Cada vez más artículos, más
post, más tweets y más comentarios en todo tipo de blogs. La gente, la
común, la de la calle, lo habla como si ahora, de repente, todo el mundo
supiera a quiénes se refiere cuando los nombra.
Les llamamos “Ellos”.
Para algunos son la “Élite”; Para otro
los “Illuminati”; Los hay que prefieren llamarlos “banqueros”,
“magnates”, “conspiradores”, “Bilderbergers”… En definitiva, los apodos
son infinitos. Unos más imaginativos que otros, pero todos señalan en la
misma dirección.
La gente ya no se lo calla. Hace
demasiado tiempo que los vió venir, y ahora ya no sólo se los menciona
en internet, en los foros o en los blogs de “conspiranoicos”.
Se les menciona en la calle, en los bares, en el trayecto de los taxis, en el metro, en el trabajo…
Instintivamente sabemos que hay una especie de raza que, pese a estar compuesta por humanos, actúa como las bestias.
No importa cómo les llamemos, porque no
tienen rostro. De ellos, sólo percibimos los efectos de cuanto
planifican para la sociedad, los estados, las economías y, en
definitiva, las civilizaciones al completo.
Tampoco importa a dónde señalemos o
hacia dónde miremos, porque no dan la cara. Se esconden. Se mimetizan
tras pantallas de sistemas informáticos desde los que gobiernan. Sí,
gobiernan. Porque hoy en día, los estados ya no tienen rama ejecutiva ni
legislativa democrática y mucho menos social. Ahora se gobierna a golpe
de tecnología, dinero y poder digital.
Desplegando un mapamundi de opciones
financieras, derivados, stocks y bolsas en Oriente y Occidente, se
encargan de levantar o derrocar gobiernos títere. Revalorizan o
dinamitan monedas, industrias enteras sin importar que aquí abajo
estamos nosotros, nuestros empleos, hogares y vidas… En suma vidas.
Pero tras la pantalla de un ordenador,
en algún recóndito búnker o sala de reuniones de algún palacio a las
afueras de cualquier parte, esas vidas no tienen más significado que lo
que esas pantallas muestran: Dígitos, valores (de mercado, no éticos por
supuesto), alzas y bajas…
La maquinaria dilapidadora ha hablado:
El “Mercado” le llaman y en post de éste, que se quiten futuros,
juventudes, calidad de vida o familias. Nada importa, excepto el
siguiente segmento de industria a monopolizar; El próximo nicho de
mercado a conquistar o, mejor, la última fuente de energía por copar.
Todo eso es lo que se esconde tras el término “ELLOS”.
En frente, NOSOTROS. Es decir, todos los demás.
Todos aquellos que hemos cometido el
error de querer una vida normal y corriente, en paz. Con una familia, un
empleo, un hogar caliente y la calidad de vida que nos permita albergar
sueños e ir tras ellos. Sin molestar a nadie. Sin pisar al de al lado.
Creo en esos valores, hasta tal punto de sentirmo distinto a ELLOS.
Me repugnan, más no los odio.
No deseo combatirlos, pero me tendrán en
frente si se acercan demasiado a dichos valores de vida en los que creo
y sobre los que quiero cimentar mi día a día.
ELLOS tienen el dinero.
ELLOS tienen el poder.
ELLOS tienen sus Mercados y mercenarios.
ELLOS tienen sus riquezas, maniobras, manipulaciones y basura por cerebro.
NOSOTROS tenemos el ingenio.
NOSOTROS tenemos las ganas.
NOSOTROS tenemos la razón y el derecho a defenderla.
NOSOTROS tenemos la rebeldía, la piratería y la clandestinidad.
Porque, al igual que ellos, en sus
búnkeres, también nosotros cambiamos y luchamos con nuestros medios y en
el anonimato de la Red.
Cada uno de nosotros, de los que
comúnmente somos “uno más”: Taxistas, abogados, médicos, parados,
estudiantes, “ni-ni”, mensajeros, fontaneros, médicos… Los “cualquiera”,
resulta que cada noche, tras otra pantalla de ordenador, nos conectamos
a internet, y también expandimos las noticias que ellos no quieren que
trasciendan; Damos visibilidad a lo que quieren mantener oculto;
Aprendemos, investigamos, compartimos, copiamos, bajamos… molestamos y
hacemos daño a aquellos para los que todo tiene un precio.
De modo que te invito (seas quién seas),
si estás leyendo esto, te invito a que seas dos personas: Una durante
el día. Haz tu trabajo, sostén a tu familia, encárgate de tus asuntos,
vive en paz y, en definitiva, ocupa tu lugar en la sociedad. Pero
asegúrate también de tener un alter ego (un “otro tú”), que en la medida
que pueda, se lo ponga difícil a ELLOS.
Desde tus posibilidades, haz todo
aquello que pone en peligro sus planes y dinamita la base de sus
movimientos, porque tienes más fuerza de la que crees y hay mucha más
gente, como tú, ahí fuera, de la que te imaginas.
Gente que, gracias a internet, difunde
noticias que los medios de comunicación de masas nunca transmitirán;
Gente que libera información y comparte conocimientos; Gente activista
que ayuda a quienes menos tienen, que colabora, que habla otro idioma
que no es el del “Mercado” y que enseña cómo hacer gratis aquello que
cuesta dinero; Que copia y regala; Que libera tecnología y, lo que es
más importante, mentes.
Debes ser esas dos personas, para que
ELLOS sigan creyendo que eres un número más, un dígito como cualquier
otro en sus pantallas de sistemas monopolísticos. Y que nunca imaginen
que, en ti, también hay un revolucionario, un rebelde, un antisistema,
un opositor que no se lo pondrá fácil.
Sólo así, sumando esfuerzos
individuales, podemos marcar una diferencia. No ya por nosotros, sino
por los que verdaderamente importan: Los que vendrán detrás y que no se
merecen el mundo que estos animales quieren imponer.
No importa cómo los llames. Son ELLOS.
Tampoco importa cómo te llames tú, que lees estas líneas. Eres NOSOTROS.
Nos veremos por los callejones de la Red.
Saludos.
Escrito por nuestro colaborador Alquimista
Periodismo Alternativo