Los
desequilibrios en el organismo suelen ir acompañados por la aparición
de zonas o puntos dolorosos. Algunos se encuentran directamente sobre la
zona afectada y otros en lugares alejados porque a veces regiones
distantes del cuerpo están vinculadas (son las llamadas zonas reflejas).
Frotar y ejercer presión sobre estos puntos tiene efectos positivos.
Las técnicas de automasaje suelen centrarse en las zonas reflejas de
manos, orejas y pies, donde se encuentran representados todos los
órganos y sistemas fisiológicos.
1. Masaje de orejas.
A
los cinco minutos de estar haciéndose un masaje de orejas se siente
cómo se calientan. La causa es el incremento de flujo sanguíneo en la
zona. Los chinos dice que "cuando la sangre aumenta en una zona, la
energía -chi- también lo hace". Además los oídos están densamente
inervados. Estos dos factores favorecen que el estímulo de los puntos
reflejos que se encuentran en el pabellón auditivo sea especialmente
intenso.
El masaje de orejas comienza con una presión moderada
sobre ambos lados de los pabellones. Mientras se frota hay que estar
atento a las zonas más sensibles, más dolorosas, para insistir en ellas
con una un masaje más intenso.
No cabe esperar resultados
espectaculares a corto plazo, pero sí en el transcurso de semanas o
meses. No obstante, es posible que durante los masajes se descubran
puntos que producen un efecto inmediato. No es extraño que un dolor
crónico e intenso desaparezca o se alivie después de presionar
determinado punto en las orejas.
2. Automasaje de pies
Los
dedos y la zona de apoyo delantera se corresponden con la parte
superior del cuerpo. El puente es el reflejo del torso, mientras que el
talón se relaciona con la mitad inferior del cuerpo. Como es sabido,
existen gráficos donde se explica la correspondencia de cada centímetro
del pie, pero no es necesario aprendérselos para realizar el masaje ni
para que éste sea eficaz. Simplemente hay que hacer un masaje enérgico
-preferentemente con los pulgares- y trabajar especialmente las zonas
blandas y las dolorosas. Conviene que la presión ejercida vaya de menos a
más. Así se estimulan los órganos, las glándulas, los tejidos y los
sistema fisiológicos para que funcionen correctamente. Aunque la zona
que debe recibir el masaje más intenso es la planta, no hay que
descuidar el empeine y la articulación.
3. Automasaje de manos
La
técnica es básicamente la misma que en el automasaje de pies. La
principal diferencia es que mucho más sencillo hacerse el masaje en las
manos: se puede hacer prácticamente en cualquier lugar y situación. Como
ocurre con los pies, también existen mapas de la medicina tradicional
china que relacionan zonas de las manos con diferentes partes del resto
del cuerpo. Y el masaje es igualmente sencillo. La presión se aplica de
manera firme, deteniéndose en las zonas blandas.
El Correo Del Sol