NO VIVAS QUEJANDOTE
La persona que siempre busca errores, difícilmente encuentra otra cosa. Cualquier persona quejumbrosa dirá que el éxito no es sino suerte. Los niños nacen con optimismo y el mundo trata poco a poco de disuadirlos. El hecho es que cuanto más te quejes, menos lograrás. Una vida quejosa es un surco profundo. La única diferencia entre el surco y la tumba es el tiempo. Un espíritu de queja primero llama, después es un invitado y al final es el amo.
Algunas personas siempre encuentran lo malo en cualquier situación. ¿Conoces a alguien así? ¿Cuántos quejumbrosos prósperos conoces? Las pequeñas cosas afectan sus pequeñas mentes. Algunas personas están seguras de que pueden mover montañas si algún otro les despeja las rocas del camino. Algunas de las personas más desilusionadas en este mundo son las que reciben lo que les corresponde.
La miseria quiere su compañía, Los quejosos se atraen entre sí, mientras que repelen a la gente positiva. Cuando Dios se dispone a bendecirte no te envía personas quejumbrosas, sino que te manda a los que están llenos de fe, poder y amor. Cuando sientas deseos de quejarte, entrega tu situación a Dios.
No te quejes, recuerda que la rueda que más chilla es siempre la que se cambia primero. Si te quejas de otras personas, no tendrás tiempo para amarlas. Vive como una exclamación, no como una explicación.