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Temas para Pensar: Se prohibe la entrada a niños
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De: Marti2 (Mensaje original) |
Enviado: 02/09/2011 08:25 |
Primeros restaurantes libres de 'niños' en BilbaoUna asociación de familias tilda de "discriminatoria" la exclusión de los pequeños de los establecimientos
Carreras, peleas, rabietas, gritos y alborotos son algunas de las molestias que, en ocasiones, protagonizan los más pequeños de la casa en establecimientos de hostelería. Para evitarlo, la dueña de un céntrico restaurante de Bilbao ha tomado una polémica decisión: prohibir a los niños la entrada a su local, aunque vayan acompañados por adultos. "Reservado el derecho de admisión a quien con su comportamiento incívico [...] cause molestias a otros usuarios, y también a los menores de edad, acudan solos o acompañados", advierte el cartel de la puerta del Style, nombre del establecimiento.
Pero Style no es el único, ya que, según la asociación de familias numerosas Hirukide, al menos hay otro establecimiento similar en Bilbao con esta restricción. Esta prohibición es ya usual en hoteles, y de hecho las principales cadenas tienen establecimientos "sólo para adultos", aunque no así en restaurantes y bares que no sean de ocio nocturno.
Un cliente no pudo cenar con su hijo y otro, ni siquiera entrar a por agua
Las quejas de algunos usuarios no se hicieron esperar. Uno de ellos intentó entrar a picar algo con su hijo de 13 años en Style cuando fue informado de la restricción del local y tuvo que abandonarlo, según Elcorreo.com. Otra madre de dos pequeños de 4 y 7 años tampoco pudo acceder y un tercer cliente que sólo pretendía entrar a comprar un botellín de agua para su hijo e irse no pudo siquiera obtener la bebida.
Ante esta prohibición, la asociación Hirukide denunció ayer que la medida adoptada por el local supone una "discriminación" para los menores y sus familias. La directora del colectivo, Natalia Díez-Caballero, lamentó que "se estén equiparando conductas incívicas con la entrada de un niño menor con un responsable".
Sin embargo, en Hirukide no tienen intención de interponer ninguna denuncia judicial al respecto porque saben que "en el País Vasco no existe ninguna normativa específica que regule el derecho de reserva de admisión", explicó a Efe Díez-Caballero. Según la directora, los hosteleros se acogen a la ley vasca de 1995 de espectáculos públicos, en la que se expone que "el derecho de admisión por los titulares de locales (...) se ejercerá por estos o por persona en que ellos deleguen, de conformidad, en todo caso, con el principio de no discriminación, quedando excluida igualmente cualquier aplicación arbitraria o vejatoria".
Los hosteleros dicen que muchos comedores parecen "un parque infantil"
"Totalmente legal"
Por su parte, el secretario general ejecutivo de la Federación de Hostelería del País Vasco, Ángel Gago, recordó ayer que dicho principio hace referencia a la discriminación por "raza, sexo, religión y otros motivos sociales como, por ejemplo, tener síndrome de Down", motivo por el que calificó la decisión de la dueña del restaurante como "totalmente legal".
Además, "siempre que el establecimiento cuelgue un cartel en el que informa sobre su reglamento interior respectivo a la admisión y este no discrimine, está dentro de la legalidad", aclaró. Asimismo, aseguró no entender la polémica creada al respecto porque esta medida ya la habían llevado a cabo locales de ocio nocturno en los que "hace años entraba gente incluso con carritos de bebé", criticó. Gago estima que de los 2.800 establecimientos hosteleros de todo tipo que hay en Bilbao, sólo una decena tiene estas restricciones.
La asociación Hirukide lamenta la medida pero cree que es legal
Por otra parte, Gago apoya personalmente esta medida "al cien por cien". "Hay ciertos padres que abandonan sus obligaciones con sus hijos y, mientras ellos están en las terrazas, el interior de muchos bares de la ciudad parece un auténtico parque infantil", lamentó.
