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En Nombre De La Mujer: Norma Cruz, activista de la Fundación Sobrevivientes
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Respuesta  Mensaje 1 de 4 en el tema 
De: Marti2  (Mensaje original) Enviado: 28/02/2010 22:14
De: Damara Enviado: 21/02/2010 06:28
"Sólo falta crucificarnos en la plaza pública para que oigan nuestro clamor"
Norma Cruz
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Norma Cruz, activista de la Fundación Sobrevivientes
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Norma Cruz, activista de los derechos de la mujer, ha recibido en el año recién concluido tres reconocimientos por demostrar que mantener intacta la integridad física y psicológica de las mujeres constituye su principal lucha.
Ella bien se sube en una patrulla de la policía para rescatar a una víctima, que se convierte en querellante adhesiva por llevar a la cárcel a un agresor, o hace huelgas de hambre en reclamo de la repatriación de niños dados en adopción ilegalmente.
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El diario español El País la incluyó en su relación de los 100 personajes de 2009 que han incidido para cambiar un problema, en este caso el que aqueja a la población femenina: la violencia. La ex primera dama de los Estados Unidos, Hillary Clinton, le entregó el premio Mujer de Coraje, por su tesón en defensa de los derechos de la mujer. Y el periódico de mayor circulación de Guatemala, Prensa Libre, la nombró personaje de 2009.
Dirige una fundación, Las Sobrevivientes, que el año pasado apoyó a 17.000 mujeres víctimas de violencia intrafamiliar, feminicidio y trata de personas.
Norma Cruz dice, en entrevista : "Queremos dar dos mensajes: demostrarles a las víctimas que sí se puede, en medio de un sistema de justicia nefasto; y a los agresores, que no estamos dispuestas a que nos sigan matando, violando o golpeando, y sepan que quien le toca un pelo a una mujer será castigado".
¿Qué implica el reconocimiento como una de las 100 personas influyentes en el mundo y ser el personaje de 2009 en Guatemala?
Es un reconocimiento a la problemática no sólo de Guatemala, sino del mundo; a la gran cantidad de mujeres asesinadas, violadas y captadas por redes de tráficos de personas.
No representa un reconocimiento a Norma Cruz por ser Norma Cruz, sino a la lucha de las mujeres que hay detrás o a la par de ella. Y un espaldarazo a mi labor, porque no es lo mismo un trabajo en el anonimato que el que trasciende fronteras.
Los reconocimientos son un estímulo, pero el sistema de justicia es lento e inoperante. ¿No está cansada de batallar?
Definitivamente, hay momentos de impotencia y quisiera ser policía, fiscal y juez. A veces no tengo paciencia. Necesitamos un sistema que salve vidas y no entregue cadáveres.
¿Qué sentimientos fluyen al ver el sistema lento en el tema de violencia contra las mujeres?
Lloro, me lleno de coraje y de ira contra los funcionarios indiferentes ante el dolor de mujeres y niñas. A veces me siento sola y me pregunto: ¿a quién acudo, qué puertas toco? Se que todo se hace pasito a pasito, pero en Guatemala yo quisiera dar pasos de gigante.
¿La ira y el llanto la han llevado a hacer huelgas de hambre, plantones y exhibiciones de vestidos de mujeres asesinadas?
De ahí vienen las medidas extremas. Lo hago cuando ya topé y debo ser más enérgica. Yo les digo a las señoras: "Cristo bendito, sólo hace falta crucificarnos en la plaza pública para que oigan nuestro clamor", y no es necedad, es pedir justicia.
En Guatemala sólo usted toma esas medidas.
En Guatemala necesitamos romper con el silencio, con la indiferencia. Siempre digo que una no puede defender lo que no ama, y aquí nos hemos acostumbrado a la muerte.
¿Quiénes son las víctimas que más le duelen?
Los niños y las niñas. Sus cuerpecitos violentados de forma tan cobarde. Duele el silencio de la casa antes llena de risas, de ruidos, de bulla y que, de pronto, se convierte en un lugar silencioso.
¿La muerte que sufre la niñez es más cruel que la de las mujeres?
Hay más agresión y crueldad. Quebraduras, violencia sexual en grados fuertes, criaturas literalmente partidas, degollamiento, ahorcamiento, cabecitas destrozadas.
Son las escenas que más cuesta borrar de la mente.
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¿Es elevado el número de muertes de niñas vinculadas a feminicidio?
Suman 46 niñas entre las 700 muertes de mujeres en 2009 y en lugares donde se deberían proteger. Eso demuestra que la sociedad y el Estado no les da el lugar que se merecen.
El reconocimiento Mujer de Coraje, ¿no muestra la ausencia del activismo de otras mujeres en el tema de defensa de sus derechos?
Son perspectivas diferentes. Yo soy práctica, no soy feminista de la academia. Soy una mujer que trata de agarrar al toro por los cuernos. No me quedo callada, esa es la diferencia. Si hay que ir a capturar al agresor, voy con la policía; si hay que hacer una huelga de hambre, dejo de comer; si tengo que abrir un proceso contra quien haya tocado un pelo a una mujer, lo hago. La Fundación tiene ese tinte, enfrentarnos al agresor día a día.
¿De esa dinámica se ve el resultado de la Fundación Sobrevivientes?
Este año atendimos a 17.000 víctimas. De 900 casos, 159 fueron de asesinato, trata y violación, y 700 las mujeres salvadas de la muerte porque las sacamos del círculo de violencia.
¿Quiénes son sus enemigos más fuertes?
Las redes de trata de personas para explotación sexual y el mercado internacional de adopciones. Son estructuras muy consolidadas dentro del Estado. Redes de asesinos. Después, los narcotraficantes y funcionarios corruptos vinculados con estructuras paralelas.
En 2009 logramos enviar a la cárcel a narcotraficantes porque le quitaron la vida a una mujer. Aquí los narcotraficantes marcan territorio violando y matando mujeres y nadie hace nada.
¿Sigue siendo el machismo y el patriarcado impedimentos para castigar a los agresores?
Hay una alianza entre el patriarcado y las estructuras de poder oscuras. Es la expresión máxima: los hombres por ser hombres, y con toda la cultura patriarcal, se protegen cuando se trata de un hecho de violencia hacia la mujer, y esa cultura patriarcal ha evolucionado, porque el Estado es cómplice y no hace nada por resolver el problema.

