Si el otro día veíamos el triste destino que sufrió el singular palacete que José Xifré Downing hizo construir en el madrileño paseo del Prado, la historia de hoy también guarda relación con un edificio un tanto exótico, y que en este caso está rodeado de cierto halo de misterio.
Me estoy refiriendo al Templo Masónico de Santa Cruz de Tenerife, que todavía se encuentra en la céntrica calle de San Lucas. Este edificio perteneció a una de las logias locales, denominada Añaza, y fue construido entre 1899 y 1904 por el arquitecto municipal Manuel de Cámara quien, a pesar de las peculiares características del recinto, no era masón.
Según Sebastián Hernández, profesor de Historia del Arte en la Universidad de Las Palmas, en un principio las 'tenidas' (así se denominan las reuniones masónicas) tenían lugar en los domicilios de distintos miembros de las logias, que habilitaban alguna dependencia para la celebración de las mismas.
Esfinges de estilo egipcio en la fachada del templo | Crédito: Wikipedia.
Con el tiempo, sin embargo, se construyeron dos edificios destinados de forma específica para la celebracióno en Madrid, pero la llegada de la guerra y la dictadura puso fin a dichos planes.
de las reuniones. Uno de ellos fue el construido por la logia Tinerfe nº 114 y el otro, el que nos ocupa, lo levantó la logia Añaza. El templo de la logia Tinerfe se encontraba en un inmueble de la calle San Felipe Neri, pero hoy no queda rastro alguno de él.
Además de la evidente singularidad de su decoración exterior —con unas llamativas esfinges y motivos alusivos al Antiguo Egipto—, el templo de la calle San Lucas resulta de gran importancia para los historiadores, pues es el único edificio de estas características que se conserva hoy en España.
Sí existen templos que se habilitaron después de que la masonería volviera a la legalidad con la llegada de la Transición democrática, pero no se conserva ninguno más construido con tal fin cuyo origen se remonte a antes de la Guerra Civil.
Décadas atrás había algunos más, como los existentes en Gijón, Las Palmas o Reus, pero por desgracia fueron derribados hace años. También se conserva documentación sobre la existencia de un proyecto para edificar un
Hay que tener en cuenta que en España la masonería —a diferencia de lo que sucede en Francia, Inglaterra, Estados Unidos y otros países, donde es bien aceptada y apreciada—, todavía es vista con ciertos recelos, una consecuencia de la persecución que sufrió durante la dictadura franquista, y que obligó a las distintas logias y a sus miembros a vivir en la clandestinidad o a exiliarse.
En el caso del templo tinerfeño el edificio pasó a manos del ejército, convirtiéndose en una farmacia militar y con los años acabó en desuso. Hace algunos años el Ayuntamiento de Santa Cruz adquirió el inmueble, con la intención de restaurarlo y ubicar en él un museo sobre la masonería, de forma que todo el mundo pudiera conocer esta pieza singular de nuestro patrimonio.
Por desgracia esta medida parece haber quedado en suspenso, y el antiguo templo masónico, con sus intrigantes esfinges flanqueando su fachada, siguen sin recibir la llegada de nuevos visitantes.