"El empresario debe tener derecho a decidir qué modelo de empresa quiere explotar y luego si quieren castigarnos con no venir, pues que no vengan", declaró Gago. "Ya está bien de que el Gobierno nos diga cómo tenemos que llevar nuestros negocios", concluyó.
En este sentido, el presidente de la Federación Española de Hostelería, José María Rubio, coincidió con Gago. "Nosotros respetamos la decisión de cualquier empresario siempre que esté dentro de la legalidad. Si su decisión es legal, dentro de su negocio puede tomar las decisiones que crea conveniente", concluyó Rubio.
Publico es
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De: Marti2 |
Enviado: 02/09/2011 08:29 |
Comentarios:
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Mi amigo Miguel Jara, me ha mandado este artículo del diario Público. Está claro, que lo mejor no es el artículo no...lo mejor son los comentarios de los lectores de esta nueva "tercera vía" que tan bien representa el diario, no voy a hacer ningún chiste con esto.
Está claro también, cristalino, que a nadie le gusta que le griten al oído (excepto los fans del Trash y demás...), ni que le molesten y también que todos hemos sido bebés, y niños. También está claro que los blancos y los negros, la polarización tan en boga desde hace unos años (o eres de unos o eres de otros) son peligrosas, hay una preciosa gama de grises sobre la que informarse (primero esto, claro, para poder optar), hablar y reflexionar, aportando opiniones de un lado y de otro y llegando a conclusiones, o no…
Desde que eres madre y más aún si estás sola (sin apoyo logístico o emocional más que el de tu pareja) en una ciudad tan hostil como puede ser Madrid (aunque la cosa va por barrios y no nos podemos quejar) de repente te das cuenta de una cosa, algo grave, muy grave: la civilización industrializada, neoliberal y patriarcal (por si alguno se le escapa su realidad) no está hecha ni para los viejos ni para los niños, y menos aún para los bebés.
Recuerdo que me llenaba de impotencia la primera vez que leí Libertad y Límites, Amor y Respeto de Rebeca Wild, lo del entorno preparado etc etc…es cierto que ella dice que los niños tb. han de aprender a vivir en el lugar en el que les tocó y mirar ellos solitos cuando vayan a cruzar, sí, pero…Ay! cuando somos bebés chillamos, lloramos (es cierto que 4 locos no lo deseamos, pero nos expresamos así y se debería respetar), gateamos (los que tuvieron esa suerte) nos hacemos pis y caca (no lo recuerdan verdad, lectores?). Luego cuando somos niños si somos niños debidamente contenidos, esto es, niños llenos de mirada, de contención, de disciplina con amor, seguimos reclamando nuestro espacio en forma de rabietas, juegos de poder…es algo incontrolable, como lo es la vida misma.
La familia solemos frecuentar solamente un restaurante desde que nuestra hija nació, hemos ido a otros, sin ningún problema, la verdad, pero este nos gusta porque aparte de que la comida está riquísima, es orgánica, y de menú, la gente es respetuosa, no hay jaleo y de fondo casi siempre suena un bonito tema del barroco. Ahí nos sentimos cómodos con nuestra hija, porque los señores y las señoras que hacen los comentarios se olvidan (Ay! Maldición!) de lo mucho que gritan ellos cuando hablan (porque en este país como se berrea madre!), fuman y molestan cuando se van por ahí de restaurantes o de “copas”. Ay la paja en el ojo ajeno!
Hasta el momento ni en este restaurante ni en otros lugares en los que hemos estado con mi hija, nos han llamado la atención, ni mi hija ha montando ningún “numerito”, en algún momento puntual, sí claro, era un bebé y es una niña…y solo es una, claro!
