"El desorden mental genera problemas sin límites. Las poluciones mentales magnifican el problema.
" R. Calle
Se van acumulando
constantemente conocimientos, informaciones y saberes pero no se
desarrolla la sabiduría. Aunque se aprende a diario, se acaba la
existencia sin haber sabido vivir. El saber que se aprende en los libros
tiene su importancia, pero es de corto alcance y resulta insuficiente
para desencadenar una comprensión profunda de la vida; al final no se ha
aprendido que también es necesario olvidar.
"Todos los días debemos
olvidar y aprender algo"...reza un antiguo proverbio. Sólo así hay
renovación. no obstante el Ser Humano no ha aprendido a soltar. Sigue "ocupando" sin "desocupar".
En la mayoría de las
personas la atención está embotada, solo brota mecánicamente cuando
algo, para bien o para mal, es capaz de causar fascinación. Es esta una
atención automática que tiene también una fuerte carga de falta de
atención, es decir, no es una atención plena, surge por unos instantes y
enseguida se pierde en interpretaciones y juicios. No penetra, no
esclarece, no es verdaderamente vital porque no revela ni modifica la
percepción. No es la atención despierta y consciente; es la atención de
una mente atiborrada y confusa.
La mente está llena de hábitos y la fuerza que crea el hábito es enorme, y, sobre todo, muy condicionante.
Hay que aprender a borrar muchos hábitos, patrones y compartimentos
mentales para recuperar la frescura y sabiduría de la mente. Todo esto
requiere un método, porque no basta sólo con desearlo ya que los viejos
hábitos se imponen a pesar del propio deseo.
Ramiro Calle
Rosa