otro es actualmente el único requerimiento para [reivindicar] su propiedad. Shiva señala que la sección 102 del U.S. Patent Act del 1952 no considera que el uso de cualquier artículo, incluso una invención, en otro país constituye ``arte previa'' que desestimaría las patentes. En otras palabras, hasta que no se patente en los Estados Unidos, la caza es libre. La controversia que rodea a los experimentos del Dr. Arpad Pusztai (descrita a p. 10) ocupó los medios de comunicación británicos durante semanas. La inmensa cobertura publicada en The Guardian el 12 de Febrero de 1998, noquea a todos los jugadores, la cronología y la controversia. En ``Food Scandal Exposed,'' Michael Sean Gillard, Laurie Flynn y Andy Rowell escriben, ``El grupo [del Dr. Pusztai] descubrió que el tamaño de los hígados y de los corazones de los ratones estaba disminuyendo - peor aún, los cerebros se estaban achicando... `Es muy deshonesto utilizar a nuestros ciudadanos como conejillos de Indias,' declaró el Dr. Pusztai. Dos días después fue sumariamente despedido.'' Naturalmente, nosotros hemos consultado los datos fundamentales, incluso el informe de auditoría de Philip James del Rowett Research Institute, que discrepaba con los resultados de Pusztai, y los experimentos de Octubre 1998 del patólogo Stanley Ewen de la Aberdeen University Medical School, que apoyaban la posición de Pusztai. Cuando la presente obra entró en la imprenta, los resultados eran todavía disputados, pero aún no habían sido refutados y seguían siendo preocupantes. La cuestión principal, apoyada por parte de veinte eminentes científicos internacionales en una declaración de Febrero [1999], era que tales resultados preliminares [obtenidos] en una institución financiada por el estado debían haber provocado una seria investigación sobre graves efectos de salud, y no un despido forzado y una maniobra para encubrir el asunto. Evidencias sobre una correlación entre el glifosato y un peligroso cáncer, el linfoma de no-Hodgkin (véase p. 10), son detallados en un artículo reciente de los oncólogos Lennart Hardell y Mikael Eriksson en el Journal of the American Cancer Society, 15 de Marzo de 1999. Con respeto a la responsabilidad, véase por ejemplo ``The Price of Disaster Will Not be Paid by Those Responsible'' de Justine Thornton en The Independent, 28 de Febrero de 1999. La lista de la ``puerta giratoria'' a p. 12 es sólo una pequeña parte del escenario. En la edición especial biotec de The Ecologist (Vol.28, No.5, Sept./Oct. 1998) Jennifer Ferrara y otros ofrecen muchos más ejemplos en su sección titulada ``Revolving Doors: Monsanto and the Regulators.'' Para acusaciones de soborno en Canadá y Gran Bretaña, véase ``All Monsanto's Men?'' de Nick Cohen, The Observer, 21 de Febrero de 1999, que afirma, ``El Dr. Margaret Haydon informó al Senado Canadiense que ella y su superior en la Human Safety Division, cierto Dr. Drennan, [en Octubre del año pasado] se habían reunido con representantes de la Monsanto, los productores de la hormona rBGH. `Hicieron una oferta de entre uno y dos millones de dólares,' declaró.'' La descripción del comportamiento de la Monsanto en cuanto persona corporativa (pp. 12-13) está bien documentada. La mejor fuente popular es la de Brian Tokar, ``Monsanto: A Checkered History,'' en la edición dedicada a la biotecnología de The Ecologist, Sept./Oct. 1998; fuentes más detalladas incluirían: ``Criminal Investigation of Monsanto Corporation - Cover-up of Dioxin Contamination in Products - Falsification of Dioxin Health Studies,'' Cate Jenkins, USEPA Regulatory Development Branch, Noviembre de 1990; Peter Schuck, Agent Orange on Trial: Mass Toxic Disasters in the Courts (Cambridge, MA: Harvard University Press, 1987); ``Case of Mislabeled Herbicide Results in $225,000 Penalty,'' Wall Street Journal, 25 de Marzo de 1998; Erik Millstone, ``Increasing Brain Tumor Rates: Is There a Link to [the Monsanto product] Aspartame?'', University of Sussex Science Policy Research Unit, Octubre 1996; véase las referencias en ``PCBs - Can the World's Sea Mammals Survive Them?'' de Joseph Cummins en el previamente mencionado número del The Ecologist; y véase especialmente [el artículo] del Dr. Samuel S. Epstein, ``Unlabelled Milk from Cows Treated with Biosynthetic Growth Hormones: A Case of Regulatory Abdication,'' International Journal of Health Services, Vol.26, No.1, 1996. Para excelentes panorámicas generales de la historia reglamentaria de la Monsanto