Los cinco antiguos ritos tibetanos para prolongar el vigor de la
juventud, mantenerte sano y hacerte sentir mejor contigo mismo y con los
demás.
¿Cuántas Veces se ha de repetir cada ejercicio?
La primera semana deben repetirse tres veces .
Durante cada semana que siga, aumenta en dos las repeticiones, hasta que
llegues a hacerlas 21 veces.
O sea:
1ª semana: 3 veces cada rito
2ª semana: 5 veces cada rito
3ª semana: 7 veces cada rito
RITO NUMERO UNO
El Primer Rito es muy sencillo. Se realiza con el objetivo expreso de
acelerar los vortices. Los niños lo hacen constantemente cuando juegan.
Todo lo que tienes que hacer es pararte erguido con los brazos
extendidos hacia los lados del cuerpo (en cruz), de forma que queden en
posición horizontal respecto al suelo. Luego gira hasta sentirte
ligeramente mareado. Debes girar de izquierda a derecha, en el mismo
sentido que las agujas de un reloj.
Al principio, la mayoría de los adultos podrán girar sólo media docenas
de veces antes de sentirse muy mareados. Si consideras necesario
sentarte o acostarte para recuperarte, hazlo.
Así que los primeros días, deja de hacerlo cuando te sientas ligeramente
mareado. Con el tiempo, a medida que vayas practicando los cinco ritos,
irás haciendo más y más giros sintiendo menos mareo.
También puedes hacer lo que hacen bailarines y patinadores artísticos
para evitar el mareo: antes de empezar el primer giro, fija un punto
exactamente frente a ti. Cuando empieces a hacer el primer giro,
continúa con la vista fija en ese punto mientras te sea posible. Luego
tendrás que perderlo de vista, para que la cabeza pueda girar con el
resto del cuerpo. Haz girar la cabeza muy rápido y vuelve a enfocar el
punto.
RITO NUMERO DOS
Tiéndete sobre el suelo boca arriba. Es mejor acostarse sobre una
alfombra gruesa o sobre algún tipo de superficie acolchada.
Completamente estirado sobre tu espalda, extiendes los brazos a lo largo
del cuerpo , poniendo sobre el suelo las palmas de la mano, con los
dedos bien unidos.
Luego levantas la cabeza y aprietas la barbilla contra el pecho. Una vez
hecho esto, levanta las piernas sin flexionar las rodilla hasta
alcanzar la posición vertical.
Puedes dejar que las piernas se deslicen hacia la cabeza, pero no dejes
que se te doblen las rodillas.
Entonces baja lentamente la cabeza y las piernas sin doblar las
rodillas, hasta tocar el suelo. Deja que todos los músculos se te
relajen, y luego repite el rito.
Con cada repetición se debe establecer un ritmo de respiración. Aspira
profundamente mientras levantas las piernas y la cabeza. Expira todo el
aire mientras las bajas. Cuando estés en posición de relajación,
continua con este ritmo. Mientras más profundamente respires, mejor.
Si al principio no eres capaz de mantener las piernas estiradas, deja
doblar las rodillas lo que necesites. Pero esfuérzate por intentar
estirarlas.
RITO NUMERO TRES
El Tercer rito debe practicarse inmediatamente después del segundo.
También es muy sencillo.
Todo lo que necesita hacer es ponerse de rodillas sobre el piso
manteniendo el cuerpo erguido. Las manos deben ponerse sobre los
músculos de los muslos.
Entonces inclinas la cabeza y el cuello hacia delante, apretando la
barbilla contra el pecho. Luego tiras de la cabeza y el cuello hacia
atrás tanto como te sea posible, y al mismo tiempo te inclinas hacia
atrás arqueando la columna, manteniendo las manos sobre los muslos.
Después volverás a la posición original y comienzas el ejercicio
nuevamente.
Debes establecer también un ritmo de respiración: aspirarás
profundamente cuando arquees la columna y expirarás cuando regreses a la
posición original. La respiración profunda es la más beneficiosa, así
que toma todo el aire que te permitan tus pulmones.
RITO NUMERO CUATRO
La primera vez que se practique este rito puede parecer muy difícil,
pero al cabo de unos días será tan fácil como el resto.
Primero, siéntate sobre el suelo con las piernas estiradas hacia
delante, con una separación entre los pies de 12 pulgadas
aproximadamente. Con el torso erguido, coloca las palmas de las manos
sobre el suelo de manera que queden al lado de tus glúteos. Aprieta la
barbilla contra el pecho.
Luego echas la cabeza hacia atrás lo más posible, a la vez que levantas
el cuerpo de manera que las rodillas se doblen mientras los brazos
permanecen rectos. El torso quedará en línea recta con los muslos
formando un plano horizontal con respecto al suelo. Los brazos y las
piernas se mantendrán rectos, perpendiculares al suelo. Después tensa
todos los músculos del cuerpo.
Finalmente, relajas los músculos mientras vuelves a la posición original
de sentado y descansas antes de repetir el ejercicio.
Una vez más, la respiración es muy importante: aspira profundamente
mientras levantes el cuerpo, contenla mientras tenses los músculos y
expira completamente mientras bajas. Sigue al mismo ritmo cuando
descanses entre repeticiones.
RITO NUMERO CINCO
Coloca el cuerpo boca abajo y sostenlo con las palmas de las manos. Los
dedos de los pies déjalos flexionados para hacer este ejercicio . Tanto
las manos como los pies los debes colocar a cierta distancia entre sí.
Los brazos y las piernas los mantendrás rectos.
Comienza con los brazos perpendiculares al suelo y la columna arqueada
de forma que el cuerpo quede flexionado. Tira de la cabeza hacia atrás
lo más posible. Después flexionas el cuerpo a la altura de las caderas y
lo colocas en forma de V invertida. Al mismo tiempo, echa la barbilla
hacia delante oprimiéndola contra el pecho.
Después vuelve a la posición original y repite el ejercicio.
A finales de la primera semana, generalmente las personas consideran
este rito uno de los más fáciles de hacer. Cuando lo dominas, dejas caer
el cuerpo desde la posición alta hasta un punto muy próximo al suelo,
sin llegar a tocarlo. Tensa los músculos un momento, tanto en la
posición alta como en la baja.
Sigue aplicando el mismo patrón de respiración. Aspira profundamente
cuando levantes el cuerpo y exhala totalmente mientras lo bajas.
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