PREGUNTAS Y RESPUESTAS ESPIRITUALES
Parte VI
Prof. G. Venkataraman
Un afectuoso Sai Ram y saludos desde Prasanthi Nilayam.
Bienvenidos una vez más a nuestro círculo de estudios radial, durante el
cual respondo a sus preguntas.
Hoy tengo al menos tres preguntas frente a mí y, con suerte podría manejar
unas pocas más; veamos como nos va.
Entretanto en verdad espero que se beneficien con este programa especial nuestro.
El correo nos trae hoy tres preguntas que son las siguientes:
1.- ¿Cómo podemos desarrollar un buen carácter?
2.- ¿Qué es lo mejor, llevar a cabo prácticas espirituales o cumplir con el deber de uno?
3.- ¿Cuál es el propósito principal de la vida?
Pregunta 1:
¿Cómo podemos desarrollar un buen carácter?
Respuesta:
A diferencia de programas anteriores, esta vez las preguntas no están especialmente ligadas, al menos eso es lo que pienso. Eso, no obstante, ¡no significa que no sean importantes! En verdad, esta primera pregunta viene a ser muy vital en las circunstancias actuales, de modo que la abordaré primero.
¿Qué es el carácter? Por cierto que esta palabra 'carácter' puede ser descrita de muchas maneras, mas haré lo posible por describir lo que uno normalmente esperaría de una persona de buen carácter. Ante todo y en primer lugar, esperaríamos que esa persona sea honesta y veraz, que siempre cumpliera la palabra dada, que nunca cayera en prácticas fraudulentas etc.
En general, tenemos un entendimiento intuitivo de lo que se supone que una persona de buen carácter debiera ser – no hay problema con esto. Y, a propósito, sea lo que sea, buen carácter significa buen carácter y nada más, y su descripción debiera valer para gentes de todos los credos e incluso para los ateos.
En la primera pregunta, el cuestionador quiere saber como desarrollar un buen carácter. Esto significa implícitamente que el carácter se desarrolla sobre algo, una base: es claro que esa base habrá de ser firme y no débil, ya que de lo contrario, bajo circunstancias difíciles y que lo pongan a uno a prueba, el supuesto buen carácter podría abandonar a la persona. En verdad, la constancia y la adhesión sin compromisos a los principios básicos es una de las características de una persona de buen carácter.
La interrogante se vuelve ahora hacia la base: ¿cómo construir la base? Puede que les sorprenda saber que en realidad no tenemos que establecer ningún fundamento, ¡porque ya está! ¿Cómo puede ser eso? ¿Cómo puede haber llegado a existir sin ningún esfuerzo? Ninguna casa obtiene sus bases así no más, alguien tiene que hacer los cimientos. Muy cierto; en este caso es el Buen Señor el que ya lo ha hecho por nosotros. Quiero decir que Él montó los cimientos. Estoy seguro que se sienten confundidos, de modo que déjenme que les explique lo que quiero decir.
Permítanme ponerlo de la siguiente manera. Todos hemos oído a Swami decirnos repetidamente que somos Encarnaciones de lo Divino. Swami también nos ha dicho que Sathya, Dharma, Shanti, Prema y Ahimsa son los eternos y fundamentales valores insertos en todos y cada uno de nosotros, cuando somos enviados a este mundo para comenzar nuestro trayecto a través de la vida. Estos valores fundamentales codificados dentro de nosotros son, de hecho, el Sello de la Divinidad latente en nosotros.
De modo que mi primer punto es: no necesitamos molestarnos por establecer una base; ella ya está ahí y, créanlo o no, Dios mismo la ha establecido. Y permítanme recordarles una vez más que la base consiste de los cinco valores humanos fundamentales mencionados algo más arriba. Buen Carácter es el nombre de la superestructura de la conducta que se levanta sobre estos valores.
La pregunta se vuelve entonces: "Si ya tenemos un cimiento que, de hecho nos ha sido dado por Dios Mismo, ¿por qué entonces parece tan difícil desarrollar un buen carácter?" Ahora bien, esa es una buena pregunta y necesita alguna discusión.
