ALDILÁ….
Soy olivo que crece en tu jardín.
Yo me arrullo en la flor de tus damascos.
Tu cintura es la musa de mis astros
y mis ojos te siguen a morir.
Tu palabra es vital, rayo feliz,
buen aliento que cimbra mis peldaños,
redoblando mis fuerzas al amparo
de la esencia bucólica de ti.
Y mi sueño infantil de colibrí
se recuesta en la almohada de tus brazos.
Y me aferro, con furia de mandato,
a tu hermosa boquita de rubí.
Mis campanas saludan al cenit
del amor que frutece cual manzano,
floreciente en sus ansias de milagro,
coronado en tu flama de alelí.
Por la noche cobija tu candil
a mi oscura penumbra de guayabo
y mis manos rubrican tu sagrario
en el puro esplendor del carmesí.
Tu colmena de miel no tiene fin,
aunque a mi me deleita hasta el encanto.
Y tu piel, terciopelo de durazno
me cautiva y seduce muy febril.
Soy olivo que crece en tu jardín.
Yo me arrullo en la flor de tus damascos.
Tu cintura es la musa de mis astros
y mis ojos te siguen a morir.
ENRIQUE QUIROZ CASTRO