Tengo, como todos, tendencia a construir
castillos en el aire y mi mente es caprichosa, generalmente se niega a
fluir con la vida. Una combinación que puede ser desastrosa si de vez en
cuando no decidiera mandarlo todo a la hoguera. Se tiene que creer para
poder crear, pero sobre todo se tiene que estar dispuesto a destruirlo
todo –incluyéndose a sí mismo- en un abrir y cerrar de ojos, y así,
desde las cenizas, volver a tejer(se).
¿Acaso el Ave Fénix no reaparece en toda su gloria?
Una vez en el vacío -después de morir y
renacer- se pierde el miedo. Es imposible no darse cuenta de que Todo
pasa. Descubres que nada hay que entender y por lo mismo nada hay que
descifrar… y ahí te entregas.
Sólo queda Ser en la Nada que Todo Es.
El mundo como paradoja donde la única
verdad es el Amor. El ser humano como caleidoscopio. El sentimiento como
catalizador que va moldeando y coloreando(nos) y a nuestro entorno.
Todo como proyección de tu esencia más intima. Así como te sientes,
resuenas y así como resuenas, proyectas.
Ahí (re)descubres que la clave siempre ha estado en observar(te).
En la observación te (re)conoces y disuelves en la nada.
En el sentir se dibuja tu individualidad para inmediatamente fundirse con el Uno. Exquisito vaivén que le da sazón a la vida.
En la Nada, los castillos se derrumban,
las máscaras se caen. Ahí entiendes: fluye como el agua -mantén tu
esencia pero nunca desde la misma perspectiva.
Ahí, arde constantemente una fogata.
Aprendes a caminar junto al fuego. Sólo sobrevive aquello que en esencia
Eres… y redescubres que no hace falta más. Mueren las expectativas y te
asumes plenamente responsable de tu Ser y tu entorno. Sólo queda Ser el
cambio que quieres ver.
Ahí, no queda más que ser impecablemente
e integralmente tú, al fin y al cabo sólo tú te sabes aquello que Eres
y sólo tú sabes aquello que no expresas. Sólo tú te Sabes. Entonces no
queda más que Ser aquello que quieres percibir, aquello que admiras y
hace que tu corazón retumbe de alegría.
Así te descubres agradecido por lo que
es y por lo que fue porque es exactamente esa combinación la que te
lleva a Ser hoy. Bien decía Cándido: “Todo es para bien en éste, el
mejor de los mundos posibles.”
Ahí, recuerdas que el camino se goza.
Te dedicas a apapachar a todo aquél que te rodea.
Conquistas a la vida, la escoges de amante y dejas que te enamore.
“La sabiduría es saber que no soy Nada,
El amor es saber que soy Todo,
y entre los dos mi vida se mueve.”
-Sri Nisargadatta Majara
Mitsy Ferrant