Alba Trejo


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Respuesta  Mensaje 2 de 4 en el tema 
De: Marti2 Enviado: 28/02/2010 22:15
De: Damara Enviado: 21/02/2010 06:30
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Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: Marti2 Enviado: 28/02/2010 22:16
De: Damara Enviado: 21/02/2010 06:40
Mujeres ganan arma legal contra el abuso
Norma Cruz, directora de la Fundación Sobrevivientes, sostiene fotos de María de Jesús Velasquez Jacinto.
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Foto Por SUMMER HARLOW/Especial para The Miami Herald
CIUDAD DE GUATEMALA

Finalmente Erica Jacinto Vicente ha empezado a conseguir justicia para su difunta hija.
Hace un año, el novio de María de Jesús Velásquez Jacinto la mató de un tiro en el pecho después de años de propinarle golpizas. Pero si una nueva ley contra el abuso y asesinato de mujeres no se hubiese aprobado el año pasado, es probable que a Edgar Benjamín Quiñonez nunca lo hubieran encausado, afirman funcionarios de derechos humanos.
Pero este mes comenzó el procesamiento este mes de Quiñonez bajo cargos de asesinato, apenas el segundo de 722 casos de mujeres asesinadas el año pasado. "La ley muestra que el gobierno de Guatemala reconoce que el femicidio existe', dijo Amanda Martín, directora de la Comisión de Derechos Humanos de Guatemala en Washington.
Más de 4,000 mujeres han sido asesinadas desde el 2000 y se han documentado casi 80,000 casos de violencia doméstica en los últimos dos años, lo que coloca a este pequeño país centroamericano en uno de los primeros lugares del continente en cantidad de casos de violencia contra las mujeres en el mundo.
Con el número de mujeres asesinadas --que en su mayoría sufrieron golpizas y violaciones anteriormente-- en ascenso, y con sólo un puñado de fallos condenatorios, los activistas de los derechos humanos esperan que la nueva ley que criminaliza la violencia contra las mujeres ayude a contener la violencia misma y la impunidad. Aunque en Estados Unidos y algunos países latinoamericanos hay leyes contra el abuso, esta es la primera en Centroamérica.
Hasta que la Ley contra el Femicidio y otras Formas de Violencia contras las Mujeres entró en vigor en abril del año pasado, no había ninguna figura jurídica para encausarr a los abusadores.
La ley también llama la atención sobre el problema del femicidio. Los fiscales y activistas de derechos humanos dijeron que esperan que la sanción del abuso a las mujeres con sentencias de cárcel no sólo frene el abuso y el asesinato, sino que combata la impunidad alentando a las mujeres a denunciar a sus agresores.
El primer caso se presentó este mes. Calixto Simón Cun, acusado de golpear a su mujer, fue condenado a principios de febrero a cinco años de prisión, el mínimo permitido.
La ley establece condenas de entre 25 y 50 años por asesinar a una mujer y entre 5 y 12 años por violencia sexual, física o sicológica.
"Es la primera vez en nuestra historia que se juzga a un hombre por agresión a una mujer', dijo Norma Cruz, directora de la Fundación Sobrevivientes, que ofrece asesoría jurídica y sicológica a las mujeres.
"Esto es un paso importante porque muestra que no estamos jugando, que no vamos a seguir tolerando la violencia y la impunidad'.
Activistas de derechos humanos en Guatemala dicen que la violencia contra las mujeres se ha convertido en una epidemia. En Guatemala asesinan a dos mujeres cada día, dijo Ana Gladis Olas Hidalgo, jefa de la unidad de mujeres de la Oficina del Ombudsman de Derechos Humanos de Guatemala.
"Ahora la violencia es peor que nunca', dijo. "En la mayoría de los casos las mujeres están demasiado intimidadas para protestar, así que a sus agresores nunca se les exige responsabilidad'.
Según el informe del ombudsman del 2008, la cantidad de mujeres asesinadas aumentó 95 por ciento entre el 2001 y el 2007, en comparación con los homicidios en general, que aumentaron 77.3 por ciento durante el mismo período.
Publicado el miércoles, 02.25.09

Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: Marti2 Enviado: 28/02/2010 22:16
De: Damara Enviado: 21/02/2010 07:22
"Mi pareja abusó de mi hija, y eso ha marcado mi lucha"
CARMEN PÉREZ-LANZAC 19/01/2009
Esta mujer menuda que come como un pajarito. Esta mujer que habla tan bajo que hay que pegarse a ella para oír las terribles historias que ha vivido. Esta ex guerrillera que un día se enteró de que su pareja abusaba sexualmente de su hija. Esta mujer a la que de vez en cuando se le escapa un suspiro -"Ay, señor"- y a la que le cuesta la vida echar esa sonrisa que le implora el fotógrafo. Esta guatemalteca de 46 años que parece tan poquita cosa se llama Norma Cruz y es un símbolo de la lucha contra la violencia de género.
La activista acaba de aterrizar en Madrid, adonde ha venido a presentar el documental Un cambio en la mirada (producido por la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas), que narra cinco historias de Latinoamérica, entre ellas la suya.
Hija de un zapatero y de una cocinera, creció viviendo la represión militar por ser familiar de un líder revolucionario. "Crecer en un ambiente hostil te hace tomar decisiones muy claras. A los 12 años me incorporé a la guerrilla. Yo llevaba sus comunicados a la prensa. Tras la masacre de 37 indígenas en la Embajada de España, dejé mi casa y me alcé". Norma dedicó 20 años a la guerrilla, en la que desarrolló tareas políticas. Tenía 19 años cuando nació y murió su primer hijo. Más tarde tuvo otros dos, un niño y una niña.
En 1999, tras la firma de los acuerdos de paz, Norma se dispuso a retomar su vida de civil. Y entonces llegó la confesión: su hija Claudia le contó que su segunda pareja, Arnoldo Noriega, abusaba de ella. "En una sociedad machista como la de Guatemala, entendí que tenía una nueva lucha. No podía fallarle a mi hija. Fue duro, nadie nos tendió la mano, pero conseguimos que le declararan culpable, aunque pasó menos de cuatro años en prisión y hoy es asesor de la Presidencia".
Durante su periplo legal, madre e hija conocieron el caso de muchas otras mujeres. Ayudaron a Rusita, abusada por su tío, y luego a Elena... Y así, sobre la marcha, nació la Fundación Sobrevivientes. Empezaron ellas dos más su abogada y hoy son 38 empleados.
A la violencia sexual se sumaron los casos de maltrato y asesinato en un país en el que el año pasado fueron asesinadas 722 mujeres. "A todas las mujeres que nos piden ayuda les ponemos un abogado para que puedan afrontar a su agresor en igualdad de condiciones. Si una mujer arriesga su vida para buscar justicia, es para ganar. No aceptamos perder un juicio y no hemos perdido ni uno", dice Norma, que ahora sí que sonríe. "Cada golpe que damos a la criminalidad nos alimenta".
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Norma y su equipo han metido en la cárcel a políticos, narcos, jefes de maras... Este año han empezado a recibir amenazas. Norma vive con una pistola prendida del cinto, como hace años. En noviembre, unos desconocidos le dieron una paliza a su madre. "Desde entonces no es la misma", dice Norma, que pierde la mirada más allá de la ventana, como ida. "Está mal (...). Está mal (...). Está mal...".


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