Terapia Vibracional :
La Musica sanadora del Cuenco de Cuarzo
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Amelia Lamaignere
Editorial@Esquinamagica.com
Musica del Cosmos, musica del cuerpo.
Se dice que la Terapia vibracional será la medicina de la Nueva Era,
pero decir eso, es dar a un tipo de terapia, una cualidad específica que
determina un concepto infinito. ¿Es que existe algo que no vibre?, ¿hay
algo que sea estático?.
Todo es energía, y toda energía tiene una onda vibratoria, ya sea luz,
sonido, ondas electromagnéticas, o cromáticas; congelada o cristalizada,
la energía vibra; lo unico que cambia es la forma con la que se
manifiesta debido al tipo de onda vibratória.
Partiendo de esta base, es evidente que el cuerpo humano es así mismo
energía en movimiento, las diferentes ondas de vibración, producen el en
percepciones y sensaciones. Más que en ningún otro campo, el axioma
hermético de que “todo es mental”, cobra un especial vigor en la
aplicación de esta medicina cuántica.
Todo el Universo vibra. La materia emite sonido, aunque se encuentre muy
a menudo fuera de nuestro alcance de audición. Una célula vista en un
microscopio, tiene una vibración permanente que emite un sonido
imperceptible a nuestros oídos; nuestro cuerpo físico, también vibra con
diferentes sonidos generados por los átomos que los configuran, y que
están en continua vibración radiando diferentes tipos de ondas.
El ser humano presenta una realidad vibracional rica y apasionante que
va desde el ritmo de los órganos vitales, hasta las las emociones,
pasando por la respiración, y la actividad mental; cada capa o cuerpo
sutil esta integrada en el todo de lo que realmente somos. La vibración
del sonido aplicado a restablecer el equilibrio del cuerpo humano, cobra
un interés especial.
En nuestro afán de unificar los conceptos referidos al hombre como un
ser integral, compuesto por cuerpo, emoción y mente, recordemos que una
de las leyes de la magia celtas asevera que, “dos energías de diferente
rango vibrando en proximidad no pueden mantenerse en diferencia de ondas
por mucho tiempo siempre la mas poderosa cambiara la vibración de la
mas débil hasta quedar igualadas”. Más adelante veremos que este axioma
tiene una versión científica, y realmente eso es la base tanto de la
medicina quántica como de la relación amorosa entre personas.
El ser humano ante cualquier situación por mínima que sea, fija una
actuación en su ordenador particular interno, que tras pasar la
información por varios sectores la acumula finalmente en el
subconsciente que vendría a ser el traductor de lenguaje a uno
compresible por el individuo. La pauta ya sea beneficiosa o errónea
queda fijada y a partir de ahí se manifiesta en actos, sentimientos o
filosofía de vida. Ese es el origen de la mayoría de las enfermedades.
Esas pautas, crean unos cortacircuitos energéticos o formas densas en
nuestro cuerpo etérico, donde se acumula la energía vital del cuerpo, y
de ahí se va trasmitiendo sin prisas pero sin pausas al resto de las
envolturas que componen el aura para llegar finalmente al cuerpo físico
en forma de enfermedad.
Por el proceso de "arrastre" se pueden cambiar los ritmos corporales. Es
decir, la vibraciones rítmicas más fuertes de un objeto pueden
"arrastrar" a las más débiles. Además el sonido puede cambiar el ritmo
de las ondas cerebrales, el latido del corazón y la respiración. Gracias
a estas propiedades se puede hacer un empleo terapéutico de las ondas
sonoras. El efecto contrario es la disonancia. Esto se puede observar,
al analizar los diferentes sonidos del universo, sobretodo los que nos
afectan mas, aquellos cuya disonancia nos produce un efecto negativo.
Sin embargo, este malestar tiene una función de diagnóstico, ya que
ayuda a detectar el tipo de bloqueo existente y el estado emocional que
lo acompaña. Es decir, la disonancia empuja el problema hacia la
superficie y, de ese modo, se abre el proceso curativo al aplicar el
sonido armónico.
Desde que el físico alemán Hans Jenny, publicó sus descubrimientos
basados en la investigación de los efectos de ondas de sonido sobre
diferentes materias, y comprobando la variación de la organización de
sus partículas que formaban diferentes figuras geométricas, la ciencia
del sonido ha probado fehacientemente, que cualquier sonid o cercano al
organismo humano, originará un cambio físico en el interior del
organismo y sus campos electromagnéticos.
