Enclavada en la vertiente occidental de las montañas Rocosas, se encuentra la pequeña aldea de Elsinore,
de 733 habitantes. Es la clase de aldea que la gente escoge para vivir
por su aire puro, grandes paisajes y sus buenos caballos.
Situada en el condado de Sevier, Utah, fue fundada en la primavera de 1874 por James C. Jensen.
Recibió su nombre oficial de una propuesta del mormón Joseph A. Goung,
ya que el sitio le recordaba a la pequeña población de Elsinore pero en Dinamarca. Además existía una estrecha relación ya que muchos de los primeros colonos eran inmigrantes de ese país.
En 1979, Wayne Hardman un soldado estadounidense se
jubiló después de servir 20 años en la marina de los Estados Unidos.
Tanto Wayne como su esposa son originarios de Utah, y por ello volvieron
a su terruño junto a sus tres hijos para disfrutar de una vida
completamente comprometida con la naturaleza. Vivir con amables vecinos,
respirar aire fresco y liberarse del mundanal estress de las grandes
ciudades era el principal objetivo de la familia Hardman.
Pero para Jason, el menor de los tres muchachos Hardman, era un lugar maravilloso, pero no perfecto, pues carecía de algo muy importante,..una biblioteca.
La última base naval en que su padre había trabajado contaba con
cuatro bibliotecas, que Jason había frecuentado con asiduidad. A
principios de 1980, entonces con diez años, mencionó el problema a su
madre. Vicepresidenta del club literario local, Linda Hardman
sabía de varias cajas llenas de libros que permanecían almacenados en
un sótano, únicos restos de la última biblioteca pública de Elsinore,
la cual tuvo que cerrar varios años antes por falta de fondos. Su madre
le sugirió revisar esos viejos libros.
Cuando Jason empezó a revisar las cajas, se emocionó. Los libros eran
viejos, pero se hallaban en buen estado….De pronto se le ocurrió una
idea. !Había suficientes libros para organizar una pequeña biblioteca!.
En el club literario nadie puso objeciones al proyecto del niño. Pero
tampoco se lo tomaron en serio.
Como los libros pertenecían legalmente al pueblo, indicaron a Jason
que necesitaba obtener la autorización del Ayuntamiento de Elsinore. El
niño no tenía la menor idea de cómo conseguirla, por lo que acudió en
ayuda de su padre. “ Quiero iniciar una biblioteca y necesito tu ayuda“.
Un mes más tarde Jason fue con su padre al Ayuntamiento y no fue poca
la sorpresa de los concejales ante la petición cortes del padre.“Este
hijo mío desea organizar una biblioteca“. Preguntaron a Jasón como
pensaba organizarla. Les pidió permiso para aprovechar una de las
habitaciones sin terminar que había en los sótanos del Ayuntamiento como
espacio para la biblioteca. Al alcalde Mark Rose le
pareció una idea ridícula, el lugar se encontraba sin calefacción y sin
electricidad, aunque para los Hardman eso no era problema, “nosotros
podemos arreglar esto“.
Los concejales, como todo el mundo, supusieron que el entusiasmo del
muchacho se apagaría en uno o dos días, y que no volverían a oír del
asunto.
Ante el paso de los días y la negativa del consejo a tomar una
decisión, Jason comenzó a llamar repetidas veces todos los días al
alcalde Ross para recordarle su ilusionante proyecto. Cansado de tantas
llamadas decidió conceder el capricho infantil. En la junta del Concejo
de junio de 1980, el alcalde estableció la posición del ayuntamiento
ante el proyecto. Jason haría todo el trabajo necesario y aportaría
todos los materiales, el Ayuntamiento no le ayudaría, y aunque la
biblioteca tuviera éxito no se incluirían ayudas en los presupuestos
municipales. Y por último tendría que haber un adulto presente siempre
que la biblioteca estuviera abierta al público….Jason aceptó de buen
grado todas las decisiones excepto la última. “Si los adultos no quieren ayudarme a construir una biblioteca, yo no necesito su supervisión“. Cuando declaró ante los concejales, añadió que los llamaría uno por uno cada noche, hasta que cedieran. Enterados de lo que ya había soportado el alcalde, decidieron otorgar el permiso.
