"De las personas vulnerables,
que cualquier cosa puede herirlas,
se dice que son sensibles.
No, la verdadera sensibilidad es una
abertura total al mundo divino,
es decir a la belleza, al amor, a la verdad,
y un cierre a todo lo que es negativo y tenebroso.
La sensibilidad frente a las vejaciones
y las ofensas en realidad no es más
que susceptibilidad y sensiblería.
¿Y qué queda para todos estos pobres
desgraciados, para quienes
no existen ni el Cielo,
ni los ángeles ni la belleza,
sino únicamente personas malvadas e injustas,
de las que se quejan constantemente?
No debemos confundir sensibilidad
y sensiblería que sólo es una manifestación
enfermiza de la sensibilidad.
La verdadera sensibilidad, por el contrario,
es un grado superior de la evolución
que pone al hombre en contacto
con las regiones celestiales
y le permite vibrar al unísono con ellas."