La democracia parlamentaria occidental no es aceptada por todos los países del mundo. Tras la caída del Muro de Berlín en noviembre de 1989 y las posteriores ilusiones de “final de la historia” (uno más, y no el más importante, de los temas de discusión de los expertos en aquella época) y de convergencia de todo el mundo en un único sistema de organización política y económica, los desarrollos posteriores muestran tendencias diversas tales como: vuelta a situaciones típicas de la “guerra fría”, formas de gobierno con gran atractivo como el Capitalismo de Estado de China, enfrentamientos radicales a lo occidental como el practicado por los países islámicos o socialismos de antiguo o nuevo cuño como los preconizados por Cuba y Venezuela con orientación también a la ruptura y el enfrentamiento con la cultura occidental y su forma de vida.
El resurgir de los nacionalismos de todo tipo, muchos de ellos con intenciones independentistas, y los ataques diversos al sistema de estados-nación es otro fenómeno actual. Según Samuel Huntington, el famoso profesor de Harvard (fallecido el 24 de diciembre de 2008), autor del libro El choque de civilizaciones. La reconfiguración del orden mundial, los enfrentamientos del futuro serán más identitarios que ideológicos (8). Tema ampliamente tratado por Castells en el segundo tomo de su famosa obra La Era de la Información (9).
Habrá por otra parte conflictos y enfrentamientos diversos relacionados con la escasez de recursos, con la desigualdad, la pobreza y el subdesarrollo, con las migraciones mundiales, con la vida en las mega-ciudades, y con el terrorismo y el crimen organizado, asuntos a los que habrá que prestar una atención especial.
También, y por último, hay tendencias relacionadas con la aparición de nuevos actores y nuevos poderes no estatales y agentes muy diversos a nivel mundial. Precisamente lo “no estatal” puede ser una característica destacada en un futuro próximo en relación con los temas de seguridad. Guerras no convencionales, como el terrorismo, intervención contra la piratería, intervenciones en conflictos regionales no estatales en los que no hay gobiernos ni autoridades con las que negociar y otras características difíciles de manejar.
Los hechos constatados
El reciente libro de Eamonn Kelly, un futurista que ha sido director de la empresa de Consultoría GBN (Global Business Network) con sede en San Francisco, La Década Decisiva, comienza de una forma muy brillante. Cuenta la respuesta dada a Nicolás Maquiavelo por Pandolfo Petrucci, Señor de Siena, a una pregunta sobre su actuación irregular en asuntos de gobierno de su ciudad. Parece ser que Maquiavelo (1469- 1527), como segundo canciller de Florencia, recibió el encargo del consejo de gobierno de la ciudad de que investigara los motivos por los que Petrucci era tan inconstante en su comportamiento y tan propenso a la intriga. La contestación dada por el gobernante de Siena, citada por Kelly en el primer capítulo de su libro, impresionó a Maquiavelo en su época y nos impresiona a nosotros hoy, más de quinientos años después. La contestación fue: “Como deseo cometer cuantos menos errores posibles, llevo mi gobierno día a día y manejo mis asuntos hora a hora, porque los tiempos son más poderosos que nuestros cerebros”.
Los tiempos son siempre poderosos y es por eso por lo que los hechos proporcionan más información que las ideas. La realidad de la vida nos puede indicar si los análisis y las tendencias anteriores son ciertos. Las recientes reuniones de los gobernantes mundiales nos dan pistas de por dónde van las cosas.
El mundo es ya multipolar como se deduce de los encuentros del G-20, aunque no hay todavía método de trabajo y nadie sabe cómo se gobernará el mundo con esa y otras nuevas instituciones. Las decisiones conjuntas son muy complicadas como se constata una y otra vez.
