Una Luz en el Sendero
¡Qué grave es despreciar a Dios!
Padre Rivolta
Generalmente
no contesto mensajes que con cierta frecuencia recibo por “e.m.” de mis
consecuentes lectores, pues mis muchas ocupaciones en la lucha contra
la drogadicción me impiden hacerlo. Pero esta vez, se me hicieron muchas
preguntas sobre lo que significaba la palabra “sampablera”. Y voy a
contestar:
“Sampablera” es un modismo criollo que significa
“trifulca” (como la que se armó en el primer juego de la serie final del
beisbol entre “navegantes” y “felinos”...)
Sin ser tan
violenta, fue la que se formó en Nazaret cuando Jesús comparó a los
muchos nazarenos que, unidos a los jefes de Israel, lo llamaron,
despectivamente “el hijo del carpintero”, con los que en el curso de la
historia de Israel habían despreciado al Señor, desobedeciéndolo, a
pesar de pertenecer al pueblo elegido.
Y le dio dos ejemplos, entre los muchos que hubiera podido darles:
a).-
en Israel había muchas viudas la vez aquella en que hubo una gran
sequía y un hambre terrible causó muchas muertes; con todo, Yavé mandó
al profeta Elías a socorrer a una viuda extranjera que vivía en Sarepta,
(ciudad pagana de Fenicia) (Cfr. el Libro 1º de los Reyes, Capítulo 17,
vers. 7 al 16.: ¡es algo muy interesante! )
b).- en Israel
había muchos leprosos; con todo, Yavé a quien inspiró que fuera a buscar
al profeta Eliseo para que lo curara de la lepra, fue a Naamán, un
general del ejército Sirio quien luego de curado renunció a su paganismo
y siguió a Yavé.
(Cfr. el libro 2º de los Reyes, Capítulo 5 vers. 1 al vers. 19: también es muy interesante) .
Este
desprecio que tantas veces recibió Jesús de sus peores enemigos, casi
todos pertenecientes a las clases pudientes de Israel, hizo incluso que
El, dirigiéndose a ellos, les dijera una vez: “las prostitutas y los
marginales los precederán a ustedes en el camino hacia el Reino de los
Cielos”. ¡Esta frase tan fuerte nos indica su indignación!
Y es
que lo que más desagrada al Señor es verse despreciado por aquéllos a
quienes ha venido a ofrecer su camino de salvación. Esta ofensa a la
Divinidad es tanto mayor, en cuanto mayores hayan sido los dones y las
oportunidades que se hayan recibido para aprovechar ese Camino, esa
Verdad y esa Vida que es Jesús y su Evangelio.
No es que Dios
amenace ni castigue; sino que cada quien en el ejercicio de su libre
albedrío elige entre aceptar o despreciar la invitación de Dios
aceptando, desde luego, para bien o para mal, las consecuencias de dicha
elección.
No es que Dios abandone al hombre a su propio
destino: es el hombre quien libremente elige alejarse de Dios. Pero
podemos tener la absoluta certeza de que Papá Dios, Padre siempre
amoroso; Jesús siempre Misericordioso y dispuesto al perdón, están
siempre dispuestos a abrirnos sus brazos de par en par, apenas demos la
menor señal de arrepentimiento y el más mínimo deseo de regresar a El.
Así lo demostró Jesús de la manera más clara en su hermosa parábola que
conocemos con el nombre de “El hijo pródigo”. (Ojalá la buscáramos y la
leyéramos en el Evangelio de Lucas, cap. 15, vers. 11 al 32: es una
Parábola interesantísima y muy aleccionadora: ¡hagamos la prueba!...)
“Amor
con amor se paga”: Jesús dio su vida por nosotros y nos dejó en el
Evangelio un infalible mensaje de salvación. Lo menos que puede esperar
de nosotros es que estemos atentos, como hijos suyos que somos, a no
fallarle voluntariamente! ...
N.B.: Si dedicáramos más tiempo a la lectura del Evangelio...¡ otro gallo nos cantara!...
|