Es cierto que vivimos todos juntos (de aquella manera…) y todos nos debemos respeto, pero también debemos recordar que todos hemos sido bebés y niños, que no se puede optar por la vía fácil, esto es, reprimir, amenazar, pegar “estate quieto o te acuerdas eh?" "vete por ahí a jugar" claro, ese el niño "bien educado", luego, el papá o la mamá se dedicarán a contarse las batallitas (en las que en ningún momento aparecerán sus hijos, claro) y esos niños, pues, intentando cooperar reciben el mensaje de: papá y mamá están hablando, no les molestemos, juguemos nosotros, como podamos. Y claro, hay lugares en los que está claro que así, no se puede estar mucho rato: lugares cerrados, terrazas pequeñas, sitios con coches…Ni siquiera una educación contenedora puede resistirse a lugares así durante mucho rato.
Es aquí cuando retomo el tema de la gama de grises: los papás y las mamás somos conscientes de que tanto se nos puede molestar a nosotros o a nuestro hijo o hija (repito, gritos, follón, humo, agresividad, invasión de su espacio, contacto físico no deseado) como que nuestro hijo puede molestar a otros, claro, por eso a un bebé, niño o niña, se le puede clamar, anticiparse, contener, jugar con él, y si aún así la cosa se descompensa, la señal ha sido dada: este no es el lugar, ni el momento. Aún así me hace mucha gracia que desde una situación de poder el que grita y molesta siempre es el otro, nada mejor que un bebé o un niño, nada mejor que alguien más débil sobre el o la que despositar nuestras frustraciones y hacer uso de ese "poder". Esto como mínimo nos debería hacer pensar.
No criminalicemos a los bebés y a los niños. Mientras tanto si la ley (Ay la ley! qué sobrevalorada está!) ampara el derecho de admisión, que no cuenten con nosotros ni para que nuestro perro les eche una meadilla.
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Que la sociedad no está hecha para los niños es evidente. Para muestra un botón: Primeros restaurantes libres de ‘niños’ en Bilbao. Pero si no está hecha para niños ¿para quién está hecha la sociedad? porque todos hemos pasado por el estadio de niño. Como argumenta mi amiga Patricia, que ha escrito una entrada en su blog al respecto, tendemos a echar la culpa de todo a los otros sólo que en este caso además los otros no tiene capacidad de defenderse o de responder por ellos mismos. Ni siquiera creo que entiendan en muchos casos que pueden estar molestando.
De esta información me llama la atención dos cosas:
-Quien regenta el restaurante es mujer ¿madre tal vez?
-Que se prohíbe entrar a los niños incluso acompañados de adultos lo que quiere decir o que en definitiva la dueña no le gustan los niños, sin más o que no se fía de ningún progenitor ¿tendría madre o al menos padre esta persona?
La decisión de la empresaria es el legal en nombre del derecho de admisión pero de todos modos no merece la pena ponerse a discutir sobre ello, te buscas un bar en el que no esté permitido que entren los dueños de locales que prohíban la entrada a menores aún acompañados de adultos y ya está.
Lo que no quería pasar por alto son los comentarios a esta noticia del diario Público -me llama la atención haberla leído en un diario “progre”-. Creo que es la primera vez que comento comentarios pero es que rezuman odio a la infancia o eso he sentido yo. Por supuesto que no es agradable cenar rodeado del jaleo propio de los niños. Quizá tenga que ver la educación cada vez más “militarizada” que se les da: poca o nula lactancia materna, alimentación con tóxicos, jornadas extensas en la guardería, poco contacto con sus progenitores, crianza sin apego, etc. No olvidemos nunca que los niños de hoy son los adultos ¿responsables? de mañana.
Me quedo con uno de los comentarios -”censurado”, por cierto, por los lectores-, aunque lo del boicot no lo asumo por lo que escribía antes:
Dentro de poco, tendremos que ir a bares y restaurantes con el DNI en la boca, certificado de penales, libro de familia, carnet de familia numerosa, y permiso de la suegra para poder tomarte una caña. Me parece vergonzoso y discriminatorio que haya empresas como esta que traten con ese desprecio a sus hipotéticos clientes. Lo más fácil: boicot. Punto.
Miguel Jara
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