Digamos que han comprado un sitio que le pertenecía antes a otro, y que el anterior dueño había construido ya los cimientos para la casa que quería levantar. No obstante, no pudo hacerlo y, por distintas razones les vendió el terreno a ustedes con sólo los cimientos. Son ahora los dueños y, mirando los cimientos, se dícen para sí mismos, "Vaya, me gusta esta disposición y, tal vez, construiré sobre ella la casa de mis sueños."
Eso está bien. Tienen un terreno y también una buena base, mas ¿qué sucedería si el individuo que les construya la casa usa métodos fuera de norma y les entrega una casa con defectos por todos lados? Por cierto que se meterían en todo tipo de problemas. Hay grandes filtraciones en los muros cuando llueve, el techo gotea, la instalación eléctrica es defectuosa, las salas de baño no funcionan etc.
Lo que esto nos indica es que si queremos una buena casa, no sólo debemos tener buenos cimientos, sino
también asegurarnos que la estructura que se construya sobre ellos sea de buena calidad y resistente. Esto significa también que uno deberá usar los correctos materiales de construcción, seguir los adecuados procedimientos
de edificación y tomar todas las precauciones necesarias mientras se levanta la casa.
Translademos estas lecciones desde este ejemplo ilustrativo a la discusión acerca del desarrollo del carácter. Mucha gente – y esto incluye tanto a los padres como a algunos docentes – piensan que el buen carácter puede ser instilado simplemente a través de la insistencia y diciendo, "Oigan niños, deben decir siempre la verdad y nunca deben engañar" y cosas por el estilo. Sí, la insistencia es una parte esencial de la formación en general y no puede abandonarse. Sin embargo, la mera insistencia NO basta por sí sola. Y, en ese caso ¿qué más se requiere?
Los niños deberán ser expuestos, lenta pero seguramente, al hecho de que los fundamentos del buen carácter ya están latentes en ellos, habiendo sido insertos por Dios con mucha antelación y precavidamente. Los mayores podrían tal vez decir, "Queridos niños, ¿saben que Dios les ha enviado a vivir en la tierra con una caja llena de preciosas joyas y adornos? Estos se llaman Sathya, Dharma etc.. Dios se sentiría muy complacido si los usaran. Asegúrense de mantener bien estos dones de Dios. Deben ser pulidos y su brillo y lustre deben ser visibles", u otras indicaciones por el estilo.
Yo no estoy inventando esto. Hace muchos años, conocí a un devoto del Brasil quien estaba estrechamente vinculado a la educación en el país. Me contó de un interesante incidente en una escuela que había adoptado el enfoque de la EVH (Educación en Valores Humanos) en su sistema. En una clase, había al parecer un niño que era un espanto; inteligente, aunque muy indisciplinado y constante creador de problemas.
La maestra intentó todo lo posible, pero el muchacho era simplemente demasiado difícil de manejar. Un dia, justo antes de la clase de sentarse en silencio, la maestra llamó al niño para que se le acercara y le susurró algo al oído. Ese día, el muchacho se sentó en silencio y no hizo ni el más leve ruido. Y no solamente eso, sino que a partir de entonces, su actitud cambió por completo, y pronto, ¡no sólo se convirtió en el niño ideal en su escuela, sino en un ícono nacional! ¡Imaginen eso!
Cuando lo supe, me invadió la curiosidad y me moría por saber qué mantra mágico le había susurrado al oído la maestra. Se lo pregunté a mi invitado brasileño y, con una sonrisa, replicó, "La profesora le dijo suavemente al niño, 'Niño, todos piensan que eres un chico malo; yo sé que eso es absolutamente falso. ¡Simplemente muéstrales lo bueno y maravilloso que eres y haz que se avergüencen!"
¡Eso funcionó! Y bien, ¿cómo fue que este chico revoltoso fue capaz de volverse tan disciplinado? Porque sin saberlo, silenciosamente extrajo lo necesario de la enorme reserva de bondad latente en su interior. En pocas palabras, trajo consigo lo que ya llevaba dentro – a eso es a lo que realmente se reduce el desarrollo del carácter ; el sacar a luz y hacer patente lo que ya se halla latente en el interior, lo que ya ha sido puesto por Dios Mismo como Su amoroso don para nosotros.
