Día 27
Nacimiento de Sai Baba de Shirdi
“Si se escriben Mis lilas, la ignorancia desaparecerá y si son escuchados con atención y devoción, la conciencia de la existencia mundana se reducirá y fuertes olas de devoción y amor se elevarán; si el hombre se hunde profundamente en Mis lilas, obtendrá preciosas joyas de conocimiento".
La personalidad de Sai Baba
Él conquistó esta existencia mundana que es muy difícil y dura de atravesar. La paz y calma mental eran Sus virtudes. El constituía un repositorio de sabiduría. Era el hogar de devotos vaishnavas (devotos de Vishnu), el más liberal (como Karna) entre los liberales, la quintaesencia de todas las esencias. No tenía amor por las cosas perecederas y estaba siempre absorto en la autorrealización, Su único interés. No sentía ningún placer por las cosas de este mundo ni por las del más allá. Su corazón era tan claro como un espejo y Su palabra siempre derramaba néctar. Ricos o pobres eran iguales para Él. No sabía ni se preocupaba por el honor o el deshonor. Era el Señor de todos los seres. Hablaba libremente y se mezclaba con todas las personas, veía las actuaciones y danzas de las bayaderas y escuchaba cantos devocionales. Aun así, no se desviaba ni un ápice de su equilibrio mental (samadhi). El nombre de Alá estaba siempre en sus labios. Cuando se despertaba el mundo, El dormía; mientras el mundo dormía, Él estaba en vigilia. Su abdomen (Su interior) era tan calmo como el mar profundo. Su Ashram no estaba delimitado ni Sus acciones podían ser definitivamente determinadas y aunque se asentó en un sólo lugar, conocía todos los sucesos del mundo. Su corte era imponente. Contaba cientos de historias a diario, pero aun así, no se movía ni un centímetro de su voto de silencio. Siempre se apoyaba contra la pared de la Mezquita o caminaba mañana, mediodía y tarde hacia el Jardín de Lendi, el riachuelo o la Chavadi (lugar santo) pero en todo momento moraba en el Ser. A pesar de ser un siddha, es decir, una persona con poderes, actuaba como un aspirante. Era manso, humilde, carecía de ego y complacía a todos. Así era Sai Baba, y debido a que el suelo de Shirdi fue pisado por Sus pies, es que ese pueblo logró extraordinaria importancia. Al igual que Jñaneshvar elevó a Alandi, Ekanath a Paithan, así Sai Baba elevó a Shirdi. Benditas son las hojas de grama y las piedras de Shirdi, pues pudieron fácilmente besar los Sagrados Pies de Sai Baba y echar el polvo de los mismos sobre Su cabeza. Shirdi se volvió para nosotros, los devotos, otro Pandharpur, Jagannath, Dvaraka, Benares (Kashi) y Rameshvara, Badrikedar, Nasik y Tryambakeshvara, Ujjain, Maha kaleshvar o Mahabaleshvar Gokarn. El contacto con Sai Baba en Shirdi era nuestro Veda y Tantra; aquietaba nuestra conciencia del mundo y hacía fácil nuestra autorrealización. El darshan de Sri Sai era nuestra práctica de yoga, y el hablar con El removía nuestros pecados. Lavar y darle un masaje a sus piernas era nuestro baño en la conjunción de los tres ríos en Prayag; beber el agua sagrada de Sus pies destruía nuestros deseos.
Su mandato para nosotros eran los Vedas y el aceptar y comer Su ceniza sagrada (udi) y Su prasad resultaba purificador. El era nuestro Sri Krishna y Sri Rama que nos daba solaz y nuestra Realidad Absoluta (Parabrahtna). El mismo estaba más allá de los pares de opuestos, nunca abatido ni exaltado sino siempre absorto en Su Ser como Existencia, Conocimiento y Bienaventuranza. Shirdi era Su centro, pero Su campo de acción se extendía muy lejos, al Punjab, a Calcuta, al Norte de la India, a Gujarat, al Deccan y Canará. Así la fama de Sai Baba se expandió a lo largo y ancho y gentes de todas partes venían para recibir Su darshan y bendiciones. Por el mero darshan, las mentes de las personas, así fueran puras o impuras, se aquietaban de inmediato. Tenían aquí la clase de felicidad sin par que los devotos recibían en Pandharpur al ver al Vitthala Rakhumai. Esto no es una exageración.
La vida de Sai Baba es tan vasta y profunda como el océano infinito y todos pueden sumergirse en ella y sacar preciosas gemas (de conocimiento y devoción) y distribuirlas al público aspirante. Las historias, parábolas y enseñanzas de Sai Baba son verdaderamente maravillosas. Darán paz y felicidad a las personas que están afligidas por dolores y pesadas cargas de miserias en esta existencia mundana, y también pueden otorgar conocimiento y sabiduría tanto sobre el dominio de lo mundano como de lo espiritual. Si escuchan y meditan acerca de estas enseñanzas de Sai Baba, que son tan interesantes e instructivas como las védicas, los devotos obtendrán lo que anhelan, a saber. la unión con Brahman, el dominio del yoga óctuple, la bienaventuranza de la meditación y otras más.
