La actriz española Amparo Rivelles, quien falleció este jueves a los 88 años en Madrid, dejó una profunda huella en México, donde vivió 24 años y participó en una veintena de películas y telenovelas a las órdenes de grandes directores mexicanos como Roberto Gavaldón yCarlos Enrique Taboada.

Llego a México en los años 50 para trabajar en una obra de teatro, "Un cuarto lleno de rosas" y pensaba quedarse solo unas semanas, pero finalmente su amor por el país hizo que se quedara durante 24 años.

Aquí nació su hija María Fernanda, continuó la exitosa trayectoria que había comenzado en España y se convirtió en uno de los rostros más conocidos del cine y la televisión de México.

Participó en obras de teatro como "La casa de Bernarda Alba", en numerosas películas y se convirtió en la "reina de las telenovelas mexicanas", un género que siempre defendió, con títulos como "La tormenta" , "La hiena" y "Doña macabra".

"Era muy conocida, de las actrices españolas de la época, era la más conocida en México", dijo hoy  el actorIgnacio López Tarso, un compañero que la recuerda como una persona "muy cordial, muy amistosa siempre y de muy buen carácter".

Aunque tras su marcha a España no la volvió a ver, ambos actores fueron amigos en aquella época en la que protagonizaron la telenovela "La Tormenta" y la obra de teatro "Luz de gas".

"Era muy buena compañera, una gente muy honesta en el escenario, que te miraba a los ojos y confiabas en ella", añadió.

Una joven Verónica Castro la acompañaba en "Pasiones Encendidas" (1978), la que sería la última telenovela de la española en México, antes de regresar a España.

"Gran maestra! Me impactaba su profesionalismo! QEPD! La recuerdo con mucho respeto", publicó Castro en su cuenta de la red social Twitter.

La empresa Televisa, para quien trabajó mayoritariamente Rivelles, expresó en otro mensaje su "más sentido pésame por el sensible fallecimiento de la primera actriz Amparo Rivelles. Descanse en paz".

Durante estos años como estrella de la televisión mexicana tuvo legendarios papeles, como el de protagonista de "Anita de Montemar" (1967), una de los grandes telenovelas de los años 60 producida por Valentín Pimstein.

En 1973 interpretó su único papel de "mala", el de Rita Hernández en "La hiena", una malvada madre que amargaba a su inocente hija.

En paralelo con el éxito en la televisión, Amparo Rivelles también consolidó una importante carrera en el cine mexicano, muchas veces dando vida a papeles de madre abnegada.

Su primera película en México la rodó en 1959, "El esqueleto de la señora Morales", una comedia negra dirigida por Rogelio Antonio González que protagonizó junto con Arturo de Córdova, considerada una joya de la cinematografía de este país.

La española trabajó con varios de los grandes directores del cine mexicano de la época como Roberto Gavaldón, Julio Bracho o Alejandro Galindo, y dejó huella con cintas como "El día de las madres" (1968) o "El juicio de los hijos" (1971), ambas de Alfredo B. Crevenna.

El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) lamentó la muerte de Rivellles, quien tuvo "una destacada presencia en los escenarios mexicanos por más de 20 años".