Ilustración por Jorge Luna
Hoy, como hace tres mil años, el maya y las demás lenguas que de dicho idioma derivan se sigue escuchando entre las poblaciones indígenas de la mayor parte de Guatemala, la porción más occidental de Honduras, todo Belice y, en México, en los estados de Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán.
Esta gran familia lingüística está dividida en dos grupos: la familia proto-Guatemala-Yucatán, que se ubica en las tierras altas del sur, en territorio guatemalteco, y en las tierras bajas del norte (la mitad norte de la península de Yucatán); y la familia proto-Chiapas en las tierras altas de Chiapas, con prolongaciones hacia el norte en las tierras bajas de Tabasco y proyecciones hacia las tierras bajas del sudeste, a través del sur del Petén (Guatemala), hasta el oeste de Honduras.
En la lengua maya el sujeto del verbo se utiliza siempre como pronombre. Este idioma sigue, por lo general, los mismos métodos de expresión que se encuentran en la mayor parte de las lenguas americanas. Desde el punto de vista de la lexicografía es distinto a cualesquiera otras lenguas de las que se hablan en México o en América Central y no tiene afiliación, hasta donde puede juzgarse, con ninguna otra de la región. Hay quienes aseguran que para una persona de habla inglesa es más fácil aprender el maya que el castellano, por tener este último más declinaciones y una conjugación más variada que el maya o el inglés.
Es probable que durante el periodo Clásico (250-900 d.C.) se haya hablado una misma lengua desde las tierras altas del sur hasta el norte, a través de toda la península de Yucatán. Posiblemente existían variedades dialectales en alguno que otro lugar, pero fundamentalmente era una misma lengua, general y homogénea.
En el periodo Posclásico (900-1540) se introdujeron considerables modificaciones en la lengua maya, debido a los invasores provenientes del centro de México (de idioma náhuatl) que penetraron al norte de Yucatán en el siglo X, aunque esas modificaciones probablemente influyeron en mayor grado en el vocabulario maya que en su sintaxis y morfología.
Durante los casi cinco siglos que ha estado en contacto con el castellano en Yucatán, es decir, después de la conquista española en el siglo XVI, el maya ha influido poderosamente no sólo en el vocabulario del idioma impuesto por los colonizadores, sino también en su lexicografía, morfología, fonética y sintaxis, mientras que, por su lado, el español que se habla en Yucatán solamente ha afectado al vocabulario maya por la adición de palabras antes no conocidas. Este fenómeno se presenta también en las tierras altas de Guatemala y Chiapas, donde se habla quiché, cakchiquel, kekchí, poconchí, mam, pocomán, tzutuhil, chortí, tzetzal y tzotzil.
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