y otras compañías químicas contaminantes como Dow y Dupont, véase Greenwash: The Reality Behind Corporate Environmentalism, de Jed Greer y Kenny Bruno (Penang: Malaysia: Third World Network, 1996). [El libro ofrece una fascinante historia de cómo las corporaciones utilizan las relaciones públicas y las percepciones públicas para alterar su propia imagen convenciéndonos de sus nobles intenciones ecológicas, persiguiendo al mismo tiempo lo esencial de siempre.] ``Terminator Technology: The Threat to World Food Security,'' de Ricarda Steinbrecher y Pat Mooney en el número de The Ecologist ya mencionado, explica las cuestiones suscitadas en el texto (p. 13). Para una critica de las semillas híbridas, véase Richard Lewontin y Jean-Pierre Berlan, ``The Political Economy of Agricultural Research: The Case of Hybrid Corn,'' en Ronald Carroll et al., eds., Agroecology (New York: McGraw Hill, 1989); hemos consultado un artículo especial en The Guardian, 22 de Febrero de 1999, ``Genetically Modified Food: It's Business as Usual,'' de los mismos Lewontin y Berlan. La semilla Terminator contiene de hecho un veneno que se activa en las fases finales de producción por exposición al antibiótico Tetracycline. Técnicamente hablando, el temporal ``apagón genético'' del gene del veneno o el fallo de la activación de la cuenta regresiva del Terminator podría ocasionar la esterilidad infecciosa de parientes silvestres. El mismo Tetracycline podría causar problemas si es liberado en el medio ambiente en cantidades apropiadas. El potencial del Terminator como arma es conocido por los militares y, en teoría, enfermedades agrícolas podrían ser provocadas por las exportaciones de semillas - y no serían ocasionadas hasta activarse por químicos o condiciones específicas. La historia de Percy Schmeiser y Edward Zielinski, dos agricultores de Saskatchewan enjuiciados por la Monsanto, ha sido relatada por la mayoría de los medios de comunicación canadienses. Hemos consultado ``Two Farmers Being Pursued by Monsanto for Growing their Seed Without a License in Landmark Cases'' de Marie Woolf, The Independent (véase p. 16). El 28 de Abril de 1999, el noticiero de la CBC Radio informó del rechazo de Agriculture Canada a proporcionar cualquier detalle sobre la investigación que la Monsanto desarrollaba en las infraestructuras del departamento en todo Canadá (p. 12). Agriculture Canada además se rehusó a declarar cuánto dinero había recibido por parte de la compañía química y biotec durante los últimos quince años. La historia fue también relatada en ``Giant Food Companies Control Standards: Critics,'' Toronto Star, 28 de Abril de 1999, de donde proviene la citación de Stewart Wells. La charla de Ray Mowling (p. 16) fue citada en Resource News International, Winnipeg, 4 de Abril de 1999, ``The Industry Isn't Taking Europe's Fight Against Agro-Biotech Lying Down.'' En esta charla, Mowling se refirió a las normas canadienses para etiquetar los productos ``que han cambiado en composición o ingredientes respecto a los bienes tradicionales,'' afirmando que mientras hay una ``demora'' de estas normas, ``existe una presión creciente para implementar dichas normas.'' Según el artículo, la American Soybean Association ``recomendó que la USDA trabaje con o presione a los Estados Unidos para armonizar su proceso de ratificación, e incluye a la biotecnología en la próxima vuelta de las negociaciones de la World Trade Organization.'' [El programa] CBC News Online del 3 de Mayo de 1999 informó que los cultivadores canadienses de canola perdieron 30 millones de dólares en ventas de exportación sólo durante el año anterior (pp. 18-19), como consecuencia de la contracción del mercado de canola genéticamente adulterada, que ahora constituye la mayor parte de lo que cultivan. En la sección sobre bioarmas (p. 20), documentación adquirida por parte de RAFI via una solicitud a Freedom of Information, ``Biotechnology Workshop 20/20,'' 29-30 de Mayo de 1996, organizada en el U.S. Army War College, señala un vasto espectro de aplicaciones militares de la biotecnología que los autores consideran viables para el año 2020. Para estrategias de acción, véase ``How Women Took On the Supermarkets - And Won'' de Melanie McDonagh en el Evening Standard, Londres, 24 de Marzo de 1999; también, ``GM Food Ban Boosts Iceland Supermarket Chain,'' en Business: The Company File, 23 de Marzo de 1999. [...] Véase también la lista de organizaciones a contactar que sigue.
