Rebeldes, piratas cibernéticos, religiosos peligrosos, disidentes militares, inmigrantes y los hijos de José y María dejaron su marca –junto con toda la noticia oficial y de las grandes elites– en 2010.
Fue una banda de piratas la que hizo temblar durante días, semanas, tal vez años, a la elite política y económica más poderosa del mundo. No hay nada que un periodista honesto y la ciudadanía en general goce más que ver a políticos y hombres y mujeres del poder temblar, sudar y enojarse ante la verdad Todo gobierno miente
, fue el único consejo a periodistas jóvenes que ofreció el legendario periodista I.F. Stone, y durante meses unos piratas, desde una nave conocida como Wikileaks, revelaron lo que todos saben, y comprobaron, con el tesoro robado –la información oficial secreta– lo que Stone y otros sospechaban.
Los piratas navegaban el mar cibernético y lograron enfrentarse al poder mundial al dejarlo desnudo, provocaron un gran debate mundial sobre la relación entre gobiernos y gobernados, entre la transparencia y el secreto oficial, y llamados aquí por políticos de una persecución de los que se atrevieron a dar a todos información reservada sólo para los encargados de supuestamente representar
a los ciudadanos. El gobierno de Barack Obama prepara una causa conta uno de los capitanes de los piratas, Julian Assange, con la intención de intimidar a otros, mientras que legisladores han expresado su deseo hasta de asesinarlo, como se hacía en los viejos tiempos, y más recientemente con los piratas en las costas de Somalia. Para Noam Chomsky, esta reacción gubernamental sólo revela el profundo odio de los gobiernos por la democracia
.
También fue un año en que los comediantes Jon Stewart y Stephen Colbert se convirtieron en los críticos nacionales más efectivos, y confiables, ante las hipocresías oficiales. El documentalista Michael Moore continuó enfrentando al establishment sobre el manejo de la crisis económica y política con mayor credibilidad que cualquier líder político y quien descubrió que para el gobierno era una amenaza
al ser incluido en algunos cables diplomáticos revelados por Wikileaks.
Las expresiones de disidencia contra las políticas bélicas del país se manifestaron por todo el país a lo largo de 2010. Como cada año durante dos décadas se realizaron actos de desobediencia civil no violenta frente a la base militar que es sede de la Escuela de las Américas, donde el Pentágono ofrece cursos de capacitación de oficiales militares de América Latina. Algunos de sus alumnos distinguidos son militares latinoamericanos que participaron en golpes de Estado y torturas a lo largo de las ultimas décadas, incluyendo algunos de los oficiales encargados del golpe de estado en Honduras el año pasado.
Entre los arrestados en la protesta de este año estaba el padre Louis Vitale, quien ahora cumple una condena de seis meses de cárcel. En una carta que Vitale envió desde la prisión en que explica por qué fue arrestado por cuarta vez menciona: La opresión continúa y nuestra nación es un participante mayor en esa opresión de los pobres y de toda la creación. La Escuela de las Américas es un ícono de nuestra intrusión en países en desarrollo a lo largo de tantos años y fuente de masacres horripilantes incluyendo que dejaron como víctimas a líderes religiosos y miles de campesinos
.
Por otro lado, Daniel Ellsberg, el filtrador de los Papeles del Pentágono quien con ese acto contribuyó a llevar a su fin la guerra en Vietnam, y el periodista ganador del Pulitzer Chris Hedges, figuran entre las 131 personas arrestadas este mes frente a la Casa Blanca por protestar contra las guerras en Irak e Afganistán en un evento convocado por veteranos militares de esas y otras guerras. Hedges, junto a Ellsberg, al encadenarse a las rejas de la Casa Blanca, en un acto de desobediencia civil, explicó que optó por esta acción porque cuando los mecanismos normales para la participación democrática en este país se han cerrado, si no hacemos esto, nos morimos. Eso es lo que queda de la esperanza en este país
, reportó Truthdig.org
En otro rubro, en una esquina escondida y poco conocida en este país llamada Immokalee jornaleros inmigrantes de México, Guatemala y Haití coronaron 15 años de lucha obligando a la asociación de granjeros de jitomate a firmar un acuerdo para conseguir, por primera vez en la historia de Florida, el reconocimiento de sus derechos laborales básicos. Con manifestaciones, boicot y movilizaciones a las principales empresas de comida rápida (incluyendo McDonald’s, Burger King, Taco Bell) y supermercados a nivel nacional, la Coalición de Trabajadores de Immokalee ha encabezado la lucha contra condiciones de esclavitud y por el respeto a su dignidad laboral en un esfuerzo nacional sin precedente (para mayor información: www.ciw-online.org).
Durante los últimos meses, los hijos de José y María –esos migrantes exiliados que buscaron posada en estas fechas hace más de 2 mil años– ocuparon oficinas de legisladores y de universidades, marcharon miles de kilómetros, convocaron manifestaciones y nutrieron al gran movimiento social de inmigrantes en este país al demandar el derecho de estudiar y de dejar de vivir en las sombras sólo por llegar a este país sin documentos cuando eran niños. Cuando la cúpula política fue incapaz de aprobar una medida legislativa que abriera ese camino a la legalización
, entre ira y lágrimas, anunciaron que su lucha continuará hasta lograr ese objetivo, como también el de defender los derechos humanos de sus padres, familias y comunidades. Con ello continuarán transformando a este país.
El orden oficial también fue retado hasta desde dentro de las cárceles. En Georgia, reos en por lo menos siete prisiones realizaron una huelga no violenta en demanda de mejores condiciones de vida, incluyendo mejores programas de educación, y mejor paga por el trabajo que son obligados hacer tras las rejas. El esfuerzo sorprendente con meses de preparación fue logrado superando las divisiones raciales, disputas entre bandas criminales y facciones de todo tipo, y todo coordinado a través de celulares ilícitos.
Estos son sólo algunos ejemplos a finales de este año de esa otra historia –la que documentaba Howard Zinn, quien murió a principios de este año– de rebeliones, resistencia y desobediencia del pueblo de Estados Unidos que se escribió en este país durante 2010.
David Brooks
La Jornada