Es ahí donde interviene la medicina vibracional en cualquiera de sus
formas y entre ellas esta vez nos referiremos al sonido, sin olvidar que
además de esta, hay otras terapias integradas en el sector vibracional.
Desde el siglo pasado sobre los años 30 se viene realizando todo tipo de
experimentos del sonido sobre objetos y entre ellos el cuerpo humano.
De hecho, hace ya tiempo que la ciencia ha comprobado los efectos que
sobre diferentes ondas cerebrales produce una determinada musica,
consiguiendo sensaciones de tranquilidad, capacidad de concentración o
creando la necesidad de la acción.Una de las pruebas muy popular y que
ya esta produciendo sus efectos en el campo de las realidades es la de
las madres gestantes que durante el embarazo habituaron a sus bebes en
estado fetal a escuchar a través de ellas música barroca; este
experimento, ha producido en la actualidad alumnos con mayor capacidad
de concentración y de aprendizaje escolar que aquellos que no recibieron
ese tratamiento en la gestación. Los efectos beneficiosos de la música
barroca se han demostrado además en clínicas siquiátricas y en los de la
tercer edad en donde ejercicios gimnásticos con Vivaldi, Mozart, Bach o
cualquiera de sus compañeros de época y estilo al parecer ayudan a
recuperar el sentido del ritmo y movimiento armónico del cuerpo en
enfermos seniles, o depresivos.
LA TERAPIA DEL SONIDO
Canto de armónicos
Otro de los recursos de sanación, en el campo del sonido es la antigua
técnica del canto de armónicos. Esta tecnica funciona mediante el canto.
El individuo entona 3 0 4 sonidos simultáneos, del tono fundamental
básico de la música que se aplica en el momento; el cuerpo como altavoz
amplifica los sonidos armónicos creando una onda poderosa que actúa
sobre diferentes niveles, o cuerpos sutiles.
Los tonos básicos o bajos de la voz actúan sobre el cuerpo físico,
mientras que los armónicos, trabajan sobre los cuerpos sutiles. Estos
sobretonos, son capaces de disolver las cristalizaciones de energía
potencialmente dañinas del aura evitando así que alcancen el cuerpo
físico, e incluso puede desbloquear nudos emocionales colaborando a la
sanación del órgano afectado.
Un conocimiento funcional del sonido conllevará a la escucha, la
afinación y la resonancia, provocando cambios poderosos en cada nivel de
nuestro ser. Hemos comprobado alguna vez que al escuchar una voz
cantando, nos hemos emocionado y esos sonidos nos han llevado a revivir
situaciones conflictivas ocultas en nuestro subconsciente. De alguna
manera algo oculto en nuestra psiquis ha aflorado para ser sanado, pero
esta situación aun seria mas profunda, si aprendiéramos a hacerlo
nosotros mismos, ya que en ese caso, el cuerpo al resonar con los tonos
emitidos vibra como si fuera un amplificador de sonido. Con un poco de
practica sentiremos cuales son los tonos que mejor nos equilibran. Puede
parecer difícil o complicado sobre todo muchas veces por nuestro
sentido del ridículo pero es una terapia muy efectiva.
La técnica
El canto de armónicos surgió simultáneamente en Mongolia en la tribu de
los Tuva y en los monasterios del Tibet. Consiste en emitir un tono
continuo denominado bordón, y sobre el se genera un tono armónico
modulable de forma que se crea una melodía que resuena en todo el
organismo, produciéndo un efecto de armonización y sanación a diferentes
niveles: físico, mental y espiritual.
Pero no solamente el canto armónico, sino el mismo mantra (palabra
sagrada en sanscrito) actúa sobre cuerpos sutiles y su importancia
estriba en la vibración del sonido, que por otro lado no contiene más de
3 o 4 notas fundamentales. Es la vibración del sonido sanscrito lo que
armoniza los cuerpos. Al concentrarse en la repetición del sonido, todos
los demás pensamientos se desvanecen poco a poco hasta que la mente
queda clara y tranquila y así podemos conectarnos con nuestra esencia
mas profunda – lo que realmente somos.
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