“Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol” Martin Luther King
¿Qué esta pasando con nuestro clima? Tratare de explicar algo complejo de una manera sencilla.
Me voy a basar en los estudios de la Geophysical Research Letters y del Departamento de Paleontoclimatologia y Geomorfología, de la Facultad e la Tierra y la Ciencia de la Vida de la Universidad de Amsterdam.
Todos sabemos que el cambio climático esta derritiendo el hielo de los polos, al derretirse, suministra una gran cantidad de agua dulce a las corrientes oceánicas, el agua dulce es más densa que el agua salada, provocando una disminución de la velocidad de dichas corrientes.
Por ejemplo, la corriente del golfo de México, no solo es la responsable del clima en Europa, sino, es también un factor importante del clima del planeta entero. La corriente del golfo de México, es tan importante, que puede ser observada a once kilómetros de altitud (se puede ver desde el espacio). Los científicos de la NASA, detectaron una profunda alteración no solo de esta corriente oceánica, sino de todas las principales corrientes oceánicas del planeta. Los cambios fueron descubiertos en columnas de agua medidas desde la superficie del océano hasta el fondo marino, la densidad del agua (para explicarlo de manera más sencilla, su peso) es influido por el nivel de profundidad de los océanos y por su salinidad. A menor salinidad, disminuye la densidad (peso) del agua y por consiguiente, disminuye la velocidad de las corrientes oceánicas.
Al debilitamiento de la densidad (peso) las corrientes oceánicas, motivo por el cual, cambian totalmente el sentido de las mismas, se llama “Oscilación Ártica”.
Si la corriente del golfo de México es más lenta y fría, el clima en Europa y el norte de América es más frío. El descenso en las temperaturas en este invierno en Europa y en el norte de Canadá y los Estados Unidos, es una respuesta de la naturaleza a los cambios que han alterado sus corrientes oceánicas.
Esta variación, genera un sistema de baja presión, influido por el frío que proviene del norte, la humedad del océano pacifico es literalmente absorbida por este sistema, para que me entiendan, cuando abrimos el congelador, podemos ver claramente que se genera un vapor o pequeña neblina que circula al interior de nuestro refrigerador, esta tenue neblina, es el aire caliente de nuestra cocina que es absorbido por el frio de nuestro congelador. Bien, lo mismo sucede en nuestros litorales, pero de manera gigante.
El agua caliente, que genera la humedad que en estas fechas tenemos en el océano pacifico, es generada, por otra corriente oceánica que también ha sido afectada, me refiero a la corriente oceánica de Humbolt, responsable del clima en America del Sur y el Caribe. El fenómeno del niño, no es sino una corriente de agua caliente que se presenta desde las costa de Perú hasta nuestro país.
De continuar el debilitamiento de los polos, el patrón seguirá presentándose, hasta una vez derretidos los polos, después, el planeta sufrirá un cambio radical en su clima, nuestro país de varía afectado por huracanes de una magnitud desconocida aún por nosotros, huracanes tan o más devastadores que el tristemente celebre Katrina.
¿Qué podemos hacer?
Lo peor es no hacer nada, podemos atenuar sus efectos, respetando la naturaleza, reforestando, modificando patrones de conducta nocivos tanto para nuestra naturaleza como para nosotros mismos. Como decía Luther King, aún si el mundo se vaya a acabar mañana, plantemos un árbol hoy
Podemos atenuar sus efectos, respetando la naturaleza, reforestando, modificando patrones de conducta nocivos tanto para nuestra naturaleza como para nosotros mismos
Las emisiones actuales de CO2 determinarán el clima terrestre durante siglos
Un informe del Consejo Nacional de Investigación (EE UU) indica que disminuirán las precipitaciones en la región mediterránea entre un 5% y un 10% por cada grado de calentamiento
Las emisiones de gases de efecto invernadero debidas a la actividad humana superan ya la cantidad que puede ser sustraída por los sumideros naturales, como los océanos, por lo que aunque no aumentasen, no se estabilizarían las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera, sino que seguirían aumentando. Es algo así como el agua de una bañera, que si el grifo echa más agua que la que el desagüe puede sacar el nivel subirá, aunque no se abra más el grifo. Y el grifo de las emisiones antropogénicas se previsiblemente se abrirá más aún, mientras que para estabilizar esa concentración atmosférica habría que hacer reducciones de las emisiones superiores al 80% respecto a las actuales. Son conclusiones de un informe independiente elaborado por la Fundación Nacional de Investigación (NRC, en sus siglas en inglés), de EEUU, a petición de instituciones como la Agencia de Protección Medioambiental de ese país y la Academia Nacional de ciencias. El documento advierte que lo que se haga a corto plazo respecto a los gases de efecto invernadero determinará el clima terrestre durante siglos o incluso milenios.
"El planeta está entrando en una nueva época geológica, a veces denominada Antropoceno, en la que las actividades humanas controlarán en gran medida la evolución del medio ambiente terrestre", concluye el informe. "Las emisiones de carbono durante este siglo determinarán esencialmente la magnitud de los eventuales impactos y si el Antropoceno supondrá un cambio relativamente menor, a corto plazo, respecto al clima actual o una desviación extrema que dure miles de años". A.R. - Madrid - 19/07/2010
Observar tormentas en el Círculo Polar Ártico, o en sus cercanías, a primeros de junio no es un hecho muy común, como tampoco los son las temperaturas que estaban alcanzando algunos países del norte de Europa, especialmente los del este de la península Escandinava como Finlandia, y los pequeños países bálticos. Las temperaturas durante los días 9 y 10de junio fueron elevadas, las alertas por olas de calor, incendios forestales, tormentas, etc.,se dispararon.
En las latitudes del Circulo Polar Ártico y para el día 10 de mayo, en la zona nortede Finlandia se observaron nubes de calor: quien lo diría en la primera decena de junio, cuando el verano no había entrado en las zonas del mediterráneo.
Las gentes en Finlandia, Estonia y zonas próximas gozaban temperaturas cercana ysobre los 30 ºC. Y es que una masa procedente del sur lejano había progresado yse había recalentado desde el surhacia latitudes septentrionales.
Las imágenes siguientes muestran los hechos que se han descrito: nubes tormentosas durante la segunda mitad del día 10 de junio, mapa de rayos, temperaturas en superficie, avisos locales, etc. Un hecho poco frecuente, en dichas latitudes.