Permitan que agregue enfáticamente que Dios no envía a ningún ser humano a este mundo sin este tesoro. Es un asunto diferente el que la gente se mantenga ignorante o sea indiferente al respecto, aunque sepan del tesoro que llevan dentro.
De modo que el punto estriba realmente en que el primer paso en el desarrollo del carácter para todos y cada uno de nosotros, es el darnos cuenta, el realizar, que DE HECHO, SOMOS INTRÍNSECAMENTE DIVINOS, aunque nuestra apariencia externa pueda no indicarlo. No obstante, con algo de vigoroso "restregar y pulir", más de una persona "mala" se ha virado por completo como para que exista el dicho que 'el pecador de ayer es el santo de hoy y que el pecador de hoy será el santo de mañana'. Este 'restregar' como lo llamo es de lo que se trata el Sadhana.
Entiendan, por favor, que lo que acabo de señalar no es trivial. En el contexto de la situación actual, cuando las cárceles en la mayoría de los países están sobrepobladas y los estados invierten ingentes sumas en la construcción de nuevas prisiones y en mantener a los prisioneros a expensas de los contribuyentes, son pocos los que se dan cuenta que miles de reos podrían ser fácilmente rehabilitados para volver a la Sociedad, con que sólo entreguemos algo de tiempo preocupándonos de ellos, demostrándoles amor y compasión, y tratando con ellos humanamente en lugar de mirarlos como animales. Si tomáramos en serio la Chispa Divina en todos y en cada uno, el mundo se convertiría en un lugar mejor.
... el desarrollo del carácter se reduce a: sacar a luz y hacer patente lo que
ya es latente en el interior, lo que ya ha sido puesto allí por Dios Mismo como Su amoroso don.
Incidentalmente, no estoy diciendo disparates. Alguien no menor que Kiran Bedi, la máxima mujer policía de la India como la describen a menudo los diarios [ahora retirada, y ganadora del Premio Magsaysay], fue puesta a cargo, en una ocasión, de la Tihar Jail, que me atrevo a decir es la cárcel más famosa de la India, ubicaba en Delhi, la capital. Construida para albergar a 4.000 prisioneros, tenía una población penal de 14.000 cuando Kiran Bedi se hizo cargo, entre los que había terroristas, asesinos convictos y todo tipo de matones.
Se trataba de un trabajo horrible, mas durante su período, Kiran Bedi se las arregló para introducir una atmósfera espiritual que incluía bhajans y todo eso. Hasta que Bedi llegara, nunca nadie había soñado que bajo toda esa caparazón de rudeza externa podía haber algo de bondad adentro. Kiran Bedi demostró que esta bondad latente podía ser captada como para llevar algo de paz a un ambiente por lo demás difícil.
Para redondear mi respuesta a la pregunta con la que comenzara, permítanme concretarla ahora reformulándola como un procedimiento paso a paso:
Paso 1: Reconéctense con el Dios interno; recuerden que Swami está adentro de ustedes y siempre con ustedes, no como un policía que los vigila con ojo avizor, sino como su amigo, siempre dispuesto a ayudarles. De modo que mantengan esa línea directa siempre abierta.
Paso 2: Esa línea directa estará funcionando perfectamente y siempre disponible, si se mantienen cantando
Su Nombre. Cantar el Nombre es como llamar a Dios por la línea directa y decir, "Sai Ram Dios, estoy simplemente probando. ¿Me escuchas?" Y Él responderá, "¡Fuerte y claro!
Paso 3: Asegúrense que, sea lo que fuere que hagan, ello Le complacerá.
¿Cómo asegurarlo? Swami Mismo ha dado la receta; dice:
Estoy seguro que resultará. Finalmente permitan que les recuerde un antiguo dicho, según el cual, ¡el carácter es lo que hacen cuando nadie está mirando! Muy bien, puede que ningún humano esté mirando y que tampoco haya una cámara de vigilancia; mas siempre hay alguien mirando y ese alguien es Dios.
¿Cómo es eso que Dios está en todas partes y es capaz de mirar a toda la gente en todo momento? Muy simple – Dios se instala Él Mismo en cada uno, lo que hace muy fácil para Él de enterarse de lo que hacemos. Es así que, si realmente amamos a Dios y realmente entendemos que Él nos está observando a cada segundo, ¡comenzaríamos a resonar tanto con Él, que el buen carácter nos llegaría de la manera más natural!
