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Temas para Pensar: Que clase de madre tienes o eres / Alfredo
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Marti2  (Mensaje original) Enviado: 03/05/2010 07:38
De: Espuncio  (Mensaje original) Enviado: 16/04/2010 13:59
¿Que clase de madre tienes o eres?

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¿Qué clase de madre tienes o eres?

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Como en botica, las hay de todos tipos, texturas y sabores. Con algunas nos sentimos de veras hijas, y con otras a veces la hacemos de mamá. En medio hay una amplia gama. ¿Alguno de los siguientes ejemplos checa con la tuya?

LA ALIVIANADA: Más que mamá parece tu amiga, tu cuata, y es que puedes contar con ella, decir groserías mayúsculas en sus narices... Es más, hasta ella misma las dice sin rubor. Te deja elegir qué quieres hacer, aun cuando tú no tengas la menor idea. Su lema es ¡Viva la independencia! Es rico, pero a veces necesitamos una mamá que siga marcando límites, y no sólo una amiga más.

LA AMARGADA: Jamás se te ocurrirá poner música fuerte con una mamá así, ni hacer comentarios poco correctos, presentarle a tus amigos reventados tapizados de tatuajes, aretes, cabello azul, porque recriminará esas amistades. Jamás sale a fiestas ni te da chance, así que tienes que escurrirte por la ventana para poder salir, o pedirle a tus hermanos que te hagan el paro. Para ella todo es malo, ¡hasta que vayas a la escuela! A su parecer tus amistades son espantosas. Es muy difícil dar gusto a estas mamás.

LA DEPENDIENTE: Jamás maduró, ¡qué espanto! Entonces tú tomas las riendas de la casa, de la vida, y aparte de resolver tu vida debes solucionar la de ella. Y si tienes hermanos, ni hablar: tendrás que hacer de mamá. Todo le da miedo, no tiene idea de cómo se hacen las cosas, pero tú sí y se las resuelves. Al final es algo muy complicado y pesado tener que lidiar con una mamá así.

LA SEXY: ¡Horror!, aparte de ser muy llamativa, crees que ella es más guapa que tú. En ocasiones tus cuates te comentan lo guapa que es, con esa miradita de estar frente a un bocado suculento, y a ti te da un ataque de vergüenza y coraje, porque a fin de cuentas está bien que sea sexy, pero es tu mamá. La competencia por los galanes se puede llegar a dar, no importando si ella tiene pareja estable o no... Hay casos gruesos en los que la mamá baja el galán a las hijas. Es muy difícil tratar de lidiar con su inseguridad y la tuya.

LA PERFECTA: Resulta muy odiosa. Lo hace todo mejor que nadie, "como lo hicieron su madre y su abuela". Es siempre la más alta, o la más elegante, o la más feliz, o la más felizmente casada o divorciada; sea cual fuere el caso, simplemente es perfecta. Se muestra tan seductora que las hijas la idolatramos. Lo malo de la madre perfeccionista es que tiene la mala costumbre de buscar una doble en su hija, sí, y crea a su pequeña frankestein, una hija a la cual exige lo mismo que se exige ella. Imposible y más. Por lo general estas hijas perfectas sólo quieren huir del nido familiar en cuanto pueden.

LA MANIPULADORA: Dice "¡sólo vivo para mi hija! ¡Soy la única que la ha querido, que la quiere y la querrá en lo que me quede de vida!". Asegura que tú eres todo su mundo y que sin ti moriría en las próximas 24 horas. Si escuchas esto, lo mejor será que prepares tu maleta, tu futuro y salgas a probar tu valía personal por el mundo.

LA LACRIMOGENA: Es verdaderamente un show: puede llorar porque no le dijiste si querías café con leche o solo, ¡hasta porque vio por la televisión la boda de la princesa de Grecia, y ya no te pudiste casar con el príncipe! Es muy cansado, pero con el tiempo tomas sus lágrimas como una manera más de comunicación, aunque te mete en un constante estado de ansiedad.

LA EJECUTIVA: Te manda un fax o un e-mail por tu cumpleaños; casi nunca la ves, porque siempre anda trabajando. Sientes que la trabajadora doméstica es más de la familia que ella. No le importa a donde vas, con quién ni a qué horas regresarás a casa. No conoce a tus amistades ni las quiere conocer, porque "no tiene tiempo". A las juntas del colegio manda a su asistente o al chofer. Siempre está ocupada; los fines de semana tiene desayunos o eventos, y entre semana es imposible verla. Lo ideal sería que hicieras una cita para hablar con ella. Y es que, bueno, está bien que trabaje, pero también la necesitas.

LA SANA: Para todo saca las propiedades de las frutas, las nuevas medicinas; te hace comer lo más natural, te enseña las técnicas de ejercicio, y ni se te ocurra comer unas frituras o unos tacos en la esquina, porque si te ve ¡se te arma!

LA HIPPIE: Es todo un viaje a los años sesenta. Pregona amor y paz por todos lados, no entiende por qué te molestas tanto si cortó tus jeans viejos para hacerse un morral. Tampoco entiende cómo es que usas brassiere ni cómo toleras tener un solo galán. Mantiene la casa en un perfecto desorden y se vanagloria de ir en contra de todo lo establecido. Definitivamente se quedó en esa época.

LA ESPIRITUAL: Sea católica, tibetana, musulmana, o varias a la vez, trata de meterte en su mismo rollo, así es que sabes que hay que meditar diario a las 5:00 am, o ir a misa a las 7:00 am, ¡sin excusa ni pretexto!.. Si no lo haces, dice que "no la quieres lo suficiente". Te cuenta toooodas sus experiencias religiosas. Se mete tanto en el rollo que se olvida de pagar la luz, teléfono, ¡hasta de cocinar! Bajarla a la tierra es más difícil de lo que parece, porque lo que quiere es evadirse. Si cambia a cada rato de corriente es peor.

LA IDEAL: Es aquélla que te permite ser tú misma, expresarte, y te corrige cuando estás equivocada. Por supuesto, también admite de buen grado cuando ella está equivocada, sin flagelarse. Sabe que ella siempre será la madre y tú siempre serás la hija. Conoce claramente los límites, y a medida que reconoce tu adultez establece contigo conversaciones adultas, sin justificarse ni utilizar el chantaje de: "haces lo que yo digo porque soy tu madre". La puedes cuestionar de frente, mirándola a los ojos, y te sostiene la mirada. Pone todo de su parte para escucharte y no tiene pelos en la lengua cuando se trata de evaluar la relación contigo, siempre de manera respetuosa pero firme. Te responde como adulta; te apoya, te empuja hacia el mundo, hace todo lo posible por ayudarte a alcanzar tus metas, y sobre todo te deja ser. Obviamente esta especie de mamá es escasa, pero si la tuya es así abrázala, bésala, disfrútala y dale las gracias.

Hay muchísimas clases de mamá. Tal vez la tuya tenga características de varias, quizá no esté en estas clasificaciones, y es que, bueno, en la variedad está el gusto.

DE LA RED.

 

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