Majestuoso descenso de Kukulcán en Chichén Itzá
Al atardecer de los días 21 de marzo y 22 de septiembre, días del inicio de los equinoccios de primavera y otoño respectivamente, se observa en la escalera norte del Castillo de Chichén Itzá, una proyección solar serpentina, consistente en siete triángulos de luz, invertidos, como resultado de la sombra que proyectan las nueve plataformas de ese edificio, al ponerse el sol.
En Chichén Itzá el fenómeno se ve en todo su esplendor y la imagen de la serpiente de triángulos de luz y sombra desciende majestuosa por la alfarda noroeste del Castillo.
Para empezar, las primeras sombras de los cuerpos superiores de la pirámide comienzan a dibujar los triángulos isósceles que conforman el cuerpo de la serpiente emplumada. Paulatinamente la sombra va avanzando hacia la cabeza en forma de serpiente ubicada en la parte baja de la alfarda.
Por fin, el último de los triángulos toca la base de la alfarda. Los espectadores se ponen de pie y levantan las manos al cielo para “absorber toda la energía positiva” que se cree emana este fenómeno.
Poco después comienza a disiparse la figura de Kukulcán para poner fin a un proceso que dura aproximadamente 45 minutos, desde su inicio hasta su culminación.
Chichen Itza
“Boca del pozo de los Itzaes”, significado de una de las urbes más famosas y controvertidas del Mundo Maya que permanece de pie para asombro del mundo. Es uno de los testimonios más impresionantes de la civilización Maya-Tolteca de Yucatán que marcaron esta importante ciudad: una por parte de la tribu de los Itzáes y otra por parte de los toltecas, dirigidos por un personaje identificado como Quetzalcóatl. Esta última invasión trajo consigo una nueva serie de elementos culturales, predominando la representación del dios-serpiente Kukulcán. Sin embargo, esta ciudad fue abandonada años más tarde por razones no del todo determinadas.
En su momento de esplendor, fue la ciudad más poderosa de la península de Yucatán. Entre sus edificios mas sobresaliente podemos admirar, el Templo de los Guerreros, el Grupo de las Mil Columnas, la Plataforma de Venus, el Tzompantli, el Juego de Pelota, El Caracol u Observatorio y la Iglesia.
Por supuesto no podemos dejar de mencionar la espectacular pirámide de Kukulcán que con su abrumadora monumentabilidad es imponente ante los ojos de sus visitantes. Es una pirámide de cuatro lados con 30 metros de altura, coronada con un templo en la parte superior. El cuerpo tiene dos estructuras que corresponden a dos épocas diferentes; la más antigua esta totalmente cubierta por la más reciente. En su interior podemos encontrar la escultura de un Chac Mool y un trono en forma de jaguar pintado de rojo. Se cree que esta pirámide es la representación del calendario de los mayas: cada escalón es un día del año, y dado que cada lado tiene 91 escalones, multiplicados por cuatro lados suma un total de 364 más uno que representa la plataforma, son los 365 días del año solar, por lo que se piensa que el monumento fue erigido en honor al dios Sol. Es evidente el carácter mágico-astrónomico de este edificio donde también podemos ver a la “Serpiente Emplumada”, descender puntualmente en cada equinoccio, en un fenómeno de luz y sombra que atrae a miles de visitantes de todas partes del mundo cada año.
El cenote sagrado era el corazón de las actividades religiosas no sólo de la ciudad de Chichén sino de toda la zona maya. Como parte del culto al dios del agua, los mayas arrojaban ofrendas ceremoniales que consistían en un principio en objetos preciosos. De su fondo cenagoso han sido extraídos objetos de oro, jade, cobre, tela y cestería.
Tan grande fue el poderío de esta ciudad que siglos después de su decadencia fue ocupada esporádicamente para la celebración de algunas ceremonias religiosas y después permaneció olvidada entre la selva.
Así pasaron siglos, hasta que exploradores maravillados con lo que los vestigios prehispánicos dejaban entrever de un pasado misterioso, principiaron el rescate de la urbe sepultada ente árboles y maleza. Los redescubrimientos no han cesado, a partir de entonces.
Para aquellos que desean vivir una experiencia agradable, Chichén Itzá es el lugar maravilloso y mágico para convivir con una cultura prodigiosa y adentrarse a un mundo intrigante, imponente e inolvidable .
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