Como ven, no es en absoluto difícil, siempre que hagamos un genuino intento. Incidentalmente, si fueran un profesor o un padre, o ambas cosas, asegúrense que quienes estén a su cuidado tengan buenos fundamentos para amar a Dios, porque si los tienen, repudiarían de manera automática el hacer cualquier cosa que le disguste a Dios. Y si les ponen sobre esa huella, el carácter emerge de manera automática.
Abordo ahora la segunda pregunta que es:
Pregunta 2:
¿Qué es mejor, llevar a cabo prácticas espirituales o cumplir con el deber de uno?
Respuesta:
Esta pregunta la encuentro algo abstrusa, porque el término 'prácticas espirituales' no se define. Como sea, interpretándolo como lo hace normalmente la gente, procederé a responder la pregunta. Ante todo, como primera cosa, permítanme declarar enfáticamente que el cumplir con el deber de uno, de la manera correcta y con el verdadero espíritu, es, de hecho, la primerísima entre las así llamadas prácticas Espirituales. En este contexto recuerdo un emocionante discurso que pronunciara Swami en marzo de 1999, cuando hacía una breve visita a Delhi, después de cerca de dieciocho años de no haber ido allá, hablándole a una gran multitud frente al Centro Internacional Sri Sathya Sai que había sido recién bendecido por Él – y la muchedumbre no sólo incluía luminarias como el Primer Ministro, sino también a cientos de funcionarios gubernamentales. Swami dijo: "La gente piensa que uno debe hacer seva con el objeto de redimirse. Sí, el Seva es en verdad un muy buen Sadhana espiritual, porque les purifica. No obstante, no imaginen que tienen que tomar una escoba y barrer la calle de una aldea para hacer Seva. Si, por otra parte, llevan a cabo conscienzudamente el trabajo para el cual han sido designados y por el que se les paga, eso mismo sería un gran Seva."
Yo estaba presente cuando Swami pronunció esas palabras, las que me produjeron un efecto electrizante. ¿Saben por qué? Porque por décadas había visto como miles de funcionarios públicos consideraban como asunto de su derecho, no sólo el desperdiciar su tiempo y hacer su trabajo ya sea de manera muy informal o no hacerlo en absoluto. Allá por los años cincuenta, cuando los valores aún eran considerados importantes en cada hogar, la gente trabajaba empeñosamente, ya sea en las escuelas, los hospitales, las oficinas o donde fuera.
Subsecuentemente, sin embargo, se produjo una masiva degeneración en la vida pública [gracias a muchos factores, tanto globales como locales], la cultura del trabajo se deterioró rápidamente, y las gentes comenzaron a olvidar que existían obligaciones y deberes que uno había de cumplir. Entre paréntesis, en tiempos pretéritos, se consideraba al deber como primordial, no sólo en la India en donde se atesoraba como Karma Yoga, sino también en Occidente. De hecho, en Londres hay una estatua de Lord Nelson, quien fuera famoso, entre otras cosas, por su declaración, "Inglaterra espera que cada hombre cumpla con su deber." Y no olvidemos que todo el Gita no es más que acerca del deber.
Todo esto puede que deje insatisfecho a nuestro interrogador. Por lo tanto, permítanme agregar algunas notas de pie de página. Deber es una palabra que a veces es interpretada en un sentido estrecho; por ende, dejen que use a cambio la palabra 'responsabilidad', que incluye a la palabra deber. Visto en este sentido, tenemos muchas responsabilidades y el hacer el trabajo que nos haya asignado nuestro empleador [que es como se interpreta a veces la palabra deber] se convierte en sólo una pequeña parte de las responsabilidades generales de uno.
Los antiguos de la India estipularon muchas de tales rsponsabilidades que incluían las obligaciones de uno para con sus ancestros, sus padres, para con la sociedad, para con la Naturaleza y así sucesivamente. Y existían rituales asociados con todas ellas; de modo que en los días de antaño [cuando la vida era muy diferente] el cumplir con un deber significaba también llevar a cabo todos los rituales estipulados y prescritos.
