Yo Superior: En los animales encarnados hay comunicación entre el Yo superior y el Yo inferior. Por ejemplo, un caballo está caminando por un sendero, sea con un jinete o arrastrando un carro, y ocurre que el sendero se corta porque hay un precipicio y a consecuencia de ello el animal sorpresivamente se pone nervioso, incluso aunque falten muchos metros para llegar a ese lugar… ¿Cómo sabe el caballo que hay peligro? ¡Porque su 90 % se lo está dictando! ¿Cómo nadie, en el planeta Tierra, habiendo siete mil millones de seres humanos encarnados lo ha pensado? El Yo Superior del caballo, aun siendo un concepto limitado, le está diciendo a su 10 %: “¡Cuidado que hay un precipicio!”. Y el caballo justo se detiene en el borde y salva al jinete o al conductor del carro. ¡Y se lo atribuyen al instinto!
Recuerdos y Comunicación: La mayoría de los animales no tienen recuerdos porque no tienen lenguaje… Para un perro o para un gato todo es un eterno presente, ya que al no tener lenguaje hablado no tienen memoria. Tienen recuerdos pero mínimamente. Si un perro no ve durante 72 horas a su amo, cuando lo vuelve a ver salta de alegría, mueve la cola y le ladra haciéndole festejos. Esto significa que de alguna manera lo está recordando. Pero no son recuerdos abstractos sino recuerdos de reconocimiento.
El famoso delfín, que tiene un cerebro con circunvalaciones tan importantes como las del ser humano, tiene un lenguaje tan rudimentario que prácticamente sus recuerdos son ínfimos. Es decir que es menos inteligente de lo que muchos investigadores biológicos creen. Se ha sobredimensionado la inteligencia del delfín. Es mucho menos inteligente de lo que se cree porque la inteligencia está basada en los recuerdos. Todo está basado en los recuerdos. Entonces, la mayoría de los animales viven en un eterno presente, en un eterno ahora, en un eterno hoy… Un mono come una banana, la tiró, queda satisfecho y ya se olvidó de que tuvo hambre y que la alivió comiendo una banana. Viven en un eterno presente. En cambio, cuando el ser encarnado homo sapiens sapiens terminó de comer ya está elucubrando otra cosa. Los animales no tienen lenguaje siquiera rudimentario, por ejemplo, un perro no es capaz de comunicarse de alguna manera con otro perro, solamente se reconocen. Tienen, sí, algunos códigos, pero nada más… Los lobos pueden atacar en jauría, pero no lo hacen porque se ponen de acuerdo entre todos, sino por mero instinto.
Las famosas abejas, que a veces cuando encuentran un panal bailan en forma de ocho, lo hacen así porque esta conducta está dentro de su código genético para que otras abejas las reconozcan. Pero no deja de ser un pensamiento, si se le puede llamar así, muy básico. No es algo programado: “Yo, abeja, voy a encontrar tal panal y voy a hacer ese baile”. Eso solamente lo puede hacer un ser humano: “Mañana voy al cine a ver esa película y después iré a cenar a algún lado” |