ORGANIZACIONES A CONTACTAR La siguiente es un pequeña lista de organizaciones efectivas preocupadas de acciones concretas acerca de las cuestiones planteadas en este artículo. Esperamos que estará inspirado para continuar y aprender más sobre lo que hemos discutido aquí. Third World Network 228 Macalister Road, 10400 Penang, Malaysia Tel: 60 4 2266728 / 2266159 Fax: 60 4 2264505 email: twn@igc.apc.org website: twnet@po.jaring.my , www.twnside.org.sg La Third World Network es una red independiente de organizaciones e individuos que trabajan sobre asuntos relacionados con el desarrollo y la dicotomía Norte-Sur. Investiga y publica libros y artículos extremadamente útiles sobre cuestiones relacionadas con las luchas en el Tercer Mundo: un diario en Suiza, el SUNS Bulletin; un periódico bimensual que se ocupa de GATT, WTO, y el IMF, Third World Economics, y la famosa revista ilustrada mensual, Third World Resurgence. Muchos de los libros y muchos de los estudios que forman el núcleo de nuestra investigación provienen de la TWN. La secretaría está en Penang, pero mantiene oficinas en Delhi, Montevideo, Ginevra, Londres y Accra. The Union of Concerned Scientists Two Brattle Square Cambridge, MA 02238-9105 Tel: 1 617 547-5552 Se trata de un grupo conservador de cientos de científicos que se han unido para investigar y publicitar afirmaciones irrefutables sobre el calentamiento global, la deforestación y otros temas. Australia Gene Ethics Network 340 Gore Street Fitzroy 3065 Victoria, Australia Tel: 613 03 9416 2222 Fax: 613 03 9416 0767 email: acfgenet@peg.apc.org website: www.zero.com.au/agen Este grupo de base y sin fines de lucro, se ocupa de intereses públicos y monitorea e intenta proteger a los derechos de los consumidores; pide además que se impongan las etiquetas a los productos transgénicos. Publican The Helix, un libro de texto destinado a docentes y estudiantes del Grado 12 y de la universidad, y un boletín, The Gene File. Ecoropa Presidente, Christine von Weizsacker Postfach 130 165 53061 Bonn, Germany Tel: 49 228 9181 033 Fax: 49 228 9181 034 email: cvw@isd.de El grupo ambientalista de Ecoropa, establecido ya hace casi veinte años, especializado en temas relacionados con biotecnologías, asuntos agrícolas, tóxicos, y de seguridad alimenticia. NAVDANYA Director, Vandana Shiva A-60, Hauz Khas, New Dehli 110 016 Tel: 91 11 696 8077 / 651 5003 Fax: 91 11 685 6795 / 696 25 89 NAVDANYA está involucrada en proteger activamente a las semillas de la India rural de patentes y desarrollos industriales. Women's Environmental Network Test Tube Harvest Campaign 87 Worship Street London, UK EC2A 2BE Tel: 44 171 247-3327 Fax: 44 171 247-4740 Involucrada en acción directa y en educación anti-biotec en Inglaterra y en Europa, WEN posee además un equipo único de investigadores y activistas, cuatro miembros del cual son biólogos o genetistas. Sus folletos, ``Beware [EMO] Hazardous Food Ahead'' y sus instrucciones ``What Is Genetic Engineering?'' son difundidos por todas partes del Reino Unido, Europa, Canadá, y America del Sur. Sus publicaciones incluyen a un extensivo ``Genetic Resource and Campaigns Pack,'' ``The Giant Green Salmon and Other Cautionary Tales,'' un informe de cuarenta páginas de Junio 1999, y una selección detallada de monografías sobre lo imprevisible, los fracasos y los errores propios de la ingeniería genética. Rural Advancement Foundation International (RAFI) 110 Osborne Street, Suite 202 Winnipeg, MB R3L 1Y5 Tel: 1 204 453-5259 Fax: 1 204 925-8034 email: rafi@rafi.org RAFI tiene su sede en Winnipeg, Manitoba, Canadá, con oficinas afiliadas en Ottawa y en North Carolina. RAFI se dedica a la conservación y al mejoramiento sostenible de la biodiversidad agrícola, y al desarrollo socialmente responsable de tecnologías útiles para las sociedades rurales. Actualmente RAFI está muy activa en el marco de las controversias que rodean a los cultivos transgénicos. The Ram's Horn Editor, Brewster Kneen S-12 C-11 RRRI Sorrento, BC Tel/Fax: 1 250 675-4866 email: ramshorn@jetstream.net El boletín mensual de Brewster y Cathleen Kneen les mantendrá al día en cuestiones cruciales relacionadas con los alimentos en Canadá y en el exterior para sólo veinte dólares al año. Además les pueden poner en contacto con grupos de activistas involucrados en asuntos biotecnológicos y agrícolas en una ciudad canadiense cercana a la tuya. The Edmonds Institute Director, Beth Burrows 20319 92nd Avenue West Edmonds, WA 98020 Tel: 1 425 775-5383 Fax: 1 425 670-8410 email: beb@igc.apc.org website: www.edmonds-institute.org El Edmonds Institute es un comité asesor ambientalista, de