Los tiempos han cambiado y hemos de adaptarnos, mas sólo después de mantener intacto el principio básico. Es así que cuando uno tiene, digamos, un padre enfermo, uno se siente dividido entre atenderlo o llevar a cabo a tiempo el puja o adoración ritual diaria en el altar familiar. La elección de Dios es clara: Él diría [como lo hiciera via la famosa historia de Pundalika], sirve a tu padre pensando que tu padre soy Yo; eso es mejor que adorar a un ídolo pensando que soy Yo. Es aquí en donde entran el hacer la elección correcta, el ejercicio de la discriminación adecuada o el uso del buddhi, como Swami lo expresaría.
En resumen, si uno pensara en adoración ritual como práctica Espiritual, les diría que sigan a Swami
quien nos aconseja que elevemos al trabajo mismo a la adoración; eso, incidentalmente, también es la esencia del Karma Yoga, una de las piedras angulares del Gita. Espero haber logrado dejar en claro el punto.
Esto me lleva a la última pregunta para hoy, que es:
Pregunta 3:
¿Cuál es el principal propósito de la vida?
Respuesta:
En realidad, hice yo mismo esta pregunta en una transmisión anterior, aunque como tal no se había planteado antes. También la respondí. No voy a repetir todo lo que dijera. No obstante, puesto que la pregunta ha sido formalmente planteada, estoy obligado a dar una respuesta, a lo que me aboco ahora, brevemente.
Básicamente, Dios da vida en la forma humana para que hagamos uso de esa vida para volver a Dios. Como Swami nos ha dicho, de Dios venimos y a Dios hemos de retornar. Es algo así como el ciclo del agua. Como todos sabemos, debido al calor irradiado por el Sol, el agua en los océanos se evapora y como primer paso, se eleva el forma de vapor de agua.
En la atmósfera superior, este vapor se convierte en nubes las cuales son llevadas tierra adentro por los vientos. Cuando las nubes encuentran montañas altas y la temperatura apropiada, comienzan a caer como lluvia, y entonces esta agua fluye por las quebradas y riachuelos hacia las regiones más bajas.
Parte del agua fluye directamente hacia los ríos y luego hacia el mar completando el ciclo. El agua restante se queda atrapada en lagos y lagunas o simplemente se sume en el terreno en donde a menudo se acumula para formar acuíferos o napas subterráneas.
Esta agua así atrapada, por supuesto que nos es muy útil. A su debido tiempo esta agua, que estuviera atrapada en un momento, encuentra lentamente una u otra ruta para volver al mar, completando así su ciclo, aunque de manera demorada.
Lo mismo vale para los humanos; nacen, mueren cuando han completado sus vidas, nacen de nuevo, mueren de nuevo y así siguen. Este ciclo llega a converger lentamente sólo cuando los humanos hacen el esfuerzo por aumentar su pureza espiritual; será úncamente cuando los humanos se hagan puros que puedan fundirse de vuelta con Dios y escapar de este modo al recurrente ciclo de nacimiento y muerte. Por ende, si uno quisiera volver rápidamente a Dios – y a eso es lo que todos debieran apuntar – entonces la vida debiera aplicarse en gran medida a eliminar la contaminación espiritual adquirida a lo largo de todos los nacimientos previos.
En breve, el propósito de la vida es hacer todo lo que podamos para vivir de una manera tal
que pueda ponerle fin al recurrente ciclo de nacimiento y muerte
para fundirnos de una vez y para siempre en Dios.
Como dice Swami, los humanos nacen como para que puedan no nacer de nuevo, y cuando mueren deberá ser la realmente la última vez que lo hagan. Incidentalmente, los animales no pueden lograr esto [salvo tal vez en casos excepcionales]; los humanos sí lo pueden, porque se les ha dada la capacidad de conocer a Dios y de anhelarlo.
¡Pienso que he dicho lo suficiente y también que les he dado bastante en que pensar! De modo que tal vez debiera terminar aquí, con la esperanza que les haya gustado lo que oyeran y piensen en reunirse de nuevo conmigo la semana próxima a la misma hora, para continuar con estas preguntas y respuestas. Hasta entonces, les deseo lo mejor.
Jai Sai Ram.
(continuará ... )
oo—oo—oo—oo—oo—oo—oo
Traducido por Herta Pfeifer
junio, 2009