Dulce Amor de mi vida...
Sé que me echas de menos. Es normal. Pero, cariñito, no llores ni te entristezcas, porque yo, desde aquí, voy a cuidarte y a seguir mandándote todo mi amor.
Mi querida esposa, llegaste a mi vida cuando ya las continuas enfermedades habían empezado a hacer mella en mí, y con tu belleza, tu alegría, tu inteligencia, tu gracia, y todo ese cúmulo de virtudes que te adornan, me devolviste las ganas de vivir e hiciste de mí un gato nuevo.
Nuestra boda fué lo más hermoso que un gato puede soñar... Nuestra Luna de Miel, pese a las interrupciones por culpa de mi salud, y también pese a las travesuras de nuestros pequeños acompañantes -y también alguna travesurita tuya, ¿eh ?- fué algo maravilloso e inolvidable. Tantos bellos e interesantes lugares que conocimos, tantos buenos momentos, unos en soledad, nosotros dos solitos, otros... bueno, peleando con la chiquillería, pero siempre, siempre, felices de estar el uno con el otro, creando ese proyecto de vida que ha resultado ser demasiado corto, pero muy, muy intenso...
No tengas ninguna prisa por venir aquí, cariñito. Tu mamá te necesita mucho, y creo que la mía, y todas las demás Tiítas y Tiítos, también. Tú, con tu arte, tu salero, tu gracia, tienes aún la misión de hacerles a tod@s la vida más llevadera y agradable. Además, aunque no puedas verme, yo voy a seguir contigo, allá metidito, en un rinconcito de tu corazón. Y ahí estaré siempre, hasta que llegue el momento del reencuentro.
Por éso, mi vida, yo, al igual que me dijo mi mamá, tampoco te digo "Adiós". Yo te digo: ¡HASTA SIEMPRE, ENZA ADORADA!. Pues nuestros corazones ya están unidos PARA TODA LA ETERNIDAD.
Tu eterno esposo y amante,
- Curro Alejandro.
P.D. : Mi Enza adorada: Cada vez que mires al cielo, y veas una estrella fugaz, y sientas como una suave brisa acariciando tus bigotes, piensa que es un beso lleno de amor que tu esposo te manda desde el Paraíso .