Llanto...
Hoy me visita el llanto caro,
lágrimas resbalan sin venda en la desventura,
de alguien que se va y ya no regresara en la ventura,
porque así es la vida en su descaro.
El recuerdo siempre será vivo nunca ciego,
y mientras el desconsuelo se aposenta en la vida,
hagamos del llanto fogata encendida,
como rescoldo de ceniza guardando su fuego.
El tiempo curará nuestras heridas
cicatrizando día a día sin premura,
de aquellos que nos han brindado sus vidas.
En estos momentos de lamento sin cordura,
el frío se adueña de nuestras idas y venidas,
pero el recuerdo permanecerá con compostura.