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General: Soy lo que hago, lo que soy
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De: Malakita (Mensaje original) |
Enviado: 17/11/2011 00:15 |
A continuación publicamos una de las consultas dirigidas a Sergio Sinay en su columna semanal "Diálogos del Alma" del Diario La Nación:
Señor sinay: siempre me pregunté por qué elegí la carrera de Contadora Pública y no encontraba respuesta que me diera paz. Hoy, volviendo de Sierra de la Ventana, un hermoso lugar que inició mi despertar después de la pérdida de mi único hermano hace ya 13 años, sentí algo distinto. Siempre creí que cuando describimos o contamos algo utilizamos palabras relacionadas con nuestro trabajo (por ejemplo, en mi caso, costo, beneficio o amortizo) y me encontré con que quizá la carrera elegida es la que mejor justificaba mi lugar en el mundo de acuerdo con mi ego, y de ahí mis malestares. Adriana Martinez
¿Qué trabajo estamos destinados a hacer en la vida? ¿En qué tarea nuestra alma se alimentará y expresará, en cuál aportaremos al todo del que somos parte? ¿Cuál labor nos dará paz e integridad, más allá de los esfuerzos que requiera? ¿En qué ocupación nos alumbrará el sentido? Estos interrogantes no se refieren a factores como el éxito social, la fecundidad económica o el prestigio que nos concede la mirada ajena. Si evadimos aquellas preguntas, estos factores pueden convertirse en pesadas cargas y enfrentarnos a dudas crueles: ¿Qué hago aquí? ¿Para qué sigo en esto si no me realizo? ¿Cómo me juzgarán si renuncio al éxito, al prestigio, al bienestar material?
"Hay muchas personas que hoy sufren porque su trabajo carece de alma", afirma el ex sacerdote, músico y psicoterapeuta Thomas Moore en "Un trabajo con alma". Sufrimos, creo, cuando nos convertimos en aquello que hacemos, cuando amoldamos nuestras capacidades, recursos, inclinaciones, aspiraciones y potencialidades a la forma rígida de una profesión o un oficio. Solemos hacer eso para satisfacer expectativas ajenas, recibir reconocimiento, encontrar seguridad material, ocultar vulnerabilidades no admitidas, etcétera. Así, somos lo que hacemos, y nuestra identidad, el ego del que habla nuestra amiga Adriana, es nuestro trabajo. Ego es la identidad "oficial" de cada quien, aquella que, compuesta con retazos de nuestro ser total y nuclear (y a costa de otros aspectos que quedan relegados, olvidados o negados), nos permite encontrar "un lugar en el mundo". Lugar que nos será reconocido a condición de que nos ajustemos a un rol. Puede haber suculentas recompensas, pero el alma no estará cómoda allí y lo hará saber mediante insatisfacción, ansiedad, angustia, irritabilidad o síntomas físicos.
Distinto es cuando hacemos lo que somos. Cuando buscamos la tarea, profesión o quehacer que amplifica, expresa y da forma y sentido a toda aquella materia prima espiritual, emocional, creativa y fecunda que nos hace únicos y representa nuestra verdadera e intransferible identidad. Entonces encontramos más que "un" lugar en el mundo, encontramos nuestra razón de ser en el universo. Esto ocurre, dice Moore, cuando seguimos nuestro daimon. Este es, según los antiguos griegos, padres de nuestra cultura, un poderoso impulso que empuja a las personas en una dirección, aún a riesgo de confusión o temor. Quien toma a su daimon en serio -afirma Moore- debe atender a esas preguntas y voces interiores que le advierten sobre la inconveniencia de una tarea, la necesidad de un cambio, la insatisfacción en un cargo. Voces que llevan a correr un riesgo. Y nos preguntan qué nos hace sentir vivos, qué nos motiva, qué necesitamos para encontrar sentido en lo que hacemos. Preguntas como: "¿Lo que hago es de verdad lo que quiero hacer? ¿El que lo hace soy yo o es el que otros esperan que yo sea?"