La descripción de la fama pura de Baba y el escuchar acerca de ella con amor destruyen los pecados de los devotos y, por lo tanto, esta es la práctica espiritual más sencilla para lograr la salvación. La práctica espiritual para la Edad de Krita (Edad de Oro) fue la tranquilidad de mente y cuerpo, para la Edad de Treta (la de Plata), el sacrificio, para la de Dvapara (la de Bronce), la adoración y para la Edad de Kali (la de Hierro, la actual), es el cantar el nombre y la gloria del Señor. Esta última práctica está abierta a todas las personas de las cuatro castas (los brahmines, encargados del conocimiento; los kshatriyas, guerreros encargados de la protección; los comerciantes; y los shudras, encargados de los trabajos menores). Las otras prácticas, a saber: el yoga, el sacrificio (yaga), la meditación (dhyana) y la concentración (dharana) son muy difíciles de practicar, pero el cantar y escuchar las historias y la gloria del Señor Sai Baba son muy fáciles. Sólo tenemos que volver nuestra atención hacia ellas. Escuchar y cantar las historias removerán el apego a los sentidos y a sus objetos, volverán desapasionados a los devotos y, finalmente, los llevarán a la autorrealización.
"Algo después de 1910 fui una mañana a la Mezquita en Shirdi para recibir el darshan de Sai Baba. Me quedé asombrado al ver el siguiente fenómeno. Después de lavarse la boca y la cara, Sai Baba comenzó a hacer preparativos para moler trigo. Extendió una bolsa sobre el piso y encima colocó un molino manual. Tomó una cantidad de trigo de un cedazo y luego, recogiendo hacia arriba las mangas de Su kafni, agarró la manilla del molino y empezó a moler el trigo, poniendo unos puñados de trigo en la apertura superior del molino y haciéndolo girar. Pensé: "¿Qué cosa se propone Baba con esa molienda de trigo si Él no posee nada, ni almacena nada y vive de limosnas'?". Algunos que se habían reunido allí pensaban lo mismo, pero nadie tuvo el valor de preguntarle qué estaba haciendo. Inmediatamente, esta novedad de Baba moliendo trigo se expandió por el pueblo y, a la vez, hombres y mujeres corrieron a la Mezquita y se reunieron para ver el espectáculo. Cuatro mujeres de las más osadas de entre la gente, forzaron su paso y empujando a Baba a un lado, tomaron a la fuerza el mango de Sus manos y cantando los lilas de Baba, empezaron a moler. Primero, Baba se enojó, pero viendo el amor y la devoción de las mujeres, se complació mucho y empezó a sonreír. Mientras iban moliendo, empezaron a pensar que Baba no tenía casa ni propiedad, ni niños ni nadie que lo cuidara y que como El vivía de limosnas, no requería ninguna harina de trigo para hacer pan o rotis (especie de tortas de harina frita), ¿qué va a hacer Él con esta gran cantidad de harina? Quizás Baba, en Su bondad, va a distribuir la harina entre nosotros. Pensando de esta manera y cantando, terminaron la molienda y poniendo el molino manual a un lado, dividieron la harina en cuatro porciones y empezaron a llevárselas, una a una. Baba, quien había estado calmado y quieto hasta entonces, se puso violento y empezó a insultarlas diciendo: "¡Mujeres! ¿se han vuelto locas? ¿La propiedad de qué padre están saqueando? ¿Les he pedido prestado algún trigo a ustedes para que puedan llevarse alguna harina, así de fácil? Ahora, por favor, hagan esto. Tomen la harina y tírenla en los límites del pueblo." Oyendo esto, las mujeres se sintieron avergonzadas y murmurando entre sí se fueron a las afueras del pueblo y esparcieron la harina como lo había indicado Baba.
Yo le pregunté a la gente de Shirdi, qué era esto que Baba había hecho. Me respondieron que una epidemia de cólera se estaba expandiendo por el pueblo y que ese era el remedio de Baba en contra de ella; no era el trigo que El había molido sino el cólera mismo, al que había triturado y echado del pueblo. A partir de ese momento, la epidemia de cólera disminuyó y la gente del pueblo estuvo feliz. Me contenté mucho de saber todo, esto pero al mismo tiempo mi curiosidad había sido despertada. Empecé a preguntarme: "¿Qué conexión terrenal puede haber entre la harina de trigo y el cólera? ¿Cuál era la relación causal entre los dos y cómo reconciliarlas?” El incidente parecía inexplicable. Debería escribir algo sobre esto y cantar a mis anchas los dulces lilas de Baba. Pensando de esta manera acerca de este lila, mi corazón se llenó de alegría y así fui inspirado a escribir la Vida de Baba.
Significado filosófico de la molienda
Sai Baba vivió en Shirdi por más o menos sesenta años y durante ese largo período, llevó a cabo la actividad de moler casi a diario no sólo trigo, sino los pecados, las aflicciones mentales y físicas y las miserias de sus innumerables devotos. Las dos piedras de Su molino consistían en la acción (karma) y la devoción (bhakti), siendo la primera la piedra inferior y la segunda, la superior. El mango con el cual Baba accionaba el molino era el conocimiento (jñana). Era firme convicción de Baba que el conocimiento o la autorrealización no eran posibles a menos que hubiera el acto previo de moler todos nuestros impulsos, deseos, pecados y los tres gunas, a saber: sattva (lo bueno), rajas (lo activo, apasionado) y tamas (lo inerte) y (ahamkara) el egotismo que es tan sutil y, por lo tanto, tan difícil para que uno se libre.
“La vida de Sai Baba de Shirdi”, de NAGESH VASUDEV GUNAJI