Recepción y manejo de energías Al regalar energía vamos dejando la semillita de Dios a nuestro paso en forma de chispas divinas, las cuales, a su vez, recibimos directamente de nuestro Padre
Los seres que habitamos este universo estamos continuamente recibiendo energía del universo, la cual alimenta nuestros cuerpos. Es un proceso natural, sin embargo debemos de estar conscientes de algunos aspectos importantes para poder aprovecharlas mejor.
Las diferentes energías son sobre todo captadas en la noche y en la madrugada. En la noche se reciben sin tanta interferencia a partir de las 22:00 horas, pero antes de la medianoche, mientras que las de madrugada las mejores son las que llegan de entre las 5:00 y las 6:00 horas.
Para recibirlas podemos sentarnos lo más cómodamente posible para pensar e imaginarnos que abrimos un gran camino directo del cosmos hacia nuestro corazón, y que ese sendero hermoso es viene de nuestra gran casa de amor: el Universo.
Podemos imaginar que el camino es del más bello dorado o del más sublime azul porque en una primera etapa será algo creado por nuestra mente.
Pero conforme practiquemos, poco a poco se convertirá en realidad, en la imagen verdadera de ese puente. Entonces ya no será sólo una fantasía de nuestra mente, sino que será un hermoso y real camino.
En ese momento podremos ver cómo esas diferentes energías llegan y se mezclan con nuestro corazón y cuerpo, y cómo al recibirlas le damos a cada una sus funciones.
Por ejemplo, algunas irán al corazón, otras a alguna parte específica del cuerpo o a nuestra mente. Lo importante será dirigirlas a donde pensamos y sentimos que son necesarias para así distribuirlas bien a cada parte de nuestro ser.
También tenemos que hacer una conversión de energías y ver cómo al recibirlas del cosmos, al mismo tiempo nosotros le damos al universo nuestra energía. Con este intercambio nos despojamos de la energía "sucia" para recibir la energía pura de Dios, la cual al llegar a nuestro cuerpo lo limpiará.
Energía para regalar
Además, esta nueva energía nos dará esa paz y amor que nosotros repartiremos entre todo aquello creado por Dios, nuestros hermanos hombres, animales y vegetales, etcétera, ya que todos necesitamos dar amor y comprensión.
De esta forma vamos dejando la semillita de Dios a nuestro paso en forma de chispas divinas que estaremos recibiendo directamente de nuestro Padre y hermanos mayores.
Lo más importante es saber y aprender a dar esa energía recibida, pues no podemos ni debemos dejarla sólo para nosotros.
Debe ser usada pero debemos saber que es para que nos pueda dar la suficiente fuerza para proporcionar a nuestros hermanos parte de ese gran Dios que tenemos dentro de nosotros.
Tenemos que liberar esa energía recibida para poder seguir recibiéndola. En caso contrario tendríamos un cúmulo de energía mal aprovechada y llegaría un momento en el que estaríamos tan llenos de una energía que no fue repartida que seríamos incapaces de recibir las maravillas de Dios y del cosmos.
Flora Rocha |