Soledad y ausencias... - Despierta

Que paso no habéis dado en vuestra vida, que quizás hubiese cambiado vuestro presente?

Me gusta ese momento donde nada ocurre, pero todo se esta gestando. Las mañanas siempre son especiales para mí. El preámbulo de un día con unas ganas necesarias por vivirlo intensamente. Bebérmelo a sorbos… comérmelo por momentos.
Un día que puede ser nuestro ultimo aliento! Así, que hay que aprovecharlo.

En ocasiones, mi emoción contagia la apatía de algunas personas con las que me cruzo. Cuando los veo tristes, melancólicos, indiferentes e impasibles ante su propia actitud, recuerdo unas palabras que oí en un bar de Cádiz, cuando un hombre, con esa gracia gaditana tan peculiar, le gritaba a su compañero…
.-Donde vas con esa cara de pena. Pareces un “desinchao”de la vida!.
Al tiempo que llamaba a Paco, el camarero, y pedía dos botellines mas.

Cada mañana, si estoy cerca de alguna playa, he de acercarme a ver como el sol, poco a poco, llena de matices el nuevo día. Es una necesidad reflexiva que nace de mi interior. No me gustan las clásicas puestas de sol ni las tonalidades que me recuerdan las tradicionales y conservadoras postales. He preferido siempre, fotografiar, un detalle que pueda pasar desapercibido, o algo, sin aparente protagonismo.
Siempre busco lugares solitarios. A veces tengo la sensación que puedo molestar en un momento determinado, e intento caminar alejándome de cualquier presencia humana.

Hace unos meses, me sucedió un encuentro de esos, que uno siempre recuerda por lo que pudo haber sido y nunca fue.
Cuando algo ha pasado, no es importante saber de quien es la culpa, sino aprender del posible error, por si nos encontramos en una situación igual o parecida. Y así no dejamos escapar una ocasión que puede ser positiva para nosotros.
Era un atardecer como muchos. Mis pasos andaban sin rumbo. La orilla del Índico, marcaba una línea imaginaria para poder seguir un camino ficticio hacia el ocaso del día. De pronto una silueta femenina se mostraba delante de mí. Ella estaba quieta, como paralizada. Hipnotizada mientras el sol desaparecía lentamente llenando de juegos visuales, el cielo,el horizonte y la arena de la playa.
Me daba la espalda y no noto mi presencia.
La imagen, era de una belleza fuera de lo normal. Quería imaginar sus pensamientos y que estos fueran para mí. Aparecer de improviso, esperando que yo fuese con quien parecía soñar.
No quería romper ese momento mágico que estábamos viviendo los dos. Dos soñadores empedernidos. Profesionales de quimeras sin mucho sentido, pero llenas de sentimiento. Busque mis pasos regresando a ese destino que quizás podía haber cambiado, pero por miedo, lo deje en su sitio. Me aleje por donde había venido. Había hecho varias fotos. Mi mejor recuerdo.
El día siguiente, a la misma hora me presente con una fotografía de las que hice, enmarcada. Para regalársela a mi amada desconocida. Pero esto no es una película, ni un guión cinematográfico. Y su ausencia me devolvió a mi solitaria realidad. Una vez mas… por no haber dado ese paso

Janpuerta