Si nunca ensayas "el
borrador de tu vida" por temor a equivocarte, nunca tendrás nada para pasar
en limpio.
El error en el hombre es parte del camino y de la
búsqueda, como cada escalón es parte del ascenso, aunque cada uno no te
deje en la meta.
El hombre maduro acepta sus errores como suyos,
acepta su capacidad de equivocarse y tiene el coraje de esforzarse para
enmendarse; pero sin multiplicar los autorreproches cuando reconoce que hizo
lo posible. D/A