En pocas semanas, un voluntario había hecho la instalación de
electricidad. Varias personas ayudaron a Wayne y a Jason a construir
estantes para los libros. Pronto convirtieron el sótano en algo parecido
a una biblioteca. A principios de noviembre de 1980, un mes antes de
cumplir once años fue abierta al público.
Al principio, el ir y venir de libros estuvo animado. Pero al llegar
el invierno aquel sótano sin calefacción fue mucho menos acogedor, fue
una época en principio descorazonadora para Jason por la ausencia de
visitantes. Pero pronto todo cambió, su padre reunió retazos de viejas
alfombras para cubrir el piso de cemento y junto con un calefactor de
queroseno consiguieron contrarrestar el frío. El pequeño bibliotecario
perseveró en su empresa aquel invierno.
En 1981 comenzó a cambiar la vida tranquila de Jason, el director del
periódico del pueblo encontró un recorte de la vieja biblioteca de
Elsinore, y curioso por saber si el bibliotecario más joven de Utah aún
estaba activo, envió a un reportero para realizar una entrevista. Una de
las redactoras del Salt Lake Tribune
leyó el reportaje y lo reprodujo en su periódico de noticiario
nacional. De pronto..“el bibliotecario más joven de Utah, se había
convertido en el bibliotecario más joven del país“.
En junio de 1982, tocó a su puerta un enviado de la Comisión Nacional
de Bibliotecas y Ciencias de la Información. Querían que Jason fuera a
Washington a dar testimonio en una sesión conjunta de las dos Cámaras
del Congreso, sobre las necesidades de información y la fundación de las
bibliotecas en el medio rural norteamericano. En un salón atestado de
diputados, senadores, público y periodistas, Jason relató con toda calma
como había llegado a organizar con la ayuda de unos pocos la biblioteca
de Elsinore. Le tributaron cálidos aplausos.
Una semana más tarde fue entrevistado en un popular programa que se
emite en todos los Estados Unidos..“Quien habla“, allí ante el público
de la nación expuso el caso de la biblioteca que había fundado, y la
necesidad de contar con más y mejores libros…Pronto empezaron a llegar
libros procedentes de todo el mundo. Nuevos, usados, ..cajas que
contenían decenas de libros. Incluso algunos venían adjuntados con
cheques de ayuda. Ese mismo año había reunido cuatro colecciones de
enciclopedias y 14.000 volúmenes. Irónicamente su biblioteca era la mayor de la región.
En el lapso de varios meses hizo presentaciones en otros cuatro
programas de televisión de difusión nacional, pero donde más se sintió
nervioso fue hablando ante una clase de sexto año de enseñanza
primaria…“Supongo que los niños me parecen más reales que los adultos“. “De ahí mi temblor de manos“.
En el verano de 1983, Jason Hardman recibió un reconocimiento por sus
esfuerzos. La Comisión Nacional de Bibliotecas y Ciencias de la
Información deseaba otorgarle un premio…en la Casa Blanca…en presencia
del Presidente Reagan. El niño aceptó y entregó al Primer Mandatario una tarjeta de lector honorario de la Biblioteca Pública de Elsinore.
A comienzos de 1984, Jason y su padre volvieron a comparecer ante el
consejo del Ayuntamiento. Solicitaron que se nombrara una comisión que
ayude a administrar la biblioteca cuando Jason entre en la universidad.
El consejo aceptó. También convino en ceder al joven bibliotecario la
otra habitación desocupada del sótano, y asignar algo de dinero para
ayudar a acondicionarla.
La Biblioteca Jason siguió recibiendo donaciones y ayudas de la
administración, ya nadie se pregunta si Jason persistirá con el tiempo
en su empeño. Pero donde no había biblioteca pública, ahora sí existe,
gracias al sueño de un intelectual de diez años…El carácter es como los cimientos de una casa, se encuentran bajo la superficie…
Más información en Wikipedia, en LDS y Utesax