Si soy lo que hago, cualquier riesgo que amenace a mi trabajo o profesión pondrá en duda mi identidad. El día que (por despido, enfermedad, descalabro económico o cualquier imponderable) no pueda hacer eso que me identifica, no existiré. Pero si, en cambio, hago lo que soy, mi ser puede reflejarse de un modo único en más de una tarea, oficio o profesión. Estos serán sólo medios y no fines. Tendré un trabajo para la vida y no una vida atada a un trabajo. Haga lo que hiciere será una labor inspirada, un trabajo con alma que, así sea por una sola acción realizada, dará sentido a mi vida. Trabajo con alma es el que nos permite expresar nuestros valores en un contexto ético, el que nutre al contexto en que vivimos, empezando por el entorno más cercano y tangible, y es el que expresa aquello que nos hace únicos, aunque muchos hagan la misma tarea. La labor que estamos destinados a hacer en este mundo puede tardar una vida en revelarse, dice Moore, y mientras buscamos, quizá desempeñemos más de un oficio o profesión. Lo importante es saber en cada momento si soy lo que hago o hago lo que soy. Sergio Sinay, La Nación
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Mi opinión es que en la mayoría de los casos, trabajamos en lo que podemos, porque es muy difícil encontrar un buen trabajo. Pero según mi experiencia, si le pongo toda mi alma, lo realizo con alegría, lo hago de corazón, siendo yo misma, me sentiré al final satisfecha y realizada.
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De: Marti2 |
Enviado: 17/11/2011 04:18 |
Antes que nada, bienvenida al grupo Rosa.
Excelente texto nos trajiste.
Creo que toda persona desearia trabajar en algo que le gustara, con lo cual se sintiera identificada plenamente, esa vocacion que muy probablemente siente desde niño, porque es asi, ya nos manifestamos a la mas tierna edad. Pero vivimos en una sociedad, que ha hecho imposible o casi imposible esto. Y ya de niños tambien nos tuercen el destino, o porque la familia impone ciertos modelos, o porque no hay una oportunidad economica para que el joven pueda seguir su verdadero rumbo.
Y con suerte conseguimos trabajar, en lo que sea, y como sea ...
Pero estoy de acuerdo contigo, que cualquier tarea que realicemos, si lo hacemos con amor, con ganas, nos sentiremos equilibrados, y hasta por ahi le encontremos la vuelta para que aunque mas tarde, logremos trabajar en algo que si nos gusta.
Si la sociedad hubiese sido edificada, teniendo en cuenta las tendencias naturales de sus integrantes, y no las mercantilistas, creo que hoy tendriamos un mundo mucho muy diferente y mejor que el que tenemos.
Muchas gracias por tu interesante aporte
Marti |
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De: MYRYS |
Enviado: 17/11/2011 05:22 |
Me gustó mucho...adelante!! |
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De: Lalita2 |
Enviado: 17/11/2011 17:29 |
Lo importante hoy es tener un trabajo, es una bendición. Sentirse a gusto o identificado depende según lo que yo creo de la actitud que nosotros tengamos.
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De: Nati-U |
Enviado: 18/11/2011 03:18 |
Escasez de trabajo siempre hubo, hoy más. Pero también sucede que mucha gente busca lo fácil, por ejemplo un empleo público, concluyen que el Estado no los hechará facilmente por las leyes existentes, y tendrá un montón de beneficios, como trabajar pocas horas, si es que trabajan. Pocos son los que hacen sacrificios verdaderos por salir adelante por ellos mismos, y buscar algo con lo cual se identifiquen. Salirse del montón, tratar de hacer una vida que le de satisfacciones.
Yo vivía en el campo, muchos hermanos, y no había ni dinero ni oportunidades. Entonces me vine a la capital, sola, a una pensión, Salí a vender puerta por puerta, lo que podía conseguir. Al año tenía un pequeño apartamento, y había edificado un pequeño negocio que iba prometiendo. Pero sacrifiqué horas de sueño, el amparo de una familia muy unida con la consecuente soledad, si llovía tenia que salir igual. Y no es sencillo golpear puertas. Los demás se reían de mi, decían la canaria está loca. Nunca me arrepentí. Edifiqué, sentí el poder que da valerse por sí mismo, y nunca me sentí realizando algo que no fuera conmigo, porque si bien no era lo que hubiera elegido de haber podido, era lo que yo podía hacer con toda mi creatividad, ganas y amor puesto en ello.
Gracias por el mensaje, un buen ejercicio de reflexión.
Nati
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