Día Mundial
Contra el Trabajo Infantil
En la actualidad, se estima que más de 211 millones
de niños deben trabajar para sobrevivir
Mañana, 12 de junio, se celebra un nuevo Día Mundial Contra el Trabajo Infantil. En la actualidad, se estima que más de 211 millones de niños deben trabajar para sobrevivir, la mayor parte de ellos y ellas en la agricultura, pero también en la minería y la construcción, tres de las actividades laborales consideradas más peligrosas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
Según esta entidad, más de 8 millones de niños y niñas enfrentan las formas “incuestionablemente peores del trabajo infantil”, como son la esclavitud, la trata de niños/as, el reclutamiento forzoso, la prostitución, la pornografía y otras actividades ilícitas.
Y agrega que “De los 211 millones de niños de 5 a 14 años que trabajan, 127,3 millones se encuentran en Asia y Pacífico (60 por ciento); 48 millones en África Subsahariana (23 por ciento); 17,4 en América Latina y el Caribe (8 por ciento); 13,4 millones en Oriente Medio (6 por ciento) y África del Norte, y 2,4 millones en los países en transición (ex socialistas) (1 por ciento). Los países industrializados cuentan con 2,5 millones (1 por ciento) de niños que trabajan”.
En América Latina la realidad es cruda: “En Brasil, siete millones de niños/as están obligados a trabajar para subsistir. En Brasil, Colombia y Ecuador, el 20 por ciento de las niñas de 10 a 14 años laboran como domésticas, siendo el porcentaje aún más alto en las zonas rurales. Más de dos millones de niños/as de 5 a 15 años trabajan en la agricultura en Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá. En actividades mineras laboran 500.000 niños en el Perú y 13.500 en Bolivia. En Ecuador, aproximadamente 314.000 niños trabajan en una población de 12 millones de habitantes. Aunque no se dispone de estadísticas, en los países más pobres y más grandes del Caribe (Belice, Guyana y Surinam) el trabajo infantil es un problema creciente”, afirma un informe de la OIT.
Salta a los ojos que las regiones más pobres del mundo son las más afectadas por este flagelo. El trabajo infantil implica la negación de la infancia, la ausencia de una educación formal y de un desarrollo integral para niños y niñas. Éstas son doblemente castigadas pues suelen ser obligadas a realizar, además, las tareas domésticas.
Estos niños y niñas sufren también graves afecciones en su salud, ya que son contaminados con agrotóxicos en las tareas rurales y sufren accidentes peligrosos en ésta y en otras actividades.
Rel-UITA