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Quédate a mi lado…
Cuando las estrellas tiritan azules, más de tus ojos tiernos me embrujaron; a lo más sublime de los caminos recorrido, más yo te añoraba de día y de noche temple; de blanca te encontré como la luna llena, a los instintos de mi naturaleza fugaz; te lleve en mis pensamientos blancos, como las nubes al mirar mil rocíos; nada que sobraban mis reflejos en ti…
Quédate a mi lado…
Tan solo un instante de mi vida, mas un vaivén fue tu cabellera negra, sujetas al rose del aire cauteloso, más en ti despejaba mi mar azul; en las solías de la arena calidas, te sentí junto a mí, los egos; solo jamás no pudiera imaginar, mas tú suplicabas del alma renaciente; nada que no fuese tú mis sueños…
Quédate a mi lado…
Sujétame otra vez de tus manos, las caricias deliriosas que me dabas; tan tenue a la expresión evocada, sin poder anhelarte los suspiros; antes dados por ti en primavera, girasoles que ríen si te tuviese siempre; mis llantos contemplados sinceros, me dejaron mirarte a lo último del rincón, donde te encontrabas siempre esbelta; nada que fuiste única en mi vida…
FRANK FENIX
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