Qué Fácil nos Confundimos!
¡Cuánta belleza invadida por la vulgaridad!
cuánto amor, deformado por el sexo...
cuánto lodo, filtrado por la ambición...
cuánta verdad, tapada por un dedo...
cuánto pudor, sepultado por la moda...
cuánto nido, desbandado por la libertad...
cuántas almas, hundiéndose en la modernidad...
cuánto vicio, escurriéndose por el dinero...
cuánta negociación, escudándose en la hipocresía...
cuántos valores, opacados por el materialismo...
cuántas locuras, aceptadas por los cuerpos...
¡Y cuántos cuerdos viviendo de locuras!
Cuánta mujer, sin corazón de madre...
cuánto padre, sin fuerza de autoridad...
cuánto hijo, sin control de vida...
cuántas cosas, aflojando la moral...
cuántas deformaciones llevando el rebaño.
Cuánto espectáculo de mundo...
¡Y cuánta soledad de hombre!
Cuánta fé, confundida con el cambio...
¡Y cuánto Dios adulterado con el progreso!
¡Qué fácil nos confundimos Señor!
Zenaida Bacardí de Argamasilla