interés público y sin fines de lucro; su énfasis actual es sobre bioseguridad, derechos de propiedad intelectual y políticas justas para la protección de la biodiversidad. El instituto fomenta un análisis político e investigación pro bono por parte de académicos y científicos, y su talento especial está creando alianzas y coaliciones entre personas y organizaciones de ideas afines. El instituto ha acabado de ganar su litigio con el Departamento del Interior de los Estados Unidos y el National Parks Service sobre la comercialización de la biodiversidad en el Yellowstone National Park. The Foundation on Economic Trends President, Jeremy Rifkin 1660 L Street NW, Suite 216 Washington, D.C. 20036 Tel: 1 202 466-2823 Fax: 1 202 429-9602 emails: campaign@uol.com, jrifkin@foet.org website: www.biotechnology.org La Foundation on Economic Trends (FET) es una organización sin fines de lucro cuya misión es examinar las tendencias emergentes en la ciencia y la tecnología y sus efectos sobre ambiente, economía, cultura y sociedad. Jeremy Rifkin es su fundador y actual presidente. The International Center for Technology Assessment The Center for Food Safety 310 D Street NE Washington, D.C. 20002 Tel: 1 202 547-9359 website: www.icta.org El International Center for Technology Assessment examina los efectos económicos, éticos, sociales, ambientales y políticos de las aplicaciones de la tecnología, y sigue de cerca las demandas contra unidades gubernamentales y corporaciones donde sea necesario. El Center for Food Safety se ocupa del impacto de nuestro sistema de producción de alimentos sobre la salud humana, el bienestar de los animales y del ambiente. Están luchando para que se experimenten, etiqueten y regulen los alimentos transgénicos, para preservar estrictos estándares nacionales de los alimentos orgánicos, y para prevenir potenciales crisis sanitarias causadas por enfermedades transmitidas a través de los alimentos, incluso la enfermedad de la vaca loca. Ambas son fuentes enérgicas de información y acción legal. Seed Savers Exchange Kent Whealy RR 3, Box 239 Decorah, IA 53101 Tel: 1 319 382-5990 Fax: 1 319 382-5872 Este grupo crece, almacena, distribuye y vende semillas orgánicas [que representan un] patrimonio [natural]. Financia además talleres para participantes del Tercer Mundo para que aumenten su conocimiento de cultivos alimenticios sostenibles. SoilFoodWeb Inc. President, Elaine Ingham 980 NW Circle Boulevard Corvallis, OR 97330 Tel: 1 541 752-5066 Fax: 1 541 752-5142 email: inghame@bcc.orst.edu Esta organización aconseja, educa y proporciona los medios para que los agricultores protejan sus tierras de los químicos agrícolas y aprendan cómo construir suelos para una agricultura sostenible. Pesticide Action Network 116 New Montgomery, Suite 810 San Francisco, CA 94105 Tel: 1 415 541-9140 Fax: 1 415 541-9253 email: panna@panna.org La Pesticide Action Network es una fuente de información rápida y científicamente fidedigna. Saben cuáles compuestos contienen tus alimentos, y pueden decirte con exactitud cuán peligrosos y comunes son. PAN puede además mostrarte como organizarte para limitar o eliminar el uso de pesticidas en tu área. The David Suzuki Foundation 2221 W. Fourth Avenue, Suite 219 Vancouver, BC V6K 4S2 Tel: 1 604 732-4228 Fax: 1 604 732-0752 email: solutions@davidsuzuki.org website: www.davidsuzuki.org La David Suzuki Foundation es un grupo de investigadores sin fines de lucro que intenta estudiar las estructuras y los sistemas subyacentes que provocan las crisis ambientales, con el objetivo de aportar cambios fundamentales. La Fundación comisiona investigación, apoya la implementación de modelos ecológicamente sostenibles, trabaja para educar al público más vasto posible a que apoye a los cambios, y exhorta a los que toman decisiones a adoptar políticas que estimulen a individuos y empresas a actuar en el marco de los vínculos naturales. La David Suzuki Foundation ha montado la campaña más vasta y más prolongada de Canadá para comprender y encontrar soluciones al cambio climático planetario. Están comprometidos con la Musqueam Indian Band en un proyecto de recuperación de una cuenca fluvial, y han organizado el Pacific Salmon Forests Project, para ayudar a la gente a comprender cómo la interacción entre peces y selvas es crucial para la supervivencia de ambos. Entre otros proyectos, la David Suzuki Foundation combate la tala no sostenible y ha investigado diez historias de industrias pesqueras viables.
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De: Marti2 |
Enviado: 24/11/2009 23:11 |
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