El
brillo de la pureza es la verdadera atracción. Cuando miramos a los
demás con una mirada pura, con las mejores intenciones, somos capaces
de atraer a los demás. Ellos no tendrán miedo de uno, porque saben que
no les quiero quitar nada. Al estar en este estado de pureza, estoy
dando. Estoy dando lo que esta persona necesita, le estoy dando una paz
interna superior, algo que le va a hacer olvidar cualquier problema
pasado.