La reciente reunión mundial en Copenhague sobre cambio climático muestra de nuevo ese mundo al que vamos en el que el poder de decisión y actuación estará en las manos de los países más poblados y con economías más boyantes al estar poco a poco saliendo de su condición de emergentes. China, Rusia e India se han puesto de acuerdo con los Estados Unidos al margen de todos los demás países presentes. Esta será la fórmula para las decisiones futuras.
Las Naciones Unidas hace tiempo que son un convidado de piedra y Europa pierde presencia y poder día a día. Algunos de los países que forman parte de la UE dan la impresión de estar a las puertas de entrar en una nueva categoría: la de países en “vías de subdesarrollo”.
Las terceras vías intentadas una vez más, en esta ocasión por países como Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Irán y otros, son fuentes adicionales de dificultad para el gobierno del mundo. La Geopolítica se centra hoy en el Próximo Oriente y es ahí donde radica la seguridad del mundo. No se detendrán allí fácilmente los conflictos armados actuales y es probable la escalada a enfrentamientos mucho mayores.
La hegemonía de un país como los Estados Unidos que ha hecho uso de ella hasta ahora para el bien y para el mal comienza a desaparecer, con la terrible duda de si eso será mejor o peor para el mundo.
Barack Obama sigue siendo para todos “la gran esperanza negra”, pero en actuaciones internacionales relacionadas con el poder de su país parece no poder prescindir de esas leyes no escritas que siguen todos los presidentes norteamericanos. Son leyes que tienen que ver, como se ha dicho anteriormente, con la supervivencia de los Estados Unidos como potencia mundial y con la protección de su forma de vida.
Es muy probable además, en relación con cualquier país, que no se pueda bajar la guardia en el mundo actual. La Geopolítica como instrumento para intervenir en otros países, tener presencia en regiones diversas, proteger los intereses propios y defenderse en definitiva, puede que sea una necesidad y una obligación. No olvidemos que enfrente de nosotros podemos tener competidores o enemigos que tengan las ideas más claras al respecto y que directamente nos ataquen e interfieran en nuestros derechos legítimos.
Las ideas y los hechos pues coinciden en mostrar un futuro conflictivo, complejo y difícil para nuestro planeta en el que no hay razones sólidas para pensar que no se producirán guerras y enfrentamientos graves como los vividos en el pasado. Sería necesario que todos, absolutamente todos los pueblos, todas la culturas y todas las civilizaciones del mundo tomaran conciencia de la necesidad de formas nuevas de gobierno y enfoques adecuados para resolver las cuestiones de poder e influencia. Es una pena que ante el panorama actual no se abran camino entre nosotros una Gobernanza guiada por la responsabilidad social y una Geopolítica inspirada por la sostenibilidad y la ecología.
Adolfo Castilla
************************************
Adolfo Castilla, miembro del Consejo Editorial de Tendencias21, es Catedrático de Economía Aplicada y profesor de la Universidad Antonio de Nebrija. Es asimismo editor del Blog Prospectiva.
Notas al pie
(1) Michael Klare, “The New Geopolitcs”, Monthly Review, Volumen 55 Número 3
(2) John Bellamy Foster, “The New Geopolitics of Empire”, Monthly Review, Volume 57, Número 8
(3) Jeffrey Sachs, “The New Geopolitics”, Scientific American, Junio de 2006
(4) Fareed Zakaria, The Post-American World. W. W. Norton & Company, New York, 2008.
(5) Stanley Hoffman, “El estado de las cosas”, la vanguardia Dossier, nº 3, octubre-diciembre, 2002
(6) Joseph S. Nye, La paradoja del poder norteamericano, Taurus, Madrid, 2003
(7) James A. Rosenau, Turbulence in World Politics. A Theory of Change and Continuity,
Havester/Wheatsheaf, Londres 1990
(8) Samuel P. Huntington, ¿Choque de Civilizaciones?. Editorial Tecnos, Grupo Anaya, Madrid, 2003.
Manuel Castells, La Era de la Información (Volúmenes, 1, 2 y 3), Alianza Editorial, Madrid, 1998.
Tendencias 21