En ocasiones es muy difícil ser honesto, porque hoy en día a la honestidad se le llama torpeza, tontera, simplicidad y bueno eso no es lo que se pretende que los demás piensen de uno.
La realidad es que se dice que la honestidad es ser congruentes con lo se dice y lo que se hace, bueno eso es una realidad a medias.
Porque el concepto que una persona tiene de honestidad otra lo tiene de otra manera, lo que por honestidad entienda una sociedad otra no la tiene y no es que unas tengan más honestidad que otras, lo que sucede es que no todos entendemos las cosas igual.
Hay personas que se escudan en esta palabra para decir, bueno como soy muy honesto te digo tu eres así, y esto esta mal y aquello y demás, como si esta palabra al usarla los facultara para tener sabiduría y verdad.
La honestidad es esa fortaleza interna, que no importando donde se encuentra o con quién este, se sabe integro, la honestidad es libertad, libertad que le permite ser y saber que es responsable por lo que hace, dice y piensa.
No hay libertad sin honestidad, el camino que la honestidad impone es duro, no es sencillo, pero muy gratificante, es templarse día a día, con cada pensamiento, con cada emoción, para que nuestras palabras solamente hablen de verdad, pero de la verdad labrada con el esfuerzo constante.
La honestidad se toma como algo que deba ser premiado, reconocido, pero no se le considera como algo que debiera ser normal, tan normal como respirar, incluso las instituciones de educación así lo manejar, como una actitud que deba ser premiada.
Y esto se debe a que como en la casa y la escuela , la sociedad no es honesta pues la ponderan como una actitud sobresaliente, única, noble que solamente la gente muy especial la tiene, cuando en realidad se le debería quitar ese pedestal y enseñar como vivirla como si se tratara de caminar, en ocasiones por terrenos difíciles y otras por caminos sencillos y hermosos.
Y que el caminar por diferentes terrenos, fortalece la honestidad, y la manera de fortalecerla es poniéndola en práctica, y entre más se practique más fuerte se hará, aquí se aplica la sabiduría de Confucio cuando dijo no hagas a otros lo que no quieras que te hagan a ti.