2009 pasará a la historia como el año Internacional de la Astronomía.
Por mucho que les pese a los oficialistas, este año ha servido de precedente para sentar las bases de la astronomía privada.
Hasta 2009, hablar de astrofísica, implicaba necesariamente hablar de los paradigmas procedentes de los centros e Instituciones Oficiales, que paradójicamente, monopolizaban el firmamento, filtrando y sesgando la información en la capa divulgativa, y custodiando los secretos mejor guardados del universo, que tan sólo unos pocos, podían investigar.
2009, ha supuesto un importante impulso para la ciencia, de la mano de la investigación privada y la coordinación de equipos multidisciplinares a nivel Internacional, poniendo las bases para el desarrollo de una de las disciplinas estelares de la ciencia del Siglo XXI: La Exociencia, en el marco de la olvidada Decisión 33/426 ONU.
La explicación del Universo desde la perspectiva “Exo”, que implica la renuncia a considerarnos el centro de éste, nos recuerda bastante, a la diferenciación que Keynes, introdujo respecto a la “microeconomía” y la “macroeconomía”, en el primer cuarto del siglo XX.
Al igual que no pueden pretenderse explicar las “macro magnitudes” económicas desde la “microeconomía”, tampoco pueden explicarse los misterios del cosmos desde la clásica Endociencia contemporanea, heredada de los modelos Racionalistas de la ciencia clásica.
Desde la concepción “endo”, nunca podremos explicar el Universo. Asistimos aquí, a uno de los grandes paradigmas de nuestra historia científica. 2009, ha supuesto un antes y un después en la formulación de nuevos modelos y metodologías científicas, de la mano de la investigación privada, basada en la difusión del conocimiento libre. El impulso “Exo”, corresponde a las sociedades avanzadas, mientras la ya tradicional Endo ciencia, paraliza los esquemas del conocimiento, y por ende, el impulso necesario para el bienestar, la gestión de la abundancia y el progreso.
La razón paradójica del año 2009 ha sido doble. De un lado, destacamos los intentos por parte de Instituciones Públicas para proteger el negacionismo científico, incluso recurriendo al fotoshop,o al autosabotaje de procesos “on-line” de retransmisiones en directo procedentes del espacio, para así impedir que éste pueda ser observado en tiempo real por los legítimos destinatarios del conocimiento: La “humanidad” en su conjunto.
De otro lado, los esfuerzos de equipos independientes, que han materializado significativos avances en el conocimiento humano, superando las barreras de acceso del “firewall” cognitivo impuesto por las entidades oficiales, para impedir en vano este avance hoy incuestionable.
Todo ello ha sido posible gracias al año Internacional de la Astronomía.
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